sábado, febrero 27, 2010

“Al límite (Edge of Darkness)” (2010) – Martin Campbell

critica Al límite (Edge of Darkness) 2010 Martin Campbell
Hacía muchos años que no veíamos a Mel Gibson en una película. Su última aparición data de 2003, con un pequeño papel en la simpática “El detective Cantante”. Desde entonces, ha preferido explotar su faceta como director en películas -no exentas de polémica- como “La Pasión de Cristo” o “Apocalypto”, ésta última una de las mejores películas de la pasada década, a gusto de un servidor.

Y aunque en la silla de director ha terminado consolidándose como un cineasta de gran talento, lo cierto es que ya se le echaba de menos delante de la cámara.

Para tal ocasión, Gibson no se ha complicado demasiado la vida y ha buscado un proyecto a su medida. Un thriller sobre un padre en busca de venganza por la muerte de su hija.

Edge of Darkness, que en un alarde originalidad se ha traducido aquí como “Al límite” (¿cuántas traducciones tendrán ya esas dos palabras en su título?), se centra en Thomas Craven (Mel Gibson), un veterano investigador del departamento de policía de Boston cuya hija de 24 años (Bojana Novakovic) ha sido asesinada ante sus propios ojos. Tras esta trágica pérdida, Craven decide implicarse en la investigación y descubrir a los asesinos de su hija. Pero pronto se dará cuenta que detrás de tan brutal homicidio se esconde algo muy grande.
Craven buscará destapar todo el tinglado en el que se vio involucrada su hija, y de paso saciar su sed de venganza.

La película que nos ocupa se basa en un miniserie británica de 1985 de mismo título dirigida por el propio Martin Campbell, y el guión lo escribe esta vez William Monahan, responsable de títulos como la oscarizada Infiltrados, Red de mentiras o El reino de los cielos.

Lo que en un principio puede parecer la típica historia de venganza, desemboca en el no menos típico thriller de conspiraciones gubernamentales y corrupción política.

Poco a poco, el personaje de Craven va descubriendo el lío en el que estaba metida su hija, y se da cuenta que tiene entre manos un asunto que va más allá de la simple venganza. Fuera de su jurisdicción, y empleando sus métodos poco ortodoxos, Craven va avanzando en la investigación y destapando a los involucrados en el meollo. No tardará mucho en darse cuenta que estará sólo ante el peligro, enfrentándose no sólo a un grupo de matones sino también al propio sistema.

Lo cierto es que teniendo semejante argumento entre manos, resulta altamente decepcionante que la intriga se desarrolle de forma tan arrítmica. Y es que si bien la película empieza con bastante buen pie -aunque incrustando unos flashbacks de la peor forma posible-, lo cierto es que a medida que va avanzando se va perdiendo el interés en la trama. Salvo algún par de detalles dignos de mención, y que desgraciadamente sólo responden a las escenas de acción, el resto resulta bastante anodino e incluso aburrido. La intriga se desarrolla con muy poco brío, y el personaje de Gibson deambula con cara de malas pulgas y resolviendo las adversidades a punta de pistola.


No hay garra ni emoción, y los momentos dramáticos son tan de manual (de nuevo esos flashbacks, a los que se les une una voz en off –la de la hija- la mar de ridícula) que no causan ningún tipo de empatía. Tan sólo el buen hacer de Gibson y el ambiguo personaje que interpreta un más que correcto Ray Winstone salvan la película de convertirse en una pérdida de tiempo.

Campbell y Monahan pierden el tiempo en un montón de diálogos pretendidamente elocuentes que lo único que hacen es entorpecer el ritmo de la película, alargar el avance de la investigación y adormecer a un humilde espectador. La parte dedicada al suspense resulta tan insatisfactoria, que lo único que me queda como espectador es intentar disfrutar de los pocos momentos en los que Gibson saca su mala leche y su pistola y dispara contra todo el que se le pone por delante. Ni siquiera Danny Huston tiene tiempo para componer un villano que dé la talla ante una conspiración tan insípida como la que aquí nos presentan.

Campbell, que ya ha demostrado su solvencia como artesano en Goldeneye y Casino Royale (las dos mejores resurrecciones del agente 007), o en el cine de aventuras con “La máscara del zorro” (olvidémonos de su espantosa secuela….), se muestra aquí incapaz de llevar a buen puerto una historia de intriga en la que los enemigos nunca llegan a resultar realmente amenazadores ni la conspiración demasiado intrigante.

Por tanto “Al límite (Edge of Darkness)” se queda en un thriller bastante flojito e irremediablemente olvidable. Una mezcla descompensada entre el cine de conspiraciones y el de justicieros, y que se salva muy por los pelos gracias al empaque de su actor protagonista y a un tramo final tan convencional y efectista como efectivo.



Lo mejor: volver a ver a Mel Gibson en pantalla grande, aunque ya no esté para ir soltando muchos mamporros ni para ir pegando tiros a diestro y siniestro.


Lo peor: que este regreso deje sabor agridulce.


Valoración personal: Regular

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Todas las pelis del tito Mel hay que verlas, aunque esté un poco tarado en la vida real..

Pliskeen (David Ribet) dijo...

Comparto esa idea :)
A mi siempre me ha gustado Gibson, y lo que haga o diga fuera de los escenarios me importa más bien poco.

Ahora mismo estoy con los dientes largos esperando su próxima película como director: ¡una de vikingos!

Saludos ;)

Sam_Loomis dijo...

Buena película, una historia de corrupción y venganza bien lograda. Y una actuación de Gibson que la verdad me pareció muy acertada.

En cuanto a Gibson y sus "andadas" en su vida personal y pública. Yo siempre trato de mantener la vida de los artistas lejos y fuera de su trabajo.

Saludos

Jorge - cinenovedades dijo...

Tuve oportunidad de verla en el cine la semana pasada, y sí es cierto que la cinta te deja con un sabor agridulce. Había buen material en el guión para hacer una muy buena película de venganza, pero lamentablemente no fue así. La considero una película discreta y no mucho más. Se salva por varias escenas de acción muy bien resueltas por Martin Campbell. Lo que sí no me ha gustado para nada ha sido la actuación de Mel Gibson. Muy forzada en mi opinión.
Saludos y excelente reseña!