viernes, junio 29, 2007

Hollywoodland, el lado oscuro de las estrellas

En los últimos tiempos, el cine negro parece que vuelve a ser un género en alza, aunque de momento no todas las propuestas cumplen nuestras expectativas.
Éste es un género cuyo máximo esplendor fue en los años 30 y 40 (y parte de los 50). Con la llegada del western, quedó algo apartado y olvidado, aunque con el tiempo fue recuperando fuerza.

En esta última década, las propuestas han sido varias y algunas muy o bastante buenas, pero eso no ha evitado que entrara en un alarmante declive.
Películas más o menos recientes como “L.A. Confidential” o “Camino a la perdición”, parecía que nos devolvían el film noir que tanto echábamos de menos. Y de hecho lo hicieron, pero por desgracia no hubo nadie que recogiera el relevo, aún siendo éstas dos una excelente muestra de tan apasionante género.
Entre una (L.A. Confidential, 1997) y otra (Camino a la perdición, 2002) va una importante diferencia de años. Sin olvidarnos que los 90, en general, fueron bastante provechosos para el género (recordemos a los Cohen y su estupenda “Muerte entre las flores”, por citar una)

Como ya he dicho, ahora parece que se está intentado recuperar el género, y en poco tiempo nos han llegado un par de películas tan similares en trama entre ellas, como distintas en su ejecución.
La más esperada era “La Dalia Negra”, que suponía el regreso del gran De Palma a su género favorito, tras un tiempo de silencio (algunos seguimos intentado borrar “Misión a Marte” de nuestros recuerdos)
Despúes de verla, solo puedo decir que el chasco fue de órdago. Ni rastro del De Palma por el que una vez sentí fascinación. Un par de escenas marca de la casa, que tampoco tenían la fuerza visual de las de antaño, y poco más. Solo salvaría la ambientación y las interpretaciones de Aaron Eckhart y Hilary Swank.

Ayer le tocó el turno a la que ahora ocupa esta crítica: “Hollywoodland”, protagonizada por Adrien Brody, Diane Lane (que bien conserva el atractivo esta mujer!), Ben Affleck y Bob Hoskins.


La película gira en torno a la aparentemente confusa muerte de una estrella de Hollywood. Trama similar a “La Dalia Negra”, aunque llevada a cabo de forma muy distinta.

De entrada, la muerte del famoso actor George Reeve (Ben Affleck), que interpretaba a un Superman televisivo con bastante éxito, es un punto de subjección por el que se extiende la película pero por el que se nos cuentan muchas más cosas.
La investigación que lleva a cabo el personaje de Brody se sigue con máximo interés, pero también la evolución de este mismo. Él es un perdedor con bastante desfachatez. Un tipo avispado en su trabajo, pero un completo desastre en sus relaciones personales.
Todo ello irá influyendo en cada paso que dé, y su visión del caso alcanzará momentos de incierta empatía con el difunto. Difunto que por otra parte, llega a estar bastante eclipsado por el investigador, por lo que no podemos hablar de un completo biopic, sinó más bien un acercamiento a la dicha y desdicha del sr. Reeve.

Lo bueno de como Allen Coulter (el director) nos cuenta la película, es esa fantástica heterogenia entre las ambas vidas de los personajes. La cinta se nos presenta a modo de flashbacks, pero tan bien integrados que no resultan pesados en ningún momento, sino todo lo contrario.
Quizás la película sea un poco larga para que lo que nos tiene que contar (el nuevo cáncer del cine...el excesivo metraje), pero Coulter lleva el ritmo con bastante eficacia en casi todo momento.

En esta película, es más importante el quiénes (los personajes), que el qué (la muerte de Reeve),y eso se va notando a medida que la historia avanza.
Puede que el guión no sea nada del otro mundo, pero la cohesión entre intriga y drama está bien resuelta, sin que una pise a la otra.
La ambientación está lograda, aspecto que logran todas o casi todas estas películas. Conste que no por ello le quito mérito alguno.

Y de los actores, pues puedo decir que tanto Brody como Aflecck están correctos.
Antes que a Brody, yo hubiera preferido a otro actor, pues lo veo un poco espigado y soso para el papel. Pero bueno, a fin de cuentas cumple.
Affleck desde luego demuestra por una vez que actúa. Yo personalmente lo considero un actor mediocre, pero aquí logra estar correcto. Otra cosa es que lo premiaran con una Copa Velpi, que ya me parece un tanto exagerado. Pero ya se sabe que de los festivales, uno no siempre se puede fiar.

Diane Lane me parece que se los come a todos con patatas. Puede que nunca haya sido una Meryl Streep o una Kathy Bates, pero sabes que ahí donde la pongas, la mujer te lo clava. Por no hablar de su estupendo aspecto. Siempre me ha gustado físicamente, pero al igual que mi adorada Michelle Pfieffer, mantiene la belleza y el atractivo, a pesar del paso del tiempo (sin recauchutarse como Demi Moore)

Luego está Bob Hoskins, que está en su linea, es decir, correcto pero sin deslumbrar. Su personaje viene y va en la trama, así que tampoco se le puede achacar nada. Nunca me ha producido simpatía alguna, lo cual ya me va bien para el personaje que desempeña xD

Poco más que decir sin destripar la película, pero a aquellos que gusten del cine negro, se la recomiendo, ya que por lo menos a mi me ha servido para quitarme el mal sabor de boca que me dejó la cinta de De Palma, que espero que recupere el buen pulso con la precuela de Los Intocables, que buena falta le hace.



Lo mejor: los personajes; la ambientación; el paralelismo entre los personajes principales; el final.

Lo peor: Que no acabe de dejar huella en un servidor, a pesar de su eficacia; sus (innecesarios) largos 126 minutos; Robin Tunney.


Valoración personal:
6,8 sobre 10

domingo, junio 17, 2007

“Equilibrium”, enganchados al Prozium

Por fin ha caído en mis manos esta película. Ya llevaba un tiempo detrás de ella y ahora ya puedo juzgarla por mi mismo.


Equilibrium es una de esas tantas películas que no llegan a estrenarse en nuestros cines, ya sea por el más que discutible criterio de las distribuidoras o simplemente por falta de recursos. Según tengo entendido, a esta película le ha pasado lo segundo (a saber...)

La cinta con la que Kurt Wimmer se estrena, data del 2002 y como ya digo, no ha pisado una sala de cine española en todo este tiempo. Y lo que es peor, ni siquiera se ha editado en dvd. Y es extraño, pues cuenta con todos los ingredientes para ser un producto comercial muy atractivo cara al público joven (el que más consume estos productos)
Además, está protagonizada por uno de esos estupendos actores tan solicitados en la actualidad, Christian Bale. Puede que en el 2002 el actor no tuviera la fama que tiene ahora -a pesar de haber protagonizado la polémica “American Psycho”, con la que obtuvo el beneplacito de la crítica-, pero desde luego eso no quita que la película merezca su hueco en la cartelera. Y más aún si uno echa un vistazo a la gran cantidad de churros que se estrenan últimamente y que deberían ir directos a las estanterías del videoclub.

En fin, misterios de la actualidad cinematográfica...
Llamemos a “Friker Jiménez”, a ver que opina xD


A pesar de este obstáculo y gracias a la nueva era tecnológica que vivimos, Equilibirum ha atravesado el charco, y aquellos que no somos angloparlantes también hemos podido disfrutar de este film de acción futurista (en V.O.S., claro). Una película que cuenta con un relativamente escaso presupuesto (unos 20 millones de dólares), teniendo en cuenta el producto que es y los elevados presupuestos que se manejan actualmente en Hollywood.
No obstante, ese limitado presupuesto no afecta ni lo más mínimo a la calidad del film, pues cada uno de esos dólares está bien invertido.

Pero bueno, menos rollo y al meollo :)

La película se centra en un mundo futuro post-Tercera Guerra Mundial, donde las emociones humanas han sido suprimidas mediante el Prozum, una droga impuesta a todos los ciudadanos con tal de reprimir aquello que nos hace más humanos pero que también nos convierte en nuestro propio peor enemigo. Ni rabia, ni dolor, ni resentimiento, ni ira... pero tampoco amor, ilusión, esperanza...Nada de nada. Un ser humano que simplemente vive y se comporta como un robot. Un mundo donde todos coexisten de forma teoricamente apacible e igualitaria.

Con tal de mantener este nuevo orden, se crea una élite gubernamental formada por los Clérigos, y John Preston (Christian Bale) es el mejor de todos ellos. Un crack, vamos.
Todos aquellos que no tomen el Prozum y/o conserven bienes materiales tales como música, libros, arte o cualquier otro objeto personal, serán exterminados y junto a ellos dichas pertenencias.
Sin embargo, un día cualquiera, Preston dejará de tomarse su dosis de Prozum, y el mundo en el que el creía, dará un vuelco de 360 grados.


La premisa es más que interesante y clara deudora de las clásicas obras de ciencia-ficción de nuestra literatura contemporania. No en vano, a medida que avanza la película, uno no puede evitar ver las grandes similitudes que tiene el film de Wimmer con obras tales como “1984” (esas pantallas...), “Un mundo feliz” (Soma vr. Prozium) o “Farenheit 451” (búsqueda y captura de los que conservan o leen libros).
Todas estas obras tienen en común el tema de la sociedad esclavizada, donde los “rebeldes” son perseguidos y aniquilados por el más vanal de los motivos.
Así pues, no es que Equilibrium aporte algo nuevo u original al género, pero la verdad es que hace del mejunge de obras de Huxley, Bradbury y Orwell, un equilibrado y sabroso cocktel, que se disfruta de principio a fin y que no provoca indigestión como otros productos de similar temática.

Ha sido comparada con Matrix, por su estética y por sus escenas de acción, pero nada más lejos de la realidad. Cierto es que comparten ciertos rasgos (peleas con piruetas imposibles, tiroteos espectaculares, personajes “elegidos” por salvar a la humanidad...), pero la verdad es que a mi modo de ver, se parecen más bien poco.

La trama de ésta es algo más simplista y menos pseudo-intelectualoide. Los personajes son algo menos chulescos y vacilones, o por lo menos no lo son cuando no toca ni se pasean en cuero negro y gafas de sol. Tampoco hay un abuso excesivo de la cámara lenta y por supuesto, es mucho menos pretenciosa.


Wimmer, que también escribe el guión, equilibra la película con sus dosis puntuales de acción, dispersas a lo largo del film para evitar saturar al espectador. Hay momentos realmente logrados y ya no me refiero únicamente a las secuencias más adrenalíticas, sino aquellas escenas en las que nuestro prota empieza a sentir, a experimentar emocionas tan humanas como la pena, el amor, la rabia o el arrepentimiento.
Esos momentos de la película están muy bien explicados con tan solo el uso de imágenes. Todo de forma muy sencilla y sutil. Y es en esos momentos donde Bale borda su papel.
No quiero desvelar ninguna escena para aquellos que aún no la hayan visto, pero diré 2 palabras: perro y Beethoven. Ale, aquí queda :)

La música es muy suave y acompaña elegantemente las escenas más intimistas. La cosa cambia cuando llegan las escenas de acción, que la música adquiere un toque más trallero, rollo techno (sí, ahí también se asemeja a la obra de los Wachowski o a Blade)

Visualmente es atractiva. No abusa de efectos especiales, quizás porque tampoco puede. Así que en ese aspecto es algo sobria, aunque para mí ya sea suficiente, pues consigue recrear ese mundo apocalíptico con pocos recursos pero de forma efectiva. Algo tipo “Gattaca”, “Cypher” o “La memoria de los muertos”, en donde lo visual está al servicio de la historia y no por encima de ella.

El ritmo se mantiene durante toda la película. La trama se va desarrollando de forma pausada pero sin llegar a aburrir. Sin prisas pero sin pausas.
Como ya he dicho, las escenas de acción están bastante dosificadas, así que los que esperen una vacía película de tiros y ostias, quedará bastante decepcionado. El que espere un producto sencillo pero bien elaborado, con un guión facilón pero bien estructurado, con correctas interpretaciones y un poquito de buena y fantasiosa acción, quedará satisfecho. O por lo menos, conmigo sí ha cumplido. Tampoco tenía puesta en ella elevadas expectativas, pues poco sabía de ella (una gran ventaja, sin duda).

El resto de actores cumple con su cometido. Desde luego, Bale destaca por encima de los demás, pero se agradece la presencia de competentes actores de la talla de Sean Bean (muy desaprovechado, como casi siempre), Emily Watson o Angus MacFayden. También tiene su pequeño pero importante papel, el habitual secundario William Fitchner (memorable su papel en Albino Alligator xD). Y Taye Diggs resulta convincente en su papel, aunque tampoco exigía demasiado.


Así pues, Equilibrium me ha parecido una buena película. Altamente recomendable para aquellos que gustan de la ciencia-ficción y la acción más cañera. Entretenida de cabo a rabo.
Durante estos años ha adquirido el calificativo de película de culto. Quizás yo no diría tanto, pero sí es cierto que se merece un lugar privilegiado dentro del género que toca. Son pocas las que logran combinar acción y trama con tan buenos resultados.
Lo más habitual es que los efectos especiales sean la única excusa para tragarse una desfasada película (Matrix Reloaded y Matrix Revolutions) o que lo que aparenta ser una interesantísima cinta de ciencia-ficción, acabe siendo un producto meramente palomitero (La Isla)

Bueno, no nos engañemos tampoco, pues Equilibrium es también una cinta que puede catalogarse como palomitera. De ahí que la crítica estadounidense la pusiera a parir y el público la aplaudiese (metafóricamente hablando). Pero por lo menos no engaña. Ofrece lo que uno espera de ella y un poquito más.


Desgraciadamente, unos años más tarde, el sr. Wimmer parió una de las películas más abominables que un servidor haya visto. Hablo de “Ultraviolet”, un truño de proporciones bíblicas. Absurda, incoherente, desfasada...cuyo únicos reclamos eran una sexy e inexpresiva Milla Jovovich, unos efectos especiales supuestamente impresionantes (eran mediocres) y el propio renombre de su director, adquirido a posteriori de su venerada ópera prima.
Curiosamente, semejante atrocidad llegó a nuestras salas de cine. En cambio, Equilibrium se quedó en el banquillo. Como se explica eso? Ni idea.



Lo mejor: La historia; las espectaculares escenas de acción; Christian Bale; las dos o tres sorpresas finales que nos reserva Wimmer.

Lo peor: el poco desarrollado pasado de John Preston; el desaprovechado Sean Bean; que sigamos esperando que se estrene en cines.

Valoración personal: 7,5 (Buena)

domingo, junio 10, 2007

“The Prestige”, un deslumbrante (y tramposo) truco

“The Prestige”, un deslumbrante (y tramposo) truco

Como ya prometí, he aquí la crítica de la otra cinta de magos que nos llegó en el 2006.
Importante: HAY SPOILERS!

En The Prestige, su director Christopher Nolan -quien firmó esa absoluta obra maestra que es “Memento”- cuenta con dos buenos actores muy de moda últimamente: Christian Bale y Hugh Jackman. Ambos cumplen a la perfección sus roles y el duelo en pantalla es de órdago. Una lucha sin tregua por ver quién es mejor mago. Una lucha que los llevará a sacar lo mejor y peor de sí mismos y a destruirse mutuamente. Y es que si hay algo en claro que se pueda sacar de la película, es que al final no hay ni buenos ni malos. Ni siquiera hay vencedores...

Pero primero, una sinopsis para situarnos (extraída de Zinema.com)

*Todo comienza en el agitado Londres de finales del siglo XIX. En una época en la que los magos son los ídolos más reconocidos, dos jóvenes magos se proponen labrar su propio camino a la fama. El ostentoso y sofisticado Robert Angier es un consumado artista, mientras el rudo purista Alfred Borden es un genio creativo que carece de la desenvoltura necesaria para mostrar al público sus mágicas ideas. Al principio, son dos compañeros y amigos que se admiran mutuamente. Sin embargo, cuando el mejor truco de ambos se echa a perder, se convierten en enemigos irreconciliables e intentan por todos los medios superar al otro y acabar con él. Truco a truco, espectáculo tras espectáculo, se va fraguando su feroz competición, que ya no conoce límites: llegan incluso a utilizar los nuevos y fantásticos poderes de la electricidad y la brillantez científica de Nikola Tesla, mientras la vida de todos los que les rodean pende de un hilo.


Pues así es como empieza la encarnizada lucha por convertirse en el mejor mago de todos.

Como ya he dicho, tanto Bale como Jackman cumplen a la perfección sus papeles.
La muerte de la esposa de Angier (Jackman) al inicio de la película hace que simpaticemos más con éste, pero a lo largo del film eso irá cambiando paulatinamente. Nuestro posicionamiento respecto a los personajes irá variando, dado que estos no están tratados como frentes opuestos, sino más bien todo lo contrario o por lo menos a medida que la trama va avanzando.
La fina línea de lo que es ético y moral es lo que separa a ambos personajes en ciertos momentos del film, pero es también lo que los une cuando tanto uno como el otro la cruza.
Este es quizás, uno de lo puntos fuertes de la historia.
El otro punto fuerte es la implicación del espectador en la historia. Y es que nada más empezar, se nos dice que estemos atentos, pues si no lo estamos, seguramente no seremos capaces de descubrir el gran truco que amaga Nolan.

Este truco, bastante tramposillo todo hay que decirlo, se puede ir desenmascarando hacia la mitad de la película. Un servidor empezó a revolotear sobre una hipotesis que más adelante se iría confirmando. El momento de la cena entre Bordern (Bale), sus ayudantes y su esposa, es cuando me dí cuenta de todo lo que sucedía. Luego, hay una escena clave que lo confirma todo, por si quedaban dudas. Me refiero a la escena en la que Borden le pide a su ayudante/representante que se encargue de llevar a su hija al parque y de confortar a su mujer. Ahí se puede disipar cualquier duda y ya las anteriores conversaciones cobran otro sentido, o quizás, el sentido que precisamente tenían y no quisimos creer. Por qué? Pues porque a veces la explicación más sencilla, más lógica, es la correcta. :)

Pero tampoco es el único truco. O dicho de otro modo, el truco se divide en varias partes y cada una de ellas concierne a uno de los magos. Las trampas, mentiras e ilusiones se van sucediendo y el conjunto de todas las pistas que Nolan nos va dejando entre acción y acción, hará que al final resolvamos el complejo puzzle.

El secreto que guarda Angier (Jackman) es quizás el más fácil de ver, aunque en cierto modo también es el que cuesta más de creerse, pues pensamos que toda la película se basa en el trucaje y obviamos la parte realmente fantástica e inexplicable que pueda llegar a tener y que por supuesto acaba teniendo.

Por lo menos Nolan trata de embaucarnos con elegancia y sutileza y en ningún momento juega a despirtarnos. Eso es muy de agradecer para el espectador, ya que últimamente se nos toma por tontos con la mayoría de los thrillers o inclusive con las cintas de terror barato que llegan a nuestras salas.

Que se nos haga partícipes de la historia, es un punto a su favor. Y sobretodo, que Nolan sepa llevar todo el ritmo con eficacia y la enrevsada trama con buen pulso, le hace meritorio de un efusivo aplauso. Algo que hacía tiempo que un servidor no veía.
A diferencia de la cinta de Burger (El Ilusionista), el truco de Nolan no es tan obvio y el desenlace es, en cierto modo, inesperado.

También hay que decir que aún tratando ambas películas la figura del mago, realmente tampoco se parecen en nada. The prestige se acerca más al thriller, a la pura intriga; y El Ilusionista al drama romántico.
Nada que ver pues.

En cuanto a la ambientación, también merece una mención especial el apartado de fotografía. Muy bien realizado, dando un aspecto visual acorde con la historia y la época, realmente lugúbre en algunos pasajes de la historia. Un trabajo impecable.
La banda sonora acompaña las imágenes pero no está por encima de ellas. De manera que lo visual sea lo que realmente impacte al espectador. Nada de esos trucos de sonido baratos de los que tanto se abusa ahora.

Los dos protas se encuentran perfectamente secundados por el gran Michael Caine, que siempre aporta la experiencia y la calidad que hace falta en este tipo de producciones.
Y luego tenemos a la sobrevaloradísima Scarlett Johansson, que hace el mismo papel que la Biel en la cinta de Burger, es decir, de mujer florero.
Su paso por el film es más bien anecdótico. Es un personaje de los que yo llamo “de paso”. Aparecen, influyen notablemente en la trama y luego desaparecen. Tampoco está realmente definido, aunque su existencia sea clave para el desarrollo del tramo final.
Johansson cumple medianamente con el rol, aunque parece más preocupada en seducir a la cámara que en meterse de lleno en el papel. Más importante me resulta el personaje de Sarah Borden, interpretado por la para mí desconocida actriz Rebecca Hall, cuyo nombre debería figurar antes que el de la anteriormente citada. Tiene mayor peso y su personaje resulta más atractivo -en sentido figurado- para el espectador.
Pero ya sabemos que el nombre de Johansson vende y que si no fuera por eso, ni siquiera tendría su hueco en los carteles promocionales del film.

En definitiva, una buena película que te atrapa desde su inicio y ya no te suelta hasta los créditos finales. No llega a ser un peliculón porque el truco resulta muy tramposo. Y es que uno se pregunta como demonios esconde Borden su secreto mucho antes de inciar su propia carrera de mago en solitario. También nos preguntamos que casualidades de la vida hacen que la primera vez que el mago Angier requiere la ayuda de alguien del público, el elegido sea un disfrazado Borden que acabará chafándole la actuación (pagándole con su misma medicina). Sabemos porque lo eligen en el último espectáculo (porque sino no hubiera habido engaño) pero cuestan de creer esas supuestas casualidades.
También el romance de Bale y Johannson resulta un tanto forzado, quizás por no querer alargar demasiado la película, permitiendo en parte, ir al meollo de la cuestión sin entrar en demasiados matices.

También resulta interesante el personaje de Nikola Tesla, interpretado sobriamente por el cantante David Bowie (uno de mis artistas cohenterso preferidos, dicho sea de paso xD)
Se nos deja entrever la rivalidad entre Edison (Thomas Alva Edison) y Tesla, dos grandes inventores del siglo XIX, cuyos avances revolucionaron el mundo de la física.
En la realidad, Tesla trabajaba para Edison, hasta que se marchó y empezó por su cuenta. La propuesta de la corriente alterna de Tesla se menciona en el film (cuando aparecen todas esas bombillas encendidas en el suelo) y también la enemistad de éste con Edison.
Es gran rivalidad, que llevó a Edison a desprestigiar el invento de Tesla usándolo para la silla eléctrica (tras aceptar la derrota ante su teoria de la corriente continua), es una especie de retrato real (o espejo) de la rivalidad que también comparten los protagonistas de The Prestige.
En cierta manera, eso contribuye a darle más notoriedad a la historia.
Sinceramente, no he leído el libro en que se basa la película de Nolan, pero tiene que ser realmente fascinante. Si ya el guión es complejo y está adaptado y resumido, no alcanzo a imaginar la complejidad de la novela de Christopher Priest.



Lo mejor: El duelo entre los magos y las continuas trampas con las que se perjudican (muy bueno lo de los diarios); la elaborada historia y la notable capacidad de Nolan por llevarla a cabo; la ambientación.

Lo peor: algunos detalles forzados y lo tramposo que resulta el truco; que Nolan desaproveche su talento en superproducciones de superhéroes en vez de buenas y diferentes propuestas como esta; la deshonrosa y patética traducción española del título original.


Valoración personal: 7,5 (Buena)

lunes, junio 04, 2007

“Piratas del Caribe: En el fin del mundo” cerrando la saga?¿


Desde luego, la pregunta que titula el post es retórica. Conociendo a los productores, habrá Sparrow para dar y tomar hasta que la gallinita de los huevos de oro ya no se pueda exprimir más.


Esta tercera parte nos deja un final abierto (que no inconcluso como en la segunda) que nos da a entender que el truhán de Sparrow seguirá sus andanzas por los mares del Caribe (u otros mares, según convenga)


Pero ahora, de lo que toca es de hablar de esta última aventura.

Aviso: Hay algún que otro spoiler.

De entrada, debo decir que ésta supera en algunos aspectos a la primera secuela, que se me hizo bastante pesada y larguísima. Ahora ya no existe una falta de ritmo agudizante y más o menos las tres horas se sobrellevan con cierto agrado y menos desasosiego. Tampoco podemos decir que la cosa sea más trepidante, pero por lo menos las escenas de acción no están alargadas sin sentido y hasta la saciedad como su antecesora.

Las escenas de acción son pocas y pero moderadamente espectacualres, en especial la secuencia final (altamente exagerada, todo sea dicho). Sin duda, lo mejor de la segunda parte, fueron las apariciones del mitológico y destructivo kraken, que aquí evitan repetirnos.


Ahora lo que se lleva es pasarse leyes físicas por el forro, que siendo un poco tolerantes, no nos hará demasiado daño. Yo, que soy tolerante hasta cierto punto, puedo dejar pasar que un barco se de la vuelta y acabe boca abajo, pero me cuesta aceptar ver a un Jack Sparrow pegando vuelos como un Tarzán con superpoderes o batiéndose en duelo con Davy Jones encime de un mástil. Por no hablar de una gigante Calipso que con su tonelaje no consigue hundir el barco en el que se encuentra. Pero bueno, son ese tipo de cosas que tienes que darlas por hechas (como la misteriosa e inexplicable resurrección de Barbossa), si quieres ser un buen espectador de este tipo de producciones hollywoodienses.


Dicho esto, hay que decir que la labor en efectos especiales es realmente impecable. Escenas como la de la casacada, la del remolino o el propio Davy Jones, tienen una estupenda factura y ayudan a creerse lo que uno está viendo. Y eso es muy importante si se quiere que el espectador lo viva y lo disfrute.


En cuanto a los actores y sus personajes, decir que el gran Chow Yun-Fat está desaprovechadísimo y su personaje no es lo cruel que podría haber sido. Y es que en un producto de Disney, la crueldad apenas tiene cabida. Incluso es extraño que hayan tenido el valor de ahorcar a un niño nada más empezar la película. Seguro que las madres que trajeron a sus criaturas al cine, estaban poniendo el grito en el cielo. Pero bueno, sigue siendo Disney y en esta película nadie sangra ni aunque le aplasten la nariz. Creo recordar que la única gota de sangre que corre en esta saga, es en la primera parte cuando necesitan de ella para romper la maldición que condena a Barbossa y su tripulación.

Conste que tampoco me parece algo negativo, si bien es un producto familiar y hay que apechugar con ello.


Geoffrey Rush lleva gran parte del peso de la película y eso se agradece, pues el personaje de Sparrow empieza a perder gracia. Lo que en un principio resultaba carismático y gracioso, ahora se torna rídiculo. Sí, se ha ridiculizado el personaje hasta extremos molestos, aunque en la segunda parte era aún más obvio. Eso sí, Depp me parece un actor como la copa de un pino (repásese su filmografía) y aunque él ha co-creado el personaje, creo que está un poco bastante pasado de vueltas.

Keira Nightley, o la morritos como la llamo yo, sigue poniendo los mismo caretos de siempre, luciendo morros y jugando con la lengua sin saber nosotros porque. Pero ahora ha aprendido a luchar como el mejor de los piratas y encima se suelta unos discursitos tipo William Wallace que ya quisieran los políticos en precampaña. Que por qué esos cambios? Pues no sé, será que lo de matar al famoso Sparrow te sube el orgullo.

El sr.Orlando o Tomate Bloom como “cariñosamente” lo nombro yo, sigo siendo un soseras de cuidado, aunque aquí un poquitín menos. Tampoco es para alegrarse, pues se ha vuelto más moñas, con pañuelito en la cabez a incluido y posturitas de calendario Pirelli (véase el final después de los créditos)


Todo los secundarios, incluidos el chino malo de Prison Break, cumplen. Los veteranos, en la misma línea de siempre y acompañando sabiamente a los protas.


Bueno, no penseis que me olvido a Davy Jones. Bill Nighy, quien está debajo de tanto tentáculo, tiene su minuto de gloria sin los 3000 píxel que le cubren la cara. Es poco, pero ya es algo.


A Lord Beckett creo que le falta carácter, que no suerte, porque estar en medio de un barco haciéndose añicos y no rozarle ni una sola astilla, tiene mérito. Tanto, que puede echarse un paseíto por la cubierta hasta desaparecer pasto de las llamas.


Y bueno, mención especial para Keith Richards, que demuestra que lo suyo es tocar la guitarra y no la interpretación. Un rostro inexpresivo y una aparición más bien anecdótica, porque sinceramente, no se nos rebela nada de la relación padre e hijo del clan Sparrow, lo cual hubiera dado mucho juego.

Todo queda en un divertido (?¿?) guiño para contentar a unos cuantos. Un rol más cercano a sus excesos y limitaciones, como el de pirata borrachuzo, le hubiera ido mejor y sin tener que esforzarse (ya debeis saber como se presentaba esta estrella del rock a los rodajes, no?)


Los abordajes, algo fundamental en una película de piratas, estan bien resueltos y en ese aspecto, Verbinski (el director) sabe sacarle todo el partido a los medios con los que cuenta, que no son pocos. También ha resuelto la falta de ritmo de la primera secuela, pero sigue estando a años luz de la estupenda “Piratas del Caribe: La maldición de la Perla Nera”.


Ahora bien, lo que me ha sobrado y mucho es esa especie de boda que se montan Turner, Swann y Barbossa en medio de la batalla. Ni viene a cuento, ni tiene la más mínima gracia y además ¿quien es Barbossa para casarles?? En fin, cosas absurdas que los guionistas, a mi entender, se podrían haber ahorrado.


Con todo ello (lo bueno y lo malo), “Piratas del Caribe: En el fin del mundo” nos distrae a todos y de seguro que fascina a muchos e irrita a otros tantos. Mejora la segunda parte, pero sigue estando muy por detrás de la primera.

Una trilogía que seguirá teniendo sus detractores, que parte de razón tienen, y sus aduladores, que también tendrán sus buenos motivos. Yo ni con unos ni con otros. Disfruté y mucho con la primera y con el resto he tenido mis más y mis menos.

Por lo menos es lo más aproximado que tenemos a grandes sagas como Indiana Jones o Regreso al futuro, salvando las (grandes) distancias.

También ha rescatado un género que estaba muerto y enterrado, como es el de los piratas. Eso sí, añadiendole el toque fantástico que precisaba.


Sus protas se han llenado las sacas con unos jugosos cheques y la Disney y Bruckheimer no dejarán escapar ese millonario filón que han encontrado. Así que no dudeis que Sparrow volverá con sus locuras, sus brabuconadas y sus mayores ambiciones, en busca de algo que muy seguro nos recordará al Santo Grial que buscaba nuestro viejo amigo Indy.

Rezemos para que no vuelvan ni Elisabeth Swann ni Williams Turner, aunque mucho me temo que tendré que comermelos con patatas, otra vez (con retoño incluido)


Lo mejor: los efectos especiales; la espectacularidad de algunas escenas; supera la anterior; visualmente atractiva y deslumbrante; el humor que gasta.


Lo peor: la emarañada trama entre reiterativos pactos y traiciones que termina por cansar; la ridiculización de Sparrow; la falta de más acción; Keira Nightley.


Valoración personal: 6,5 sobre 10