
Tachado de superficial, mayormente mediocre e incluso tonto, el género de acción ha sido siempre de los más menospreciados, considerándose muchas veces a sus estrellas protagonistas como meras masas de músculo sin un ápice de talento interpretativo. Obviamente, habrá casos en los que esto pueda suceder, pero no hay ninguna duda de que muchas otras veces es más una cuestión de prejuicios que de juicio justo.
Las cintas de acción o “de tiros y explosiones” nos han ofrecido algunos de los momentos más espectaculares, adrenalíticos y emocionantes del cine de entretenimiento. Un tipo de películas hechas sin mayor afán que el de entretenernos durante un par de horas -o menos- frente a la pantalla, disfrutando de sus tramas sencillas pero adictivas, de sus secuencias trepidantes y a veces imposibles, de sus héroes incasables y casi indestructibles, y de sus malos muy malos.
Por supuesto, no todas estas cintas de evasión nos dejan la misma huella. Algunas se ven tan fácilmente como se olvidan y otras no dejan de ser productos vacíos sin ningún tipo de chispa. Son pocas esas veces en que se convierten en estandartes del género debido a sus innegables virtudes. Esas veces en que sus protagonistas congenian maravillosamente con el espectador y devienen al positivo estatus de “
action-man”. Y digo positivo porque si en esa categoría cumplen sobradamente con su función, no dejan de ser buenos actores; pues cada uno es bueno con el género o géneros que le ha tocado y/o querido trabajar.
Durante la década de los 80 y sobretodo 90, actores como
Arnold Schwarzenegger,
Sylvester Stallone o
Bruce Willis, entre otros, se convirtieron en grandes estrellas del cine de acción. Vilipendiados siempre por la crítica especializada, se ganaron el aprecio del público, que acudía en masa al cine a ver sus películas. No siempre eran buenas, pero la expectación por ellas nunca menguaba.
En este primer post especial de “
Cine de Acción - Lo mejor de los 90”, se hará un breve repaso a algunas de las cintas de acción yanquis más destacadas de los 90, independientemente de su éxito y siempre partiendo de los gustos personales de un servidor. En la elección se ha partido del género en estado puro, excluyendo así aquellas cintas que se mezclan con otros géneros como pudiera ser la ciencia-ficción. Quedan fuera pues geniales películas como
Desafío Total, Demolition Man o
El quinto elemento, por ejemplo.
Speed (1994)
Una de las cintas de acción más exitosas de los 90. Debut de
Jan De Bont tras la cámara después de ejercer de director de fotografía en títulos como “
La Caza del Octubre Rojo” o “L
a Jungla de Cristal” . Una trepidante película que convirtió un autobús en un arma mortal y que subió el caché de su actor protagonista, Keanu Reeves. Tras ésta y la catastrofista “
Twister”, De Bont decayó con mediocres producciones entre las que se incluye una decepcionante segunda entrega de su primer gran éxito.
La Jungla 2: Alerta Roja (1990)
Inferior aunque igualmente entretenida secuela del film de
John McTiernan “La Jungla de Cristal”, esta vez a cargo de un
Renny Harlin que se limitó simplemente a copiar los parámetros de su predecesora. Buenas escenas acción y un Bruce Willis en su salsa para una segunda parte que gustó más que decepcionó.
Máximo Riesgo (1993)
Vehículo para puro lucimiento de Stallone y que el actor supo aprovechar para recuperar el estatus que casi pierde tras su paso por un par de comedias de escaso interés para el público. Renny Harlin dirigió probablemente la que es su mejor película y también su último éxito en taquilla (y también el de Sly). Trepidante y violenta; de lo mejorcito de uno de nuestros action-men más queridos.
El Último Gran Héroe (1993)
Injustamente infravalorada, supone uno de los trabajos más divertidos y entretenidos de McTiernan y Schwarzenneger. El público no supo entender su humor basado en la autoparodia del género, y la cinta se estrelló en taquilla (con la crueldad habitual de la crítica, de propina). Una trama ingeniosa, cameos a tutiplén e impactantes escenas de acción para un film a reivindicar.
Le Llaman Bodhi (1991)
Atractivo reparto masculino para una cinta de robos que tuvo éxito a un lado y al otro del charco.
Kathryn Bigelow (la versión femenina de McTiernan) dirige uno de sus mejores trabajos con estupendas escenas de acción y de surf, unos ladrones de bancos imitados hasta la saciedad y un
Gary Busey esta vez en el bando de los buenos, por increíble que parezca.
Arma Letal 3 (1992)
No hay dos sin tres, y a principios de los 90 la pareja formada por
Mel Gibson y
Danny Glover volvió a la carga con otra entrega de la franquicia que más fama (y riqueza) les dió. A mi juicio, tiene el mejor inicio de las tres (¿cable rojo o cable azul? xD) y el personaje de
René Russo aportó algo de frescura a una historia que volvió a triunfar gracias a la innegable química entre sus actores protagonistas.
El último Boy Scout (1991)
Willis en su ideal papel de poli acabado y deslenguado, acompañado por un correcto D
amon Wayans en una película llena de geniales golpes de humor y acción por un tubo. Diálogos que se han quedado grabados en la memoria de un servidor gracias al guionista
Shane Black, cuyo guión se pagó a muy buen precio. La película afincó a Willis dentro del cine acción, aunque por aquel entonces ya era toda una estrella del género.
Alerta Máxima (1992)
La mejor película del pétreo Steven Seagal, por no decir la única buena cinta de acción de toda su deprimente filmografía. Un inspirado
Andrew Davis (pocas veces ocurre) llevó a cabo este gratificante entretenimiento que, sin duda alguna, pretendía aprovechar el tirón de “L
a jungla de cristal” trasladando todo el follón a un barco y a haciendo de Seagal el justiciero solitario. Lo mejor: un
Tommy Lee Jones desatado como simpático villano y
Erika Eleniak saliendo de la tarta de cumpleaños.
Las Aventuras de Ford Farlaine (1990)
Pocas veces un doblaje español -un descacharrante
Pablo Carbonell- había hecho tanto por una película. Una desvergonzada comedia de acción protagonizada por el detective rockanrolero más misógino, cachondo y chuleta de Los Ángeles.
Una película cargada de humor con frases ya míticas (“Tanto gilipollas y tan pocas balas”), un detective guasón y un
Robert Englund cambiando su jersey de rayas por cuero negro. Poco más de hora y media de descarada diversión. La mejor etapa del director Renny Harlin, aunque desgraciadamente fue la única interpretación destacada del actor
Andrew Dice Clay.
48 Horas Más (1990)
Secuela de la exitosa “
Límite: 48 horas” del siempre reivindicable
Walter Hill. Repitió fórmula y aunque resultó ser muy inferior a su predecesora, siguió siendo una disfrutable buddy movie con un simpático
Eddie Murphy y un rudo
Nick Nolte como sinpar pareja protagonista.
En el próximo post seguirá el repaso dedicado al cine de acción, desde mediados de los 90 hasta los últimos años de la década. De nuevo se destacarán las principales cintas que pulularon por nuestras carteleras, y además habrá
un pequeño extra: un breve listado de otros títulos a tener en cuenta aparecidos durante esos diez años, aunque no sean los más recordados/famosos.
Por tanto, si en esta entrega habéis echado en falta alguna película, de seguro que la tendréis en la siguiente.