
Pese a que en sus inicios prometía ser un director a tener en cuenta dentro del mundillo hollywoodiense, Neil LaBute ha pasado de dirigir películas independientes alabadas por la crítica, a dirigir productos de fácil consumo para el gran público. Tiene el “honor” además, de haber sido el responsable una de las cintas más vilipendiadas –que ya es decir- de la reciente filmografía de Nicolas Cage,
The Wicker Man (remake de un film británico de 1973).
Su nuevo trabajo parte de una premisa bastante sobada, como es la del típico psicópata/zumbado que hará la vida imposible a sus vecinos, papel que esta vez recae en el siempre efectivo Samuel L. Jackson. Y como telón de fondo, tenemos los devastadores incendios que asolaron California en octubre de 2007.
Chris y Lisa Mattson son una joven pareja que acaba de mudarse a la casa de sus sueños, en las afueras de California. Su llegada al vecindario no es del todo bien recibida por su vecino, el agente de policía y padre de dos hijos, Abel Turner. Sus primeros encontronazos no pasarán de ser meros malentendidos o problemas vecinales de lo más corrientes. Sin embargo y sin motivo aparente, pronto serán acosados de forma abusiva por Turner, que tratará por todos los medios de hacerles la vida imposible. Las diferencias entre ellos irán en aumento a medida que pasen los días, siendo las consecuencias de su mala relación mucho más graves de lo esperado.
“
De repente, un extraño” con
Michael Keaton amargando la existencia de la parejita formada por
Melanie Griffith y
Matthew Modine, o “
Bajo Presión”, con un violento y perturbado
Charlie Sheen atemorizando a una inocente
Mare Winningham, son claros ejemplos de lo perjudicial que puede llegar a ser tener a un chalado por vecino. Todo ello llevado, por supuesto, hasta el extremo. De todas formas, quién más quién menos se ha visto involucrado en algún follón vecinal (que si la música está muy alta, que si estas no son horas de hacer ruido, que si esto o lo otro…)
Si en el caso de “Bajo Presión”, el hándicap con el que se topaba la protagonista era que el vecino puñetero era un bombero condecorado, aquí la pareja de amargados en cuestión deberá lidiar con un agente de la policía con el que legalmente no tendrán ninguna posibilidad de enfrentarse.
Samuel L. Jackson interpreta a un sobreprotector, ultra conservador y racista agente de la policía que no verá con buenos ojos a sus nuevos vecinos, motivo por el cual decidirá hacer de su estancia un infierno. Quizás así consiga que se marchen y se recupere la –supuestamente alterada- normalidad en el barrio.

Chris (
Patrick Wilson) será el primero en sospechar de la bondad de su vecino, tras recibir, por parte del mismo, una serie de impertinencias y amenazas poco agradables. Pese a sus fracasados intentos por resolver de forma pacífica sus diferencias, al final optará por darle a Turner parte de su propia medicina. A partir de ese momento, el conflicto se agravará considerablemente, afectando sobremanera también la relación matrimonial entre Chris y Lisa (
Kerry Washington).
Las relacionales entre personas de distinta raza (los aún hoy día conflictivos matrimonios interraciales)
y el abuso de autoridad de los agentes de la ley, son algunos de los temas que trata la cinta mediante un clímax de tensión que se acrecenta y agravia a medida que los Mattson y Turner van “intimando”. Autodenominándose protector del vecindario y repartiendo justicia a su manera, T
urner abusa del poder que le otorga la placa para hacer lo que le venga en gana. Esta actitud sólo es percibida por aquellos que sufren su acoso, mientras que para los demás (amigos y compañeros de trabajo) es un americano ejemplar. Claro que su propia familia también es víctima de sus malas pulgas, si bien a estos no les queda otro remedio que aguantarle.
Lisa y sobretodo Chris, no están dispuestos a que Turner les fastidie un día sí y otro también. Mientras que ella prefiere resignarse y mudarse a otro lugar, Chris intentará pagarle con la misma moneda. Si hay algo peor que ser acosado sin motivo por tu vecino, es darle a éste más motivos para que seas su blanco favorito.
Si bien
el argumento del film de LaBute es, a día de hoy,
más propio de un telefilm de sobremesa que de un estreno para cines , la cinta
gana ciertos puntos gracias a su competente reparto; en especial Jackson, que hace suya la película. Pero como era de esperar,
la trama es de lo más predecible, por lo que apenas se distancia de otros films de misma temática.
La tensión entre los protagonistas avanza de forma ascendente a lo largo del metraje, siendo cada vez peores las puyas entre unos y otros, t
erminando todo en un trágico desenlace en el que los acosados salen victoriosos y el acosador recibe su merecido (aquí, si acaso, con
una resolución final que se va de madre para hacerse más impactante y calamitosa cara al espectador). Por tanto,
nada nuevo bajo el sol.
La dirección de LaBute es de lo más convencional, por lo que gran parte del mérito de que la cinta se haga medianamente entretenida es del reparto. Tampoco los guionistas cargan del todo las tintas con los temas tratados, con lo que al final
la parte de denuncia es más bien light en beneficio del puro suspense (que tampoco es para echar cohetes). También
la duración –casi dos horas- se antoja
excesiva para lo poco que tienen que contarnos.“Protegidos por su enemigo” es un thriller del montón, que se ve con la misma facilidad con la que se olvida. Así que coincidiendo el mismo fin de semana en cartelera con Eastwood y Carrey, probablemente sea mejor gastarse los euros en ellos -Eastwood es una apuesta segura-y dejar ésta para un futuro visionado vía videoclub, si eso.
Lo mejor: Samuel L. Jackson.
Lo peor: predecible y tópica; es más de lo mismo pero con reparto conocido.
Valoración personal: Correcta