
La verdad es que soy bastante reacio a ir al cine a ver adaptaciones de videjuegos, en menor medida, porque no juego a videojuegos y en mayor medida, porque en la mayoría de los casos los resultados son bochornosos (la estela dejada por “Super Mario Bros.” o “Doble Dragon” es muy, muy larga). Y después de ver ésta película, me alegra haberme ahorrado los 6 euros y pico que cuesta la entrada.
La primera ventaja con la que cuento, a mi juicio, es que desconozco totalmente el videjuego, por lo que me ahorro comparaciones absurdas entre el original (videjuego) y la película (cine, absolutamente nada que ver)
Así pues, me dispongo con cierto optimismo a pasar un mal rato ante “una de terror”. Pero para mí sorpresa, eso no ocurre.
Pero vayamos por partes, como diría Jack el Destripador (chistecito fácil, no me odieis por ello...)
De entrada, lo primero y realmente absurdo es la situación que nos lleva al siniestro pueblo que da título al film.
Una sufridora madre que ve como la salud y estabilidad mental de su hija se ven mermadas por las pesadillas de la susodicha y su peligroso sonambulismo (de aquél que te lleva hasta un acantilado y no hacia la esquina de la mesa del comedor, como les pasa a los demás sonámbulos)
Como la niña nombra el pueblo (maldito) de Silent Hill, a la madre no se le ocurre mejor idea que llevarla hasta allí (para que luego alguien se queje de las terapias de shock)
La excusa de diriguirse hasta el pueblo, es algo/bastante forzada, pero siendo una película de terror tampoco le ibamos a pedir peras al olmo. Eso sí, esa no será la única torpeza de la madre durante el transcurso de la película; aunque lo de darle esquinazo a una agente de policía, luego resultará no ser tan mala idea (aunque la agente no opine lo mismo)
Una vez llegados al pueblo, Gans (director también de la, para mí, gratificante “El pacto de los lobos”) nos mete de lleno en el misterio y la supuesta tensión que harán acto de presencia en lo que queda de película. Y es ahí, en ese rápido cambio de rumbo, donde yo encuentro el primer fallo.
Por mucho que la prota' grite y se esfuerce en encontrar a su hija, la empatía con el espectador brilla por su ausencia. Apenas conocemos nada de los personajes, de sus vidas, de sus interrelaciones...por lo que realmente nos importa un bledo la maldita niña y lo que pase con ella y su madre. Lo único que nos importa es saber que demonios pasó en el pueblo y el porque de las extrañas metamorfosis que se van sucediendo.
De ese modo, el pueblo en sí, que viene a ser un (vital) personaje más de historia, se convierte en el protagonista absoluto, ensombreciendo los supuestos personajes protagonistas, cuyo tratamiento es meramente superficial. Por no hablar del personaje de Sean Bean (el padre/esposo), que está ahí como un elemento más del atrezzo.
Pero no todo es malo. Si por algo destaca “Silent Hill”, es por su cuidada estética y por unos efectos especiales de verdadero lujo, obra del talentoso especialista Patrick Tatopoulos (Independence Day, Godzilla, Underworld, etc)
El mundo macabro en el que nos sumergimos poquito a poco cobra una fuerza apabullante que realmente puede sobrecojer al espectador.
Existen, a lo largo del film, momentos muy logrados, como la escena que transcurre en el lavabo con el ente de turno (no contaré más para no destripar nada a nadie) o dos de las escenas finales del film: cuando se encuentra frente la puerta del “mal”; o la masacre final.
Realmente, en el apartado técnico (ambientación, efectos visuales...) no encuentro ninguna pega, es más, me aprece magistral. Lo malo, es que ello no se sustenta con una buena historia ni con un buen desarrollo.
El misterio que hace a uno moderse las uñas y que debería ir esclareciendóse de forma pausada, se nos resuelve de la forma más atropellada y chapucera posible. Todo el cierto encanto que envolvía el film se va al traste cuando ¡SPOILER! la niña maldita nos cuenta enterita toda su historia, como si una voz en off nos estuviera leyendo el catálago (guía, manual o como se llame) del videojuego.
En cuestión de segundos, el misterio se nos revela. Dicho sea de paso, la historia en sí es bastante absurda y no hay por dónde cojerla (que no es lo mismo que no entenderla, aclaro).
Eso me hace pensar si realmente cualquier videjuego puede ser trasladado a la pantalla por el simple hecho de ser un éxito de ventas. Eso sin nombrar las adaptaciones de juegos de lucha, que historia...más bien tienen poco o ninguna.
No se si en este caso, la historia ha sufrido cambios o variaciones respecto al videjuego, pero para mí, como película, no tiene razón de ser.
Si esto fuera un videoclip de Marilyn Manson me levantaría del sillón y aplaudiría con gran entusiasmo, pero como la película que es, me parece un mero ejercicio de excelente virtuosismo visual pero de profundo vacío argumental.
Christophe Gans se preocupa más, como ya he dicho, del aspecto visual, que de la propia (floja) historia.
Por suerte, las interpretaciones son correctas: a Radha Mitchell ya se le daba bien eso de pasarlo mal, sino véase “Pitch Black” (película de la que jamás se debió hacer una secuela...como la que tuvo), dónde su personaje era más inteligente y tenaz. Sean Bean también cumple con su escaso cometido; y es que es una lástima que un actor con su talento -relegado casi siempre a papeles de antagonista- se preste a hacer de chico bueno en la película equivocada. Y Laurie Holden, con un cambio de look sorprendente, hace gala de sus atributos físicos y además nos muestra a una valiente agente de la ley creíble y sobretodo humana (y eso en un agente de la ley, es un milagro)
También es de agrecer que aún siendo una película de terror con el típico pueblo fantasma, tanto director como guionista nos ahorren un montón de tópicos ya manidos en el género, que bien podrían haber tenido su hueco y que nos hubieran entorpecido el suspense surrealista de la película.
Con todo ello y teniendo como referencia otras adaptaciones hechas hasta la fecha, “Silent Hill” se erije como una adaptación ciertamente lograda, pero que como película de terror propiamente dicha, ni asusta ni sorprende. Por lo tanto, a mi no me convence.
Admito que soy muy exigente, pero si la película que me ocupa no tuviera ese halo pretencioso que la recubre, quizás me hubiera resultado más amena.
Christophe Gans ha pegado el bajón al viajar al otro lado del charco, pero aún así, apunta alto. Estaremos a la espera de que le den un buen guión :)
Lo mejor: La magnífica recreación de un mundo macabro y tenebroso de la mano del genial Tatopoulos; ver a Laurie Holden embutida en un sugerente uniforme; algunos logrados momentos de tensión; la (buena) repercusión que pueda tener para futuras adaptaciones de videjuegos (de la que DOA no ha aprendido nada y de la que espero que Paul W.S. Anderson tome nota para hacernos más llevadera su particular versión de “Castlevania”)
Lo peor: Un guión un tanto absurdo y engañoso; un final francamente insulso e inadecuado; ver al bueno de Sean Bean metido en un berenjenal ajeno; las excesivas pretensiones de las hace gala el producto.
Valoración personal: 2,5 sobre 5 (Regular)