miércoles, agosto 29, 2007

“Death Proof”, egocentrismo hecho cine

Antes de empezar la crítica, es importante dejar claro que un servidor no siente ni devoción ni desprecio por el cine del sr. Tarantino, con lo cual mi postura hacia su último trabajo se beneficia, desde su inicio, de la virginal ausencia de favoritismos o prejuicios (habituales en espectadores pertenecientes a sendos bandos). Su filmografía me produce admiración (Reservoir Dogs) y disgusto (Kill Bill) a partes iguales, por lo que ignoro hasta que punto mi opinión tendrá validez entre los cinéfilos. Quizás al espectador común, la crítica le sea más útil.

Dicho esto y cruzando los dedos, he aquí la humilde opinión de “uno que ha visto la última de Tarantino en un pase de prensa”:


Ya es sabido por todos que el proyecto Grindhouse es un homenaje puro y duro a la serie z sesentera y setentera, que engloba subgéneros tan dispares como el blaxploitation, el sexplotaition, el mondo, el giallo o thriller-trash o el gore de toda la vida. Partiendo de eso, cualquiera que sienta cierta repulsión o apatía por alguno de los citados, de seguro no podrá disfrutar al 100% de este, llamémosle, experimento.

Death Proof, cuya traducción sería “a prueba de muerte”, se aleja notoriamente del toque gamberro y (auto)paródico del segmento dirigido por el sr. Rodríguez, aunque también anda sobrado de, por momentos, agradecidos excesos.
Lo que aquí se nos presenta es una road-movie con psycho-killer de por medio, un thriller con algo de buena acción y mucho mucho diálogo. En referencia a esto último, es obvio que si por algo destacan las historias de Tarantino, entre otras cosas, es por sus elocuentes y, muchas veces, brillantes diálogos. Quién disfrute de ellos, se hartará en esta película. Yo, con cierta mesura, los acepto de buen grado, salvo cuando al sr. Tarantino le da por recrearse en ellos hasta extremos longevos y cargantes.

Sin ir más lejos, la primera media hora de la película queda lastrada por unos diálogos insulsos, banales y carentes del mínimo interés. A lo largo de unos eternos treinta minutos, contemplamos las superficiales charlas de unas atractivas y lujuriosas mujerzuelas que nos cuentan con quién se acuestan o dejan de acostarse, dónde y cómo lo hacen, manteniendo así un constante desasosiego en mi persona. Teorícamente, esto debería servirnos, en mayor medida, para presentarnos a cada uno de los personajes, y que si bien cumple ese propósito, tampoco sirve de mucho si éstos son tan frívolos (muy lejos de una Pam Grier blaxploitation). No importa que sean mujeres las protagonistas, pues tres cuartos de lo mismo se podría decir si las conversaciones masculinas tipo “American Pie” se alargaran hasta la media hora.

Por lo tanto, salvo puntuales momentos de lucidez que me sacan del aburrimiento (casi siempre cuando aparece el ansiado psycho-killer), el resto toma la forma de versión macarra de “Sexo en Nueva York”, algo que dista mucho de los intrascendentes pero gloriosos diálogos de “Pulp Ficton” o “Reservoir Dogs”, por citar unos ejemplos.


Lo mejor, sin duda, es la presencia del psycho-killer en cuestión, el enigmático Mike Stuntman, interpretado por Kurt Russell, quien otorga al personaje un carisma único.
El personaje fue, en un principio, concebido para que lo interpretara Mickey Rourke, pero he aquí que yo me alegro de que lo rechazara y que por consiguiente, recayera en uno de mis actores ochenteros favoritos.

Mike Stuntman es un viejo y retirado especialista, reconvertido en asesino en serie, cuya peculiaridad homicida radica en aniquilar a sus víctimas con su coche, un Chevy Nova negro de 1970 (un cochazo la ostia de guapo) . Por separado, resultan casi inofensivos, pero juntos, son un arma mortal. Sus jóvenes víctimas -o lo que queda de ellas luego- son buena prueba de ello.

Stuntman busca y estudia a sus víctimas. Su fijación, como no, serán las charlatanas mujerzuelas de las que os hablaba. Es el momento en el que las da caza, cuando realmente la película nos saca del sopor inicial, y es también cuando Tarantino saca provecho de sus aptitudes tras la cámara, haciendo un buen manejo de ésta sobretodo en las secuencias de acción y en una posterior persecución automovilísitca final que nada tiene que envidiar a las películas a las que este hombre homenajea (y que en un mundo plagado de CGI, yo aplaudo con efusividad)


Tras una impactante secuencia con algún que otro desmembramiento (faltaría más!), Tarantino vuelve de nuevo a la carga con sus diálogos. No obstante, esta vez la cosa mejora, básicamente porque deja a un lado las “conversaciones de peluquería” por algo un poco más interesante, más cinéfilo y sobretodo más (auto)complaciente.
Y ya en los últimos 20 minutos de la película, tendrá lugar la citada persecución, que hará las delicias de todos. En ella veremos si hay alguien que pueda pararle los pies al desquiciado de Mike Stuntman. Eso sí, ahora serán dos Dodge los que entren en acción: el Challenger blanco de las chicas y el Charger negro de Mike (de nuevo, un par de cochazos)


Y aquí me paro, que no quiere contaros nada más de la trama, aunque por el momento tampoco he dicho mucho más de lo que se aprecia en el trailer. Trailer por otra parte, bastante engañoso, pues el asesino de turno aparece mucho menos de lo deseado y el toque thriller aparece y desaparece con suma facilidad, con lo que al fin y al cabo podriamos definir la película en cuatros partes: diálogos malos + corta secuencia de acción + diálogos buenos + larga y gratificante secuencia de acción. Entre medio, algunos duelos (visuales y hablados) entre víctimas y verdugo que ayudan a ponernos en situación y que nos permiten sobrellevar el ritmo un tanto, para mí, tedioso del film.


También hay momentos en los que se nos saca una sonrisa cómplice, sobretodo en los guiños autoreferenciales. Algunos de los otros guiños, que no todos, son caso aparte, pues la mayoría hacen referencia a cintas de culto personal, es decir, las que Tarantino adora y que probablemente muchos de nosotros no hayamos visto. Digamos que no son los clásicos guiños que un cinéfilo común se encuentra y disfruta. No es como ver el póster de “El ataque de la mujer de cincuenta pies” en el pub en el que Vincent Vega y Mia Wallace (Pulp Fiction) van a tomar algo (recordemos también a lo/as camarrero/as Marilyn Monroe o Ricky Nelson).
Aquí es necesario explicarnos que el Dodge Challenger blanco de 1970 es como el que aparece en la película “Punto límite: cero”, porque sinó, ni nos enteramos (o por lo menos yo no). Dicho esto, seguro que pronto sacan una nueva edición en dvd de dicha película, aprovechando la notoriedad que “Death Proof” le ha dado. Una práctica muy usual cuando hacen un remake de un viejo clásico y relanzan el original en “edición especial” o no tan especial. Tiempo al tiempo, sino.


Otra cosa que no podía faltar en una película de Tarantino es la exquisita selección de temas musicales. En este caso, no son tan conocidos ni míticos como en anteriores película del director, pero siguen siendo una gozada, almenos para quien esto escribe.
Y otro detalle “marca de la casa” es la fijación que Tarantino tiene hacia los pies, más concretamente, los pies femeninos. Unos cuantos primeros planos de éstos copan la pantalla de cine. Y lo que no son pies también, pues las posaderas de las féminas también quedan bien retratadas. Sobre éstas, nada que objetar.

También hay sitio para los cameos, entre ellos, destacarían el de su protegido Eli Roth o el de actores y/o personajes del segmento de Rodríguez (las gemelas, la enfermera y su padre el sheriff...)
Su implicación en la trama, salvo el personaje de Rose McGowan, no son de vital importancia, pero se agradecen igualmente.


Haciendo incapié en el reparto, hay que decir que la mayoría de las chicas de la película suponen otro punto en contra, tanto por el vacío tratamiento que se le da a los personajes (algo que en una película de Tarantino no suele ocurrir) como por las mediocres interpetaciones de algunas de las muchachas. Las que aquí destacan por su buen oficio son Rose McGowan (con desafortunada peluca incluida), la especialista Zoe Bell (doble de Uma Thurman en Kill Bill) y por momentos, Vanesa Ferlito. Es curioso el caso de Bell, pues siendo especialista y no actriz propiamente dicha, destaca muy por encima de otras que, casualidad o enchufe (lo segundo diría yo), son hijas de actores reconocidos.
Tenemos pues a Sydney Tamiia Poiter, hija del mítico Sidney Poitier, y del que por lo visto tan sólo ha heredado los rasgos raciales y el atractivo. También encontramos a Jordan Ladd, hija de Cheryl Ladd (Los ángeles de Charlie), algo que quizás no os dice demasiado, pero si os digo que es a su vez nieta del gran Alan Ladd, pues la cosa cambia.
Puede que la película les sirva de trampolín para meterse en la industria cinematográfica, pero mucho tendrán que mejorar si quieren permanecer en ella.

Así que, para concluir, lo que se puede decir es que Tarantino ha hecho esta película para homenajear las películas con las que creció, para autohomenajearse a si mismo (en exceso) y para contentar a su séquito de fans.
Se podría decir que “Death Proof” contentará a sus seguidores, que probablemente la idolatren desde el primer momento. A sus detractores les seguirá pareciendo una tomadura de pelo y otra oportunidad pérdida para demostrar el talento que antes vieron en su estupenda ópera prima.
Por lo que se refiere a mí, una sensación agridulce, tirando más bien a la indiferencia.
Momentos muy buenos combinados con otros bastante soporíferos, un genial Kurt Russell y unas insoportables aspirantes a actrices, hacen de “Death Proof” una película no apta para todos los públicos.

Como ya digo, dudo que decepcione a los fans, pues viene a ser una película tarantiniana más. Los demás, que decidan verla o no, ya corre de su cuenta. De lo que no me cabe duda es de que tanto Tarantino como Rodríguez se lo han pasado bomba con este proyecto. No ha cuajado muy bien entre el público estadounidense (y luego eramos los no angloparlantes los que no entendíamos de “sesiones dobles”...), pero han tenido la suficiente caradura y valentía para llevar a cabo un proyecto muy personal y arriesgado.
Mención especial al diseño de carteles, créditos y demás parafernalia retro-pulp que nos han hecho rememorar (y añorar) la serie z de antaño.
Yo personalmente, del proyecto “Grindhouse”, me quedo con la divertida gamberrada de Rodríguez. Y vosotros?

Ya me contareis.


Lo mejor: un impagable Kurt Russell; las persecuciones al volante de los Dodge y el Chevrolet; algunas ocnversaciones entre Mike Stuntman y sus víctimas.

Lo peor: los excesivamente largos diálogos; algunas de las jóvenes actrices; un final bastante ridículo


Valoración personal: Regular

7 comentarios:

Anónimo dijo...

No puedo decir nada porque aún no la he visto, pero espero pensar de forma distinta a la tuya cuando la vea!!!
Yo estoy en el lado de los fans de Tarantino, así que no me van a desilusionar tus palabras!!;)
Eso sí, te he odiado un poco por lo del pase de prensa...¡¡a mi no me invitan a esas cosas!!
Pero cuando la vea...ya te contaré!!
Saludos!!

Anónimo dijo...

Tengo muchas ganas de verla. Sin embargo, bien es cierto que ando un pcoo temerosos a la traducción de ciertas cosas. Tarantino suele poner mucho empeño en los juegos de palabras y chistes verbales de sus películas (sin ir más lejos, por encima de efectismos sanguinolientos, su cine es puro diálogo), y, traducidos a otro idioma que no sea el original, pierden buena parte de su gracia. Aquí en mi ciudad aún no hay cines en versión original subtitulada, así que, a la fuerza, si la quiero ver como se merece una de Tarantino, tendré que tragármela doblada. De todas formas, es muy posible que, arrepentido, acabe bajándomela en VOSE para quedarme tranquilo antes de opinar, ¡que luego me siento culpable de que no me gusten estas películas!

Un saludo

Pliskeen (David Ribet) dijo...

Todo lo contrario Rose. Si eres fan fan no tienes de que preocuparte ;)

Jaime,

Yo la ví subtitulada y desgraciadamente la traducción no era literal. Además de eso, eliminaron casi todos los tacos. Ni rastro de los "fucks-fucking" habituales en el cine de Tarantino.
Así que no se preocupe mucho por si la ve doblada o subtitulada. Tampoco es que importe demasiado, pues los diálgoos de ésta están a años luz de los de "Pulp Fiction".

Saludos ;)

Anónimo dijo...

Siendo fan de Tarantino, y completamente de acuerdo con tu crítica. Para mi su peor película (aunque, como siempre, muy entretenida).

Pliskeen (David Ribet) dijo...

Son unos cuantos ya los fans de Tarantino que consideran esta su peor película. Y yo que pensaba que sabrían verle más virtudes xDD

Me parece algo bueno no dejarse llevar por el fanatismo hacia un director y saber juzgar la película por lo que es y no por quien la dirije.

Saludos ;)

Anónimo dijo...

Miss Wallece;
Acabo de ver la película y me he metido a ver algunas páginas e información sobre ella porque, a pesar de que Tarantino es mi director favorito y soy una ferviente fans, he sentido un enorme desconcierto. No ha mantenido mi total y absoluta atención y mucho menos, ha despertado la admiración que cualquiera de sus otras pelis sí, sin lugar a dudas. Estoy totalmente de acuerdo en todo lo dicho de este film por el amigo del "pase de prensa" pero por el amor de Dios, no digas que no te gustó kill bill. Es una película con una realización espectacular y con un guión simple, que trata de la venganza. Podría decir que es de las pocas películas que están perfectamente rodadas y post-producidas. Demuestra ser el maestro de la perfección cinematográfica pese a que le gusta hacer las películas como si no estuviesen elaboradas y estudiadas. Con ella demuestra que están todas minuciosamente pensadas. Qué pena death proof!!!
Un saludo a todos y gracias por esta página.

Pliskeen (David Ribet) dijo...

Muchas gracias a tí por tu visita Miss Wallece ;)

Ser fan o no de Tarantino, no impide el hecho de admitir que dicho director no ha conseguido hacer el homenaje que pretendía.
Por ello prefiero el segmento de Rodríguez. Primero, porque es sumamente más entretenido y divertido; y segundo, porque realmente es un homenaje a la serie z vista en los "Grindhouse" de la época.
De "Death Proof", salvo alguna conversación cinéfla de las chicas, los coches o algún que otro detalle más, podría decirse que sí es una película de Tarantino, pero para nada un homenaje bien realizado a la serie z.
De ahí el título del post, pues creo que el enorme y exaltado ego que tiene Tarantino hacía sí mismo, ha podido con su amor por el cine.

"Kill Bill" me parece una película de acción, con gente pegando saltos hipersurrealistas y peleas al estilo samurai (pero mucho más exageradas). No es para nada esa gran obra maestra que dicen tantos y tantos fans. Claro que los fans califican de obra maestra todo lo que haga este buen hombre xDD

No sé, yo estaba en el sofá de casa viendo un producto de entretenimiento como cualquier otro, visualmente cercano a la horripilanmte "Los Angeles de Charlie" (de ahí que me disgustara tanto) aunque sí lograra entretenerme.
El tema de la venganza lo han tratado muchas otras películas y de mejor forma. Para Tarantino, es simplemente un vehículo para liarse a espadazos contra el primer enemigo que surga. No digo que sea algo malo, pero desde luego no podemos decir que sea algo tan profundo y filosófico como muchos apuntan.
De ahí sobretodo la decepción.

Si "Kill Bill" la hubiera dirigido un Michael Bay, todo el mundo la pondría a parir. Por ello, prefiero juzgar las películas por lo que son y no por quien las dirije.

Pero bueno, que esta pequeña diferencia no nos impida poder seguir compartiendo opiniones. Encantado pues, sí lo deseas, de seguir ocmentando en este humilde blog :)

Saludos ;)