jueves, noviembre 22, 2007

“Adiós, pequeña, adiós” ¿el fín justifica los medios?

Nos encontramos ante el debut tras las cámara del casi siempre mediocre -como actor- Ben Affleck. Digo “casi” más que nada por su correcta interpretación en “Hollywoodland”, aunque tampoco lo suficientemente buena como para hacerlo merecedor de la Copa Volpi que le otorgaron (cuanto menos, discutible)

De buenas a primeras, con esa información, uno puede mostrarse receloso e incluso puede que los prejuicios le asalten como mosquitos a la luz, pero es de buen espectador el conceder una oportunidad antes de prejuzgar, y si luego resulta que es tan petardo dirigiendo como actuando, pues aquí está un servidor para, muy cómodamente, ponerlo a caldo.
No obstante, tendrá que ser en otra ocasión, pues esta vez hay que reconocerle su sorprendente e igualmente satisfactorio trabajo en las labores de dirección, con una película que ha suscitado una injusta -por no decir absurda o estúpida- polémica por sus más bien pocas similitudes con el “show mediático/caso Madeleine”. Y son pocas porque más allá de que la película se centre en la investigación del secuestro de una niña pequeña (también rubia), en lo demás no tienen absolutamente nada que ver.


Se ha llegado a tildar la película de “oportunista”, cuando hace más de una año que se empezó su rodaje y cuando se basa en una novela anterior a dichos hechos.
Como ya suele ser habitual, los medios de comunicación desconocen tres cuartos de la información que deberían conocer, por lo que siempre resulta poco o nada interesante la promoción de una película vía noticiarios. Como anécdota, aún recuerdo cuando un periodista de informativos afirmaba que “El Orfanato” estaba producida por Benicio Del Toro (el actor), en vez de Guillermo Del Toro (el director). Pero lo más grave es que este periodista era de la misma cadena que producía la película! Si es que... jejej


Anécdotas a parte, “Adiós, pequeña, adiós” no es una película comercial ni tampoco está protagonizada por grandes estrellas Hollywoodienses, por lo que no es raro que aparte de las polémicas suscitadas, la película haya pasado más bien sin pena ni gloria por nuestras carteleras. Otro motivo añadido puede ser el hecho que con su trailer, la hayan vendido como el drama que realmente no es. Cierto es que tiene tintes dramáticos en los que, obviamente, se sustenta la historia y sus personajes, pero no por ello es un drama al uso, sino un thriller. Thriller con una carga dramática que fluye sin pesar en el espectador, quien se mantiene intrigado durante toda la película para esclarecer los hechos que en ella acontecen.


Affleck dirije con sobriedad, desarrollando la trama pausadamente y con cautela, mostrando interés en sus personajes principales (y secundarios) y en su evolución a medida que avanza el caso.
La película planea y posteriormente profundiza sobre la condición moral que cada ser humano tiene (o deja de tener, que también) y que irremediablemente afecta a todas nuestras acciones. Los personajes aquí presentados están sujetos a ella como cualquier otro, y esa moralidad dictaminará sus actos, ya sea para bien o para mal, por convicción o por imposición.


Aunque lo parezca, Ben Affleck no es tonto, y aparte de enchufar a su hermanito, se ha rodeado de un buen par de actorazos como son Morgan Freeman y Ed Harris, cuya sola presencia ya llena la pantalla, otorgando además un prestigio añadido al film que gracias a Dios no resulta meramente postizo, como si ocurre en otros casos (especiamente con los proyectos de dudosa calidad en los que a menudo se mete Freeman)

Ed Harris borda su papel, creando un personaje que pasa de carnos mal a caernos bien, y luego otra vez mal y luego...bueno, luego que cada uno juzgue.
Estoy seguro que en manos de otro actor, de la excelencia se hubiera pasado a la sobreactuación, fina linea que las separa y que muchos cruzan con demasiada -fea- costumbre.

Por su parte, la pareja protagonista formada por Casey Affleck y Michelle Monaghan cumple con su cometido con correctas interpretaciones acordes con su rol. Me ha extrañado que Affleck resultara convincente, sobreotodo y a pesar de no mover un sólo músculo de su cara en toda la película (una fugaz y casi inperceptible sonrisa es la única mueca distintiva que se llega a apreciar). No sé si la inexpresividad es cosa de familia o es que iba con el perosnaje, pero el caso es que no me ha molestado en exceso, que es lo cuenta.


La película, como ya he dicho antes, se desarrolla de forma pausada, pero eso no es un problema porque siempre hay algo que contar y la trama da los suficientes giros argumentales en muy poco tiempo como para que uno esté al tanto de lo que va a suceder luego. Eso sí, recomiendo estar muy atento y quedarse con los nombres de los personajes, porque sino más de uno va a tener que echar mano del rebobinado.
Hay un punto de inflexión a mitad de la película que aunque se nos antoje chocante y en cierto modo rompa el ritmo del film, rápidamente se torna como el inicio de ese “todo” que oculta el argumento.

Se le puede achacar eso sí, una correctitud y pulcredad en algunos diálogos que en ciertos momentos hacen que no parezca que la historia se desarrolla en unos suburbios. No digo que haya que ir soltando tacos a diestro y siniestro, pero si evitar la exaltación de unos elucubrantes diálogos por medio de sabias palabras bien escritas antes que por lo que nos quieren decir con ella. No se si me explico, pero a veces las formas no son más importantes que lo que realmente se está diciendo.
También la chulería del protagonista que en ciertos momentos ostenta, se nos puede antojar poco creible, por mucho revólver que lleve encima y por mucho que se haya críado en el barrio. Tenerlos bien puestos no significa que puedas chulear a unos tíos grandotes cuando tu chica está ahí y también puede recibir.


Salvo estas pequeñeces sin importancia, no temo afirmar que se trata de una notable película, que invita a reflexionar e incluso a reflexionar sobre ella misma.
La historia es tan buena (que no original) que quizás pensemos que en manos de otro director se hubiera convertido en una obra maestra, pero hay que ser justos y entender que con el talento se nace, pero con la experiencia no. Esto lo digo porque la novela en la que se basa la película es del mismo escritor que escribió “Mystic River”y que el tito Eastwood posteriormente adaptó con magníficos resultados. Vengo a referirme a que Affleck no es Eastwood, y quizás a la película le falte esa contundencia que el primero sabe imprimir de forma natural y para nada tramposa ni artificiosa (algo que otros sí hacen, como Paul Haggis con “Crash”)

Vamos, que un servidor tiene la esperanza de que Ben Affleck permanezca a este lado de la cámara y no del otro, así por un lado nos ahorramos sus penosas y mayormente sosas interpretaciones; y por el otro, ganamos en buen cine, que de eso andamos faltos en estos tiempos que corren.

Adiós, pequeña adiós”, es una película pausada que no lenta, áspera que no fría, cruda que no letal, recomendada sólo para aquellos libres de prejuicios y dispuestos a debatir sobre la correcta o incorrecta moralidad del hombre (y la mujer, claro) ante según que situaciones.

Sin destripar nada, en los últimos minutos pienso que el progonista, a pesar de actuar según sus convicciones y así evitar una deuda que le podría pesar toda la vida, al final acaba arrastrando otra deuda no sé si peor, pero si más directa.


Lo mejor: una dirección libre de efectismos, llevada a cabo con sobriedad y tenacidad; Ed Harris, su final.

Lo peor: la polémica que ha suscitado a su alrededor; la desconcertante inexpresividad de Casey Affleck.

Valoración personal: Buena

martes, noviembre 20, 2007

“Lío Embarazoso”, humor troglodita

Lío Embarazoso” es una película que se ha estrenado en España -no sin retraso-, después de cosechar un notable éxito en su tierra natal, con favorables críticas no sólo de público, sino también de la “crítica especializada”. De hecho, se la ha llegado a calificar como “la película más hilarante del año”.
Por lo que a mi respecta, no sólo el calificativo me parece exagerado, sino que además considero que la película no funciona como tal, es decir, como comedia, por los motivos que continuación expondré.

Lo primero y muy importante, es apuntar que la película se acerca más al melodrama de telefilme que a la comedia propiamente dicha. De hecho, podriamos decir que básicamente la primera media hora es la que pertenece a la comedia, mientras que el resto se muestra más como el citado melodrama pero con toques de humor de temática mayoritariamente sexual, que supuestamente nos harán reír a carcajadas (¬_¬)

Pero primero, situémonos en el contexto de la historia, para poder analizar mejor donde falla ésta. Y para ello, nada mejor que una breve sinopsis.

Ben Stone es un tipo vago, yonki, desempleado y sexualmente tan salido como inactivo. Un día tiene la gran suerte de conocer en una discoteca a Allison Scott, una joven y atractiva periodista de futuro profesional muy prometedor. La noche en la que se conocen se emborrachan y acaban acostándose sin usar preservativo, con la consecuencia de que 8 semanas más tarde ella se dará cuenta de que está embarazada de él.
Dado que Allison no quiere afrontar la situación sola, decirle darle una oportunidad a Ben para llevar el tema del embarazo con la responsabilidad que le toca, es decir, la de padre de la criatura.


Hasta que el espectador tiene conocimiento del embarazo, la película, como ya he comentado, se mueve dentro del género cómico. Eso sí, entiéndase por cómico el humor más chabacanero, retrograda y vulgar que uno se pueda echar a la cara.
A lo largo de la película, el director utiliza, en su mayoría, el humor de tono sexual para hacer reír al espectador. Eso es, hacer continuas referenicas hacia lo que al hombre le cuelga entre las piernas, hacia la masturbación, hacia los senos de la mujer y demás memeces típicas de este tipo de humor, que muy probablemente haga partirse de risa a los que aún se encuentran en la edad del pavo (están en su derecho), pero que a un servidor no le producen la más leve sonrisa.
Humor sexista que bien podemos encontrar en programas como “Escenas de matrimonio” que emite Telecirco a la hora de la cena, pero elevados a la máxima potencia. Vaya, que cuanto más guarro suene el chiste y más machista -o feminista- sea, pues mejor que mejor.

El abuso de típicos tópicos es también uno de los puntos flacos de la historia, puesto que en vez de aportar algo nuevo al género, decide explotar lo que ya se ha visto en repetidas ocasiones.
Tenemos al protagonista, que es el típico feo patoso de gran corazón; la protagonista, típica maciza sentimentaloide de clase acomodada y a su hermana la arpía (con marido calzonazos incluído), y por no faltar, no faltan el grupete de amigos del prota, que básicamente son una panda de descerebrados que se pasan el día drogándose y pensando en sexo (o en apuestas estúpidas), y que en un alarde originalidad, el director y también guionista del film, las hará contonearse a base posturas obscenas para provocar de nuevo la carcajada sentre los asistentes.

El problema, más que nada, es que a pesar de usar estos tópicos, Apattow tampoco consigue hacerme reír, porque no sabe sacarle jugo a los diálogos, que se tornan casi siempre demasiados extensos y fundamentalmente obvios.
Tampoco ayuda que el comportamiento de los personajes no acabe de resultar demasiado creíble, y en consecuencia, tampoco lo sea la historia. No es suficiente motivo que Ben sea un buen tío simpaticón, para que una mujer supuestamente inteligente, le dé una oportunidad como padre (y como pareja) Tampoco es creible que cuando éste cambia de forma de actuar, consiga un trabajo y un apartamento en menos que canta un gallo (por favor, que desvele el secreto a los probes milueristas españoles..y a los que no llegan ni a milueristas). ¿Será que en USA el precio de la vivienda está por los suelos? ¿O los sueldos están por las nubes?

Hay también personajes de aparición fugaç que están metidos con calzador y que no aportan absolutamente nada a la trama. Es el caso, pues, de los padres de ambos protagonistas. Son utilizados básicamente como cameos, de manera que un servidor de sé cuenta de como los años y los kilos han agravado el aspecto del director/actor/guionista Harold Ramis (Egon Splenger en “Los Cazafantasmas” xD) o lo bien que se conserva Joanna Kerns (la mamá de Kirk Cameron en “Los Problemas Crecen”). Para otra cosa, no creo que estén.

Pero Apattow no tiene suficiente con los cameos, así que decide meter infinidad de referencias a otras películas, a modo de guiños, para ganarse el beneplácito del cinéfilo empedernido. El problema es que los guiños son utilizados frecuentemente por que sí, sin venir muy a cuento (aunque a veces sí), de manera forzada (otras no tanto) o simplemente sin resultar graciosos, más allà de los recuerdos que a uno le puedan traer.
Esto no es suficente para complacer al cinéfilo, así que la complicidad se pierde si el resto de la película no interesa lo más mínimo. Y digo no interesa, porque cosas que deberían resolverse en uno o dos actos, se resuelven en tres o cuatro, con lo cual la película se alarga hasta la extenuidad, con una falta de ritmo agonizante y percibible hacia la mitad del film, y cuya máxima consecuencia es hacer mella en la paciencia del espectador, que a falta de buenos chistes y de humor inteligente, por lo menos desea que no le aburren con demasiado metraje ni con historias paralelas muy poco trabajadas (véase la relación matrimonial de la hermana de la prota, que bien se podría haber suprimido y a la que se le ha dado más cancha de lo debido)


Por otra lado, está la moralina tan típica americana que abunda en este tipo de productos y que en esta película apesta por los cuatro costados. Las moralejas de aceptar a los demás por lo que son en su interior y no en su exterior; de las responsabilidades que debemos asumir; de lo importante que es el amor y en general, todas esas cosas que cuando las sepamos una vez termine la película, nos harán ser más felices y mejores personas...sinceramente, a mi me cansa. Sobretodo porque aquí se muestra en exceso, en casi todas las escenas clave de la película.

Todo esto, si viene con buen humor, pues aún se puede soportar, pero si el aburrimiento hace presencia, a uno el aguante se le acaba agotando. Y es que me pregunto una vez más si las discusiones que mantenienen los protas en algún momento de la película (la del coche o la de la consulta del médico) a alguien le resultan ya no digo graciosas, sino verosímiles. A mí desde luego, no.


La perla de todo esto llega al final, cuando el director, desprovisto de cualquier tipo de sutileza o elegancia, decide mostrarnos de forma explícita el parto de la muchacha con no uno, sino dos primeros planos seguidos de la vagina de ésta, mientras está iniciando el parto. Por supuesto, un servidor no se va escandalizar ante dicha visión, pero realmente me pregunto si era necesario ser así de explícito o bien podía sido má singenioso y en mayor medida, más cómicosy menos zafio. Resulta que uno de los amigos presencia ese momento del parto y acaba un tanto afectado, así que por si alguno aún dudaba de si los niños venían de París traidos por una cigüeña o no, pues Apattow, ni corto ni perezoso, decide mostrárnoslo. Lo raro es que en las escenas de sexo que aparecen la película -bastante surrealistas, por cierto-, el director no nos muestre el miembro que tantas veces nombra en su forma más cotidiana (ya sabeis, empieza por “p” y acaba por “a”)


En definitiva, una comedia que a mí, iendo a contracorriente para no perder la costumbre, me ha parecido pésima por los motivos aquí descritos y que se resumen en muy pocas palabras: aburrida y sin gracia.
El éxito de este tipo de películas (o las American Pie de turno, otras que tal...), viene a decirnos que el humor inteligente ha muerto y que este es el futuro de la comedia. Quizás soy un poco fatalista, ya que siempre nos quedará el irónico humor inglés y las siempre agradables comedias francesas de Veber y compañía.
Conste que no soy un puritano, ni muchos menos, y que el humor gamberro me gusta (si es bueno), pero es que con esta película sólo me he reído una vez y aún me pregunto, independientemente de que realmente se me haya hecho larga y aburrida, si es cosa mía o la gente es de risa fácil.

“Lío embarazoso” es además la visión de pareja de un guionista que parece que muy poco sabe sobre las mujeres, de las cuales me gustaria saber la opinión que tienen acerca de esta película y de otras de temática similar, cuya visión se me antoja bastante sexista y arcaica como para disfrutarla en pareja (en un grupo de amigos mixto)


Lo mejor: la correcta actuación de los actores, tanto él (Seth Rogen) como ella (Katherine Heigl)

Lo peor: Todo lo demás: lo inverosímil de las situaciones/historia; el humor casposo; el excesivo metraje (más de dos horas para una comedia!!); los abundantes tópicos; la moralina barata, etc, etc.


Valoración personal: Mala

miércoles, noviembre 14, 2007

Piccolo ya tiene rostro!

Aquello que muchos temíamos y otros deseaban, ya es una realidad: La adaptación al cine en carne y hueso de la miiiiítica serie “Dragon Ball” ya está en marcha y con vistas de estreno entre el 2009 y el 2010, aunque la huelga de guionistas puede que acelere el proceso (mal) y decidan tenerla para...el próximo año!
Ya se sabe que las prisas son malas consejeras..

Tras anunciarse que el encargado de dirigirla sería James Wong (responsable de la aceptable “Destino Final” y la aberrante “El único”) y que contaría un presupuesto de unos 100 millones de dólares (una bírria teniendo en cuenta las millonadas que se gastan en otros blocksbusters), las últimas noticias informan sobre quiénes encarnarán a los carismáticos personajes de Son Goku y Piccolo (aka Cor Petit)

El joven actor Justin Chatwin, que ha apareció en el remake de “La guerra de los mundos” haciendo el papel de hijo de Tom Cruise, será Son Goku. Y el malvado -y luego indispensable y fiel amigo- Piccolo, tendrá el rostro de James Marsters, quien ya encarnó a un villano (Spike) en la serie “Buffy Cazavampiros”, conviertiéndose éste en el mejor personaje de la serie durante sus devaluadas últimas temporadas, momento en el que adquirió mucho más protagonismo (y único motivo por el que yo seguí viendo la serie hasta el final, a pesar de lo penosa y cansina que se estaba volviendo)


Un servidor se muestra bastante escéptico ante tal proyecto y numerosos son los motivos.
Uno de los principales es la dificultad que tiene el adaptar un manga como DB, que a priori se me antoja muy pero que muy difícil. Mi convicción siempre ha sido adaptarlo utilizando animación 3D (CGI, vamos), lo que permitiría mantener la fisonomía de los personajes intacta, además de que las posibilidades que ofrece dicha técnica son mucho mayores que unos cables y 4 trucajes de ordenador.
En personajes reales, lo más cerca que se ha estado de una pelea tipo DB es en la trilogía Matrix, y tampoco es que me sirva de consuelo (demasiado artificial)

Otro temor apunta a todas y cada una de las libertades que se van a tomar a la hora de adaptarlo. De hecho, se ha llegado a decir -pudiendo ser un bulo- que Goku podría ser un estudiante universitario con habilidades en la lucha. Yo a eso le llamo pasarse la historia por el forro, y en ese tema van a tener una enorme legión de fans en contra (incluyéndome a mí)

El director tampoco me inspira mucha confianza, pues tiene en su haber una de cal y otra de arena (y lo bueno, tampoco es como para saltar de alegría). Luego teniendo en cuenta que el presupuesto para blockbusters suele rondar entre los 150 y 250 millones, a uno se le antojan insuficientes tan solo 100 millones para adaptar una serie de tales magnitudes (Transformers costó 150 y cosas como Spiderman 3 o la tercera parte de Piratas del Caribe costaron 300 y 200, respectivamente -cifras aprox.-)

En fin...muchas contrariedades y muchas dudas albergadas en mi interior en referencia a esta adaptación. De momento, los nombres elegidos para encarnar a dichos personajes no me desagradan en absoluto. Es más, Marsters creo que podría clavar perfectamente el papel de Piccolo, ya que además encuentro ciertos paralelismos con su Spike de la serie antes mencionada. Aunque eso sí, a Chatwin no le iría mal ponerse un poco en forma, porque es más bien tirando a enclenque xD

No me enrollaré más, ya que el motivo del post, más que informar sobre dicha noticia (eso ya se puede encontrar en cualquier blog especializado en cine), era mostrar como podría ser la caracterización de Marsters como Piccolo.
Sin tener ni la más remota idea de como piensan convertir al actor en el “todopoderoso” namekiano y si van a respetar o no la imagen que todos conocemos, un servidor ha querido hacerse una idea aproximada mediante retoque fotográfico.
Así que echando mano de mi amigo el Photoshop y fusionando un par de imágenes que se pueden encontrar fácilmente navegando por la red, he realizado un fotomontaje, que aunque no sea la leche, espero sirva para hacerse una idea xDD
No es que haya invertido el tiempo necesario en su creación (ojalá), y siendo uno quiquilloso se le pueden encontrar los fallos sin problemas..pero oye, la intención es lo que cuenta. Así que espero que os guste :)


*Hace años ya sonó la adaptación de la serie y por internet empezó a correr la imagen de Piccolo que he utilizado para el montaje. No se si sería un fake o llegó a ser material de pre-producción, pero a mi me ha venido de perlas :D


Saludos ;)

domingo, noviembre 11, 2007

"Stardust" el cuento de hadas prometido

Antes de adentrarnos en la crítica, vaya por delante que un servidor no ha leído la obra en la que se basa la película, con lo cual, y aunque esto no fuera así, mi opinión viene dada una y exclusivamente por las virtudes y defectos que la película tenga en sí misma.
Creo que es muy importante saber diferenciar un medio de otro y que para nada se muestran y expresan de igual forma, por lo que compararlos siempre resulta un tanto farragoso.
La fidelidad mayor o menor hacia una novela puede constituir una mejor o peor película, inclinándose tanto hacia un lado como hacia el otro, es decir, ya siendo más o menos fiel. No siempre la máxima fidelidad a la obra escrita asegura una buena película.


La cinta que nos ocupa se basa en la novela de Neil Gaiman que DC Comics publicó en 4 volúmenes allá por el 1997 a modo de cómic y que un año más tarde se editó en formato libro, pasando a ser una de las novelas más vendidas y mejor valoradas del año.
La película ha sido trasladada al cine de la mano del director Matthew Vaughn, siendo éste su segundo largometraje tras la recomendable “Layer Cake”.

La película nos cuenta la historia del inocente -y algo torpe- joven Tristan (Charlie Cox), que para conquistar el corazón de su amada Victoria (Sienna Miller), promete a ésta ir en busca de una estrella caída del cielo. Dicho cometido le llevará a cruzar los misteriosos muros que delimitan su pueblo y tras los que se esconde un mundo mágico que jamás llegó a imaginar (toma ya que bonito me ha quedado eso xD)
La primera sorpresa con la que Tristan topará, será comprobar como la citada estrella se ha convertido en una hermosa dama de nombre Yvaine (Claire Danes). Si esto ya supone una importante complicación, el hecho de que una malvada bruja (Michelle Pfeiffer) y un codicioso príncipe (Mark Strong) vayan también tras ella, no le facilitará nada las cosas.

En su camino, Tristan se cruzará con unicornios, piratas que surcan los cielos, decrépitas brujas, etc.


“Stardust” es, en lineas generales, un agradable y efectivo entretenimiento que hace disfrutar a los espectadores mostrándoles un mundo de fantasía cargado de aventuras, hechizos, amor, humor (muy inglés) e incluso una cierta y agradecida poesía, que en última instancia magnifica unos diálogos siempre cuidados e ingeniosos.
La película transcurre a buen ritmo desde que una voz en off nos introduce en la historia hasta que los títulos de crédito inundan la pantalla.
Los personajes se nos presentan uno por uno, tomándose el tiempo justo para que el espectador los identifique y categorice sin problemas, algo que resulta mucho más fácil teniendo en cuenta que son arquetipos de sobras conocidos (brujas, príncipes, valientes héroes, damiselas en peligro, fantasmas...)
En ese aspecto no es que la película ofrezca muchas novedades (tampoco se las pedíamos), pero consigue desarrollarse con soltura gracias a algunos giros inesperados -y esperados- en la trama y sobretodo al cúmulo de personajes que la inundan, todos importantes y claves para que cada uno de las piezas que conforman la historia encajen a la perfección en los minutos finales.

Otra gran baza de la película es sin duda su acertado reparto, que aúna estrellas consagradas como Robert De Niro o mi adorada musa Michell Pfeiffer, con actores más jóvenes pero no menos talentosos, como el protagonista Charlie Cox (visto en “Casanova”), que aporta al personaje ese toque honesto y amigable que hace que empatices fácilmente con él.
También hay un buen elenco de secundarios (Rick Gervais, Jason Flemyng) que ayudan a tejer bien el argumento.
Y como no, tampoco faltarán bellos rostros como los de Sienna Miller o Claire Danes, que serán las damas por los que nuestro héroe luchará (primero por una, luego por la otra)
E incluso tenemos la oportunidad de ver al veteranísimo Peter O'Toole, que siempre aporta calidad al producto, aunque en este caso su aparición sea más breve de lo deseado.

Profundizando un poco más en el elenco, decir que la espléndidamente hermosa Pfeiffer crea con facilidad y sin histrionismos -tan típicos de estos papeles- el personaje de la pérfida bruja Lamia como si lo hubiera interpretado otras muchas veces.
Lamia pretende apoderarse del corazón de la estrella para conseguir de nuevo la juventud, y a lo largo del film vemos su lado más málevolo y su lado más picarón. Ni que decir que Pfeiffer cumple sobradamente con el papel en todo momento.
Por su lado, De Niro, alejado cada vez más de esos papeles de duro mafiso, encarna a un caza rayos que instruirá a Tristan en el arte de la espada, para que así pueda batirse en duelo sin perecer en el intento. Su personaje oculta un secreto que por supuesto no desvelaré aquí, pero sí hay que decir que protagoniza uno de los momentos más hilarantes y bizarros de la película, y por consiguiente, de los más divertidos y por el cual ya merece pagar la entrada del cine.
Los que estén muy apegados al De Niro mafioso quizás lo encuentren ridículo, pero el que sepa apreciar las virtudes de un carismático actor como él, agradecerá que por una vez nos haga reír sin recurrir a la ya cansina y gastada autoparodia que tanto ha explotado en el ocaso de su carrera con olvidables productos como “Una terpia peligrosa” o “Showtime”.

Claire Danes - la estrella caída Yvaine-, nunca me ha gustado como actriz, encontrándola casi siempre demasiado sosa. Esta vez mejora bastante y se involucra con mayor habilidad que en otros papeles. Su intepretación pues, me parece correcta, aunque quizás hubiera preferido a otra actriz en su lugar.

Charlie Cox, como ya he dicho, se defiende muy bien afrontando el peso de su personaje, y el resto del reparto cumple cada uno con su cometido dentro de la función.


Tema a parte son los efectos especiales, que por una vez están al servicio de la historia y en ningún caso para ocultar las carencias de un superfluo guión (sirva como ejemplo de esto último, las secuelas de Piratas del Caribe o Transformers)
Visualmente no es que sean la repera, pero tienen ese toque mágico -nunca mejor dicho- que hace que se vean con agrado, aunque sin llegar a fascinar. También hay que reconocer que se usan puntualmente y cuando toca, y no de relleno como podría haber llegado a ocurrir.

La ambientación, como ya sucede en este tipo de películas, está lograda. Quizás lo que se eche de menos es una visión más atractiva de ese mundo mágico que está al otro lado del muro, que por lo general, no es que sea muy impresionante. Vamos, que salvo por algún castillo, guarida o barco volador, todo lo demás resulta bastante normalito, por decirlo de alguna manera. Eso sí, los paisajes son realmente bellos y es dificil no percatarse de ello.

Tampoco hay momento álgidos o cumbre en la película que se queden grabados a fuego en la memoria. No hay lugar para grandes duelos ni apoteósicas batallas, motivo por el cual muchos tildan la película de aburrida. Este no es mi caso, ya que creo que la acción es la que debe haber y que está dosificada con buen tino. Otra cosa es que algunos esperasen dragones, monstruos o batallas al estilo “El señor de los anillos” o similares. Y es que “Stardust” es un encantador cuento de hadas que engancha al espectador por su honestidad y por la facilidad con la que ofrece un buen entretenimiento jugando con elementos ya conocidos (y manidos)
Se nota pues, que el proyecto se ha abordado con afecto, lo que recuerda en cierta manera esas viejas producciones de antaño como “La princesa prometida” (con la que ya se le ha comparado), que con comedidas pretensiones pero mucha ilusión, se llevaban a buen puerto y aún hoy día permanecen en la memoria del espectador y del buen cinéfilo.
Claro que esta película cuenta además con un presupuesto más holgado (65 millones, para ser exactos) y un precedente en forma de novela que ya aseguran cierto éxito. Éxito que está cosechando entre el público y la crítica española, pero que no se ha visto reflejado en la taquilla estadounidense. Una lástima, la verdad.


Así pues, aquellos que gusteis del cine fantástico y esteis ya cansados de infatiloides producciones con niños repelentes como protagonistas, aparatosos efectos especiales y basados en best sellers de cuyo autor no habeis oído hablar en la vida, quizás encontreis en “Stardust” la reconciliación con el género.
Por lo menos ese ha sido mi caso.

Una encantadora película con la que disfrutar en familia, con los amigos o la pareja (o sólo, si así se tercia), repleta de buenos sentimientos y un humor, en mayor medida, políticamente correcto.

Lo mejor: Michelle Pfeiffer como la malvada bruja; la impagable secuencia de De Niro; la sencillez y efectividad del producto; que sus 130 minutos no se hagan pesados y resulten siempre amenos.

Lo peor: Su injusto fracaso en EE.UU.; algunas momentos cogidos un poco con pinzas (como la aparición del unicornio)


Valoración personal: Buena