jueves, julio 30, 2009

"Resacón en Las Vegas", hay un tigre en lavabo


Cada año o casi, en EE.UU. triunfa de sopetón una película apenas publicitada y por la que, de antemano, nadie hubiese dado un duro. Son los llamados “sleepers”, películas de las que no se sabe nada hasta el día de su estreno y que, por un motivo u otro, terminan siendo un éxito de público (y a veces también de crítica)

No hay una fórmula exacta que permita a los estudios crear sleepers a propósito (ya les gustaría), pero sí se dan, a menudo, ciertas constantes que se repiten en unas y otras. Por lo general no suelen tener grandes estrellas entre su reparto, y aunque se dan casos en todo tipo de géneros, es en la comedia donde más frecuentemente se están sucediendo ahora estos inesperados hits. También suelen ser, a menudo, producciones independientes, que son las que menos invierten en publicidad y las más necesitadas de un buen boca a boca o de un festival de cine que les sirva de trampolín.

En lo que llevamos de década, se han ido sucediendo varios de estos sleepers, como “Mi gran boda griega” en el 2001 o “Pequeña Miss Sunshine” hace unos pocos años. Éstas, sin ir más lejos, cumplirían las constantes que he citado anteriormente, aunque como ya insinúo, hay de todo y para todos los gustos (The Blair Witch Project, Full Monty…)

The Hangover es, sin lugar a dudas, el sleeper de este 2009. Su enorme éxito ha sorprendido a propios y a extraños, consiguiendo, de rebote, ser la comedia con clasificación ‘R’ más taquillera de la historia en el mercado doméstico estadounidense. Aquí la conoceremos con el título de “Resacón en Las Vegas”, bastante explícito dada la premisa argumental y no muy alejado de la traducción literal del original (La Resaca). Aunque como ya se sabe, aquí hay que darle un título más guasón para atraer al populacho (y sí es a adolescentes fiesteros y potencialmente borrachos, con más razón aún)

La historia no es que sea el colmo de la originalidad. Phil (Bradley Cooper) y Stu (Ed Helms) deciden celebrar la despedida de soltero de su amigo Doug (Justin Bartha) en Las Vegas, y a estos se les unirá su cuñado Alan (Zach Galifianakis). Conduciendo el lujoso Mercedes-Benz descapotable del 69 de su suegro (¿adivináis como acabará el coche?), Doug se dirige junto a sus colegas hacia el citado lugar de destino, donde esperan montar una buena juerga durante las últimas horas de soltería que le quedan.

Al día siguiente, a juzgar por el dolor de cabeza y el desastroso estado de la habitación del hotel, poca duda cabe de que la juerga fue histórica. Desgraciadamente, ninguno recuerda nada lo sucedido y para colmo de males, Doug ha desaparecido y no tienen ni la más remota idea de dónde puede estar. Haciendo acopio de memoria y volviendo a algunos de los sitios en los que pasaron la noche, Phil, Stu y Alan tratarán de recordar su ruta juerguista con tal de encontrar a su amigo y regresar a casa para poder celebrar la boda. Pero la búsqueda no les resultará nada fácil, y pronto se darán cuenta de los líos en los que se metieron la noche anterior y las consecuencias que éstos empezarán a tener.


Antecedentes cinematográficos de despedidas de soltero que se desmadran tenemos un buen par de ejemplos. La ochentera “Despedida de soltero” (Bachelor Party), con un Tom Hanks en sus primeros años dentro del mundillo y en su primeriza etapa cómica (que nos dejó unas cuantas buenas películas), y “Very Bad Things”, comedia negrísima con la que debutaba el por aquél entonces desconocido Peter Berg.

Resacón en Las Vegas” es mucho más gamberra, atrevida y desenfada que la de Hanks, pero mucho menos cruda que la de Berg. Su punto de partida es la despedida de soltero, pero el foco de atención de la trama es todo lo que acontece el día después de ésta.

La juerga que se pegan los protagonistas es tan monumental, que al día siguiente les tocará sufrir las consecuencias. La desaparición del novio será la primera de ellas, y a partir de ahí éstos irán descubriendo todas las locuras y salvajadas que hicieron la noche anterior. Vamos, que los muy sinvergüenzas “la liaron parda” y ahora encontrar a Doug se convertirá en una tarea dura, agotadora y dolorosa -físicamente, sobre todo- que tendrán que afrontar juntos y a ser posible, bien avenidos.

El director Todd Phillips tiene cierta experiencia en comedias mayormente gamberras, aunque la verdad es que ninguna de las que ha filmado permanece mucho tiempo en el recuerdo (te pueden caer en mayor o menor gracia, según el día en el que te pillen, pero suelen rayar la mediocridad). El currículum de los guionistas, Jon Lucas y Scott Moore, no es que sea mucho mejor, más bien todo lo contrario. Sin embargo, parece que esta vez unos y otros han estado bastante acertados en sus intenciones, construyendo una comedia alocada y divertida que aprovecha los recursos y topicazos de las cintas de este tipo (vomiteras, bodas imprevistas, peleas contra matones…) para resultar finalmente más efectiva y menos chabacana de lo que uno podría esperar.

La historia sigue un poco la estela de “Colega, ¿Dónde está mi coche?” Como en aquella (pero menos absurda y surrealista), los protagonistas, amnésicos perdidos, van encontrándose con las personas con las que compartieron la juerga y volviendo a esos lugares donde se desató el desmadre. El espectador es testigo de los bizarros acontecimientos al mismo tiempo que los protagonistas son conscientes de ellos, lo que ayuda a mantener la expectación en cada una de las situaciones que se van sucediendo. Hay momentos buenos que te sacan una sonrisa o incluso una carcajada (si eres de risa fácil), y los hay que no lo son tanto. Aún así, hay un cierto equilibrio durante la poco más de hora y media que dura la película (quizás demasiado para el producto que es), y por suerte en ningún momento pega el bajón, de modo que el entretenimiento es constante.


El reparto al completo cumple perfectamente con su cometido. Que uno u otro te resulte más o menos gracioso dependerá del personaje en cuestión y los gustos de cada uno, pero todos están convincentes en sus respectivos papeles. Ahora bien, el que se lleva la palma es Zach Galifianakis, que interpreta al chalado de Alan (el cuñado del novio), y que de seguro dará que hablar en un futuro (tiempo al tiempo…)

El hecho de que el reparto esté compuesto, precisamente, por actores no muy conocidos para el público de a pie, ayuda a que el protagonismo esté equilibrado entre los tres actores (que no cuatro, porque Justin Bartha es el desaparecido y se le ve lo justo en pantalla). De tener alguna estrella mediática o popular entre sus filas, posiblemente el resto hubieran quedado en un segundo plano, cosa que aquí no ocurre por este mismo motivo: la ausencia de una estrella cómica que eclipse a los demás.

A destacar el cameo de Mike Tyson; la breve aparición de Heather Graham, a la que últimamente le habíamos perdido la pista; y la prometida de Doug, la actriz Sasha Barrese, que físicamente bien podría pasar por la hermana gemela de Megan Fox (salvando las distancias, claro)


“Resacón en Las Vegas” es una simpática y eficiente comedia gamberra con la que echarse unas risas a costa de unos personajes que las pasan canutas en todo tipo de situaciones, a cada cual más disparatada. No es ninguna maravilla (los sleepers tienden a estar altamente sobrevalorados y se les da mucha coba cuando por fin llegan a España) pero deja buen sabor de boca, lo cual ya es mucho decir. Y es que en un género que parece estar sentenciado por la vulgaridad y zafiedad del séquito Apatow y sus imitadores, o por la enésima chorrada sin gracia de tipos como Rob Schneider, Will Ferrell o Adam Sandler, pues se agradece y mucho una comedia de estas características. Los habrá que se lo pasen bomba con los que he nombrado en este último párrafo (para gustos, colores), pero dentro de la comercialidad a la cual se presta, “Resacón en Las Vegas” es una mejor y más recomendable alternativa.

P.D.: No os perdáis los créditos finales, no tienen desperdicio.


Lo mejor: que sea menos vulgar y chabacana de lo que esperaba; Zach Galifianakis.

Lo peor: que su condición de sleeper pueda hacer que te la esperes mucho más divertida de lo que es.


Valoración personal: Correcta

viernes, julio 10, 2009

Japander, estrellas al mejor postor



Seguramente algunos ya sabréis que las estrellas de Hollywood, o estrellas occidentales en general, suelen prestarse a rodar anuncios televisivos para vender productos japoneses que probablemente ni conozcan ni lleguen a consumir jamás. Algo así como lo que se mostró en la película Lost In Translation, con el personaje de Bill Murray anunciando una marca de whisky.

No es que sea una práctica exclusiva de Japón, ya que el uso de famosos para rodar spots es una práctica habitual en publicidad, pero la particularidad de estos es que, a menudo, la estrella “invitada” hace el mayor de los ridículos, dado que el anuncio suele ser un tanto esperpéntico, por así decirlo (y quiero creer que adrede)

Hacer el ridículo no es algo que importe demasiado a estos famosos, pues es bien sabido que los japoneses sueltan un buen fajo de billetes por estas participaciones. Teniendo en cuenta que don dinero todo lo puede, algunas de estas estrellas no dudan en repetir las veces que haga falta.
Es probable que hayáis visto alguno de estos anuncios, pero por si os apetece descubrir muchos más (y echaros unas risas a su costa), os recomiendo www.japander.com, página web en inglés que descubrí el otro día y que recopila muchos de estos spots.

Los videos se encuentran clasificados por orden alfabético respecto al nombre de sus protagonistas (se dividen en 6 bloques; por ejemplo, encontrareis a Stallone en el bloque Q-T). Además de reconocidas estrellas de Hollywood, entre actores y directores, encontrareis también a cantantes, deportistas e incluso ¡a las marionetas de los Thunderbirds!

Unos pocos videos provienen de Youtube, pero la inmensa mayoría vienen en formato QuickTime, así que para verlos necesitareis tener instalado dicho programa. No es que estén en muy buena calidad, pero se pueden ver (unos mejor que otros)

Si creías que lo más vergonzoso y humillante que ha rodado Schwarzenegger fue aquél cameo en la última y abominable versión de “La vuelta al mundo en 80 días”, entonces que no habéis visto el spot que os dejo bajo estas líneas. Nuestro querido action-man promociona aquí una bebida energética llamada Alimavin V.




Chuache hizo varios anuncios durante de los 90, y no cabe duda alguna de que los peores y más surrealistas son los que rodó para esta marca. En el siguiente enlace os dejo otro spot que no aparece en Japander, y que también es de una bebida, pero esta vez es café (enlatado, para más inri)

Una de las adquisiciones más recientes de la web son los spots que ha rodado Kiefer Sutherland para Calorie Mate, una especie de barritas energéticas que ahora también se encuentra en su formato líquido. Sutherland vende sendas versiones del producto bajo su ya mítico –e invencible, indestructible, inquebrantable, etc.- personaje de Jack Bauer, de la serie 24 (una de mis series preferidas y de las más adictivas). Imagino que en este caso, además de al actor, habrán tenido que soltar prenda también a la 20th Century Fox por los derechos de imagen del personaje.



La guapa Charlize Theron también ha hechos los suyos. En los más recientes, la actriz nos vende un gel de baño llamado Lux, así que ya os podéis imaginar como aparece en el anuncio… ¡Exacto! Luciendo palmito. Pero los “mejores” son los que hizo para Honda, acompañada de un teleñeco de color naranja.

No os perdáis tampoco los que protagoniza Bruce Willis para las estaciones de servicios Eneos. Delirantes!




Y muchos más que hay. Nombres tan conocidos como Harrison Ford, Sean Coonery, George Lucas, Quentin Tarantino, Quincy Jones o una joven Jennifer Connelly en plenos 80. Incluso nuestros españoles más internacionales como Antonio Banderas o la sobrevalorada de Penélope Cruz, se han prestado a ello.


Así que ya sabéis, si tenéis algunas horas muertas con las que no sabéis qué hacer, podéis pasar el rato viendo los anuncios que hay en esta web. Algunos no tienen desperdicio, aunque no todos causan vergüenza ajena. Hay de todo un poco y para todos los gustos.


Saludos ;)

lunes, julio 06, 2009

“La última casa a la izquierda”, la casa equivocada, la venganza merecida


Para bien o para mal, Wes Craven se ha convertido, con el paso del tiempo, en un director de renombre dentro del género de terror. Probablemente ese estatus se deba más a su amplia dedicación a este tipo de cine que a la calidad de sus películas; y es que repasando su trayectoria desde principios de los setenta hasta ahora, un servidor tan sólo podría salvar –bajo su criterio personal, claro- unos pocos títulos dentro de una filmografía plagada de films mediocres o directamente infumables. Considero que tiene buenas ideas, (Freddy Krueger es un gran pscyho-killer) pero casi nunca sabe plasmarlas en pantalla.

Con casi una veintena de títulos de terror a sus espaldas y teniendo en cuenta la enfermiza sucesión de remakes que perpetra Hollywood día sí y día también, no es de extrañar que poco a poco vayan haciéndose actualizaciones de algunos de sus films más emblemáticos (y con su beneplácito, por supuesto). Sin ir más lejos, Alexandre Aja nos trajo en el 2006 una nueva versión de “Las colinas tienen ojos”, segunda película de Craven y que el francés convirtió en uno de los mejores títulos de terror de esta última década, superando con creces el film original (esto último, no muy difícil de conseguir). Actualmente se está preparando una nueva versión de “Pesadilla en Elm Street”, la película que mayor fama ha dado a Craven, y no hace mucho se anunció la posibilidad de hacer lo mismo con “Shocker: 100.000 voltios de terror” y “El sótano del miedo”.

Mientras esperamos a que lleguen estas revisiones, de momento tenemos en nuestras carteleras a “La última casa a la izquierda”, remake de su opera prima de 1972 a cargo de Dennis Iliadis, director griego que debutó tras la cámara con un drama criminal titulado “Hardcore”.

Salvo algunos detalles, la historia viene a ser la misma que en la cinta de Craven.

El matrimonio Collingwood (Tony Goldwyn y Monica Potter) y su hija adolescente Mari (Sara Paxton) deciden pasar unas tranquilas vacaciones en su casa del lago. A su llegada, la joven muchacha pide prestado el coche de sus padres para ir al pueblo a ver a su amiga Paige.

Pasando juntas la tarde, las dos chicas conocen a Justin, un joven que está de paso en el pueblo y que les invita a ir a su motel. Todo parece ir la mar de bien hasta que llega el resto de su pandilla, formada por Krug (Garret Dillahunt), padre del muchacho y psicópata buscado por la policía, su perturbada novia Sadie (Riki Lindhome) y su sádico hermano Francis (Aaron Paul). La presencia de Mari y Paige no es muy bien recibida por Krug, quién decide deshacerse de ellas para evitar que les delaten.

Después de abandonar los cuerpos moribundos de las chicas, el grupo de secuestradores decide, ante la inminente tormenta, buscar refugio en la casa más cercana. Para su desgracia, la amable pareja que les dará alojo son John y Emma, los padres de Mari, así que cuando éstos descubran que sus invitados son los responsables de tan brutal crimen, no dudarán en tomarse la justicia por su mano.


Probablemente la primera película de Wes Craven como director tendría un notable impacto en la sociedad de los 70, bien por la siempre polémica justificación de la venganza, bien por su alto contenido violento y sádico. Sin embargo, hoy día no deja de parecerme una película deficiente en todos los aspectos y muy especialmente en las labores de dirección y de interpretación. De ahí que en este caso, la idea del remake no me produjera demasiado rechazo. Al fin y al cabo, la posibilidad de mejorarla era mucho más factible que en otros casos, aunque eso no siempre asegura una mejor película.

Por lo pronto, la premisa argumental es bastante prometedora, aunque ya se sabe que este tipo de películas suelen tildarlas de fascistas o de hacer apología de la venganza y la violencia, como ya ocurre con los justicieros al margen de la ley tipo Harry Callahan o Paul Kersey (las de Charles Bronson), además de las recientes “Sentencia de muerte” –adaptación moderna de la de Bronson, precisamente- o “La extraña que hay en ti”. Son películas en las que se trata de justificar los actos de aquellos que buscan venganza a toda costa. Pero el conocido ojo por ojo nunca está exento de polémica y el debate moral siempre está presente.

La intención aquí no es abrir dicho debate (allá cada uno con su postura al respecto), aunque si me encontrará en la misma situación que los Collingwood, ignoro lo que sería capaz de hacer.

El odio y la impotencia se apoderan de nuestra pareja protagonista, que apenas duda luego en tomarse la justicia por su cuenta y darle su merecido al grupo de delincuentes y psicópatas que han maltratado y abusado de su hija. Una reacción nada disparatada si tenemos en cuenta los hechos. De todas formas, la entereza, ferocidad y maña con la que actúan los padres de Mari resulta a veces poco creíble, resultando éstos mejores asesinos que los verdaderos criminales.
Podríamos decir que la película se divide en dos actos. El primero atañe al secuestro de las dos chicas y a los abusos que sufren durante el mismo. Una vez se da por terminado el crimen y los secuestradores se refugian en la casa de los padres de su víctima, empieza el segundo acto, donde la violencia alcanza un mayor grado.

En líneas generales, la dirección de Iliadis es bastante correcta. No muy resultona, pero si resolutiva. La filmación de las escenas más violentas y depravadas no alcanza la cota de sadismo y repugnancia del film original, ya que aquí todo queda algo más suavizado y menos explícito. Pero aún así, el tramo final es bastante agresivo, actuando los verdugos de forma implacable y dejando regueros de sangre por todas partes. Así que de gore no falta, aunque sea poquito y ligero (dicho esto sin acritud alguna)

Las interpretaciones quizás sean el punto álgido de este remake, sobretodo en lo que respecta a los vengativos padres de Mari, interpretados por Tony Goldwyn, al que siempre recordaremos por su papel en Ghost, y Monica Potter, a la que descubrí en Con Air y que se ha dejado ver en películas tan dispares como Patch Adams, La hora de la araña o Saw. Ambos resultan creíbles en sus respectivos papeles, algo crucial para que el espectador sienta empatía y se ponga de su parte. Quizás el problema es que el guión no perfila demasiado bien los personajes ni profundiza en las relaciones familiares ni de unos ni de otros, quedándose todos en meros estereotipos (madre sobreprotectora, padre indulgente, criminales sádicos y salidos, etc.)

También el tramo final es el más previsible, pero eso ya resulta inevitable en la inmensa mayoría de películas, sean de terror o no.

El punto más negativo, en mi opinión, responde a lo gratuito de la última de las ejecuciones SPOILER -- Más que nada en la forma de cometer el asesinato, ya que el guionista deja al padre de Mari al mismo nivel de crueldad de sus víctimas. Acabar con Krug de esa forma tan original queda muy burro… fuera de lugar. Hubiese sido mejor dar por muerto al criminal cuando éste forcejea con sus atacantes -- FIN SPOILER

“La última casa a la izquierda” resulta ser un thriller de terror moderadamente violento y con un, en ocasiones, logrado suspense. Entretiene y es fácilmente digerible, aunque quizás los fans de la cinta original echen de menos el ambiente malsano y perturbador que imprimió Craven allá por el 72. Aquí todo es algo más convencional y, por qué no decirlo, más comercial.

Teniendo en cuenta el bajo nivel de muchos de los remakes de terror que están inundando nuestras carteleras, éste no está del todo mal siempre y cuando la original no te parezca gran cosa. Hay oficio delante y detrás de la cámara, pero el guión rinde menos de lo que la historia en sí podría ofrecer. No en vano, el comportamiento humano y sus límites/reacciones ante una situación extrema siempre pueden dar mucho más de sí. Véase sino Perros de Paja de Peckinpah o Defensa de Boorman. Claro que desde la óptica del horror y no del drama, poco más se puede ofrecer al espectador.


Lo mejor: las interpretaciones de los Collingwood al completo.


Lo peor: la gratuita ejecución de uno de los villanos.


Valoració personal: Correcta

miércoles, julio 01, 2009

"Ice Age 3: El origen de los dinosaurios" la saga sigue en forma


En el 2002, Blue Sky Studios entró con fuerza en el mercado de la animación CGI gracias a “Ice Age”, una divertida y agradable historia protagonizada por un grupo de animales prehistóricos, en plena edad de hielo, como su título bien indicaba. La cinta hizo una buena taquilla, entrando directamente a competir con las compañías que hasta el momento se repartían el pastel, es decir, Pixar y Dreamworks.

Con el éxito llegó la inevitable secuela, que costó un poco más pero que recaudó el doble que su antecesora. Así que con tan buenos números, sería de extrañar que la saga no continuase. Por este motivo, tres años después de Ice Age 2: El deshielo (para mí, algo inferior a la primera) nos llega una nueva entrega de las aventuras de Manny y compañía. Esta vez, el variopinto grupo tendrá que hacer frente ni más ni menos que a los dinosaurios.

El éxito de la franquicia es indiscutible, aunque no guste a todos por igual. Ahora bien, la inmensa mayoría, tanto aduladores como detractores, coincide en que la ardilla Scrat es lo mejor. Muchos ya piden un spin-off del animalito para su lucimiento en solitario, pero no sé yo si sus quebraderos de cabeza con las bellotas darían para una película (sería cuestión de probarlo)

Confieso tener cierta debilidad por estas películas. Lejos quedan de las maravillas que nos ofrece año tras año Pixar, pero las prefiero a muchas de Dreamworks. Por ello tenía interés en comprobar si esta secuela mantendría el nivel o, si por el contrario y como suele suceder en las terceras entregas (salvo raras excepciones), se empezaría a notar el desgaste de la saga. Pues bien, la respuesta no se ha hecho esperar.


En esta nueva aventura, Sid, Manny, Ellie, Diego y el resto de la dispar “familia” descubrirán un fascinante mundo bajo sus pies. Bajo capas y capas de hielo, se esconde una tierra dominada por dinosaurios, unas gigantes criaturas que se consideraban ya extinguidas. Como viene siendo habitual, la inconsciencia de Sid pondrá a nuestros amigos en serios apuros. Éstos deberán sortear todo tipo de obstáculos para tratar de rescatar a su amigo de las garras de una furiosa T-Rex. Por suerte, esta vez contarán con la ayuda de un nuevo y astuto aliado que los guiará por ese subterráneo lugar lleno de peligros desconocidos.


Bajo mi punto de vista, Ice Age 3: El origen de los dinosaurios no sólo mantiene el nivel de sus predecesoras, sino que lo supera moderadamente. Y eso es de elogiar teniendo en cuenta que estamos hablando de una tercera entrega.

No es que se hayan reinventado, pero sí han sabido sacar buen provecho del nuevo escenario y de las nuevas incorporaciones. Y es que los dinosaurios dan mucho juego en esta película, y Buck, la comadreja tuerta, es un personaje con cierto carisma.


Nuestros protagonistas son los de siempre. Sid sigue siendo un metepatas, Manny es tan sensato y calzonazos como la primera vez que conoció a la picarona Ellie, Crash y Eddie están como un cencerro y no hay remedio, y Diego no resiste a hacerse el tipo duro aunque todos sepan lo bonachón que es. Y por supuesto, Scrat sigue persiguiendo con locura desmedida a sus adoradas bellotas, a la vez que estrecha lazos de amor y odio con una hermosa y cruel hembra de su especie (Scrattie)

De nuevo, la unidad de esta extraña familia se pone a prueba. Nuevos conflictos, responsabilidades y ambiciones ponen en jaque al grupo. Por si esto no fuera suficiente, la aparición de un gigante dinosaurio y el posterior secuestro de Sid, provoca que Manny y el resto de animales se embarquen en otra emocionante aventura.

Como ya insinúo en anteriores párrafos, uno de los mayores alicientes de esta entrega son los dinosaurios y el mundo subterráneo en el que viven. Cambiar el escenario le sienta bastante bien a la saga, ya que le permite mostrar otra fauna y otra flora, además de poder introducir un nuevo personaje sin que la importancia del resto se resienta en demasía.

El peligro al que se enfrentan aumenta proporcionalmente al tamaño de sus rivales, y por ello la acción alcanza una magnitud mayor.

Pero por muchas novedades que se aporten, la película debe hacerse valer también por su historia y sus personajes. Eso lo han tenido muy en cuenta sus creadores y por eso han seguido cuidando el guión.

Como en las anteriores películas, el sentimiento de amistad incondicional sigue presente en la historia, y vuelve a ser el motor que la hace avanzar.

Los momentos más divertidos los vuelve a protagonizar Scrat. Sus secuencias, aunque ya nos resulten más previsibles, siguen siendo geniales, y Scrattie aporta su seductor y traicionero granito de arena. La ardilla, no obstante, no es la única que puede lucirse, y si bien los gags se reparten de forma un tanto desigual entre los personajes (demasiados para equilibrar la balanza), Sid vuelve a protagonizar secuencias bastante simpáticas (SPOILER -- la persecución colina abajo de los huevos; cuando cabrea al bisonte o cuando debe alimentar a las crías de dinosaurio FIN SPOILER)


Quizás el ritmo se resienta un poco al inicio, pero una vez entran en el mundo subterráneo, la aventura llena la pantalla y el film se hace realmente entretenido.

“Ice Age 3” llega, además, con la posibilidad de ser disfrutada en 3D, técnica visual muy de moda en los últimos años. Para mí, no deja de ser una pijada, sin más. Con esta película he podido comprobar su aportación al cine, y aunque tiene su gracia y puede hacer el visionado más atractivo, no deja de ser un ornamento estético que en ningún momento condiciona o influye en la calidad de la película. Si ésta es mala, el 3D no la hará mejor; a lo sumo, algo más digerible.

Para nuestra fortuna, aquí el 3D no es ni el fundamento ni el reclamo principal del producto (como sí ocurre en otras propuestas tipo “Viaje al centro de la Tierra”), y por tanto, la cinta funcionaría de igual forma con o sin él. Así que quién quiera pagar algo más por verla con las gafas de turno, es libre de hacerlo. Tampoco es que tenga unas secuencias suficientemente espectaculares como para que dicha técnica sea convenientemente provechosa.

Por lo demás, “Ice Age 3: El origen de los dinosaurios” es una divertida y muy entretenida cinta de animación para toda la familia, al igual que sus predecesoras. Cargada de buenos sentimientos (el valor de la amistad, el amor, la solidaridad, la paternidad/maternidad…) y un humor apto para todos los públicos (algunas bromas, como la del bisonte o la de los gases tóxicos, quizás sólo las entenderán los mayores). La historia es tan simple como efectiva, y los personajes siguen siendo entrañables, así que si eres fan de las dos anteriores, ésta debería gustarte.


P.D.: Esta vez, el pase de prensa fue en versión doblada al español. En ese sentido, puedo asegurar que no hay que lamentar la intromisión de ningún “famosete destroza películas”. El doblaje recae en profesionales del medio.



Lo mejor: los momentos de Scrat y Sid.

Lo peor: algún que otro chiste escatológico.


Valoración personal: Buena