domingo, febrero 06, 2011

"Primos" (2011) Daniel Sánchez Arévalo

critica Primos 2011 Daniel Sánchez Arévalo
La comedia es, junto al terror, uno de los géneros más prolíficos y más taquilleros de nuestro cine. A la largo de estos años, películas como Días de futbol o Los dos lados de la cama se han ganado el favor del público convirtiéndose en auténticos éxitos de nuestra industria cinematográfica (si es que a esto que tenemos se le puede llamar industria)

Hacer una comedia es fácil. Lo difícil es hacer una buena comedia, y contados ejemplos de esto último encontramos en el cine español, y aún menos en el americano, que cada vez se muestra más agotado y falto de ideas (salvo raras excepciones). Probablemente, y a mi gusto, los franceses y los ingleses sean de los pocos que aún dignifican un poco un género que se encuentra de capa caída y que se ha sometido, en numerosas ocasiones, a la más absoluta e indeseable vulgaridad/zafiedad para hacer reír al respetado.

Confieso que es harto difícil que una película me haga reír, y menos a carcajadas. Veo films que me resultan simpáticos y me sacan sonrisas de vez en cuando, y que incluso me pueden dejar buen sabor de boca al salir de sala. Pero rara vez la cosa va más allá. Por ello, quizás la comedia es el género que menos me atrae o al que destino menos horas cinéfilas. Y ya si hablamos de comedias españolas, he de admitir que aún soy menos receptivo, con temor, quizás, a encontrarme otra chorrada plagada de tacos y desnudos gratuitos, y gags sin la más mínima gracia (algo que también definiría la reciente comedia americana, aunque nuestra herencia setentera –Pajares y cía- ha dejado un legado que nos convierte en verdaderos especialistas del humor casposo)

Pero de vez en cuando un tráiler consigue llamarme la atención. Por los motivos que sean, decido darle una oportunidad. El año pasado me ocurrió con “Pagafantas”, simpática película que me dio menos de lo que esperaba, pero que aún así me hizo pasar un buen rato. Y este 2011 la elegida ha sido “Primos”, de Daniel Sánchez Arévalo. Y os preguntaréis... ¿he vuelto a acertar o me la han colado? La respuesta, después de la sinopsis (la oficial, que me ha gustado).

A Diego (Quim Gutiérrez) le ha dejado su novia cinco días antes de la boda. ¿Qué es lo más maduro y sensato que debe hacer para superarlo? 1.- Presentarse en la iglesia el día de la boda por si se arrepiente. 2.- Emborracharse y despotricar. 3.- Intentar recuperar al amor de su adolescencia. 4.- Todas las arriba mencionadas. Respuesta correcta: 4.

Tras ejercer como guionista televisivo (participó en series como Farmacia de guardia u Hospital Central) y realizar varios cortometrajes, Daniel Sánchez Arévalo debutó en el largometraje con “AzulOscuroCasiNegro”, drama romántico premiado con tres Goyas, entre los cuales figuraba el de mejor dirección novel. Luego rodó un par de cortos más hasta su siguiente película, la comedia “Gordos”. Sólo un año más tarde nos trae su tercer trabajo, “Primos”, con el que reincide en el género de la comedia, y para el que ha contado con tres actores recurrentes de su filmografía: Quim Gutiérrez, Raúl Arévalo y su actor fetiche, Antonio de la Torre (un habitual de sus cortos)

El punto de partida de la historia es, como bien indica la sinopsis, el plantón que sufre Diego en el altar. Es, por así decirlo, el macguffin que desencadena el resto de acontecimientos.


Diego está destrozado, con el corazón roto y la autoestima por los suelos. Su único consuelo es el apoyo incondicional de sus dos primos, Julián (Arévalo) y José Miguel (Adrián Lastra). Gracias a ellos se acuerda de su primer amor de juventud, Martina (Inma Cuesta) En un intento desesperado por borrar a Yolanda (su ex prometida) de su cabeza, decidirá regresar al pueblo para reencontrarse con Martina y volver a conquistarla. Por su puesto, sus dos primos le acompañarán en esta aventura cuyo objetivo es poner de nuevo amor en su vida.

A priori, puede parecer que estamos esencialmente ante una comedia romántica y, en cierto modo, gran parte del peso de la trama se lo lleva el romance a tres bandas entre Diego, Yolanda y Martina. Pero en el fondo, “Primos” trata sobre la amistad y sobre las decisiones que tomamos a lo largo de nuestra vida. Decisiones que, para bien o para mal, nos marcan el camino a seguir. A veces acertamos con ellas, y el resultado de una buena elección es la satisfacción. Otras veces, sin embargo, metemos la pata y pagamos las consecuencias, aunque más adelante aprendemos de ese error. Y en un tercer caso, simplemente dejamos que otro u otros tomen las decisiones por nosotros. Y eso, queramos o no, difícilmente nos hará felices.

Diego cree que con volver al pueblo y avivar la llama del amor que una vez hubo entre él y Martina se van a solucionar todos sus problemas. Pero no puede estar más equivocado. El peso del abandono y los sentimientos que aún tiene por Yolanda le impiden avanzar. El cacao mental que tiene en la cabeza no va a disiparse en cuestión de horas, por lo que deberá replantearse su situación actual sopesando los pros y los contras, pero sobre todo, haciendo caso de lo que su corazón le pide.

Pero Diego no es el único que tiene heridas que curar y cuentas pendientes que solucionar.

Julián es un poco canalla y un salido. Sin embargo, pese a su chulería y verborrea, se esconde un tipo solitario -y un trozo de pan- en busca también de su alma gemela. Y quizás esté a punto de conocerla…

José Miguel tiene un grave problema de hipocondría y timidez que quizás logre superar gracias a la ayuda de la persona más inesperada.

Martina es una madre soltera que lleva demasiado tiempo sola y que no sólo anhela la compañía de un hombre, sino que también necesita un padre para su hijo.

Y El Bachi, antiguo dueño del videoclub en el que antaño nuestros protagonistas alquilaban las películas, se ha convertido en el borracho del pueblo, y tiene una hija que ni siquiera le dirige la palabra.

Para todos y cada uno de ellos, este reencuentro cambiará el resto de sus días.


Empezando por el monólogo que abre genialmente la película hasta los créditos finales, Sánchez, que se encarga tanto de la dirección como del guión, maneja la historia con una sencillez, naturalidad y frescura envidiables. A diferencia de otras comedias que empiezan con fuerza, Sánchez no baja el listón ni un momento y mantiene el tipo a lo largo de todo el metraje. Como es lógico, algunos momentos resultan más divertidos que otros, pero nunca tienes la sensación de que la trama pega un bajón. No hay puntos muertos, no hay lugar para el aburrimiento.

Además, se combina perfectamente y sin fisuras tanto la vertiente cómica de la historia como la dramática. La mayor parte del tiempo uno permanece con una amplia sonrisa en la cara que sólo se descompone cuando soltamos una ligera carcajada o, en el lado más opuesto, cuando Sánchez deja al descubierto los sentimientos de los protagonistas, sus debilidades, sus deseos… Es en ese momento cuando nos damos cuenta que no estamos ante una simple comedia para pasar el rato sino que tenemos delante una película con fondo.

Tanto la historia central como el resto de subtramas funcionan por igual porque se presta la atención justa a cada una de ellas. Y funcionan también porque los personajes se ganan nuestra simpatía desde el primer momento. Y eso se ha conseguido porque pese a lo arquetípicos que, a grandes rasgos, puedan parecer éstos, también nos resultan cercanos y amigables. Probablemente, quién más quién menos, en algún momento de su vida, haya conocido o topado con un Diego, un Julián o una Martina.

Cabe decir que detrás unos personajes bien escritos y unas historias divertidas y hasta entrañables (la relación que se establece entre José Miguel y el pequeño Dani, por ejemplo), hay también un buen elenco de actores a la altura de las circunstancias.

El “trío calavera” formado por Quim Gutiérrez, Raúl Arévalo y Adrián Lastra es lo mejor de la película, como cabría esperar. Los tres congenian a la perfección, y con una vis cómica muy acertada, pues son ellos los que llevan básicamente el peso del humor que aquí se muestra. El bailoteo que se pegan en un momento dado (y que se veía venir a leguas, todo hay que decirlo) no tiene desperdicio, siendo uno de los momentos cumbres del film.

Inma Cuesta es la chica de la película. Una cara bonita (y un señor cuerpazo), sí, pero también una actriz que cumple sobradamente con su rol. Además, algunos agradecerán (servidor incluido) que nos haya obsequiado con un bonito topless (el único desnudo que hay; de lo más inofensivo y visto ya en el tráiler)

A destacar también a Antonio de la Torre y sus tendencias suicidas, y a Clara Lago como una fresca no tan fresca. Y un plus añadido son las diversas referencias cinéfilas (que van desde Coppola hasta Almodóvar pasando por Garry Marshall) que El Bachi acostumbra a citar.

Aquí hasta el niño hace bien su papel. Y la agradable banda sonora de Julio de la Rosa (muy a lo Gomez), es ideal para darle ese tono íntimo y melancólico a la cinta.

“Primos” es una divertida y entretenida comedia con corazón. Gamberra y tierna a partes iguales. Su mayor pecado es que resulte previsible, pero eso se compensa con frescos diálogos y un reparto entregado a la causa. Vale la pena.


Lo mejor: la perfecta combinación de humor y drama; el trío protagonista.


Lo peor: puede resultar previsible en muchos aspectos.



Valoración personal: Buena


2 comentarios:

itziar dijo...

Estoy totalmente de acuerdo . La pelicula me ha chiflado. Aunque es un rollo comparar siempre, si tengo que elegir me parece la mejor de las tres películas del director. Es mejor incluso que muchas de mis comedias clásicas favoritas. Me encanta DSA, y lo mejor de él es su inseguridad,creo que de ahí nace este acierto de película.

Pliskeen (David Ribet) dijo...

Pues no he visto sus anteriores películas, pero después de ver ésta, me ha entrado curiosidad.

No exagero si digo que "Primos" es la mejor comedia que he visto en mucho tiempo. Salí completamente satisfecho de la sala.

Saludos ;)