sábado, marzo 05, 2011

“Rango” (2011) - Gore Verbinski

critica Rango 2011 Gore Verbinski
Como otros tantos directores de Hollywood, Gore Verbinski pasó del mundillo de los spots publicitarios al del cine de Hollywood de un salto, y tras unos cuantos proyectos de menor calado (una simpática comedia familiar, un estupidez al servicio de la pareja Brad Pitt-Julia Roberts y un correcto remake de una película de terror japonesa), al director le llegó la gloria de forma inesperada con “Piratas del Caribe: la maldición de la Perla Negra”, una excelente película de aventuras que fue todo un éxito el año de su estreno (un sleeper en toda regla), y que dio origen a una de las sagas más taquilleras de los últimos años. De hecho, él mismo se hizo cargo de las pertinentes secuelas… a excepción de la inminente cuarta entrega, pues al parecer Verbinski declinó la oferta para tomarse un respiro, alejarse de los piratas caribeños y abordar un proyecto más personal.

Y ese proyecto es ni más ni menos que Rango, una curiosa comedia animada que tiene a un camaleón por protagonista. Su historia comienza así…

Tras sufrir un desafortunado accidente, Rango acaba perdido en el Desierto de Mojave. El camaleón, que hasta entonces había visto el mundo a través del cristal de un terrario, tiene que empezar a buscarse la vida por su cuenta. Guiado por un viajante, Rango llega andando hasta un pueblo perdido llamado Polvo, un lugar tan polvoriento como su nombre indica.

Su llegada despierta la curiosidad de los habitantes, poco acostumbrados a ver forasteros por la zona. Para Rango, la llegada a Polvo supone la oportunidad de empezar una nueva vida, y para ganarse la confianza de la gente, decide construirse una nueva identidad.

Sin embargo, el destino le aguarda más sorpresas, y sin comerlo ni beberlo, Rango acabará convirtiéndose en el sheriff del poblado. Y ese, amigos, será el principio de una leyenda…

La idea de Rango rondaba la cabeza de Verbinski desde hacía tiempo, llegando incluso a escribir un primer borrador del guión. En ese momento, sus compromisos con la saga piratesca le impidieron abordar el proyecto, pero una vez apeado de la franquicia, el director se puso manos a la obra con ello. Y el resultado es esta inusual película de animación.


A grandes rasgos, la historia de este camaleón en plena crisis existencial es la de un personaje desdichado que busca encontrar su lugar en el mundo. El miedo a ser rechazado provoca que Rango se decida a fingir ser quién no es para ganarse el aprecio y el respeto de sus nuevos amigos. Sin embargo, y como dice el dicho, se atrapa antes a un mentiroso que a un cojo, y tarde o temprano éste deberá afrontar la realidad.

Rango también se convierte inesperadamente en el héroe de Polvo, un pueblo sumido en la desgracia por culpa de la escasez de agua. Así pues, el recién nombrado sheriff desafiará la mala suerte y plantará cara a quién haga falta con tal de devolver el preciado bien a sus habitantes. Es entonces cuando se dará cuenta que convertirse en héroe fue relativamente fácil, y que lo difícil será representar a ese personaje hasta el final de su aventura.

En este viaje plagado de peligros, Rango aprenderá lo importante que es creer en uno mismo, y es que a fin de cuentas, de lo que trata la película es básicamente de eso.

Puede que en ese sentido, lo leído hasta el momento no os parezca excesivamente original, y probablemente no lo sea. Pero el film de Verbinski tiene la gran virtud de contar una historia tópica con gracia y buen gusto.


Uno de los mayores aciertos es el haber aprovechado el desértico escenario de Mojave para ubicar la historia en una especie de salvaje oeste contemporáneo y protagonizado por animales antropomórficos.

“Rango” deviene en un auténtico homenaje al western al transitar por los lugares y situaciones comunes del género. Tenemos a un sheriff honrado (aunque no siempre lo eran), a una granjera en busca de justicia, a pistoleros de gatillo fácil, a un indio rastreador, a bandidos con gusto por el saqueo… Tenemos un saloon en el que se juega a póker, tenemos atracos al banco y asaltos a la diligencia (o algo así), tenemos duelos a revólver... Tenemos prácticamente de todo.

Si cada fotograma de la película desprende aroma a puro western (y muy especialmente, a spaggetti western), la banda sonora no podía ser menos, y ahí está el gran Hans Zimmer demostrando una vez más que sabe adecuarse a lo que la historia le exige, y que aunque muchos lo sigan considerando un compositor repetitivo, él es capaz de seguir sorprendiendo con cada trabajo, como ya hizo con el score de “Sherlock Holmes”. Puede que algún tema nos recuerde a los de aquella (el inicio del Rango Suite, sin ir más lejos), pero las referencias de Zimmer no son otras que los maestros del cine del oeste como Ennio Morricone o Dimitri Tiomkin. Y la banda sonora de Rango nos traslada a aquellos tiempos remotos con cada una de sus notas.

Hay temas de carácter épico para aquellas escenas más trascendentales o simplemente para aquellas en las que la acción se apodera de la pantalla. Otros, en cambio, son mucho más jocosos enfatizando así el tono humorístico que caracteriza a la película. De todos ellos, me quedo con “We Ride, Rally”, tema que se inspira claramente en el clásico country “Ghost Rider in the Sky”. Y a destacar también la canción del propio Rango, que no recae en Zimmer sino en Los Lobos, grupo vinculado estrechamente con el cine desde que colaboraran con la película “La Bamba” (recomendable biopic, por cierto), versionando el famoso tema de Ritchie Valens. Suya también es la canción que suena durante los créditos, y que recuerda sobremanera al popular Misirlou (que al igual que el Ghost Rider in the Sky, ha tenido infinidad de versiones)

Cabe decir que la música tiene un papel importante en la película gracias a los simpáticos narradores de la leyenda de Rango: unos mariachis con mucha pluma (dicho esto en el sentido literal) Un recurso similar al que usaron los Farrelly en “Algo pasa con Mary”.


Música a parte, cabe destacar el variado y variopinto grupo de personajes presenta la película, cada uno representado con el animal más acorde a sus rasgos (al estilo Blacksad); las referencias más o menos sutiles al género (a Leone en particular… y no digo más para no chafaros cierta sorpresa), y sobre todo el sobresaliente trabajo de animación hiperrealista que ha realizado la Industrial Light & Magic. El acabado es de una calidad indiscutible, tanto en personajes (de aspecto caricaturizado) como en escenarios, elementos (agua, fuego), etc.

Es posible que nos cueste un poco entrar en la película (quizás debido a un prólogo un tanto alargado y con ciertos altibajos en el ritmo), pero cuando uno se sumerge de lleno en la historia, lo cierto es que se disfruta y mucho. El humor es a ratos delirante y las secuencias de acción están realmente conseguidas (el momento “valkirias” es apoteósico), cosa de esperar teniendo en cuenta que Verbinski ya había cogido experiencia en el tema gracias precisamente a la saga de Piratas del Caribe.

Sin duda, estamos ante una propuesta inusual dentro del campo de la animación, y bien vale la pena acercase al cine más cercano para disfrutar de las alocadas desventuras de este singular camaleón vestido con camisa hawaiana (un claro guiño a “Medio y ascos en Las vegas” de Johnny Depp, su doblador en la película)

P.D.: Me pregunto si habrán escogido a Timothy Olyphant para prestarle la voz al Espíritu del Oeste después de verlo en la serie “Justified”.



Lo mejor: la animación hiperrealista; el homenaje al western.

Lo peor: que al principio cueste un poco entrar en la historia.


Valoración personal: Buena


2 comentarios:

Sam_Loomis dijo...

Usualmente no me atraen las películas animadas pero "Rango" tiene ciertos aspectos que me llaman la atención, definitivamente no me molestaría darle una oportunidad si se diera la ocasión. Lo que comentas acerca del aroma a Western le agrega puntos también.

Saludos

Pliskeen (David Ribet) dijo...

Realmente vale la pena. Creo que deberías darle una oportunidad tanto a la película como a la animación en general (especialmente a Pixar), que hace mucho tiempo que dejó de ser sólo para niños.

Saludos ;)