martes, abril 29, 2008

Leatherheads (Ella es el partido), juego a tres bandas

Tres son ya las películas que tiene en su fimografía George Clooney como director. Su opera prima fue la curiosa aunque irregular “Confesiones de una mente peligrosa“, y luego le siguió la notable “Buenas noches, y buena suerte” con la que consiguió 6 nominaciones a los Oscars de aquel año 2005, incluyendo la de mejor película (aunque finalmente no logró ninguna estatuilla)

Su tercer, y por el momento, último trabajo es la película que nos ocupa y que en España se estrenará presumiblemente en junio bajo el horroroso título de “Ella es el partido”.
De las tres, ésta es sin duda la apuesta más comercial de Clooney aunque no por ello la de menor valía.

Clooney es Dodge Connolly, un encantador futbolista cuyo sueño es llevar el fútbol al mayor público posible. Cuando el patrocinador de su equipo entra en quiebra y la misma liga está a punto de sucumbir, Dodge decide convencer a una joven estrella del fútbol universitario, Carter Rutherford (John Krasinski), para que se una a su equipo, con la esperanza de que así su fama le de un nuevo empujón al deporte, que buena falta le hace.

Por otro lado, a la hábil periodista Lexie Littleton (Renée Zellweger) le han encargado la tarea de ganarse la confianza de Rutherford y desenmascarar la imagen de héroe de guerra que éste ha conseguido tras regresar del campo de batalla.


En el momento en que los tres personajes entren en contacto es cuando empezarán a surgir los conflictos entre ellos.
Connolly y Rutherford intentarán cada uno por su cuenta conquistar el corazón de la atractiva Littleton, lo que provocará alguna que otra disputa. Por si esto fuera poco, Connolly deberá aguantar además su condición de segundón dentro del equipo, dada la expectación y admiración que está causando su nuevo y famoso compañero de juego.
Littleton, por su parte, intentará resistirse a los encantos de Connolly para poder llevar a cabo su desleal tarea de encadilar al bonachón de Rutherford para que éste le confiese lo que realmente ocurrió cuando estuvo en la guerra.

Con semejante embrollo no es de extrañar que se den situaciones de todo tipo, desde peleas de lo más cazurras hasta momentos de lo más melosos, todo ello con el objetivo de hacer pasar un rato agradable al espectador, y doy fe que Clooney lo consigue. Y es que le director sabe como dirigir a su equipo y que jugadas debe llevar a cabo para que el público disfrute.

No hay nada en su juego que sea excesivamente complicado ni arriesgado. La mayoría de las situaciones uno se las ve venir e incluso el final es de lo más previsible, sin embargo eso no evita que uno esté entretenido durante todo el tiempo que dura la película. Quizás dos horas se antojen un tanto excesivas para una comedia tan sencilla como esta, pero lo cierto es que Clooney consigue hacerlas bastante ligeras gracias a que en todo momento ocurre algo que hace avanzar la trama. Ciertas situaciones donde la comicidad entre los actores es imprescindible, permiten que la historia transcurra con buen ritmo y sin decaídas.


Algo que tampoco puede fallar es la química entre los protagonistas, y en ese aspecto se puede decir que Clooney y Zellweger forman una buena pareja delante de la cámara.

Clooney encaja perfectamente en su rol de atractivo y simpático cuarentón, papel que el actor ha interpretado hasta la saciedad y que aquí repite sin problemas. Mientras, Zellweger sorprende con su personaje, una mujer de armas tomar que se debate entre el amor y su carrera profesional.
Él suele gustarme en casi todas sus películas pero reconozco que ella, por lo general, me crispa bastante. Por suerte aquí se ahorra sus habituales muecas de pánfila y deja al descubierto la actriz que de vez en cuando puede ser (en Chicago hacía también un buen trabajo)

A la citada química entre ambos se le une unos ingeniosos diálogos que le dan bastante juego a la relación que ambos mantienen en el film.

John Krasinski, más conocido por la serie The Office que por sus (pocos) papeles en cine, cumple también con su personaje, ayudado sobretodo por esa carita de no haber roto nunca un plato.

Los secundarios, otra parte indispensable del equipo que maneja Clooney, son otro punto a su favor, destacando así a Stephen Root como el amiguete de Donnolly y a Jonathan Pryce como el mezquino representante de Rutherford.


La película se desarrolla con un cierto aire clásico, recordándome mucho a esas comedias de enredo que protagonizaba la genial pareja fque formaban Rock Hudson y Doris Day allá por los 60 y que tan buenos ratos me hicieron pasar.

El humor se debate entre lo pícaro y lo payaso. El tema amoroso se toca con bastante delicadeza sin que en ningún momento hayan escenas subidas de tono ni nada por el estilo. Vamos, que está todo muy medido para que pueda contentar a todos los públicos.

A la vez que se nos cuenta un poco la historia de como a mediados de los años 20 el fútbol ascendió a deporte de masas, también atendemos a los avatares de tres personajes bien distintos entre sí; el cuarentón al que su estilo de juego le quedan los días contados en la liga profesional de fútbol; el ingenuo universitario que finge ante su estatus de héroe de guerra mientras triunfa en el deporte que le ha dado la fama; y la ambiciosa periodista que busca el ascenso a toda costa sin importarle a quien deba pisar para conseguirlo.


“Leatherheads” es, pues, una simpática comedia que se ve con agrado aunque probablemente no deje huella en el espectador. Tiene una trama simplona y sus personajes son típicos, pero la historia funciona sin demasiados alardes gracias a sus protagonistas y a sus escasas pretensiones.

Es una de esas películas que quizás se olvidan con facilidad pero por las que uno no siente haber tirado el dinero a la basura. Como comedia romántica que es, resulta de lo mejorcito que se ha hecho en mucho tiempo, algo que por lo visto es más dificil de conseguir de lo que parece.

Aunque el tema del fútbol americano y la época en la que se desarrolla la historia os puedan echar para atrás, recomiendo que le deis una oportunidad si esa semana no encontrais nada en la cartelera que os seduzca.


Lo mejor: los diálogos que mantienen Clooney y Zellweger y la química entre ambos.

Lo peor: que resulte tan previsible


Valoración personal:
Correcta

domingo, abril 20, 2008

Pliskeen en el 26º Salón Internacional del Cómic de Barcelona


Desde el 17 al 20 de Abril se ha estado celebrando en Barcelona el 26º Salón Internacional del Comic. En él, obviamente, el protagonista principal es el comic, aunque también hay lugar para el cine, el anime y los videojuegos, que año tras año se han ido consolidando dentro del salón y se han convertido ya en temas imprescindibles para el visitante en general y el aficionado en particular.

Una vez dentro del Salón cada uno tiene sus propias preferencias y como es lógico centrará su atención en aquello que más le interesa ver, tocar, fotografiar y por supuesto, comprar.

Dado que este no es un blog sobre cómic y yo tampoco me considero un erudito en la materia, centraré mi crónica en la parte de cine, que es la que bien me corresponde.

En el recinto se podían encontrar varios stands dedicados a inminentes y esperados estrenos cinematográficos, como el de la cuarta y última entrega de la saga de nuestro aventurero favorito Indiana Jones, en el que se podía echar una partidita al videojuego de la misma; la tercera -y más bien innecesaria- entrega de The Mummy, dónde uno se podía hacer una foto con un tipo disfrazado de momia o con una chica vestida con una especie kimono negro (yo elegí la segunda opción xD); o Wanted (Se Busca), la última película de acción -y un más que probable nuevo truñazo- en la filmografía de Angelina Jolie, en la que se exhibía el cochazo que conduce ésta (un Dodge Viper rojo) y dónde un actionman y un cañón de mujer simulaban un enfrentamiento, primero con pistolas y luego cuerpo a cuerpo (a lo segundo no me hubiera importado ofrecerme voluntario xD)

Marvel tenía montada una especie de sala de cine en la que se proyectaban en una pequeña pantalla los trailers en español de sus dos fuertes apuestas cinematográficas de este año: Iron Man y The Incredible Hulk.

Por su lado, Universal Pictures había reservado también un pequeño hueco para “Hellboy 2: El ejército dorado, segunda película del personaje creado por Mike Mignola y dirigida de nuevo por Guillermo Del Toro.

En referencia a este último (Del Toro), citar la fascinante exposición dedicada a DDT Efectos Especiales, la empresa española que ha colaborado estrechamente con el director mexicano en la realización de los fx y la ambientación de películas como Hellboy o El Laberinto del Fauno.
En ella se podían encontrar pues, objetos, máscaras, prótesis y demás material relacionado con los films citados (teneis algunas fotos ilustrando este post). Además una pantalla de tv proyectaba un interesantísimo making of sobre el proceso de creación del Fauno, desde las prótesis al maquillaje, pasando por el propio rodaje de las escenas. Podíamos contemplar en el reportaje la dura y larga tarea que conlleva este laborioso trabajo y también la paciencia y habilidad que debe tener el actor que se somete a dicha caracterización (en aquella ocasión, el simpático Doug Jones)

Justo al lado de esta exposición teníamos otra sobre la película De Profundis, un largometraje de animación de Miguelanxo Prado que utilizaba como base pinturas al óleo y que fue presentado en el Festival de Sitges de 2006.
En un mural se exhibían las pinturas originales de las que se partió para elaborar varias de las escenas que aparecen en el film, mientras que un monitor nos mostraba detalladamente el meticuloso proceso de realización.


El día que un servidor acudió al evento (el sábado), se organizó por la tarde una breve conferencia para charlar un poco sobre cine fantástico y de terror. En ella participaron personas tan ilustres como el gran maestro del stop-motion Ray Harryhausen, y nuestro hombre lobo patrio -entre otros personajes- Paul Naschy, dos veteranos del género a un lado y al otro del charco. También estaban allí David Martí, creador y director de DDT Efectos Especiales, y el escritor Pedro L. López como moderador de la charla.

Se trataron temas como la evolución del género y de los propios efectos especiales, y en relación a esto último apareció el habitual debate: efectos digitales vs efectos artesanales.
David Martí de DDT admitía que suelen estar más solicitados en materia de efectos digitales que no en animatronics y demás, pero que gracias a su padrino -así lo llamó él- Guillermo Del Toro han trabajado mucho en ese campo más tradicional de los fx y esperan seguir dedicándose a ello siempre que su amigo Del Toro -u otros directores- requieran de sus servicios.
También comentó que él prefería los efectos de antes, ya que lo que uno ve está ahí, es tangible e interactua con el actor/actriz. Puso como ejemplo el maestro Yoda de La Guerra de las Galaxias, del que prefería mil veces antes el visto en las viejas películas que el que hacía increíbles piruetas en la nueva saga (y un servidor está completamente de acuerdo con él)

De vez en cuando había turno de preguntas para los asistentes, y un servidor, ni corto ni perezoso, decidió lanzar las suyas.
Mi primera cuestión fue para el Maestro Harryhausen, y es que tenía curiosidad por conocer de primera mano que motivaciones e intenciones tuvo a la hora de llevar a cabo un proyecto tan arriesgado como “Furia de Titanes” justo en un momento en que el ordenador ya empezaba a suplantar las técnicas tradicionales de animación (recordemos que la película fue un inmerecido fracaso en taquilla frente a propuestas más innovadoras).
En la respuesta, Harryhausen obvió un poco el tema de los fx digitales, restándole importancia y centrándose en su experiencia como animador en stop-motion. Contó que a él le encantaba dar vida a sus criaturas y que por ejemplo no deseaba utilizar tipos enfundados en trajes de goma como en las películas japonesas de Godzilla. Lo suyo era esa técnica y prefería dedicarse enteramente a ella (no era bien bien la respuesta que yo esperaba, pero ya me conformo)

Algo más tarde lancé mi segunda cuestión (la que se me ocurrió en aquél momento) al conjunto de la mesa para preguntarles sobre la situación del género fantástico y de terror en nuestro país y sí creían que dichas películas dejarían en algún momento de ser una minoría dentro de nuestra industria -dándoles los productores el respaldo que bien merece- o si por el contrario seguirían siendo eventuales excepciones dentro de los típicos temas y géneros tratados en nuestro cine.
Dificil era la respuesta salvo que tuvieran una bola de cristal a mano, pero Paul Naschy comentó que llevaba muchos años haciendo este tipo de películas y que aún sigue en ello, y que estaba seguro que los nuevos talentos y el apoyo de los jóvenes espectadores y cinéfilos como nosotros daría un buen empuje al género.

Entre otros temas, se debatió también sobre los ya abundantes y cansinos remakes. Harryhausen no estaba muy conforme con éstos, argumentando que si una historia ya había sido antes bien contada, no había porque reincidir en ella, aunque añadió que como en todo, siempre había excepciones. Naschy fue algo más benévolo diciendo que no estaba en contra de ellos siempre y cuando no se abusase. Se podían reinterpretar las historias pero no hacer un calco de un calco de otro calco...


Después de la conferencia y tras fracasar en mi intento de conseguir una autógrafo del gran Harryhausen (¡aún maldigo ese momento!) decidí abandonar el recinto y tomar el camino de vuelta a casa.

Me llevé conmigo la grata experiencia de ser partícipe de una conferencia de cine y de ver en persona a Harryhausen -ya mayor a sus 87 años- y a Naschy (ambos demostraron además tener un gran sentido del humor, sobretodo Naschy).

Hice algunas compras pero sin dejarme llevar por el consumismo propio del momento (suelo ser cuidadoso con mis gastos), así que compré varios libros de ilustraciones (la ilustración es mi otra gran pasión y dedicación), algún que otro cómic (europeo, como casi siempre), y la joya de la corona: un libro recopilatorio sobre las sagas de Alien y Depredador, con detallada información de actores, directores, producción, guiones, etc.

Y por suspuesto, también me llevé conmigo un insoportable dolor de pies y de hombros (cargar la pesada mochila es lo que tiene). Y es que seis horas dando vueltas sin parar por toda la exposición no podían ser más agotadoras.


Y finalizo aquí esta breve crónica de mi visita al 26º Salón Internacional del Comic que he querido compartir con vosotros. En mi otro blog teneis unas cuantas fotos más del evento.

Añado también algunos enlaces por si fueran de vuestro interés.

26º Salón Internacional del Cómic de Barcelona

DDT Efectos Especiales

De Profundis

sábado, abril 12, 2008

"La Niebla de Stephen King", el peor monstruo no está fuera

Después de la un tanto infravalorada “The Majestic”, Frank Darabont vuelve de nuevo a adaptar un relato del prolífico Stephen King, así como ya hiciera con las maravillosas “Cadena Perpetua” (esto es una obra maestra y lo demás son tonterias) y “La Milla Verde” -sin contar el cortometraje The Woman In The Room-.
Esta vez, sin embargo, es un cambio radical de género, ya que del drama pasamos al terror sobrenatural de “The Mist”, una novela publicada en los 80.
Por si alguno se lo pregunta, diré que sí guarda ciertas similitudes con “La Niebla” de John Carpenter (son del mismo año, así que es dificil decir quién inspiró a quién) pero son distintas en su desarrollo y en sus formas (aunque ambas tienen en común ese fascinante toque lovecrafniano)


Como en las anteriores adaptaciones, Darabont vuelve a hacerse cargo del guión, lo cual a mi entender ya es sinónimo de calidad (o cuanto menos, motivo de tranquilidad)
Hasta donde yo sé, el director ha tratado de ser lo más fiel posible a la novela de King, y las licencias que se haya podido tomar (algún personaje y el final) son más un punto a favor que no en contra (esto no lo digo, que conste)

La historia nos situa en un pequeño pueblo de Maine (estado donde nació el sr. King) que se ve invadido por una repentina y extraña niebla. Su aparición produce la alarma en el pueblo dado que quien osa adentrarse en ella ya no vuelve a ser visto.

Los habitantes del pueblo permanecen encerrados en sus casas, vehículos o establecimientos, resguardándose de la misteriosa niebla. No se sabe porque está ahí ni de dónde viene pero algo maligno oculta en su interior.

Un grupo de ciudadanos permanece en el supermercado del pueblo espectante ante el acontecimiento. Entre ellos se encuentra, junto a su hijo pequeño Billy, el pintor(1) David Drayton (Thomas Jane), que deberá lidiar con sus vecinos para poder afrontar la situación con calma y precaución.

Puede que a priori la premisa no sea original ni nada del otro mundo, pero el gran acierto del film y lo que la distancia de otras propuestas similares radica en su elevada carga dramática y en su especial atención y cuidado de los personajes, algo poco común en este tipo de películas.

Darabont dota además al film de un inusitado trasfondo crítico, adentrándose con valentía en lo más profundo y oscuro del alma humana. Y es que para nada The Mist es una película de monstruos al uso. Lo que tenemos delante es todo un estudio de la conducta humana en situaciones límite.
Se nos muestra la manera en la que reaccionan diferentes personas cuando intentan hacer frente una siutación de peligro que les sobrepasa. Nos habla también del fanatismo religioso, de la fe a secas, de las esperanzas, de la resignación, de la cobardía, del valor...
Podemos observar en ella también un punto crítico hacia el mal uso de la ciencia, algo que se ha ido reflejando a lo largo de varias décadas dentro de la ciencia-ficción (especialmente en los años 50).

Por ello esta cinta es diferente a lo que nos tiene acostumbrados el (sub)género. Se aleja de la habitual y áspera comercialidad hollywoodiense, ahorrándonos clichés y baratos efectismos.
Darabont recurre a la inquitud que produce el hecho de estar encerrados en un lugar acechado por desconocidas criaturas. Apela a la tensión con cautela y acierto, mostrando poco y cuando toca, pero además mostrándolo bien, sin espasmódicos movimientos de cámara ni demás florituras tan hiperexplotadas en estos tiempos.


La especial atención en los personajes y en sus personalidades, sus miedos y demás, es lo que le confiere peso a la historia. De esta forma, podemos conectar con ellos a un nivel más emocional y empático, de modo que la angustia se transfiere de la pantalla al espectador.

Pero que no se preocupen aquellos a quienes todo esto de la crítica y la profundidad no les interesa lo más mínimo, porque además The Mist funciona perfectamente como una muy disfrutable y entretenida película de monstruitos puñeteros.
Hay escenas realmente violentas en sí mismas, bien sea mostrando o recurriendo a la elipsis. Se suceden secuencias de pura tensión con otras de gozoso gore. Hay acción, terror, suspense y drama a partes iguales, con lo que dificilmente decepcione al buen aficionado.
Los bicharracos que aquí se dan cita tienen un aspecto amenazador y en general los efectos especiales son lo suficientemente competentes como para hacerlos creíbles cada vez que hacen acto de presencia. Así que el recortado presupuesto con el que ha trabajado Darabont no ha hecho mella en el resultado final. Y mejor trabajar en estas condiciones que ya se sabe que con más dinero se suele perder el norte, dando preferencia a la espectacularidad y olvidando el guión (no creo que sea el caso de este director, pero ejemplos los hay a patadas)

Los personajes se nos van mostrando a medida que la película avanza, y los vamos conociendo y calando según vayan afrontando los diversos acontecimientos. Con ello Darabont se ahorra alargados preámbulos y puede ir metiendo la acción ya no más temprano sino también más espaciada a lo largo del metraje.

El origen de la niebla tiene explicación una vez que la trama está lo suficientemente avanzada, aprovechando así la incertidumbre inicial para crear ese desasosiego que impregna el primer tramo del film.

Darabont además es un tipo que sabe dirigir a su elenco, sacando lo mejor de cada actor/actriz.
Con Thomas Jane quizás haya conseguido una de sus mejores interpretaciones, sorprendiendo a propios y a extraños.
Ha repetido con algunos actores ya aparecidos en otros films suyos, como William Sadler, Jeffrey DeMunn o la guapetona Laurie Holden, que cumplen perfectamente con sus roles.
Ha conseguido también que un niño actue bien y no resulte cargante, y le ha sacado todo el jugo a una notable actriz como Marcia Gay Harden, que borda su papel. Lo hace tan bien que dan ganas de matarla de la forma más cruel posible (ya me entendereis cuando veais la película)

En ningún momento aburre, pese a sus dos horas de duración que bien podrían haber sido hora y media perfectamente. Y juega a su favor la casi inexistente banda sonora, lo que le da mayor realismo. La música aparece en momentos muy puntuales, como por ejemplo al final de la película, con unos cantos que junto a unas desoladoras imágenes le ponen a uno la carne de gallina (por si os interesa, la magnífica canción que suena es "The Host Of Seraphim", de los inclasificables Dead Can Dance)

Y el final...bueno, este es un tema aparte. Es de los más duros y desgarradores que he haya visto nunca, ya no sólo del género, sino del cine en general; de esos que te dejan clavado en la butaca, conteniendo la respiración y sin poder articular palabra. Estoy casi seguro que a muchos no les gustará y otros preferirán el final de la novela, pero a un servidor le ha parecido verdaderamente impresionante.

Quizás os parezca que pongo a la película por las nubes (no os faltaría razón), pero es que me ha encantado. He disfrutado al 100%.
Espero que mi crítica no os cree unas altas espectativas que luego no se vean cumplidas (disculpadme si es así) pero deseo que disfruteis tanto como lo he hecho yo y por ello os la recomiendo encarecidamente.
En mi opinión, estamos ante un clásico instantáneo del terror.


(1)Atención a los carteles del gran ilustrador Drew Struzan y como uno de ellos supone directamente un guiño a "La Cosa" de John Carpenter (más que nada porque fue él el encargado de realizar dicho cartel)



Lo mejor: el cuidado de los personajes; el manejo del suspense y la acción.

Lo peor: que se la infravalore por su género y por su poco original premisa (incluso por su condición de serie b)


Valoración personal: Muy Buena

miércoles, abril 02, 2008

"La Noche es Nuestra", la familia es lo primero

Ambientada en el Nueva York de finales de los 80 (algo poco explotado salvo por las buenas
canciones que suenan) James Gray nos trae una película policiaca sobre maderos contra narcos, ley contra corrupción, buenos contra malos... En lineas generales viene a ser el habitual thriller dramático contra las mafias de la droga y los esfuerzos por parte de los agentes de la ley de erradicarlas.

Se trata de un (sub)género bastante explotado y en el que poco cabe la innovación, así que en lo que atañe a eso, la nueva cinta de Gray ofrece pocas sorpresas.
Ahora bien, el tratamiento de la historia y el desarrollo de su personaje principal hacen de ella una notable película que puede que no se nos quede marcada en las retinas, pero desde luego merece ocupar un puesto privilegiado entre similares propuestas. Y es que al igual que “American Gangster”, viene a ser más de lo mismo pero con calidad, algo de lo que hoy en día son capaces muy pocos directores.

Tras las más que correctas “Cuestión de sangre” y “La otra cara del crimen”, Gray ha vuelto a contar con dos de los protagonistas de la segunda: Mark Wahlberg y Joaquin Phoenix. A diferencia de la anteriormente citada, aquí es Phoenix quien cobra mayor protagonismo, ejerciendo Wahlberg un rol más secundario de lo que un servidor esperaba.
Y al igual que en aquella, tampoco podía faltar un poco de presencia femenina para darle un toque romántico a la cinta. Así, la Charlize Theron de “La otra cara...” es sustituida aquí por Eva Mendes, notándose así un salto cualitativo importante (sobra decir quién sale perdiendo en la comparación) Y al veterano James Caan lo sustituye un no menos veterano y siempre efectivo Robert Duvall.


La historia parte de una Nueva York invadido por una nueva droga que se distribuye por la ciudad y que es imposible de sacar de las calles a menos que se logre desmantelar todo el tinglado que tiene montado un tal Vadim Nezhinski (Alex Veadov), que es quien la importa y la vende.

El encargado de llevar el caso es el teniente Joseph Grusinsky (Mark Wahlberg), hijo del legendario jefe de policía Burt Grusinsky (Robert Duvall). Para capturar a Nezhinski recurre a su hermano Bobby Green (Joaquin Phoenix), que trabaja dirigiendo uno de las disctecas del tío de Vadim sin saber a lo que éste se dedica. Pero Bobby mantiene una fría y distante relación con su familia, hasta el punto de renegar de ella, usar el apellido materno y ocultar a todos quienes le conocen (salvo a su novia Amanda/Eva Mendes) su parentesco con agentes de la policía. Es por ello que se niega a colaborar, ya que ni les debe nada a ellos ni tiene ningún interés en hacer peligrar su acomodado modo de vida actual.

Obviamente, esto tensará aún más las relaciones entre Bobby y su familia. Sin embargo, en el momento en que la vida de su hermano y su padre peligren por culpa de Vadim y sus matones, Bobby tendrá que replantearse su papel en toda esta historia y decidir si quiere estar del lado de los buenos o del lado de los malos. Elija el bando que elija, su vida ya no será lo divertida y despreocupada que era hasta ahora.


La trama es sencilla, sin demasiadas complicaciones y con unos guiros argumentales bastante predecibles aunque igualmente efectivos. El guión escrito por el propio Gray (como en sus anteriores films) se muestra eficaz tanto a la hora de relatarnos la historia como a la hora de mostrarnos las relaciones que emparentan a todos sus personajes.
La tensión se masca en cada enfrentamiento entre Bobby y sus familiares (además de con su novia en ciertos momentos) y la película se vuelve más negra y claustrofóbica a medida que pasan los minutos.
Los acontecimientos que se suceden obligan a nuestro protagonista (un excelente Joaquin Phoenix) a tomar duras decisiones que afectarán no sólo a su vida sino a la de todos los que le rodean. Sus convicciones y prioridades cambiarán de un día para otro, y llevado por el amor hacia su familia no dudará en poner en riesgo su propio pellejo.


Lo más interesante de esta película es pues, la evolución de este personaje y las consecuencias que tendrán sus acciones/decisiones. Cambios drásticos en su vida contribuirán a ayudar a los buenos, a traicionar a los malos y por último, a destruir todo lo que construyó en un pasado. Bobby Green dejará de existir para dejar paso a un nuevo Bobby Grusinsky.

Llegados a cierto punto de la trama, Gray decide prescindir de la subtrama que une a los personajes de Phoenix y Mendes para centrase en el principal hilo conductor del film, algo que puede ser visto como un defecto o una virtud. Yo soy de los de la segunda opinión, más que nada porque agiliza el ritmo de la película y en el tramo final ya lo resuelve a modo de elipsis con un par de planos bastante esclarecedores (y porque no decirlo, pesimistas)

Por otro lado, Mendes aunque aquí abandona un poco su habitual rol de chica florero para hacer algo cercano a una buena interpretación, no tiene un personaje de suficiente peso como para concederle más minutos de los necesarios. Al fin y al cabo, todo gira alrededor de Bobby y su familia y todos los sentimientos contradictorios que afloran en él durante los 117 minutos de metraje.

Casi dos horas de buen cine, aunque la captura del traficante devenga en algo más efectista y forzado de lo que se temía. Dos horas de un Joaquin Phoenix absolutamente convincente y unos secundarios bastante correctos. Dos horas de cine de polis y cacos con una atmosfera oscura y visceral.

Una notable alternativa en nuestra pobre cartelera para los que gusten de este tipo de películas.
No hay nada nuevo bajo el sol, pero se agradece que de vez en cuando se hagan bien las cosas.


Lo mejor: Joaquin Phoenix; que el ritmo no decaiga en ningún momento.

Lo peor: pocas novedades dentro del género


Valoración personal: Buena