martes, octubre 30, 2007

Oingo Boingo - “Weird Science”

Lo sé, lo sé, he dejado el blog un poco abandonado. La verdad es que apenas tengo tiempo libre para dedicarlo a dejar mis escritos.

Pero ya estoy aquí, y esta vez no traigo una crítica, si no un post especial :)

Como algunos ya sabreis, colaboro en un destacado blog de cine de la red (TuBlogdeCine), posteando las críticas de aquellos futuros estrenos que tengo la oportunidad de ver en pases de prensa (y que un día después, publico en este mi blog)
Dado que ahora me es imposible acudir a los citados pases, y por no limitar mi aportación exclusivamente a las críticas, un servidor se hará cargo de alguna que otra sección del citado blog.
Una de las secciones de la que me he hecho cargo es la de "Canciones de cine", en la que se hace un repaso a aquellos singles que han aparecido en la banda sonora original de alguna película, y que por un motivo u otro, nos traen gratos recuerdos.

Estos posts los publicaré simultaneamente aquí en mi blog. De esta manera, mato dos pájaros de un tiro, y así evito que a mi propio blog le empiezan a salir telarañas xDD

Intentaré en la medida de lo posible, actualizar el blog con los contenidos habituales (críticas, básicamente).

Una vez hecha la explicación, aquí os dejo el tema que he rescatado esta semana.
Disfrutadlo ;)

Oingo Boingo - “Weird Science”


La canción fue compuesta expresamente para la película de mismo título “Weird Science”, dirigida y escrita (en dos días!!) por el especialista en comedias juveniles John Hugues, artífice -entre otros títulos- de “El club de los cinco” (una de mis películas favoritas), “Dieciseis velas”, con la omnipresente por aquella época, Molly Ringwald (estrella teen por excelencia) o “Todo en un día”, protagonizada por el insoportable e incompetente Matthew Broderick (lo siento, pero es que le tengo mucha tírria..)

En España la película fue bautizada con el resultón título de “La mujer explosiva”, una clara medida/artimaña para atraer al hormonal público adolescente de aquel entonces a las salas de cine (y vaya si funcionó!)

En aquellos tiempos, las comedias juveniles gozaban de muy buena salud, más cuando éstas mezclaban la comedia con lo fantástico, conviertiéndose así en agradables y taquilleros productos comerciales. Buena prueba de ello son películas como “Teen Wolf/De pelo en pecho”, “Regreso al futuro” (ambas con Michael J.Fox a la cabeza) o inclusive “Una pandilla alucinante/The monster Squad”, entre muchas otras.

La película en cuestión se inspiraba claramente y sin ocultarlo -más bien todo lo contrario- en la novela de Frankenstein, haciendo a su vez, claras alusiones a las adaptaciones al cine de la obra de Mary Shelley.
Hugues hizo los cambios pertinentes para actualizar el tema y adaptarlo al público más joven, sustituyendo así al loco y endiosado Dr. Franskenstein, por dos jóvenes pardillos que incapaces de comerse un rosco y gozar de popularidad en el instituto, deciden crear con su ordenador (un Apple Lisa, de ahí el nombre de su creación: Lisa) la mujer perfecta que cumpla con todos sus deseos (imaginaos cuales serían esos deseos...)

Jugando con recortes de revista y un escaner, Gary y Wiatt (que así se llaman los jovenzuelos) crean a su mujer de perfectas medidas y bello rostro.
La casualidad, el destino o la mayor potra de sus insulsas vidas, hace que un relámpago aterrice en su casa y convierta esa mujer en una realidad palpable. Resultado: Una tremendamente exhuberante Kelly LeBrock que ya nos enloqueció un año antes en “La mujer de rojo”, mucho más agradable a la vista que el monstruo de Frankenstein y a la que no le sobraba ni le faltaba ni una sola pieza (quien te ha visto y quien te ve!)

La bautizada Lisa, no sólo era todo un bombón, sinó que además de ser inteligente, poseía extraños poderes, lo que propiciaba surrealistas y muy cómicas situaciones a lo largo del film.
Destacar aquí la presencia del versátil y carismático Bill Paxton (¿ande andará ahora?), haciendo uno papel impagable, siendo su personaje, objetivo directo de los hechizos de Lisa.


Hablando un poco del grupo, decir que “Oingo Boingo” (banda rock/new wave) se dieron a conocer realizando contribuciones para bandas sonoras de diversas películas, además de ofrecer extravagantes conciertos siempre en la víspera de Halloween.
El grupo estaba liderado por nada más y nada menos que Danny Elfman!, tomando el relevo que dejó su hermano Richard Elfman, cuando esté decidió centrarse en la profesión de director de cine.

La banda editó bastantes álbumes, entre los que destaca “Dead Man's Chest” (1985), con el que se dieron a conocer al gran público (sin pasar por la dichosa MTV) y que incluía el tema “Weird Science” del post y el “Just Another Day”, dos de sus singles más famosos y recordados.

Su carrera musical se prolongó hasta 1995, año en el que el grupo se disolvió (cosas de la vida)

El citado album hizo que el Maestro Tim Burton conociera al sr. Elfman, y como ya todos sabreis , éste último se convirtió en el compositor oficial de casi toda la filmografía de este fantástico director, creando partituras que daban vida y envoltura a films como “Beetlejuice”, “Batman”, “Eduardo Manostijeras” o “Pesadilla antes de Navidad”, ésta última, su obra mejor valorada y más apreciaba.

Elfman consiguió, en solitario, labrarse una formidable carrera como compositor, no sólo poniendo música a una gran cantidad de películas (no exclusivamente de Burton, aunque sí a menudo moviéndose en el género fantástico), sinó que además compuso temas para series de televisión como “Los Simpson” o “Historias de la Cripta”.

El tema que realizó con Oingo Boingo, “Weird Science” -cuya traducción sería algo así como “Extraña ciencia”-, sirvió también para el opening de esa especie de secuela/remake que se hizo de la película, en formato de serie televisiva y que aquí en España se tituló como “La chica explosiva”, con una Vanessa Angel no menos tremenda que la LeBrock de antaño (aunque no tan guapa, a mí gusto)

Como ya es habitual, aquí teneis el videoclip del tema en cuestión.
Y sí, ese pelirrojo que pone cara de zumbado es Danny Elfman.

Espero que este single os haya traído tantos recuerdos como a mí al rescatarlo.


Saludos y hasta la próxima entrega, que ya adelanto que también tendrá sabor ochentero.

miércoles, octubre 10, 2007

“Alatriste” un triste y soporífero “corta y pega”

Si hace unos días alababa una película española, hoy voy a hacer exactamente lo contrario. Esta vez le ha tocado el turno a la otra cara de la moneda de nuestro cine español, y sin duda alguna, la que más veces se nos muestra (por desgracia).

Y es que después de haber desperdiciado casi tres horas de mi vida (y que jamás volveré a recuperar), la única venganza que me queda es despacharme a gusto con esta infumable porquería que nos quisieron endosar por película, cuando no es más que un compendio de escenas embutidas en forma de exteno y costoso trailer.

¿Porqué se me ocurriría a mí darle ahora una oportunidad, si no lo hice en su momento? Aixx... iluso de mí.


Como ya cito en el título del post, esto es un “corta y pega” sin sentido. Y es que aglutinar una saga literaria de 5 libros en una sola película es, directamente, un suicidio. Las tramas y subtramas que componen la “epopeya” del personaje principal -el Alatriste que da título al film- están metidas a la fuerza, intentando dar cabida a una multitud de personajes de los que al final poco sabemos y poco nos importan.
Las subtramas que se van colando a lo largo del film entorpecen el desarrollo del argumento principal (eso si es que alguien es capaz de encontrarlo entre tanta macedonia, o mejor dicho, potaje).

Los personajes vienen y van e incluso los que acompañan al protagonista, que no sabemos muy bien quienes son ni como se conocieron, están ahí cuando se supone que toca, y desparacen cuando intuimos que ya no es necesaria su presencia. Y es que de qué se conocen Alatriste y Quevedo? Pues ni idea, pero ahí están, compartiendo charlas y frases rimbombantes dignas de la mejor prosa castellana, pero aburridas y artificales para una película que se basa principalmente en diálagos carentes de interés. Quizás haya que leerse la obra escrita para entender algo de lo que ocurre en esta “película”, ¿pues cuales son las motivaciones de los personajes?, ¿por qué conspiran unos y se traicionan otros?

Y es que hay tantos porqués en la película, y tan aburrido es todo, que poco nos importa, más el saber cuantos minutos quedan para que termine semejante tortura.


Los años pasan y las escenas se suceden como si al montador de la película le hubieran dado un cofre con las susodichas y un orden con el que juntarlas. Escenas de 30 segundos (un hola y un adiós o tan sólo un primer plano de algo) que se intercalan con otras excesivamente largas (la de la obra de teatro, por ejemplo) y que pretenden explicarnos una historia a base de retales. Pedacitos de hechos históricos y ciertos acontecimientos que, se supone, deben guiarnos hacia un fín, pero que nunca sabemos cual es.
¿Hacia dónde se quiere llegar? ¿Porque sucede esto ahora y luego eso otro? Por qué es de día ahora, y en medio minuto ya es de noche y así repetidas veces en un tiempo récord? ¿Por qué ahora brilla el sol, ahora nieva y ahora vuelve a brillar el sol, si tan sólo han pasado 10 minutos de metraje? Parece que cada media hora que pasa nos hayan contado un libro entero zampándose más la mitad de las páginas.

No hubiese sido mejor hacer una trilogía? Sí, ya sé que no se estila mucho en nuestro país, pero desde luego habría sido mejor que esto. O mejor aún, una lujosa miniserie, que para eso si que hay mayor predisposición.
Pero no. Tenían que contarnos todas y cada una de las batallitas de golpe y porrón, saturando al espectador con demasiada información y que encima nunca queda demasiado clara. Incluso citan a pintores de la época cuando uno menos se lo espera, quizás pretendiendo darnos una innecesaria clase de historia.


Y es que se supone que “Alatriste” es una película de aventuras, y la verdad es que de eso poco hay. Las pocas batallas que se suceden están rodadas de forma torpe, sin garra, sin brio ni emoción. Yanez (el director) es incapaz de darle espectacularidad a dichas escenas.
Los duelos y peleas a espadas son repetitivos e insulsos. Un servidor ha visto coreografias de “Xena, la princesa guerrarera” muchos más atractivas y elaboradas que estas. Hasta la reciente (y funesta) “La última legión” gana por goleada en todos los sentidos a esta mediocre imitación de cine de aventuras.

En su favor tiene que no se note el cartón piedra de los decorados, lo cual ya sería el colmo. Claro que a falta de recursos, algunas veces se opta por poner una espesa neblina que envuelva al barco de turno, y así uno se ahorra filmar en exteriores (o llenar un estudio de agua, que para el caso, debe ser igual de molesto y costoso)

Pero no solo en las escenas de acción Yanes demuestra su torpeza y lo grande que le viene el proyecto. Además, la carencia de ritmo de la que hace gala la película, convierta su visionado en algo sumamente tedioso, por lo que si uno pretende contar una historia en dos horas y media, por lo menos que tenga la delicadeza de darle ritmillo al asunto, intercalando acción y escenas de diálogo con más gracia y sobretodo profundizando en los personajes, que con tantos minutos por delante, ya tiene delito no molestarse ni en hacer eso.
El único personaje que está algo más definido es Alatriste, y no porque sepamos mucho de su vida, sinó porque es el que aparece más en la película. Aprovechando que una estrella de fuera ha tenido la decencia de prestarse a tal disparate, el director no duda en sacarle cuantos más planos mejor, y a poder ser, con alguna pose molona y una mirada penetrante que dejen al espectador con ganas de que llegue el Carnaval para poder emular al héroe, ataviados con el pertinente disfraz.

Claro que peor son las supuestas relaciones amorosas que viven los personajes, y digo supuestas porque la emotividad y la química entre los actores brilla por su ausencia. Pero intentado forzar eso, Yanes se jacta metiendo más escenas que pretendan explicar y desarrollar dichas relaciones, pero que a uno se le antonjan metidas con calzador.

El personaje de Iñigo (Unax Ugalde) se encuentra un par de veces con Angélica de Alquézar (Elena Anaya), cuando ambos son unos jovenzuelos. Años más tarde se reencuentran y se aman como si esto fuera “Love Story”. Y uno se pregunta ¿cuando surge todo ese amor?
El amor de Alatriste y su amada lo damos por sabido, ya que se supone que se conocían con anterioridad, por lo que ahí Yanes ya puede pasar olímpicamente de contarnos nada, pues con un par de escenas de cama, la infidelidad de turno y la inevitable reconciliación le bastan para contarnos una historia de amor por la que no sentimos ningún tipo de empatía.
Tan dificil era hacer que algo en esta película consiguiera emocionarnos? Pues parece que sí.


En el plano actoral, debo hacer incapié en la lamentable dicción en el habla de Viggo Mortensen, lo cual dificulta y mucho el creerse al personaje. Su interpretación es forzada y solo se aguanta por su presencia física, que como es habitual llena la pantalla. Una verdadera lástima pagar a un excelente actor extranjero para hacerse pasar por español de pura cepa. No cuela ni de coña, por mucho que el amigo Mortensen se esfuerce (y no dudo que se ha esforzado)

Reprimendas también para el siempre desechable Eduardo Noriega, que ni con mostacho postizo consigue disimular su inexpresividad y falta de entonación en las frases. De cerca le sigue Unax Ugalde, cuyo rostro no cambia en toda la película, pase lo que pase.
Elena Anaya no resulta creíble en su papel, siendo incapaz de dotar al personaje de ese halo misterioso y a la vez seductor que bien se merecía. Eso sí, nos regala un desnudo gratuito que un servidor siempre sabe agradecer.
Tampoco Ariadna Gil da la profundidad que merece la amada de Alatriste.
Y lo que debería ser un imponente y cruel Inquisidor, queda convertido en una blanda y ridícula Blanca Portillo travestida que se hecha cuatro frases y poco más. Portillo es una buena actriz y debieran haberle dado otro personaje y no ese, pues yo sigo viendo a una mujer haciendo de hombre, por mal que le pese a ella.

Pero no todo es malo, pues ahí está Juan Echanove componiendo un estimable Quevedo, demostrando una vez más su veteranía y sus buenas aptitudes. También Eduard Fernandez resulta convincente, pues no se me courre mejor y fiel compañero de aventuras para el valiente Alatriste. Hasta un histriónico y un tanto exagerado Javier Cámara, logra captar la esencia de su personaje.

Por cierto, ¿qué pintaba ahí Pilar López de Ayala? ¿Otorgar notoriedad al ilustre reparto? Porque para lo que sale, bien podrían haber escogido a una actriz desconocida.
Por suerte, siempre nos quedará su Juana La loca para recordarla como se merece.


Y ya para terminar, descatar la buena labor de fotografía y vestuario, y la adecuada banda sonora del siempre eficiente Roque Baños, que si bien se le puede tachar de ser muy poco innovador, por lo menos es de los que mejor cumple con su trabajo, algo que no se puede decir del director, que para más inri, también firma el guión (suponiendo que lo hubiese)


En definitiva, una insensatez. Una película que ni es de aventuras ni es nada. Ni emociona ni entretiene, porque aburre soberamente, conviertiendo así 140 minutos en una tortura de la que solo agradezco no haber pagado ni un solo euro.
Mala hasta decir basta.
Si para innovar en nuestro cine debemos tragarnos semejante estiercol, casi prefiero que se sigan haciendo las películas de siempre (denuncia social, guerra y postguerra, comedias casposas...), que por lo menos saldrán más baratas y no lamentaremos que parte de nuestros impuestos se desperdicien en este tipo de pretenciosas burradas (24 millones!!!Agrrh!!)

Gracias a Dios que ví “El Orfanato” y el buen sabor de boca aún me dura, sino hubiera demandado a Agustín Diaz Yanes por daños y perjuicios xD


Lo mejor: el vestuario, la fotografía y en conjunto, la conseguida atmósfera.

Lo peor: Todo lo demás.

Valoración personal: Mala

miércoles, octubre 03, 2007

"El Orfanato" un mal oculto

Como todos sabreis ya, “El Orfanato” es la película elegida para representar a España en la próxima edición de los Oscars en la categoría de mejor película de habla no inglesa. Sin embargo, no será hasta Enero del próximo año cuando realmente se nos confirme como una de las candidatas para competir en dicha categoria (cruzemos los dedos)
Lo más tranquilizador, por el momento, es su más que buen recimiento en el Festival de Cannes, donde fue aplaudida efusivamente por los asistentes. Pero no será hasta finales de este mes cuando el público español pueda comprobar con sus propios ojos si tantos elogios son merecidos o se trata de pura y desmedida exaltación (no sería la primera vez).
Aquí un servidor, que ha tenido el lujo de verla en un pase de prensa (lo sé, la envidia os corroe) puede decir, desde su humilde opinión, que dicha película merece todos y cada uno de esos aplausos.

Aún sin haber visto las otras candidatas barajadas para representar a España -y con el riesgo que supone dictaminar sin conocimiento de causa- debo decir que teniendo en cuenta que una estaba ahí por dirigirla quien la dirigue (como siempre) y la otra trataba sobre el ya cansino tema de la postguerra (o guerra, tanto da), la elección de la cinta de Juan Antonio Bayona es acertadísima. Una cinta que, pese a formar parte del género de terror/thriller, se encumbra como una película realmentre escalofriante a la par que emotiva.


Pero vayamos por partes, que sino me iré por las ramas.
La sinopsis seguramente os la sepais de memoria, pero nunca esta de más hacer un breve repaso.

Laura (Belén Rueda) se traslada junto a su esposo (Fernando Cayo) e hijo pequeño (Roger Príncep) al orfanato en el que creció de niña, con la intención de hacer de él una residencia para niños discapacitados.
A su llegada, su hijo empieza a dejar volar su imaginación y le cuenta a su madre los nuevos amigos invisibles que está haciendo. Lo que Laura se toma como algo normal en un niño aburrido e ingenuo, pronto se convierte en algo mucho más inquietante.
No tardarán en sucederse extraños acontecimientos relacionados con esos “nuevos amigos”, hasta tal punto que la vida de Laura dará un vuelco totalmente inesperado. Y lo que seguirá, será mucho peor...


Dicho así, suena a la típica película de fantasmas, con lugar encantado y familia sufriendo mucho, mucho. Pues bien, no es que aporte nada nuevo al género (¿o sí?), pero sí se consigue utilizar un argumento trillado para convertirlo en un relato sumamente estremecedor.


Al inicio, el suspense está depositado con cuentagotas para, posteriormente, ir impregnándose en cada fotograma a medida que la trama avanza. De esta manera, consigue que llegados a cierta punto del film, la angustia y el desconsuelo se apoderen férreamente del espectador. Es tanta esa angustia, que yo mismo deseaba que todo acabara lo antes posible para dejar de sufrir y aclarar el misterio de una vez por todas. Y es que no hay duda que la catarsis con el espectador se produce de inmediato y sin poder uno evitarlo. Quizás también, porque parte de lo que se nos cuenta, coincide con sucesos que desgraciadamente ocurren en la vida real (no digo más, para no chafaros nada)

La cuestión es que el ritmo pausado del film (no apto para los que se aburren con facilidad) y sus saltos en el tiempo permiten que vayamos viendo cómo los personajes principales van desarrollándose y cómo van afrontando todo lo que se les echa encima. Eso, por un lado permite que entendamos (y aprobemos) todas y cada de sus acciones/reacciones; y por otra lado, logra que empaticemos con ellos, lo cual es altamente necesario para seguir con interés la película. Aquí nada de modelos de Calvin Klein con encefalograma plano corriendo y gritando, nada de litros de sangre esparcidos por la moqueta, ni charcutería del todo a 100. Aquí lo que importa es que conectemos con los protagonistas, que suframos con ellos y por ellos. Y tanto actores como director, consiguen que eso sea una realidad. Vamos, que la tensión está segurada, así que iros dejando las uñas largas para tener algo que morder ese día.


Pero todo esto no podría funcionar sin un guión sólido como el que uno se encuentra en esta película. Un guión firmado por Sergio G. Sánchez , que no deja ningún cabo sin atar y al que yo personalmente no le he encontrado fisuras de ningún tipo. Además, consigue crear una perfecta mezcla entre el terror y el drama, sin que ninguno de los dos géneros esté por encima del otro, sino más bien compenetrándose para ofrecernos una histora muy emocional con logrados momentos de puro suspense (a mi se me ha puesto la carne de gallina en algunos momentos)

Ese suspense del que os hablo no recurre en ningún momento a los efectismos baratos que tanto abusan otros títulos. La música acompaña, sin entorpecer, y apareciendo cuando toca. Los efectos sonoros no se utilizan para provocar sustos. Si hay que asustarse, que sea por lo que vemos y no porque nos revienten los tímpanos con el Dolby Surround.

La atmósfera está realmente lograda, pero Bayona tiene la delicadeza de no recrease en exceso en ella, haciéndola así partícipe del relato, al igual que el propio orfanato, que se erige como un secundario más, y no el centro de nuestras miradas.
Escenas al aire libre, planos generales, juegos de clarobscuros pero nunca sin perder la visiblidad, cuidados títulos de crédito, elegante trabajo de fotografía, total ausencia de Parkinson en el cámara (gracias a Dios)...pequeñeces que en conjunto, hacen de esta película una de las mejores muestras de terror patrio de...los últimos años? ¿la última década?

Una película que nada tiene que envidiar las producciones que se hacen al otro lado del charco
, y mucho menos de lo último que nos llega.


Mención a parte merece el reparto. Y he aquí que llegados a este punto, no debo sino quitarme el sombrero ante Belén Rueda y su logradísima interpretación. Un papelón, señores, un papelón. Sus miradas, sus gestos y su rostro consiguen trasmitirte todas sus emociones: su pena, su angustia, su furia y un largo etcéra de sentimientos que la actriz logra captar y mostrar con suma naturalidad.
Dan ganas de pegar un salto de la butaca, zambullirse en la pantalla y ayudarla, abrazarla o apoyarla en su lucha interior y contra lo desconocido.

Fernando Cayo logra también una creíble interpretación, siendo el suyo uno de los personajes más escépticos ante todo lo que acontece, aunque no por ello deba causarnos antipatía (nada más lejos de la realidad)

Hasta el pequeño Roger Príncep, consigue que no nos dé ganas de estrangularlo a las primeras de cambio, algo que a mi me pasa con casi todo los niños que salen en las películas, sobretodo si son de terror. Su actuación no se vé forzada ni desentona con el resto (algo que si ocurría con el nefasto niño prota de “El espinazo del diablo”, dirigida por Guillermo Del Toro; aquí ejerciendo de productor)

Y por último, destacar la breve aparición de Géraldine Chaplin, cuyo papel le sienta como un guante; y también la soprendente Montserrat Carulla, una actriz catalana de rostro amigable que aquí, con su caracterización e interpretación, consigue dar mal rollo.
Si acaso, el punto flojo del reparto lo encuentro en Mabel Rivera, que la percibo un poco forzada como psicóloga de la policía. Pero al fin y al cabo, un mal menor.


En resumidas cuentas, estamos ante una estupendo drama sobrenatural, cargado de acertado y sútil suspense y de sentimiento, mucho sentimiento (sin caer en la ñoñería barata y facilona). Sin ir más lejos, sus últimos 20 minutos se me antojan formidables, con un final evocador, aunque quizás no del gusto de todos los presentes.
Contadas veces hago uso de la palabra que escribiré a continuación, y mucho menos con una película española (por no decir nunca), pero debo admitir que he presenciado un PE-LI-CU-LÓN. Y eso lo escribe un tipo que no es precisamente un fiel devoto del cine español.

De todas formas, lo que al final importa es la opinión de cada uno, la que uno mismo tenga es la que verdaderamente cuenta. Así que pronto tendreis la oportunidad de juzgar vosotros mismos si la película merece o no ir a los Oscars y sí por consiguiente, se merece una dorada estatuilla (yo creo que mucho más que la, para mí, sobrevalorada “El laberinto del Fauno”)
Mi humilde y desinteresado consejo es que si podéis, no es la perdáis.

Felicidades Bayona. Chapeau!

Lo mejor: Belén Rueda; la perfecta mezcla entre drama y terror; el logrado suspense libre de efectismos.

Lo peor: Que al fin y al cabo, la base argumental sea tan trillada (lugar encantado, fantasmas, crímenes del pasado... lo de siempre)

Valoración personal: Muy buena