jueves, agosto 23, 2007

“Sigo como Dios”, el Noé del siglo XXI


Esta película tiene el honor (o la desgracia, visto lo visto) de ser la comedia más cara de la historia del cine, con un presupuesto de unos 175 millones de dólares, que para el tipo de producto que es y en vistas del resultado final, se nos puede antojar una barbaridad.
Y es que el principal problema de la película está en la poca gracia que hace. Tratándose de una comedia, eso es lo peor que te puede pasar.
Pero antes que nada, pongámonos en situación.


“Sigo como Dios” es la secuela de “Como Dios/Bruce Almighty”, también del mismo director y protagonizada por aquel entonces por un cómico de moda, Jim Carrey. La verdad es que la película, sin ser nada del otro mundo, logró un gran éxito de taquilla gracias, sobretodo, a las dotes humorísticas del sr. Carrey.
En este caso, la fórmula se repite pero con otro cómico a la cabeza, Steve Carrell. Esta vez, la historia parte del personaje que ya interpretaba éste en su antecesora: el arrogante presentador de informativos Evan Baxter.
Ahora Baxter ha dejado la tv y se ha convertido en congresista de los EE.UU., un cambio que le ha proporcionado una casa nueva (un caserón del copón), un coche nuevo (un gran y lujoso todoterreno) y un despacho más grande que el pisito de algunos jóvenes españoles. Vamos, que la suerte está de su parte.
No obstante, el día menos pensado se le aparece Dios y le encarga una importante misión: construir un arca inmensa con sus propias manos y de forma rudimentaria.
Eso, obviamente, desbarata todos los planes de Baxter, cuya máxima aspiración hasta el momento es entrar con buen en pie en su nuevo cargo.

Tras la previa incredulidad, Baxter se verá obligado a cumplir con dicha tarea, causando un gran revuelo tanto en su lugar de trabajo como dentro del núcleo familiar.
Con semejante percal, Baxter deberá hacer lo imposible para construir el arca en un tiempo record, al mismo tiempo que afronta el hecho de que todos, incluso su familia, le toman por loco.


Como ya he comentado anteriormente, el fallo de la película radica en su más bien poca gracia. Los gags están muy trillados y rozan en todo momento el infantilismo. Su repertorio de chistes pasa por recuperar los clásicos de siempre: la paloma u otra ave que se defeca en tu impecable traje o el martillazo que te das en el dedo cuando intentas clavar un clavo. Vamos, que solo faltaba el resbalón con la piel de plátano.
Con ello, es díficil que el espectador se ría, o por lo menos en lo que al espectador adulto se refiere. Hay momentos que te sacan una leve sonrisa, pero jamás una carcajada.
Con este tipo de humor, Carrell tiene poco que hacer. Y aunque su aspecto discreto y sereno -hay momentos para las gesticulaciones, pero Carrell no llega nunca al histrionismo del amigo Carrey- le otorgue cierta comicidad a su personaje, la verdad es que el tratamiento que se le da a la película no permite que el actor se luzca como debiera.


Corre una máxima por Hollywood que recomienda no trabajar ni con niños ni con animales. Esto a Shadyac parece que no le importa demasiado. Es más, ya había trabajado antes con animales (Ace Ventura) y con niños (Mentiroso compulsivo), con lo cual, eso no suponía ningún problema para él.
Y de hecho, podemos decir que esa parte está bien resuelta.
Los animales inundan la pantalla en casi todo momento, pero tenemos la gran suerte de que no hablan, por lo que nunca llegan a cansar y se acoplan a la perfección con el reparto humano.
Los niños, tres varones hijos del prota, no resultan ni repelentes ni cargantes, lo cual es un alivio para el que esto escribe y supongo que para todo espectador con poca tolerancia hacia la chiquillada.
Además, el hecho de ver la película con subtítulos, ayuda ahorrarse los nefastos doblajes que se dan muy a menudo por aquí en materia de niños (véase Zathura)

Otro punto a favor es la presencia de la encantadora Lauren Graham (Las Chicas Gilmore), cuya función es la de sufridora esposa de Baxter. En mi opinión, su trabajo es mucho mejor que el de la Aniston de la primera parte (quien casi siempre se limita a repetir la Rachel de Friends)
Desde el primer minuto me ha cautivado tanto su belleza como su naturalidad para con su personaje.

Dándole la réplica a Carrell tenemos otro cómico y peso pesado de la interpretación (lo digo en sentido figurado) como John Goodman, al que desgraciadamente no se le da suficiente cancha para explayarse a gusto. Lástima, porque además los “cara a cara” entre éste y Carrell saben a poco.

Y luego por supuesto está Dios omnipresente, interpretado una vez más por Morgan Freeman, dado muy poco a la comedia pero que siempre resulta efectivo ahí donde lo pongas. Hay que decir también que a pesar de ser una parte importante (que no siempre necesaria) del argumento, su presencia es más bien escasa, limitándose a aparecer unas cuantas veces, sonreír, soltar un par de discursitos y desaparecer a lo David Copperfield. Más o menos lo que ya hacía en compañía de Jim Carrey.


Hay que decir que el presupuesto invertido en la película se hace notar, sobretodo hacia el final, que aún sin desvelaros nada, ya os podeis imaginar que sucede.
Entre filmar a los animales por separado para luego incluirlos juntos en el montaje final, más los creados por ordenador, el gran arca construido para la ocasión y la espectacular secuencia final, por lo menos podemos decir que se le ha sacado provecho a cada dólar gastado. Lo malo es que luego tienes que procurarte que vaya mucha gente a ver tú película, y eso no siempre es fácil.
En USA la película ha tenido una tíbia acogida, sobrepasando levemente los 30 millones en su semana de estreno, que para una comedia puede no ser una mala cifra, pero para el dineral que se ha empleado, la verdad es que sabe a poco.

Ignoro que tal funcionará en España, pues a pesar de tener el gancho de ser la secuela de “Como Dios”, hay que hacer notar que aquí Carrell no goza de la popularidad que sí tiene en EE.UU., gracias sobretodo al serial “The Office” y a su participación en exitosos shows como Saturday Night Live o The Daily Show. De hecho, la película se permite un par de guiños hacia éste último y hacia otros trabajos cinematográficos del actor, como “Virgen a los 40”.


Así pues, “Sigo como Dios” acabe siendo una comedia familiar edulcorada y muy convencional, con un guión simplón y un humor bastante pobre. Desde luego, no es la mejor opción para echarse unas buenas risas. Para eso quizás habrá que esperar a la adaptación de “Superagente 86”, de la que espero mucho más por parte de Carrell y de los guionistas.

En definitiva, que estamos ante una película simpática pero no graciosa, cargada de sentimentalismos y buenas intenciones. Es de esas películas que cuando acaban, te dan ganas de abrazar a tus hijos y besar a tu mujer (si los tienes), por lo que no es una mala opción para ver en familia, pues los más pequeños de seguro que pasarán un rato agradable y hasta divertido.
Si por lo contrario, la típica comedia familiar edulcorada e infantil te aburre, se te hace repetitiva o simplemente te horroriza, puedes prescindir de verla.

Shadyac se ha querido distanciar un poco de la primera parte, y quizás lo que le ha faltado es un toque un poco más gamberro y en general, un humor más elaborado. Por lo menos, la película dura poco y se pasa rápido, con lo cual tampoco supone una pérdida de tiempo y se deja ver sin molestar. Cosas mucho peores se han hecho.

Lo mejor: los efectos especiales; que dura poco; se hace simpática

Lo peor: la abundancia de tópicos; el humor infantil; el tratamiento edulcorado; las moralejas de siempre


Valoración personal: Regular

4 comentarios:

Anónimo dijo...

A mi me encantó Carrell en Pequeña Miss Sunshine (película que ha pasado a quedarse entre mis favoritas!!), pero el rollo infantiloide (corroborado por tu crítica)de esta comedia no me llama la atención...así que no creo que me digne a verla en el cine...
Vi "Como Dios" pirateada y no estaba del todo mal, pero tampoco fue lo suficientemente buena como para que me entren ganas de ver la secuela a toda costa!! Así que la dejaremos para un día en el que la echen por tv o no queden más películas en el videoclub!!
Saludos!!

Pliskeen (David Ribet) dijo...

Tengo que decir que yo de Carrell no he visto gran cosa. A la espera estoy de hacerme con "Pequeña Miss Sunshine", que está en mi lista de pendientes :)

"Como Dios" me gustó, aunque tp me mataba. Una película correcta que ganaba mucho con la presencia de Jim Carrey.

Saludos ;)

Anónimo dijo...

Pues si la primera ya estaba edulcorada, no quiero ni imaginar una secuela que le da la vuelta en este aspecto. Siempre he pensado que a la primera le falta mala leche, y su desenlace dejaba entreveer que el Altísimo no puede prestar atención a problemas menores (toda una bajada de pantalones, vaya). Aun así, Carrey es un rey de la comedia y la peli tenía sus momentos. La secuela no creo que me lleve al cine, aunque no descarto recuperarla por el eMule.

Un saludo

Pliskeen (David Ribet) dijo...

Con la primera parte, lo bueno eran los guiños hacía los pasajes de la Biblia conocidos por todos (hasta para los que como yo, se consideran a sí mismos agnósticos)

En esta secuela los guiños son más bien escasos. De hecho, el propio guión está menos elaborado.

En la primera, Carrey tuvo el lujo de hacer de las suyas, por lo que al fin y al cabo, su carisma acababa salvando la función. No es el caso de la secuela.

Yo la ví en un pase de prensa, pero si tiene algún tipo de interés hacia ella, lo mejor que puede hacer es tirar de la mula, sin duda.

Saludos ;)