jueves, julio 31, 2008

"WALL·E", aventura robótica

Si los genios de Pixar son los reyes indiscutibles de la animación 3D no es sólo por su calidad técnica sino también por la inimitable calidad de sus historias. Historias cuidadas hasta el mínimo detalle, elaboradas con buen gusto y sobretodo con cariño, siendo la recaudación en taquilla un elemento secundario -aunque importante, claro- en la concepción de las mismas.
En Pixar además, se procura llegar al alma del espectador sin necesidad de recurrir a fórmulas facilonas o recursos ya conocidos, y Wall-E es el perfecto ejemplo de ello.

Con su nueva trabajo, la productora ha conseguido superarse, creando una película que destila encanto e imaginación en cada uno de sus fotogramas y sin apenas usar diálogos. Esto último puede echar para atrás a muchos espectadores, pero debo advertir que sería un grave error perderse esta joyita por culpa de unos prejuicios tan absurdos.

No hay duda que es una apuesta arriesgada, pero eso no implica que se haga dificil de ver para el espectador común, sino todo lo contrario, pues resulta imposible imaginar que su ternura y su trasfondo crítico/reflexivo no encandilen hasta el más incrédulo.


Cerca del siglo XXII, la Tierra no es más que un vertedero inmenso en el que no hay apenas rastro de vida y sí toneladas y toneladas de basura.
WALL·E (Waste Allocation Load Lifter Earth-Class) es un modelo de robot cuya misión no es otra que limpiar toda esa porquería para hacer de la Tierra un lugar, de nuevo, habitable. Tal es la cantidad de escombros que la tarea de los robots parece interminable, y conforme han ido pasando los años (cientos y cientos de años), tan sólo ha quedado un sólo robot en pie.
Este último ejemplar de la serie WALL·E ha terminado por desarrollar, con el paso del tiempo, características y sentimientos humanos tales como la curiosidad, el miedo, la ilusión o la añoranza. Aún así, WALL·E sigue realizando sus habituales tareas de limpieza, pero además recolecta y colecciona objetos, escucha música, vé películas y hasta ha hecho amistad con un pequeño insecto. Pese a eso, nota que le falta algo, y es que en la inmensidad del planeta, a nuestro simpático robotito le invade un inevitable sentimiento de soledad.

Todo cambia con el inesperado aterrizaje de una enorme nave de cuyo interior sale una robot sumamente avanzada, de nombre EVE (Extraterrestrial Vegetation Evaluator), que WALL·E nunca antes había visto. El temor pero también la curiosiad ante lo desconocido, hace que finalmente ambos robots acaben relacionándose entre sí, cimentando lo que parece el inicio de una bonita amistad. Aunque para WALL·E, más que amistad, lo suyo ha sido un flechazo a primera vista.

Sin embargo, una vez cumplida la misión de EVE (no desvelaré cuál), ésta es recogida de nuevo por la nave nodriza, por lo que nuestro metálico protagonista no dudará ni un momento en subirse a la nave para estar con su nueva amiga, embarcándose así en una pequeña odisea por el espacio exterior en busca del amor que siempre ha buscado y que parece que por fín ha encontrado (que bonito me ha quedado eso)


Podríamos decir que la película se divide en dos partes claramente diferenciadas. Por un lado, tenemos un primer tramo que funciona a modo de presentación de los protagonistas principales y en la que apenas hay diálogos. Este primera parte nos permite conocer las inquietudes del simpático WALL·E, un robot cuyo aspecto nos recuerda irremediablemente al Johnny 5 de “Cortocircuito”. Por si el afable aspecto no fuera sufciente, además éste se comporta de tal forma que es imposible no encariñarte de él. Sus gestos, su forma de interactuar con otros personajes, su estilo de vida y el como afronta ciertas situaciones hacen de WALL·E un personaje entrañable desde el minuto uno.

Estos primerizos minutos nos permiten observar también el desastroso aspecto que tiene la Tierra desde un visión distópica que cada vez se nos antoja más probable, sobretodo si tenemos en cuenta la degradación/destrucción continua a la que sometemos nuestro querido planeta.

Y para terminar con la presentación tenemos a EVE, cuya misión en la Tierra no ha hecho nada más que empezar. Todo se complicará más de lo debido y la ayuda de su nuevo amigo será indispensable para alcanzar el éxito, pese a ser ella un robot mucho más avanzado y mejor preparado para tales menesteres.


En lo que respecta al segundo tramo, este nos muestra a los últimos supervivientes de la raza humana viviendo en un lugar alternativo (e idílico) mientras esperan que la Tierra vuelva a estar limpia. No desvelaré cuál es ese lugar ni cómo es su nueva vida (es mejor descubrirlo cuando uno acuda a la sala de cine), pero sí hay que hacer incapié en la ácida crítica que Andrew Stanton (director y guionista) ha realizado sobre el consumismo de la sociedad y nuestra, cada vez mayor, dependencia de la tecnología. Dos aspectos que junto al evidente mensaje ecologista que transmite el film, conforman una historia constructiva y altamente reflexiva.

Por lo demás, el resto de la cinta resulta ser una ingeniosa e imaginativa aventura robótica entre WALL·E, EVE y el resto de personajes que van apareciendo en escena.
El elemento que desencadena la trama es casi un macguffin ideado para que nuestros protagonistas se vean enfrascados en una carrera llena de obstáculos en la que, por supuesto, se irán estrechando sus lazos. De su llegada o no a la meta final dependerá el futuro de toda la humanidad.

Además del citado parentesco entre WALL·E y Johnny 5, el film de Pixar no duda en incluir otras referencias cinéfilas que el espectador seguramente reconocerá con facilidad. Entre ellas, un homenaje casi continuo -a lo largo del tramo final- a “2001: una odisea en el espacio” de Kubrick, incluyendo incluso la archiconocida canción “Also sprach Zarathustra” de Richard Strauss; o el parentesco de una escena con el “Titanic” de James Cameron o, si me apurais, con “La aventura del Poseidón”.

A todo esto hay que añadirle un imaginativo diseño de personajes y de ambientes, y una increible capacidad para contarnos tanto con tan poco, siendo lo meramente visual/gestual el motor de la historia. Por no hablar de unas deliciosas canciones (La Vie en Rose de Louis Armstrong, por ejemplo) que a ratos nos acompañan en esta agradable aventura robótica.

Con “WALL·E”, el espectador asiste, ante todo, a una bonita y tierna historia de amor entre dos robots humanizados. Una historia que divierte en unos momentos y emociona en otros, desprendiendo siempre un sabor a clásico atemporal. Una verdadera delicatessen apta para todos los paladares.


Lo mejor:
WALL·E

Lo peor: que el público le pueda dar la espalda por sus escasos diálogos.


Valoración personal:
Muy buena

12 comentarios:

Pliskeen (David Ribet) dijo...

Aprovecho la publicación de esta crítica para anunciaros que tengo el ordenador escacharrao (ahora mismo estoy en un cyber) y que por ello es posible que tarde en contestar a vuestros comentarios.

Lo más probable es que esté fuera de circulación hasta que solucione el problema (se me ha estropeado el disco duro y estoy al borde de la depresión...)

Saludos ;)

Anónimo dijo...

Te he comentado en el otro blog, ¡que no se pueden tener tantos blogs, hombre! ;)

Yo últimamante tengo problemas con la conexión a Internet, que va cuando quiere, y tambien lo paso mal...pero lo de el ordenador enterro es peor :(

¡Saludos!

Pliskeen (David Ribet) dijo...

Pues espero solucionarlo sin sufrir demasiado. La prioridad ahora mismo es salvar la información del disco duro, xk aún no tengo claro si lo que está jo*ido es eso o la placa base (el ordenador entero, vaya). Luego ya veremos...

En cuanto a los dos blogs, cuando una crítica me sirve para ambos, por supuesto no os pido que comenteis en los dos xD Con que dejeis un comentario, si os apetece, en uno de ellos, me basta ;)

Saludos :)

Rodi dijo...

Como dices, "WALL·E" es una maravilla, tal vez la película más cinematográfica (en toda la extensión de la palabra) vista en un cine en los últimos años.

Pixar vuelve a dar en el blanco otra vez y crea su 9ª obra maestra consecutiva.

Wall·E es desde ya, el robot más carismático y entrañable de la historia.

Saludos.

Pliskeen (David Ribet) dijo...

Por ser animación, suele haber cierta tendencia a minorizar la importancia de estos films, pero hay que decir que lo que hace Pixar es cine en mayúsculas. Más allá del negocio, ellos comprenden el significado de que a est se le llame "séptimo arte".

WALL-E es la mejor creación ficticia -dentro del cine- de la última década.

Saludos ;)

Roberfumi dijo...

Tengo muchas ganas de verla, aunque al cine iré para el caballero oscuro, para esta esperaré.

Cars me dejo bastante frío, pero con este cortocircuito tengo buenas vibraciones. Es que Johny 5 era mucho Johny 5 jeje.

Saludos!!!

Alejandro the Kitsune-san dijo...

le deje un premio en mi blog

si lo desea paselo a buscar mañana

muchas gracias

Pliskeen (David Ribet) dijo...

roberfumi,

No es imprescindible verla en el cine, pero creo que ahí la disfrutarás muchísimo más. Tanto TDK como WALL-E son una apuesta segura en la que invertir el dinero de la entrada.

A mí Cars me gustó tanto como cualquier otra de Pixar, aunque tratando el tema del sueño americano, es lógico que fuera de los EE.UU. no tuviera tanta aceptación.

alejandro,

Muchísimas gracias por el premio!!
Me alegra volver a recibirlo por parte de otro valioso lector :)

Saludos ;)

Jorge - cinenovedades dijo...

Y yo que pensé que "Ratatoullie" era imposible de superar. Evidentemente Pixar es una tremenda máquina en este tipo de producciones. Siempre se supera, y la verdad es algo realmente increíble. De ésta cinta, aparte de tu excelente reseña, he escuchado y leído todos comentarios sumamente positivos, así que veo que no ha defraudado en absoluto.
Saludos!

Pliskeen (David Ribet) dijo...

En mi opinión es la mejor de Pixar, pero tb soy de los que piensa que Ratatouille es buena pero tp tanto. Sin ir más lejos, me quedo con las dos partes de Toy Story y Monstruos S.A. como las mejores y mis favoritas.

WALL-E es absolutamente recomendable. Cuando la veas me comentas ;)

Saludos :)

Faraonika dijo...

Me ha encantado, para mí es una auténtica obra maestra. La ausencia de diálogos se suple con brillantez gracias a la animación y a la música, que a mí me ha cautivado. Y como no, la historia de amor, que a los pocos románticos que quedamos sobre el planeta como yo, nos ha maravillado.
Un beso:)

Pliskeen (David Ribet) dijo...

Obra maestra o no, es una delicia.
Creo que la ausencia de diálogos está echando para atrás a muchos espectadores, pero es que en este país ya se sabe... triufan cosas como "Casi 300" y la última de Santiago Segura xD

Personalmente, la recomiendo a todo el mundo porque es lo mejor que se ha estrenado en lo que llevamos de año.

Saludos ;)