
Y el mérito no se lo quita nadie.
“300” es una película épica con todos los ingredientes del género: batallas, honor, traición, amistad, amor..., pero rodado de forma adrenalítica, sin apenas respiro para el espectador y con una puesta en escena abrumadora, que consigue dar forma y vida (con absoluta fidelidad) al cómic de Frank Miller.
Snyder no se corta un pelo a la hora de utilizar y abusar de la cámara lenta, de los desmembramientos y decapitaciones y de la testosterona de los espartanos. Y la verdad, en una época tan políticamente correcta como la actual, eso se agradece mucho.
Hasta ahora, ninguna otra película épica había hecho apología de la venganza y de la guerra sin concesiones ni tregua desde que un servidor alucinara tiempo atrás con la excepcional “Conan el bárbaro”.
Snyder, director de la mejor película de zombies de la historia (por mucho que le pese al maestro Romero), ha conseguido hacer de “300” un producto que no solo entretiene, sinó que deja huella (y manchas xD)
Algunos la acusarán de hiperviolenta, pero que importa eso? Esto está hecho para el disfrute y regocijo del personal. Y en mi opinión, eso no le quita muchas de las virtudes que posee a nivel cinematográfico.
Cierto que el guión no da para mucho y en algunos momentos puede resultarnos una historia un tanto vacía, pero ese es el testamento del cómic y hay que respetarlo. Aún así, Snyder le confiere una fuerza arrebatadora y solemne (que ya de por sí tiene la historieta gráfica)
No hay duda de que lo más atractivo del film es su puesta en escena. Si bien no soy muy partidario de la pantallita verde, en este caso no puedo negar que su uso está más que justificado.
De ninguna otra manera se hubiera podido captar al esencia que impregna cada una de las viñetas de Miller.
Es importante destacar también la portentosa banda sonora, que le confiere al film una energía y un vigor brutales. En los momentos más intensos, sea una batalla, un discurso o una lamentación, el espectador se adentra en la atmósfera del film de forma casi inmediata y sin ningún tipo de esfuerzo.
Esa mezcla de tambores, guitarras eléctricas y cantos gregorianos le otorgan el broche de oro a la película.
Mención a parte merecen los actores, en especial un feroz e irreconocible Gerard Butler, que a partir de hoy será recordado, para bien o para mal, como el gran Leónidas, Rey de Esparta.
La verdad es que lo que más miedo me daba era que su interpretación perdiera, en el doblaje al español, la garra que la voz original tiene. Pero por suerte, mis temores se disiparon a los pocos minutos de empezar la película. Si bien es cierto que no se puede igualar al original (el trailer en v.o. es realmente imponente), el actor y doblador catalán Jordi Boixaderas (voz habitual de Russell Crowe y Sean Bean) consigue transmitir de forma más que correcta (correctísima) la personalidad del León de Esparta. Un acierto total (aunque a veces la traducción literal de los diálogos no encaje con le gesticulación del actor)
De hecho, era la voz que un servidor tenía en mente para el posible doblaje. Y casualidad o no, así ha sido. Además, el doblaje del provisional trailer en español que circulaba por youtube hace algunas semanas era verdaderamente desalentador.
Doblaje a parte, Butler se sale y incluso aunque se muestre serio y despiadado, hay en él -en todo momento- sentimientos (buenos y malos) y una sensación de respeto envidiables. Y a eso le añadimos ese toque chulo y burlesco de algunas escenas, que arracan unas buenas carcajadas al espectador, en especial los momentos de vacileo ante el emperador Jerjes (un descojone señores, muy a lo Casino Royale)
Por cierto, Jerjes resulta un tanto ambiguo y eso añadido a un doblaje algo desafortunado, hace que algunos momentos que deberían provocarnos temor, nos provoquen unas risas de infarto. Aquellos que hayan visto la película sabrán a que me refiero.
Por lo demás, todos los actores están notables en su trabajo. Desde mi adorada Lena Heady, que da vida a una mujer fuerte y apasionada (ya tocaba ver un personaje femenino de estas características, sin que parezca una mamarrachada como la grotesca Lara Croft), hasta David Wenham o Vincent Regan (curtidos ya en esto del cine épico), pasando por Dominic West, dando vida al indeseable traidor de turno.
Por lo tanto, todos aquellos que vayan al cine a ver la violenta y sangrienta batalla de las Termópilas, aquellos que vayan predispuestos a disfrutar de un nutrido festín de amputaciones y decapitaciones, aquellos que esperen ver a criaturas dignas de la mismísima tienda de los horrores, solamente puedo decirles que no saldrán defraudados.
Pero aquellos que esperen una lección de historia y una cinta épica como las de antaño, que no se equivoquen de sala, porque para eso ya existe la versión de 1962 de Rudolph Maté, “El león de Esparta”, que nada tiene que ver con la obra de Snyder.
Frank Miller se inspiró en la batalla real, no más. Si a “Gladiator” se lo perdonamos, también podemos perdonárselo de “300”.
Una cosa más, aquellos de estómago sensible o mente muy conservadora, que se abstengan de su visionado, porque seguramente les parecerá denigrante y salvajemente deshonesto e inmoral.
A todos los demás, espero y deseo que les aproveche la cena en el infierno. Yo repetiría con mucho gusto.
Lo mejor: Gerard Butler como Leónidas; la cuidada puesta en escena; los perfeccionados efectos especiales (nótese sobretodo en algunas decapitaciones); la brutal y acorde banda sonora; que los diálogos y la voz en off no nos resulten ridículos y que las interpretacione no nos parezcan sobreactuadas como sí sucedió en Sin City; que sus dos horas se nos hagan cortas.
Lo peor: Que se la considere vacía por tener un guión un tanto flojo y exaltado; que algunos se identifiquen con la cultura espartana (no son precisamente un modelo a seguir); que las elevadas expectativas de algunos les impidan disfrutar de la película; que sus dos horas se nos hagan cortas.
Valoración personal: 4,5 sobre 5 (Muy buena)
Saludos ;)