domingo, agosto 12, 2007

El últimatum de Bourne, encajando las últimas piezas

Pronto aterrizará en nuestras pantallas la, de momento, tercera y última entrega de la saga Bourne. El precedente es más que bueno, ya que en USA ha cosechado un buen éxito en su estreno y las críticas hacia ella son más que favorables. La verdad es que no es para menos, puesto que esta tercera entrega es un más que digno cierre de una de las trilogías más eficaces (e inteligentes) de los últimos años.

Con una puesta en escena sobria pero contundente, la saga que ha encumbrado al sr. Damon al estrellato (el mismo lo admite), se ha abierto paso en un mercado cinematográfico en el que la pirotecnia, los efectos especiales y las estrellas de renombre están a la orden del día. Puede que con menos pretensiones, pero con más talento, se ha conseguido algo que no se conseguía en muchos años: hacer una saga que no solo mantenga el nivel de una secuela a otra, sino que lo supere.


Paul Greengras recogió el relevo de Doug Liman -ejerciendo éste ahora de productor- con “El mito de Bourne” y aquí vuelve a estar en la silla de director. Su experiencia dirigiendo documentales se hace notar también en sus películas, y el realismo que impregna en ellas es ya marca de la casa.

Por ello, tanto el conjunto como las escenas de acción en particular, se distancian bastante de la pomposidad de otras cintas del género. La película está confeccionada como un thriller de acción sostenido por un guión sólido y rehuyendo de efectismos baratos. La acción está al servicio de la trama, y no al revés.

A Grengrass le gusta rodar cámara en mano, y aunque yo no soy muy partidario de esta técnica, la verdad es que a medida que pasan los minutos, uno ya no le presta atención a eso, pues ya ha sucumbido totalmente a la propia película.


En esta nueva a entrega, el agente Jason Bourne tratará de encajar las últimas piezas que conforman el puzzle de su misteriosa identidad. Irá a por todos aquellos que lo quieren borrar del mapa y pondrá punto y final a una vida plagada de huidas constantes.

Tras haberse vengado de la muerte de su novia y darse cuenta de que por más que se esconda, siempre le perseguirán, Bourne toma ya la decisión de llegar hasta el final, cueste lo que cueste. Impartirá justicia a su modo. Y si tiene que repartir ostias como panes, las repartirá, que de eso y más, sabe un rato largo.


La película tiene un ritmo endiablado y Bourne no para quieto en casi ningún momento. Viaja a Londres, París, Madrid, Berlín y Nueva York (no en este orden), siguiendo cada una de las pistas que le llevarán hasta los máximos responsables de su angustiosa situación.

Los momentos más frenéticos vienen acompañados de una acertada música que ayuda a sentir la tensión del momento. De hecho, para mí, las mejores secuencias no son las típicas persecuciones con vehículos de por medio, sino aquellas en las que Bourne trata de burlar el seguimiento de sus captores. Estos últimos, trabajan desde su sede con la mejor de las tecnologías de vigilancia y me ha sido imposible no recordar la serie “24”. Aquellos que la sigan y vean la película, sabrán un poco a lo que me refiero (satélites, cámaras de vigilancia, teléfonos pinchados...)


Como ya he dicho, “El últimatum de Bourne” se sustenta gracias sobretodo a un guión competente de principio a fín. Si bien la idea es simple (el juego del gato y el ratón, pero esta vez por duplicado), la trama se va desarrollando de forma escalonada, captando el interés en todo momento, sin permitirse ningún bajón. Todo lo que se nos va contando, tiene su razón de ser. Y quizás el mayor logro es conseguir que como espectadores, adquiramos esa complicidad con el protagonista. En todo momento sabemos de Bourne, tanto como él mismo. Eso nos permite ir atando cabos al mismo tiempo que lo hace él.


Y en cuanto al reparto en sí, decir que Matt Damon cumple una vez más con su rol. Sería muy dificil (que no imposible) imaginarse una continuidad de la saga sin Damon encarnando a Bourne. Si bien no está en mi lista de preferidos, debo admitir que consigue transmitir la humanidad que el personaje necesita, siendo ésta una buena manera de sentir empatía por un tipo a veces tan frío y del que conocemos poco más que pequeños flashes de su pasado.


En lo femenino, repiten Julia Stiles y Joan Allen, cuyos personajes serán vitales en el transcurso de la cinta, como ya lo fueron en la anterior entrega. Ambas correctas en sus papeles, destacando sobretodo a Allen.


David Strathairn se encarga aquí de dirigir la caza de Bourne. Su personaje no conoce límites a los que atenerse para lograr sus objetivos, por lo que no duda en eliminar cualquier sujeto que prentenda ayudar a nuestro sufrido protagonista.

La interpretación de Strathairn está a la altura de los anteriores antagonistas. Sin duda, una buena elección (recomiendo su papel de borracho y maltratador en la película “Eclipse Total”)


Y por último, mención especial a los veteranos Albert Finney y Scott Glenn (este tío mola), que siempre cumplen y que otorgan su toque personal a sus personajes. No está de más decir que la dura mirada de Glenn llena la pantalla en los escasos minutos (por desgracia) que hace acto de presencia.

Claro que esto es muy subjetivo, así que aquellos que lo tachen de inexpresivo, esto les sonará a chiste xD


En definitiva, esta tercera parte gustará a todos aquellos que hayan disfrutado con las anteriores entregas. Si bien yo no soy un entusiasta de la saga (la primera me pareció simplemente correcta), por lo menos he quedado satisfecho. No me he aburrido en ningún momento y tampoco he encontrado fallos en su ejecución. Y de haberlos en el guión, si consigue hacer que no prestes anteción a ellos, ya lo podemos considerar un logro importante.

Puede que a aquellos que estén acostumbrados (o mal acostumbrados, según se mire) a cintas más espectaculares, queden un tanto decepcionados. Esto no es una Missión Imposible ni un Casino Royale. Aquí la saga no se cierra a lo grande, sinó en su linea y manteniendo la calidad de sus predecesoras. No hay lugar para rocambolescas escenas de acción. Las que hay están ejecutadas con admirable precisión y dinamismo, pero tampoco son de las que nos dejan con los ojos abiertos.

Pirotecnia pues, la justa y en su debido momento.



Lo mejor:
el ritmo frenético de toda la película; la total coherencia con las anteriores entregas; las persecuciones a pie o en vehículo; el realismo que impregna Grengrass

Lo peor: el molesto tembleque de la cámara en algunas secuencias


Valoración personal:
Buena


viernes, julio 27, 2007

Primeval, Gustavo el cocodrilo

“Primeval”, o como la han bautizado ridículamente los borregos de siempre: “Cocodrilo: un asesino en serie”, es la monster movie de toda la vida, con su monstruo, sus personajes esterotipados y sus sustos con dollbysurround ensordecedor. No se le puede pedir mucho más a una cinta como esta. Eso sí, esta está inspirada en hechos reales (luego alterados y exagerados, por supuesto)


La verdad es que a día de hoy, el tema de los monstruos caza-humanos está muy trillado. Hemos tenido de todo, desde seres alienígenas (Alien, Critters,) hasta seres mutados (Godzilla, The Host), pasando por gran parte de la fauna marina más temible (Tiburón, Orca, Piraña). Poco queda para innovar, así que la cosa consiste en repetir la fórmula una y otra vez y así asegurarse el beneplácito del público (si es que lo pillas poco exigente).


En este caso, quizás el gran fallo de la película reside en querer aportar algo más al subgénero. En este aspecto, el director Michael Katleman (salido de la tv) pretende hacer un especie de crítica social y política, a sabiendas de que eso puede entorpecer el ritmo de la cinta, cosa que hace en algunos momentos.


Pero primero, os pongo en situación.

La historia se desarrolla en África, lugar donde unos reporteros son enviados a hacer un reportaje sobre un cocodrilo gigante que se ha cobrado ya unas 300 víctimas (!!!) y de quien no se han preocupado antes hasta que el hambriento animalito se ha zampado a una civil americana (aquí ya empiezan las puyas hacia los yanquis xD).

Su misión es dar fe de que el cocodrilo en cuestión existe, ya que fuera de África se lo toman a guasa (la típica leyenda urbana, vamos). Los reporteros formarán un grupo de expedición con un biólogo y un guía-cazador, acompañados en todo momento por militares de la zona para protegerlos de fuego enemigo, y es que todo esto sucede en medio de la guerra entre hutus y tutsis, dos etnias rivales (los que hayas visto la dura pero recomendable “Hotel Rwanda”, sabreis de que va el tema)

Así que el grupo no sólo deberá ir con cuidado para no convertirse en la cena del cocodrilo, sino que también deberán estar alerta para no ser acribillados a balas por “los malos”.


Como ya digo, el problema es meter toda esa crítica en medio, pues el cocodrilo acaba quedando en un segundo plano, y son sólo sus esporádicas apariciones las que sirven de aliciente para seguir con cierto interés el desarrollo del film. La verdad es que se pone a los africanos como paletos o como seres despiadados (que los habrán, como en todas las sociedades y todos los paises). Y en cambio, los americanos son los que están ahí para liberarles del monstruo y resolver el asunto (el cazador es blanco, los valientes son los blancos...). Así que entre el tufillo a denuncia social y el falso tufillo anti-americano, el film se tambalea sin rumbo fijo, pasando de un tema a otro, de los tiroteos a los ataques del cocodrilo, por lo que a ratos es inevitable preguntarse que tipo de película se está viendo y que pretende el director con ella.


Primeval es una película discretita, con actores de segunda fila más o menos conocidos y eternos secundarios, y con unos efectos especiales medianamente potables. Sus expectativas no son muy altas, por lo que no está de más ser un poquito permisivos en según que aspectos.


El plantel de actores y sus respectivos personajes es el siguiente:

Domic Purcell, visto en las series Prison Break y John Doe, es el periodista arrogante y machista de turno, al que luego veremos como el héroe de la película. Su interpretación es, como siempre, bastante mediocre. El cine le viene muy grande y la tv....pues también, siendo éste lo peor de Prison Break, a mi juicio. Viendo sus aptitudes, casi sería mejor que se dedicara a la lucha libre.

Luego tenemos al gracioso del grupo, personaje que recae en Orlando Jones, ya curtido en estos roles y que OJO SPOILER!!! ya desde el principio sabemos que no llegará al final de la película vivo FIN SPOILER!! Él es el cámara que filmará el reportaje.

La guapa Brooke Langton (vista en “Equipo a la fuerza”, con traje de animadora!) es la maciza de turno que adora a los animales y que además es inteligente. Por supuesto, no faltará una escena en la que se le puedan ver un poco las carnes (no demasiado, no os ilusioneis)

El para mi desconocido Gideon Emery interpreta al típico biólogo idealista que quiere estudiar a la bestia y no matarla. Tonto!

Y ya por último, la cara más (re)conocida del reparto, el alemán Jurgen Prochnov, quien hace de duro cazador, de calma imperturbable y mirada fría. Sin duda, el más creíble de todos (dentro de lo que cabe)


Todos ellos intentarán dar caza (que no muerte, en un principio) al gigante cocodrilo, que es ni más ni menos que un ser prehistórico que ha sobrevivido al paso de los años como único superviviente de su especie. Si habeis visto la película “Mandíbulas” (mucho más entretenida y divertida que ésta), os será fácil imaginaros a un cocodrilo de unos 9 metros de largo. Si ya las gigantes anacondas de “Anaconda” eran temibles, imaginaros este bicho, que encima corre que se las pela.


Total, que la película cobra bastante fuerza cuando este monstruo aparece en escena, mucho más cuando se insinua su presencia que cuando se le ve. Bueno se le ve...Verse se le ve poco, por casi todas las veces que aparece es de noche, donde apenas se distingue nada. Todo está muy oscuro y más cuando algunas de las secuencias suceden bajo el agua. Por eso, podriamos decir que los efectos especiales cumplen casi todo el rato, porque tampoco es que podamos ver mucho para ponernos quisquillosos.

Sale una sola vez a la luz del día, donde podemos apreciarlo mejor. Ahí los efectos ya cantan un poquito, pero se le perdona (hay que ser permisivos, que no estamos ante una superproducción)


Las interpretaciones son justitas pero acordes con todo lo demás (a Purcell no se le puede exigir mucho). Las escenas están bien rodadas, la fotografía enmarca bien la película y no se recrea demasiado en los paisajes y la música -de ritmos áfricanos- ambienta bien el conjunto.

Lástima que el ritmo se vaya perdiendo a ratos y que muchas veces no veamos nada de lo que está ocurriendo, cosa que como espectador, es intolerable.

El suspense no está muy logrado que digamos, o por lo menos a mí no me ha cautivado. Y la película se jacta de usar los actos heroicos o meramente estúpidos para facilitar las tareas de caza del depredador (típico de estas películas)


En definitiva, no perdais el tiempo en verla en un cine. Un día de estos, si os aburriis y ya habeis visto todas las películas de monstruos que hay en el videoclub, os la podeis alquilar para pasar el rato, que es el único objetivo que cumplen estos limitados productos.


Hoy en día, donde hasta la serie b cuenta con efectos especiales más dignos que los de antes, cualquier película de estas características se nos cuela en la cartelera como lo último de último (conste que adoro la serie b ochentera como el que más) Desgraciadamente, no se molestan demasiado en montarse historias algo más atractivas y menos tópicas (los guionistas son los mismos que Catwoman, Terminator 3 o Species 2...) Pero bueno, como espectadores, ya contamos con eso.


Ah por cierto, el título del post hace referencia a que al cocodrilo lo apodan Gustave. Y el jefe “de los malos” lo nombran como “Pequeño Gustave”.

Aquí el verdadero monstruo de la película no es Gustavo el cocodrilo, conste en acta (por lo menos, ese mensaje queda claro)


Lo mejor: las apariciones del cocodrilo; algún que otro chistecito.


Lo peor: sentir que estas viendo dos películas diferentes en una; la falta de ritmo en algunos pasajes de la historia; los momentos de máxima oscuridad en las que no se ve nada de nada.

Valoración personal: 5 sobre 10

domingo, julio 22, 2007

Next, predeciendo el fracaso

“Next” es una película inspirada (que no basada) en un relato corto del prolífico Philip K. Dick, escritor de ciencia ficción cuyas novelas han sido adaptadas a la gran pantalla en varias ocasiones y con resultados de lo más dispares: desde lo más loable -Blade Runner y Desafió Total- hasta lo más mediocre -Infiltrado-, pasando por lo simplemente pasable -Minority Report o Paycheck-.

Contando con un material del gran K. Dick, lo que por lo menos tenemos asegurado, de entrada, es una buena historia de ciencia-ficción, con un tratamiento adulto e interesante de principio a fín. Por lo que el hecho de que dicho producto funcione o no, dependerá mucho de la pericia del director y de las libertades que se tome el guionista a la hora de adaptarla o reinterpretarla.
Dicho esto, anticipo ya mismo que la pericia de éstos, aquí brilla por su ausencia.


La película nos cuenta la historia de Chris Johnson (Nicolas Cage), un mago que trabaja en Las Vegas y que ha sido bendecido con el don de saber qué va a ocurrir a continuación, con 2 minutos de antelación. Esta capacidad la utiliza para ganarse la vida como puede, ya sea en sus espectáculos de magia como apostando en los casinos de la ciudad. Eso sí, siempre con cierto disimulo e intentando no levantar sospechas.
No obstante, un día, tras un altercado en uno de los casinos, descubre que es perseguido por agentes del gobierno que pretenden que les ayude en una importante misión de seguridad nacional, que no es otra que encontrar una bomba nuclear que unos terroristas (rusos, como en los 80 xD) quieren hacer estallar en breve. Al negarse a prestarles su ayuda, Johnson será perseguido tanto por éstos como por los propios terroristas, que sin saber cómo, también conocen de su existencia.

Habiendo tomado prestadas las ideas esenciales que conforman “El hombre dorado” de K. Dick, el resto se traduce en un rutinario producto de acción con un par de estrellas de renombre y alguna que otra cara bonita de relleno. A eso le añadimos unas cuantas escenas de acción resultonas -con sus pertinentes efectos especiales- y una bonita historia de amor que apele a la sensibilidad del espectador, y ya tenemos lo que debería ser la típica película palomitera de una tarde de verano.
Desgraciamente, hasta en sus escasas pretensiones, la película de Tamahori (su director) se queda corta.


Lo primero en lo que falla la película es, obviamente, su guión. La idea está desperdiciada por una trama que no tiene ni pies ni cabeza y que debemos dar por creíble (y no me refiero al don de Cage) si de verdad queremos sentir un mínimo interés por ella.
Partimos de la base de que no sabemos quienes demonios son los terroristas (solo que son rusos), de dónde han salido y cuáles son sus objetivos, más allá de querer hacer estallar una bomba nuclear que tampoco sabemos de donde la han sacado (¿La han robado? ¿Comprado en el mercado negro? ¿Les ha caído del cielo?). Con esto, a uno ya le cuesta ponerse en situación.
La película se centra básicamente en la constante huida de Johnson, empeñado en no ayudar a unos obstinados agentes del FBI que tampoco sabemos como han dado con él ni como han descubierto que tiene el poder de predecir el futuro. Tan solo sabemos que lo necesitan y punto.

Con este percal, realmente lo que menos nos importa es una explicación del porque del poder de Johnson, pues eso podríamos pasarlo por alto sin ponerle ninguna pega. Lo realmente negativo es que todo lo que envuelve la historia sea totalmente artificial y que no se aguante por ningún lado. A esto hay que sumarle la historia de amor que comparten Nicolas -peluquines- Cage y Jessica -maciza- Biel, que no resulta para nada creible y que está plagada de diálogos tontos, con un Cage que se dedica a contar anécdotas filosóficas y/o científicas y algún que otro chiste (malo).
Por lo que si la historia ya flojea bastante, lo mínimo sería exhigirles unos diálogos con más enjundia.
Así que a falta de estas dos cosas, lo que nos queda es esperar que por lo menos las escenas de acción sean atractivas y que la historia se siga con un mínimo de interés. A lo primero, decir que sin ser nada del otro mundo, las escenas de acción cumplen y ayudan a sobrellevar la película, aún contando unos efectos especiales un tanto toscos en algunas secuencias.
A lo segundo, decir que a pesar de los pesares, la película no aburre, pues el ritmo es bastante ligero y en algunos momentos, frenético. Entre tiro y tiro, explosión y predicción de futuro, el director consigue, no sin dificultades, que no nos durmamos durante la agradecida escasa duración de la cinta (hora y media aprox.)
Es interesante ver como Johnson utiliza su poder para esquivar balas y golpes o solucionar ciertas situaciones, evitando cometer los futuros errores que el mismo se ve cometer. Esto digamos que es lo más atractivo de la película y precisamente una parte fundamental del relato corto de K. Dick.
Lo malo es contar con la insulsa interpretación de Nicolas Cage (que también produce). Y es que entre bochornosas pelucas (Cage, despide a tu estilista ya!) y caritas de perro apaleado, este antes buen actor consigue hacer una de sus peores interpretaciones, siguiendo la estela de mala racha que lleva arrastrando desde hace ya un tiempo. Parece que no se tome en serio sus papeles o que simplemente haya perdido el talento -demostrado- que tenía antes, tanto para productos más serios (Los impostores, Leaving Las Vegas) como para productos comerciales de este tipo (La Roca, 60. Segundos, Cara a Cara). Esas caritas de pena empiezan a ser molestas y su criterio para elegir papeles es más que discutible (encima rechazó ser Al Capone en la precuela que prepara De Palma!)


En fin, que si Cage sigue acumulando truñetes, podemos dar por sentado que su carrera como actor se irá al garete, por mucha pasta que recaude con sub-productos como “Ghost Rider”.


A todo esto, también anda por ahí Julianne Moore, una actriz que no me entusiasma demasiado, pero a la que le reconzoco su buen hacer. Aquí no obstante, se limita a interpretar, o mejor dicho, a repetir el papel de mujer polícia dura y astuta que ya interpretó en “Hannibal”. Y sin ser policía, viene a ser la misma mujer que aparecía en “Hijos de los hombres”. Así que espero que en futuros proyectos cambie un poco de rol, porque este ya empieza a oler (y a encasillarla)

Y luego está la hermosa y espectacular Jessica Biel, que se mete una vez más en la piel de una mujer florero, que acompañará y enamorará a nuestro protagonista y que dejará grabadas en mi memoria sus miradas y sus curvas más que su -justita- interpretación.


Aunque no lo creais, lo peor está por venir, pues si hay algo que molesta y mucho de esta película, a parte de lo tramposilla que es a veces, es su chapucero final. No os cuento nada más, pero si deseais ver esta película, esperad al videoclub o tirad del p2p, porque sino puede que lamenteis haber pagado 7 euros por ella.


En resumidas cuentas, “Next” es otra manchita en el currículum de Cage, aunque más pequeñita que de costumbre. Es otra prueba fehaciente de que contar con una buena historia de Philip K. Dick no siempre te asegura una buena película, si los responsables no saben sacarle partido. También demuestra que Lee Tamahori es un director bastante deficiente en muchos aspectos y que “La brigada del sombrero” fue un espejismo de un aparente director con posibilidades, que lo único que ha hecho hasta ahora es ir encandenando churros a cada cual más abominable (Muere otro día; xXx2, estado de emergencia...)

Por último, decir que aunque la historia nos recuerde un poco a la reciente “Deja Vú” o otra adaptación del mismo autor como la ya citada “Paycheck”, “Next” está más cerca de la cinta de John Woo que de la de Tony Scott, siendo la de éste último muy superior a las dos anteriores.
Lo digo porque si no os gustaron nada esas, mejor que prescindais de ver ésta.


Lo mejor: que entretiene a pesar de no ser gran cosa; que es corta; la belleza de Jessica Biel :P


Lo peor: malos diálogos y un guión concebido de forma capuchera; haber desperdiciado una buena historia; los a veces cutres efectos especiales; la peluca y los caretos de Nicolas Cage.


Valoración personal: 5 sobre 10 (podría haber sido peor)

miércoles, julio 11, 2007

Los Mejores Remakes de la Historia, Part 1

En esta época, por lo que respecta a los argumentos, creo que ya está todo inventado. Ahora se hacen remakes.”

Billy Wilder, director y guionista de cine


Si ya lo decía el gran Wilder...Y es que esta frase se puede trasladar perfectamente a estos tiempos actuales y cobrar un mayor significado, si cabe.

Y es que estamos viviendo una época en que el Hollywood actual atraviesa una profunda crisis existencial que en vez de ir disminuyendo, se va acrecentando proyecto tras proyecto. Una época en que todo son secuelas, precuelas, remakes, secuelas de remakes, adaptaciones de best-sellers, de novelas fantásticas, biografías varias (de menor y mayor interés), explotación de superhéroes y novelas gráficas... Esto es un no parar y no hace más que demostrar la gran falta de ideas que hay en la industria hollywoodiense..

Pero bueno, no os estoy contando nada que no sepais ya. Creo que este tema daría para largo y esta no es la intención de este post.


La verdadera intención de esta entrada con tan pomposo y llamativo título, no es otra que hacer un pequeño recuento que ilustre algunos de los mejores remakes que se han hecho a lo largo de la historia del cine, desde que mi memoria alcanza y siempre bajo criterio personal (discutible, como el de otro cualquiera xD)


El remake no es un invento de ahora, pues se lleva haciendo desde que el cine es cine. Hasta el mismísimo Hitchock se “remakeó” a sí mismo con “El hombre que sabía demasiado”. Otras veces, éste ha sido remakeado por otro con funestos resultados (ahora mismo a Gus Van Sant le pitan los oídos xD), pero eso ya dará para futuros posts, a los cuales titularé, en un alarde de originalidad, como “Los Peores Remakes de la Historia”.


Lo que realmente sucede ahora, es que el remake se ha (im)puesto muy pero que muy de moda, demasiado creo yo. Sobretodo porque se hacen remakes de películas excelentes que personalmente creo que ya están perfectas tal como están y que no necesitan de una nueva versión para ser descubiertas por las llamadas “nuevas generaciones”.

El chiquillo de a pie que quiera descubrir viejas glorias cinematográficas, que visite un videoclub, un Knac (o similares) o recurra a los vastos parajes de Internet y las redes p2p.

Muchos remakes son un ultraje a la memoria del original. En mi humilde opinión, la máxima que debería seguir cualquier estudio (productora) o director es:

“Haz un remake sólo si crees que puedes hacerlo mejor. Si lo vais a intentar, no lo hagas.”


Puede que algunos se lleven a cabo con la mejor de las intenciones (?¿?), pero en la actualidad, es obvio que el úncio motivo es el de sacarnos los cuartos y que, a falta de ideas, cojan lo que ya está hecho para asegurarse el éxito (cosa que pocas veces ocurre)


Calculo, a bote pronto, que de 10 remakes que se hacen, tan solo un par merecen la pena. Algunos incluso están a la altura del original; pocos lo superan pero se muestran como dignas revisiones; otras resultan tan innecesarios como prescindibles de ver; y sinceramente, la agran mayoría son un insulto.


Dicho esto, con este post que me he montado, pretendo dar a conocer los que son, para mí, los mejores remakes que se han hecho. En muchos muchos casos, los valoraré individualmente sin entrar en comparaciones con el original, ya sea porque no he visto dicho original o por no infravalorar “la copia”.


Para empezar, tres títulos de lo más escalofriantes:



Amanecer de los muertos” (Dawn of the Dead) 2004 – Zack Snyder

Reciente remake de “Zombie” (1978), continuación de “La noche de los muertos vivientes”, ambas cintas dirigidas por el maestro indiscutible de este subgénero, George A. Romero.

Con este opera prima Snyder conseguía superar la cinta original de Romero, cosa que pocos consiguen.

Con una puesta en escena impecable y un dominio del pulso narrativo impresionante, Snyder creó un remake realmente aterrador y una de las mejores cintas de terror de los últimos años.

Si bien la crítica social que impregnaba la cinta original, aquí queda relegada a un segundo plano, no podemos negar que el tratamiento de los personajes y el manejo del suspense conforman una de sus mejores bazas. El humor cínico de algunos momentos nos ayuda a coger un poco de aire para afrontar la siguiente escena, cargada de sangre y vísceras :)


¿Sabías que... se requirieron tres tipos de sangre para cada estado de los zombies?

Se utilizó una sangre roja y fluida para la primera fase; una versión más seca y marrón para la segunda fase; y una sangre negra y aceitosa para la tercera fase.



La Cosa” (The Thing) 1982 - John Carpenter

Remake de un clásico de la ciencia-ficción, “El enigma de otro mundo” de 1951, dirigida por aquel entonces por un tal Christian Nyby y producida por el gran Howard Hawks.

No he tenido el placer de visionar la original, pero el remake del Maestro Carpenter me parece una absoluta obra maestro del género de terror. Una película claustrofóbica, llena de terror y suspense, y con unos competentes efectos especiales (aún a día de hoy) que jugaban en beneficio de la historia y que en ingún momento fueron el reclamo de la cinta (ni falta que le hacía)

Una de mis cintas favoritas del “Maestro” y una muestra fehaciente de la solvente unión entre este director y su actor fetiche, el carismático Kurt Russell (Serpiente Plissken, para los amigos xD)


¿Sabías que... los efectos especiales corrieron a cargo de un jovencísimo Rob Bottin?

Dichos efectos causaron gran impacto en la época y Bottin, con tan sólo 22 años, fue pionero en el uso de "animatronics" hechos con resinas y siliconas que daban un aspecto tan repulsivo como fantástico al monstruo.


La Mosca” (The Fly) 1986 – David Cronenberg

De nuevo, un remake de otro clásico de la ciencia-ficción/terror, de mismo título y dirigido en 1958 por Kurt Neumann (Tarzán y las amazonas)

Obviamente, nos encontramos con una mejora en el aspecto visual del “bicho”, con unos efectos especiales que ayudan a creerse lo que uno está viendo. Pero Cronenberg fue más allá de lo visual, adentrándose en la psique del personaje, en sus miedos, en esa convivencia entre el hombre y la bestia y sobretodo en la relación de amor que mantiene el protagonista (Jeff Goldblum) con la periodista Veronica Qualfe (Gena Davis)

Una de las películas más comerciales de Cronenberg y uno de sus mayores éxitos, ya no solo dentro de sus fans, sino también por el público en general y para la crítica, que no siempre le favorece.


¿Sabías que... Jeff Goldblum y Geena Davis iniciaron una relación durante el rodaje de esta película?

Ya antes habían coincidido en la película “Transilvania 6.500", pero no surgió el romance hasta que se reencontraron en esta cinta. La relación duró unos años y Davis, tras divorciarse de Goldblum, se casó en 1993 con el director finlandés Renny Harlin (Máximo Riesgo), quien la dirigiría un par de veces en “La isla de las cabezas cortadas” y “Memoria letal”.


Y hasta aquí, la primera tanda de remakes. Espero que os haya gustado y si hay alguna que no la habeis visto, remediadlo!! ;)


Iré intercalando entregas entre crítica y crítica, para que la cosa sea menos monótona.

Tocaré varios géneros, no os preocupeis xD


Saludos

sábado, julio 07, 2007

Transformers, la comedia del año

Antes que nada, aclaro que el título del post no es para nada sarcástico, pues un servidor se ha echado unas buenas risas con esta película. Hacía tiempo que no oía tantas carcajadas en una sala de cine.
Esto es, para una cinta como “Transformers”, tanto un punto a favor como un punto en contra.
A favor, porque ayuda a asumir con mayor facilidad las carencias argumentales de las que hace gala el guión y también porque permite agilizar el ritmo entre escena de acción y escena de acción.
En contra, porque en algunos momentos se torna demasiado caricaturesca (por no decir ridícula) y sobretodo porque ese humor imposibilita el tono épico que debería tener un producto de estas características.

Por lo tanto y haciendo referencia a otras cintas del sr. Bay (el artífice de todo esto), podríamos decir que Transformers contiene todo el humor de las dos “Bad Boys” juntas pero le falta la emoción y la epopeya de “Armageddon”.
Por lo que, en lineas generales, no se puede decir que ésta sea su mejor película (para mí ese puesto lo ocupa “La Roca”), pero por lo menos mantiene el nivel que se le podría pedir a un blockbuster veraniego y que bajo el criterio de quien esto escribe, supera con creces los decepcionantes productos primaverales que se han estrenado este año.

Es cierto también que se le podía pedir más, por qué negarlo. Probablemente no cumpla las altas expectativas con los que algunos acudan a su proyección, pero si uno logra olvidarse de ellas, de la serie de animación que una vez vió y de los habituales prejuicios, creo que por lo menos no se sentirá estafado y disfrutará del resultado, que ya lo digo, no es para nada malo.


Todos sabemos que Michael Bay es un director con un gran número de detractores, tanto dentro de la crítica especializada como del público en general. Sus películas suelen carecer de transfondo y se basan principlamente en el espectáculo visual. Tampoco creo que Bay pretenda otra cosa que entrener al público, por lo que es justo reconocerle sus méritos dentro del cine palomitero.
Algunos veces lo ha hecho mejor y otras peor, pero es totalmente irrazonable jugarlo desde una posición extremista, es decir, quienes le adoran pondrán sus películas por los cielos, cosa obviamente exagerada; pero quienes lo vapuleaban sin contemplaciones, tampoco sabrán verle ciertas virtudes que sí tiene dentro del género en el que él a decidido moverse.

Tampoco pretendo que esta crítica se convierta en un reivindicación a su trabajo, pero sí que se juzguen sus films por lo que son -o pretenden ser- y no por seguir esas típicas pautas que toda película debe cumplir.
Quien vaya a ver una película de estas características, sea de Michael Bay o de Juanito el de los palotes, buscando un guión sofisticado y completo, anda muy errado. Claro que también hay que exigir unos mínimos, y siendo razonables, “Transformers” no los cumple.

Pero vayamos por partes, que no quiero irme por las ramas.

Transfomers tiene un guión mediocre. Parte de una historia que, primeramente, no ocuparía con solvencia las dos horas y media que dura la película; y segundo, valdría para un capítulo de la vieja serie de dibujos, pero no para una película en condiciones.
Obviamente, Bay, que no tiene un pelo de tonto, consigue que con toda su pirotecnia no prestemos demasiada atención al guión. Por lo que, al fin y al cabo, pese a ser un error importante, la película se puede disfrutar igualmente.
Otras veces, dicha pirotecnia no consigue tapar un porquería de guión, pero en mi opinión Bay sabe hacerlo mejor que otros de sus compatriotas.
Ahora bien, cuando este hombre cuenta con un buen guión, tampoco es que lo haga mejor, sino peor. Echar al traste un guión tan interesante como el de “La Isla”, por culpa de una última hora de presecuciones tan banales como trepidantes, fue un tropezón de cuidado. Luego hay proyectos demasiado ambiciosos e inadecuados para sus características como director, por lo que una “Pearl Harbor” en sus manos ya era una mala idea desde el principio (lo mejor, los 40 minutos del ataque nipón)


Visualmente la película es espectacular y por lo tanto, nada que achacarle en ese aspecto. Los efectos especiales en general, y el CGI de los robots en particular, son realmente impecables.
Transformers supone un avance muy importante en el campo de los efectos digitales, toda una revolución que ya hicieran en su momento cintas como “Terminator 2”, “Parque Jurásico” y “Matrix”.
Realmente uno se cree lo que está viendo. Piensas que los robots están ahí, interactuando con los actores. Chapeau!

Bay como siempre, imprime un ritmo trepidante para casi toda la película. Se la puede acusar de cierta lentitud al principio, ya que tarda un poquito en arrancar del todo, pero nada más empezar ya tenemos un buen par de escenas vibrantes que nos sirven como aperitivo para lo que veremos después.
Como ya he dicho más arriba, el humor ayuda a sobrellevar gratamente esos momentos de transición en el que se nos cuenta un poco de qué va la historia y quiénes van a ser sus protagonistas.
Sin embargo, hay algunas escenas a lo largo del film más propias de una American Pie, que aún haciendo gracia, están totalmente fuera de lugar (véanse aquellas en las que aparecen los padres del prota)

Lo que son las escenas de acción, ya he dicho que es pura espectacularidad, aunque a veces sucede todo tan rápido que el ojo humano no capta un carajo. Por ello, en algunos momentos también se echa mano de la imagen a cámara lenta, que ayuda a apreciar hasta el mínimo de los detalles. Por suerte, no creo que se haga un abuso de ésta, así que la cosa queda bastante equilibrada.

Pero si hay algo realmente más apabullante que los propios Transfomers, es la impresionte belleza de Megan Fox :D. Esta mozuela no le hace falta un androide gigante para que un servidor clave sus ojos en la pantalla. Como dice la frase, “Vale más una imagen que mil palabras”, así que a las pruebas me remito:



Ya que me he dejado llevar por mis instintos más humanos, de paso comento al resto del reparto xD

Shia LaBeouf es el segundo protagonista absoluto de esta película y el afortunado que entablará amistad con los simpáticos Autobots. Su interpretación es más que correcta, por lo que si albergaba yo algún temor sobre su participación en la cuarta entrega de Indiana Jones, éste se ha disipado por completo.
Su personaje -Witwicky, un chico normal y corriente aunque algo ingenuo- se acopla a la perfección con el carácter cómico que se le ha dado a la película y a los propios Autobots. Es imposible no sentir empatía con él e incluso en algún momento sentirse idenficado (¿quién no ha perseguido aguna vez, con cierta torpeza, a su amor platónico?)
Sus momentos con Bumblebee (el autobot-coche que conduce) son los más divertidos (muy bueno lo de las canciones; ese “Baby Come Back” xDD) y también los más emotivos, por así decirlo.

Tanto Josh Duhamel (visto en la serie Las Vegas) como Tyrse Gibson (A todo gas 2) cumplen con su rol de valientes militares (el habitual patriotismo que no falte)

Jon Voight, en su segunda colaboración con Bay, le otorga la presencia necesaria a su personaje, el secretario de defensa. Aunque lo considero un buen actor, cada vez más demuestra una menor variedad de registros (por no hablar de su cada vez más discutible criterio a la hora de elegir papeles)

Luego está John Turturro, que está bastante desaprovechado, y aunque sabe darle ese toque *abrón a su personaje, yo lo hubiera ubicado en otro papel más relevante o con mayor trascendencia.

Comentar también la breve pero agradable presencia de Kevin Dunn, haciendo de padre del prota.

Bernie Mac tiene un breve cameo haciendo un poco lo de siempre.

Y ya por último citar a esa rubiaza llamada Rachel Taylor, que quien logre creerse que es una inteligente hacker con asombrosa facilidad para el uso de armas de fuego, que por favor levante la mano xD


Quisiera también hacer incapié en un momento de la película en el que me ha sido inevitable encontrarle semejanzas con otra cinta de invasión alienígena. Me refiero a “Indepence Day”.
Lo siguiente podemos considerarlo un SPOILER, así que si no aún no habeis visto la película, id directos al siguiente párrafo.
Cuando se nos da a concocer el “Sector 7” como un proyecto ultrasecreto a escondidas del gobierno, mi memoria ha buscado semejanzas con el “Area 51” del film de Roland Emmerich.
En ambas cintas se tiene por lo menos, un ejemplar del ser alienígena (el bicho con téntaculos-Megatrón); y en ambas se tiene también un enorme objeto perteneciente a los invasores (la nave-el cubo)
Inspiración? Falta de ideas? Imaginaciones mías? Juzgad vosotros mismos ;)
FIN DEL SPOILER.


En definitiva, Trasnformers no es un peliculón, pero sí un buen entretenimiento. Michael Bay ha conseguido sacar adelante un proyecto que podría haber sido un rotundo fracaso. Pocos nombres se me hubieran ocurrido para hacerse cargo de ello (un James Cameron o un Roland Emmerich en buena forma, hubieran ido bien).
Es una película que hay que ver sin prejuicios y olvidándose completamente de la serie original.
Yo era el primero en decir que el diseño de los robots era bastante feo, y aunque no he cambiado de opinión, si me he acostumbrado a ellos. Ahora bien, Megatrón es horrendo de narices.

Así que recomiendo esta película a aquellos que busquen un digno entretenimiento sin pararse a contemplar y enumerar cada uno de sus fallos (y conste que yo muchas veces soy de esos).
Sugiero que os olvideis de la nostalgia hacia la serie, pues puede echar al traste cualquier intento de disfrutar de la adaptación de tan famosos y fabulosos personajes.

Transformers es el blockbuster del verano, no os quepa duda.



Lo mejor: Los robots y las peleas entre estos; el humor que destila; las espectaculares secuencias de acción; Shia LaBeouf y Megan Fox.

Lo peor: Un guión mediocre y algunos diálogos chorras; lo poco que sabemos de cada uno de los robots; su alargado metraje; que no llegue a emocionar como debiera.


Valoración personal: 7,5

domingo, julio 01, 2007

28 semanas después..., el virus de la ira acecha de nuevo


Sin duda, el 2007 es el año de las secuelas (entre otros tantos remakes y adaptaciones varias). Si desde Hollywood nos machacan con segundas, terceras y cuartas partes (a cada cual peor), porque en el Reino Unido iban a ser menos?
Por ello, cinco años después de la inquitante y estupenda (a ratos) “28 días después” del sr. Boyle, nos llega su secuela de la mano de un director patrio, Juan Carlos Fresnadillo (de origen canario, para más señas)

Tras la buena impresión que le dejó a Boyle la ópera prima del sr. Fresnadillo (Intacto), éste último se postuló como el hombre indicado para llevar a cabo la película que nos ocupa, ya no solo dirigiendo todo el cotarro, sinó también colaborando concienzudamente en el guión.


Ya han pasado unos seis meses después de que el virus de la ira (como así se le conoce) arrasará las Islas Británicas convirtiendo, en cuestión de días, a todo ser humano en una especie de zombies extremadamente feroces y aco*onantemente rápidos (y es que si hay algo que dé más yuyu que un zombie típico y clásico, es un zombie velocista)
Parece que ya no queda rastro del virus y el ejército estadounidense tiene el país controlado para evitar cualquier posible renacer del virus. Han empezado las tareas de reconstrucción y ante la actual calma, se empiezan a repatriar a los refugiados, ofreciéndoles un nuevo alojo dentro de un perímetro de seguridad que no deben sobrepasar.

Obviamente, el virus volverá a hacer acto de presencia, sino no tendríamos película xD
El caos sembrará de nuevo la ciudad y las medidas de contención del virus serán tan inhumanas como inútiles.

Ante lo que se avecina, una reencontrada familia tendrá que hacer máximos esfuerzos para permanecer unida y salvaguardarse del constante peligro.

Y hasta aquí puedo leer, porque no quiero chafarle la película a nadie.
Lo siguiente va a ser un poco de análisis e impresiones personales tras su visionado.
De entrada, puedo decir que es, en muchos aspectos, superior a su antecesora. Y dentro de la enfermiza plaga de secuelitis que nos invade en estos últimos tiempos, eso es decir mucho.

“28 semanas después” es, a groso moso, una buena cinta de terror y una buena muestra de lo que puede dar de sí el subgénero de zombies. Subgénero que ha pasado de la más inofensiva y casi siempre divertida serie B, a ser un producto terrorífico de calidad.
Nada que ver con la nueva hornada de salvajadas que inundan hoy día nuestras carteleres, con guiones estúpidos, personajes ridículos y estereotipados y vendidas supuestamente como el nuevo terror-gore del siglo XXI.
La cinta de Fresnadillo se rie y, disculpádme la expresión, se mea en todas estas mamarrachadas pseudointeletualoides que en algunos casos vienen apadrinadas por directores de renombre que hace tiempo que no levantan cabeza (esto que acabo de decir puede que me cueste alguna crítica, pero sinceridad y honestidad ante todo con mis estimados lectores :D)

Dentro de ese marco, lo que un servidor exigía era que como mínimo esta secuela estuviera a la altura del anterior film de Boyle. Pero no ha sido así, pues Fresnadillo lo que ha hecho es superarla, aunque no por ello ha evitado cometer ciertos (y para mí molestos) errores que comentaré más adelante.

Pero primero, lo bueno:

La factura de la película es impecable, tanto el maquillaje como los efectos especiales. Así que ríete tú de Hollywood y sus aparatosos (y casi siempre desperdiciados) presupuestos.
No es que “28 semanas...” sea una baratija. Obviamente se ha invertido un buen pastón para lo que es el cine inglés, pero según propias palabras de su director, está muy lejos de los 150 millones que se gastan los americanos, por lo que estaríamos hablando de un presupuesto medio más que digno.
Pero aquí lo importante es que cada euro está bien invertido, o por lo menos eso parece.

El guión es simple pero efectivo. No le vamos a pedir más. Quizás peca un poco de lo que yo llamo casualitis (exceso de casualidades de discutible coherencia argumental), pero a pesar de ello, la historia de atrapa desde los primeros 10 minutos y ya no te suelta hasta el final.

Aún teniendo más que sabido lo que puede ir ocurriendo a lo largo del film (es terror, originalidad en este campo, poca), Fresnadillo logra que como espectadores que somos, nos sorprendamos ante los acontecimientos que se van sucediendo. Y eso tiene mérito, porque el tema está más que manido.
Logra, además, crear una tensión palpable en todo momento. Intercala secuencias meramente dramáticas con secuencias de pura acción (bastante impactantes y bien realizadas). A éstas, se le unen los momentos de terror, realmente angustiosos y que se suceden en dosis justas a lo largo de película.
Del gore tampoco es que se abuse en exceso, bajo mi criterio. Lo hay, claro, sino no sería una película de zombies como Dios manda xD, pero es bastante soportable incluso para aquellos más reticentes a él. Vamos, que no se llega a extremos nauseabundos, salvo que yo haya alcanzado un alto nivel de tolerancia (cosa, por otra parte, bastante probable) :)

Otra cosa que me ha gustado, es la música que acompaña la película, desde los temas más épicos, por así decirlos (dándo un énfasis mayor a las secuencias) hasta los que se ciñen más a momentos más tensos (recordándome a las partituras del Maestro Carpenter)

Respecto a los actores, resaltar la siempre agradecida presencia de Robert Carlyle, un actor que no se prodiga tanto como quisiéramos, pero que cuando lo hace no deja dudas sobre su buen hacer.
Luego está Rose Byrne, a quien se pudo ver brevemente en Troya, y que aquí hace un papel convincente de una mujer valiente y luchadora. Jeremy Ronner, visto antes en la horripilante “S.W.A.T.” y que aquí hace un papel más humano de lo que cabe esperar en un militar yanqui. Catherine MacCormack, como nunca antes la habíamos visto, aparece BREVE SPOILER!!! como pieza clave de toda la historia FIN SPOILER!!
Y como colofón final y para sorpresa de un servidor, una hermosa jovencita llamada Imogen Poots, que interpreta a la hija de Carlyle y que para mí sorpresa, expresa de forma conviencente emociones tales que miedo, pánico, tristeza o nostalgia, sin que resulte sobreactuada como harían muchas otras muchachas de su edad en productos de tal índole.

Siendo una cinta de terror, no es que los personajes estén muy muy desarrollados, pero están lo suficientemente explicados como para saber de que pie cojea cada uno.


Y ahora lo malo:

Siguiendo con el reparto, cabe destacar la molesta presencia de un niño incapaz de mostrar algún atisbo de humanidad. Apenas se inmuta ante nada. La misma cara seria durante toda la película. Que a mí me parece muy bien y hasta creíble que un niño pequeño afronte con valentía una situación con la que muchos mancharían su ropa interior, pero de ahí a deshumanizarlo como si de un robot se tratara, resulta inadecuado.
Yo supongo que todo viene dado por la absoluta incompetencia del niño actor en cuestión. Quizás soy muy exigente y es muy probable que ni siquiera sea un profesional como para exhigirle mucho, pero sí unos mínimos, que tampoco dudo en que a las pruebas de castings se presenten numerosos candidatos, como para que luego se escoja al peor o a veces al “hijo de tal” (método popularmente conocido como enchufe)


Una vez sopesado este inconveniente que tratamos de pasar alto, llega otro tema que a mí personalmente me enoja bastante, y es el uso de la Steady-Cam (llevar la cámara sujeta al operario en cuestión para evitar engorrosos travellings) o lo que yo llamo la Parkinson-Cam.
Esta técnica tiene muchas variantes y es obvio que resulta muy beneficiosa si se sabe utilizar. Ahora se ha puesto muy de moda para dar un mayor realismo a las secuencias (acercándose al documental), aunque el invento nace allá por la década de los 70.

La cuestión es que bien empleada, puedo conseguir un realismo impactante y eficaz. Pero si la usas como si el cámara se encontrare en medio de un ataque epíleptico, pues acabas cansando al espectador, que contempla la pantalla sin saber que carajo está sucediendo. Una tortura para nuestras retinas, vamos.
A mí, en esta película en cuestión, me ha molestado bastante, sobretodo cuando ese tiempo se alarga hasta 3 o 4 minutos, que pueden parecer poco, pero resultan un agobio cuando la cámara no para moverse. Hay otras formas de crear secuencias impactantes. Si lo que quería era angustiarnos (que puede ser), lo ha conseguido, pero de la peor de las maneras y con un efectismo bastante tosco.

Conste que la steady-cam no siempre se rige por el movimiento. Hay mecanismos para que quede más rígida, que el movimiento del cámara no se note tanto y permita rodar, como ya digo, una buena secuencia sin usar el travelling.
No es el caso, obviamente.

Y ya con esto, sólo me queda nombrar el último y molesto error. Lo consideraré un spoiler. Así que: SPOILER!
Terminar la película con final inconcluso.
Empieza a cansar que la industria de cine esté empeñada en secuelas sacacuartos. Probablemente Fresnadillo, que según él ha dirigido el film con bastante libertad, se haya visto obligado ha elaborar un producto con final abierto, dejando paso a una posible tercera parte (y cuarta, y quinta y todas las que sean “necesarias”...)
Parece que acudimos al cine a ver trozos de película. Ya no vemos nada con principio y final (dentro del cine comercial). Y si lo hay, de seguro que con alguna absurda excusa, nos sacarán otra innecesaria secuela.
No sé a vosotros, pero a mí me empieza a cansar.


Dicho esto, estamos ante una secuela recomendable para los amantes del género de terror en general, y de los zombies, en particular. Así que si sois de esos, ya estais tardando en verla ;)

Yo por mi parte, seguiré los pasos del Sr. Fresnadillo, cuyo debut en tierras extranjeras ha supuesto una grata sorpresa. Desde aquí, le deseo suerte en sus futuros proyectos y si para regalarnos buen cine del género que sea, debe alejarse de su patria, que así sea, no vaya a ser que se eche a perder.
Y es que aquí, entre dar cobijo a los de siempre y apostar por el cine más casposo y repetitivo, se cometen faltas tan graves como ignorar a un aparentemente talentoso director como él.

“Intacto” queda pues, para un futuro visionado :)



Lo mejor: el ritmo endiablado; la angustia que se respira en cada fotograma.

Lo peor: el niño de las narices; la temblorosa cámara en algunas secuencias; un final abierto tan típico como molesto.


Valoración personal: 7,3 sobre 10

viernes, junio 29, 2007

Hollywoodland, el lado oscuro de las estrellas

En los últimos tiempos, el cine negro parece que vuelve a ser un género en alza, aunque de momento no todas las propuestas cumplen nuestras expectativas.
Éste es un género cuyo máximo esplendor fue en los años 30 y 40 (y parte de los 50). Con la llegada del western, quedó algo apartado y olvidado, aunque con el tiempo fue recuperando fuerza.

En esta última década, las propuestas han sido varias y algunas muy o bastante buenas, pero eso no ha evitado que entrara en un alarmante declive.
Películas más o menos recientes como “L.A. Confidential” o “Camino a la perdición”, parecía que nos devolvían el film noir que tanto echábamos de menos. Y de hecho lo hicieron, pero por desgracia no hubo nadie que recogiera el relevo, aún siendo éstas dos una excelente muestra de tan apasionante género.
Entre una (L.A. Confidential, 1997) y otra (Camino a la perdición, 2002) va una importante diferencia de años. Sin olvidarnos que los 90, en general, fueron bastante provechosos para el género (recordemos a los Cohen y su estupenda “Muerte entre las flores”, por citar una)

Como ya he dicho, ahora parece que se está intentado recuperar el género, y en poco tiempo nos han llegado un par de películas tan similares en trama entre ellas, como distintas en su ejecución.
La más esperada era “La Dalia Negra”, que suponía el regreso del gran De Palma a su género favorito, tras un tiempo de silencio (algunos seguimos intentado borrar “Misión a Marte” de nuestros recuerdos)
Despúes de verla, solo puedo decir que el chasco fue de órdago. Ni rastro del De Palma por el que una vez sentí fascinación. Un par de escenas marca de la casa, que tampoco tenían la fuerza visual de las de antaño, y poco más. Solo salvaría la ambientación y las interpretaciones de Aaron Eckhart y Hilary Swank.

Ayer le tocó el turno a la que ahora ocupa esta crítica: “Hollywoodland”, protagonizada por Adrien Brody, Diane Lane (que bien conserva el atractivo esta mujer!), Ben Affleck y Bob Hoskins.


La película gira en torno a la aparentemente confusa muerte de una estrella de Hollywood. Trama similar a “La Dalia Negra”, aunque llevada a cabo de forma muy distinta.

De entrada, la muerte del famoso actor George Reeve (Ben Affleck), que interpretaba a un Superman televisivo con bastante éxito, es un punto de subjección por el que se extiende la película pero por el que se nos cuentan muchas más cosas.
La investigación que lleva a cabo el personaje de Brody se sigue con máximo interés, pero también la evolución de este mismo. Él es un perdedor con bastante desfachatez. Un tipo avispado en su trabajo, pero un completo desastre en sus relaciones personales.
Todo ello irá influyendo en cada paso que dé, y su visión del caso alcanzará momentos de incierta empatía con el difunto. Difunto que por otra parte, llega a estar bastante eclipsado por el investigador, por lo que no podemos hablar de un completo biopic, sinó más bien un acercamiento a la dicha y desdicha del sr. Reeve.

Lo bueno de como Allen Coulter (el director) nos cuenta la película, es esa fantástica heterogenia entre las ambas vidas de los personajes. La cinta se nos presenta a modo de flashbacks, pero tan bien integrados que no resultan pesados en ningún momento, sino todo lo contrario.
Quizás la película sea un poco larga para que lo que nos tiene que contar (el nuevo cáncer del cine...el excesivo metraje), pero Coulter lleva el ritmo con bastante eficacia en casi todo momento.

En esta película, es más importante el quiénes (los personajes), que el qué (la muerte de Reeve),y eso se va notando a medida que la historia avanza.
Puede que el guión no sea nada del otro mundo, pero la cohesión entre intriga y drama está bien resuelta, sin que una pise a la otra.
La ambientación está lograda, aspecto que logran todas o casi todas estas películas. Conste que no por ello le quito mérito alguno.

Y de los actores, pues puedo decir que tanto Brody como Aflecck están correctos.
Antes que a Brody, yo hubiera preferido a otro actor, pues lo veo un poco espigado y soso para el papel. Pero bueno, a fin de cuentas cumple.
Affleck desde luego demuestra por una vez que actúa. Yo personalmente lo considero un actor mediocre, pero aquí logra estar correcto. Otra cosa es que lo premiaran con una Copa Velpi, que ya me parece un tanto exagerado. Pero ya se sabe que de los festivales, uno no siempre se puede fiar.

Diane Lane me parece que se los come a todos con patatas. Puede que nunca haya sido una Meryl Streep o una Kathy Bates, pero sabes que ahí donde la pongas, la mujer te lo clava. Por no hablar de su estupendo aspecto. Siempre me ha gustado físicamente, pero al igual que mi adorada Michelle Pfieffer, mantiene la belleza y el atractivo, a pesar del paso del tiempo (sin recauchutarse como Demi Moore)

Luego está Bob Hoskins, que está en su linea, es decir, correcto pero sin deslumbrar. Su personaje viene y va en la trama, así que tampoco se le puede achacar nada. Nunca me ha producido simpatía alguna, lo cual ya me va bien para el personaje que desempeña xD

Poco más que decir sin destripar la película, pero a aquellos que gusten del cine negro, se la recomiendo, ya que por lo menos a mi me ha servido para quitarme el mal sabor de boca que me dejó la cinta de De Palma, que espero que recupere el buen pulso con la precuela de Los Intocables, que buena falta le hace.



Lo mejor: los personajes; la ambientación; el paralelismo entre los personajes principales; el final.

Lo peor: Que no acabe de dejar huella en un servidor, a pesar de su eficacia; sus (innecesarios) largos 126 minutos; Robin Tunney.


Valoración personal:
6,8 sobre 10

domingo, junio 17, 2007

“Equilibrium”, enganchados al Prozium

Por fin ha caído en mis manos esta película. Ya llevaba un tiempo detrás de ella y ahora ya puedo juzgarla por mi mismo.


Equilibrium es una de esas tantas películas que no llegan a estrenarse en nuestros cines, ya sea por el más que discutible criterio de las distribuidoras o simplemente por falta de recursos. Según tengo entendido, a esta película le ha pasado lo segundo (a saber...)

La cinta con la que Kurt Wimmer se estrena, data del 2002 y como ya digo, no ha pisado una sala de cine española en todo este tiempo. Y lo que es peor, ni siquiera se ha editado en dvd. Y es extraño, pues cuenta con todos los ingredientes para ser un producto comercial muy atractivo cara al público joven (el que más consume estos productos)
Además, está protagonizada por uno de esos estupendos actores tan solicitados en la actualidad, Christian Bale. Puede que en el 2002 el actor no tuviera la fama que tiene ahora -a pesar de haber protagonizado la polémica “American Psycho”, con la que obtuvo el beneplacito de la crítica-, pero desde luego eso no quita que la película merezca su hueco en la cartelera. Y más aún si uno echa un vistazo a la gran cantidad de churros que se estrenan últimamente y que deberían ir directos a las estanterías del videoclub.

En fin, misterios de la actualidad cinematográfica...
Llamemos a “Friker Jiménez”, a ver que opina xD


A pesar de este obstáculo y gracias a la nueva era tecnológica que vivimos, Equilibirum ha atravesado el charco, y aquellos que no somos angloparlantes también hemos podido disfrutar de este film de acción futurista (en V.O.S., claro). Una película que cuenta con un relativamente escaso presupuesto (unos 20 millones de dólares), teniendo en cuenta el producto que es y los elevados presupuestos que se manejan actualmente en Hollywood.
No obstante, ese limitado presupuesto no afecta ni lo más mínimo a la calidad del film, pues cada uno de esos dólares está bien invertido.

Pero bueno, menos rollo y al meollo :)

La película se centra en un mundo futuro post-Tercera Guerra Mundial, donde las emociones humanas han sido suprimidas mediante el Prozum, una droga impuesta a todos los ciudadanos con tal de reprimir aquello que nos hace más humanos pero que también nos convierte en nuestro propio peor enemigo. Ni rabia, ni dolor, ni resentimiento, ni ira... pero tampoco amor, ilusión, esperanza...Nada de nada. Un ser humano que simplemente vive y se comporta como un robot. Un mundo donde todos coexisten de forma teoricamente apacible e igualitaria.

Con tal de mantener este nuevo orden, se crea una élite gubernamental formada por los Clérigos, y John Preston (Christian Bale) es el mejor de todos ellos. Un crack, vamos.
Todos aquellos que no tomen el Prozum y/o conserven bienes materiales tales como música, libros, arte o cualquier otro objeto personal, serán exterminados y junto a ellos dichas pertenencias.
Sin embargo, un día cualquiera, Preston dejará de tomarse su dosis de Prozum, y el mundo en el que el creía, dará un vuelco de 360 grados.


La premisa es más que interesante y clara deudora de las clásicas obras de ciencia-ficción de nuestra literatura contemporania. No en vano, a medida que avanza la película, uno no puede evitar ver las grandes similitudes que tiene el film de Wimmer con obras tales como “1984” (esas pantallas...), “Un mundo feliz” (Soma vr. Prozium) o “Farenheit 451” (búsqueda y captura de los que conservan o leen libros).
Todas estas obras tienen en común el tema de la sociedad esclavizada, donde los “rebeldes” son perseguidos y aniquilados por el más vanal de los motivos.
Así pues, no es que Equilibrium aporte algo nuevo u original al género, pero la verdad es que hace del mejunge de obras de Huxley, Bradbury y Orwell, un equilibrado y sabroso cocktel, que se disfruta de principio a fin y que no provoca indigestión como otros productos de similar temática.

Ha sido comparada con Matrix, por su estética y por sus escenas de acción, pero nada más lejos de la realidad. Cierto es que comparten ciertos rasgos (peleas con piruetas imposibles, tiroteos espectaculares, personajes “elegidos” por salvar a la humanidad...), pero la verdad es que a mi modo de ver, se parecen más bien poco.

La trama de ésta es algo más simplista y menos pseudo-intelectualoide. Los personajes son algo menos chulescos y vacilones, o por lo menos no lo son cuando no toca ni se pasean en cuero negro y gafas de sol. Tampoco hay un abuso excesivo de la cámara lenta y por supuesto, es mucho menos pretenciosa.


Wimmer, que también escribe el guión, equilibra la película con sus dosis puntuales de acción, dispersas a lo largo del film para evitar saturar al espectador. Hay momentos realmente logrados y ya no me refiero únicamente a las secuencias más adrenalíticas, sino aquellas escenas en las que nuestro prota empieza a sentir, a experimentar emocionas tan humanas como la pena, el amor, la rabia o el arrepentimiento.
Esos momentos de la película están muy bien explicados con tan solo el uso de imágenes. Todo de forma muy sencilla y sutil. Y es en esos momentos donde Bale borda su papel.
No quiero desvelar ninguna escena para aquellos que aún no la hayan visto, pero diré 2 palabras: perro y Beethoven. Ale, aquí queda :)

La música es muy suave y acompaña elegantemente las escenas más intimistas. La cosa cambia cuando llegan las escenas de acción, que la música adquiere un toque más trallero, rollo techno (sí, ahí también se asemeja a la obra de los Wachowski o a Blade)

Visualmente es atractiva. No abusa de efectos especiales, quizás porque tampoco puede. Así que en ese aspecto es algo sobria, aunque para mí ya sea suficiente, pues consigue recrear ese mundo apocalíptico con pocos recursos pero de forma efectiva. Algo tipo “Gattaca”, “Cypher” o “La memoria de los muertos”, en donde lo visual está al servicio de la historia y no por encima de ella.

El ritmo se mantiene durante toda la película. La trama se va desarrollando de forma pausada pero sin llegar a aburrir. Sin prisas pero sin pausas.
Como ya he dicho, las escenas de acción están bastante dosificadas, así que los que esperen una vacía película de tiros y ostias, quedará bastante decepcionado. El que espere un producto sencillo pero bien elaborado, con un guión facilón pero bien estructurado, con correctas interpretaciones y un poquito de buena y fantasiosa acción, quedará satisfecho. O por lo menos, conmigo sí ha cumplido. Tampoco tenía puesta en ella elevadas expectativas, pues poco sabía de ella (una gran ventaja, sin duda).

El resto de actores cumple con su cometido. Desde luego, Bale destaca por encima de los demás, pero se agradece la presencia de competentes actores de la talla de Sean Bean (muy desaprovechado, como casi siempre), Emily Watson o Angus MacFayden. También tiene su pequeño pero importante papel, el habitual secundario William Fitchner (memorable su papel en Albino Alligator xD). Y Taye Diggs resulta convincente en su papel, aunque tampoco exigía demasiado.


Así pues, Equilibrium me ha parecido una buena película. Altamente recomendable para aquellos que gustan de la ciencia-ficción y la acción más cañera. Entretenida de cabo a rabo.
Durante estos años ha adquirido el calificativo de película de culto. Quizás yo no diría tanto, pero sí es cierto que se merece un lugar privilegiado dentro del género que toca. Son pocas las que logran combinar acción y trama con tan buenos resultados.
Lo más habitual es que los efectos especiales sean la única excusa para tragarse una desfasada película (Matrix Reloaded y Matrix Revolutions) o que lo que aparenta ser una interesantísima cinta de ciencia-ficción, acabe siendo un producto meramente palomitero (La Isla)

Bueno, no nos engañemos tampoco, pues Equilibrium es también una cinta que puede catalogarse como palomitera. De ahí que la crítica estadounidense la pusiera a parir y el público la aplaudiese (metafóricamente hablando). Pero por lo menos no engaña. Ofrece lo que uno espera de ella y un poquito más.


Desgraciadamente, unos años más tarde, el sr. Wimmer parió una de las películas más abominables que un servidor haya visto. Hablo de “Ultraviolet”, un truño de proporciones bíblicas. Absurda, incoherente, desfasada...cuyo únicos reclamos eran una sexy e inexpresiva Milla Jovovich, unos efectos especiales supuestamente impresionantes (eran mediocres) y el propio renombre de su director, adquirido a posteriori de su venerada ópera prima.
Curiosamente, semejante atrocidad llegó a nuestras salas de cine. En cambio, Equilibrium se quedó en el banquillo. Como se explica eso? Ni idea.



Lo mejor: La historia; las espectaculares escenas de acción; Christian Bale; las dos o tres sorpresas finales que nos reserva Wimmer.

Lo peor: el poco desarrollado pasado de John Preston; el desaprovechado Sean Bean; que sigamos esperando que se estrene en cines.

Valoración personal: 7,5 (Buena)

domingo, junio 10, 2007

“The Prestige”, un deslumbrante (y tramposo) truco

“The Prestige”, un deslumbrante (y tramposo) truco

Como ya prometí, he aquí la crítica de la otra cinta de magos que nos llegó en el 2006.
Importante: HAY SPOILERS!

En The Prestige, su director Christopher Nolan -quien firmó esa absoluta obra maestra que es “Memento”- cuenta con dos buenos actores muy de moda últimamente: Christian Bale y Hugh Jackman. Ambos cumplen a la perfección sus roles y el duelo en pantalla es de órdago. Una lucha sin tregua por ver quién es mejor mago. Una lucha que los llevará a sacar lo mejor y peor de sí mismos y a destruirse mutuamente. Y es que si hay algo en claro que se pueda sacar de la película, es que al final no hay ni buenos ni malos. Ni siquiera hay vencedores...

Pero primero, una sinopsis para situarnos (extraída de Zinema.com)

*Todo comienza en el agitado Londres de finales del siglo XIX. En una época en la que los magos son los ídolos más reconocidos, dos jóvenes magos se proponen labrar su propio camino a la fama. El ostentoso y sofisticado Robert Angier es un consumado artista, mientras el rudo purista Alfred Borden es un genio creativo que carece de la desenvoltura necesaria para mostrar al público sus mágicas ideas. Al principio, son dos compañeros y amigos que se admiran mutuamente. Sin embargo, cuando el mejor truco de ambos se echa a perder, se convierten en enemigos irreconciliables e intentan por todos los medios superar al otro y acabar con él. Truco a truco, espectáculo tras espectáculo, se va fraguando su feroz competición, que ya no conoce límites: llegan incluso a utilizar los nuevos y fantásticos poderes de la electricidad y la brillantez científica de Nikola Tesla, mientras la vida de todos los que les rodean pende de un hilo.


Pues así es como empieza la encarnizada lucha por convertirse en el mejor mago de todos.

Como ya he dicho, tanto Bale como Jackman cumplen a la perfección sus papeles.
La muerte de la esposa de Angier (Jackman) al inicio de la película hace que simpaticemos más con éste, pero a lo largo del film eso irá cambiando paulatinamente. Nuestro posicionamiento respecto a los personajes irá variando, dado que estos no están tratados como frentes opuestos, sino más bien todo lo contrario o por lo menos a medida que la trama va avanzando.
La fina línea de lo que es ético y moral es lo que separa a ambos personajes en ciertos momentos del film, pero es también lo que los une cuando tanto uno como el otro la cruza.
Este es quizás, uno de lo puntos fuertes de la historia.
El otro punto fuerte es la implicación del espectador en la historia. Y es que nada más empezar, se nos dice que estemos atentos, pues si no lo estamos, seguramente no seremos capaces de descubrir el gran truco que amaga Nolan.

Este truco, bastante tramposillo todo hay que decirlo, se puede ir desenmascarando hacia la mitad de la película. Un servidor empezó a revolotear sobre una hipotesis que más adelante se iría confirmando. El momento de la cena entre Bordern (Bale), sus ayudantes y su esposa, es cuando me dí cuenta de todo lo que sucedía. Luego, hay una escena clave que lo confirma todo, por si quedaban dudas. Me refiero a la escena en la que Borden le pide a su ayudante/representante que se encargue de llevar a su hija al parque y de confortar a su mujer. Ahí se puede disipar cualquier duda y ya las anteriores conversaciones cobran otro sentido, o quizás, el sentido que precisamente tenían y no quisimos creer. Por qué? Pues porque a veces la explicación más sencilla, más lógica, es la correcta. :)

Pero tampoco es el único truco. O dicho de otro modo, el truco se divide en varias partes y cada una de ellas concierne a uno de los magos. Las trampas, mentiras e ilusiones se van sucediendo y el conjunto de todas las pistas que Nolan nos va dejando entre acción y acción, hará que al final resolvamos el complejo puzzle.

El secreto que guarda Angier (Jackman) es quizás el más fácil de ver, aunque en cierto modo también es el que cuesta más de creerse, pues pensamos que toda la película se basa en el trucaje y obviamos la parte realmente fantástica e inexplicable que pueda llegar a tener y que por supuesto acaba teniendo.

Por lo menos Nolan trata de embaucarnos con elegancia y sutileza y en ningún momento juega a despirtarnos. Eso es muy de agradecer para el espectador, ya que últimamente se nos toma por tontos con la mayoría de los thrillers o inclusive con las cintas de terror barato que llegan a nuestras salas.

Que se nos haga partícipes de la historia, es un punto a su favor. Y sobretodo, que Nolan sepa llevar todo el ritmo con eficacia y la enrevsada trama con buen pulso, le hace meritorio de un efusivo aplauso. Algo que hacía tiempo que un servidor no veía.
A diferencia de la cinta de Burger (El Ilusionista), el truco de Nolan no es tan obvio y el desenlace es, en cierto modo, inesperado.

También hay que decir que aún tratando ambas películas la figura del mago, realmente tampoco se parecen en nada. The prestige se acerca más al thriller, a la pura intriga; y El Ilusionista al drama romántico.
Nada que ver pues.

En cuanto a la ambientación, también merece una mención especial el apartado de fotografía. Muy bien realizado, dando un aspecto visual acorde con la historia y la época, realmente lugúbre en algunos pasajes de la historia. Un trabajo impecable.
La banda sonora acompaña las imágenes pero no está por encima de ellas. De manera que lo visual sea lo que realmente impacte al espectador. Nada de esos trucos de sonido baratos de los que tanto se abusa ahora.

Los dos protas se encuentran perfectamente secundados por el gran Michael Caine, que siempre aporta la experiencia y la calidad que hace falta en este tipo de producciones.
Y luego tenemos a la sobrevaloradísima Scarlett Johansson, que hace el mismo papel que la Biel en la cinta de Burger, es decir, de mujer florero.
Su paso por el film es más bien anecdótico. Es un personaje de los que yo llamo “de paso”. Aparecen, influyen notablemente en la trama y luego desaparecen. Tampoco está realmente definido, aunque su existencia sea clave para el desarrollo del tramo final.
Johansson cumple medianamente con el rol, aunque parece más preocupada en seducir a la cámara que en meterse de lleno en el papel. Más importante me resulta el personaje de Sarah Borden, interpretado por la para mí desconocida actriz Rebecca Hall, cuyo nombre debería figurar antes que el de la anteriormente citada. Tiene mayor peso y su personaje resulta más atractivo -en sentido figurado- para el espectador.
Pero ya sabemos que el nombre de Johansson vende y que si no fuera por eso, ni siquiera tendría su hueco en los carteles promocionales del film.

En definitiva, una buena película que te atrapa desde su inicio y ya no te suelta hasta los créditos finales. No llega a ser un peliculón porque el truco resulta muy tramposo. Y es que uno se pregunta como demonios esconde Borden su secreto mucho antes de inciar su propia carrera de mago en solitario. También nos preguntamos que casualidades de la vida hacen que la primera vez que el mago Angier requiere la ayuda de alguien del público, el elegido sea un disfrazado Borden que acabará chafándole la actuación (pagándole con su misma medicina). Sabemos porque lo eligen en el último espectáculo (porque sino no hubiera habido engaño) pero cuestan de creer esas supuestas casualidades.
También el romance de Bale y Johannson resulta un tanto forzado, quizás por no querer alargar demasiado la película, permitiendo en parte, ir al meollo de la cuestión sin entrar en demasiados matices.

También resulta interesante el personaje de Nikola Tesla, interpretado sobriamente por el cantante David Bowie (uno de mis artistas cohenterso preferidos, dicho sea de paso xD)
Se nos deja entrever la rivalidad entre Edison (Thomas Alva Edison) y Tesla, dos grandes inventores del siglo XIX, cuyos avances revolucionaron el mundo de la física.
En la realidad, Tesla trabajaba para Edison, hasta que se marchó y empezó por su cuenta. La propuesta de la corriente alterna de Tesla se menciona en el film (cuando aparecen todas esas bombillas encendidas en el suelo) y también la enemistad de éste con Edison.
Es gran rivalidad, que llevó a Edison a desprestigiar el invento de Tesla usándolo para la silla eléctrica (tras aceptar la derrota ante su teoria de la corriente continua), es una especie de retrato real (o espejo) de la rivalidad que también comparten los protagonistas de The Prestige.
En cierta manera, eso contribuye a darle más notoriedad a la historia.
Sinceramente, no he leído el libro en que se basa la película de Nolan, pero tiene que ser realmente fascinante. Si ya el guión es complejo y está adaptado y resumido, no alcanzo a imaginar la complejidad de la novela de Christopher Priest.



Lo mejor: El duelo entre los magos y las continuas trampas con las que se perjudican (muy bueno lo de los diarios); la elaborada historia y la notable capacidad de Nolan por llevarla a cabo; la ambientación.

Lo peor: algunos detalles forzados y lo tramposo que resulta el truco; que Nolan desaproveche su talento en superproducciones de superhéroes en vez de buenas y diferentes propuestas como esta; la deshonrosa y patética traducción española del título original.


Valoración personal: 7,5 (Buena)

lunes, junio 04, 2007

“Piratas del Caribe: En el fin del mundo” cerrando la saga?¿


Desde luego, la pregunta que titula el post es retórica. Conociendo a los productores, habrá Sparrow para dar y tomar hasta que la gallinita de los huevos de oro ya no se pueda exprimir más.


Esta tercera parte nos deja un final abierto (que no inconcluso como en la segunda) que nos da a entender que el truhán de Sparrow seguirá sus andanzas por los mares del Caribe (u otros mares, según convenga)


Pero ahora, de lo que toca es de hablar de esta última aventura.

Aviso: Hay algún que otro spoiler.

De entrada, debo decir que ésta supera en algunos aspectos a la primera secuela, que se me hizo bastante pesada y larguísima. Ahora ya no existe una falta de ritmo agudizante y más o menos las tres horas se sobrellevan con cierto agrado y menos desasosiego. Tampoco podemos decir que la cosa sea más trepidante, pero por lo menos las escenas de acción no están alargadas sin sentido y hasta la saciedad como su antecesora.

Las escenas de acción son pocas y pero moderadamente espectacualres, en especial la secuencia final (altamente exagerada, todo sea dicho). Sin duda, lo mejor de la segunda parte, fueron las apariciones del mitológico y destructivo kraken, que aquí evitan repetirnos.


Ahora lo que se lleva es pasarse leyes físicas por el forro, que siendo un poco tolerantes, no nos hará demasiado daño. Yo, que soy tolerante hasta cierto punto, puedo dejar pasar que un barco se de la vuelta y acabe boca abajo, pero me cuesta aceptar ver a un Jack Sparrow pegando vuelos como un Tarzán con superpoderes o batiéndose en duelo con Davy Jones encime de un mástil. Por no hablar de una gigante Calipso que con su tonelaje no consigue hundir el barco en el que se encuentra. Pero bueno, son ese tipo de cosas que tienes que darlas por hechas (como la misteriosa e inexplicable resurrección de Barbossa), si quieres ser un buen espectador de este tipo de producciones hollywoodienses.


Dicho esto, hay que decir que la labor en efectos especiales es realmente impecable. Escenas como la de la casacada, la del remolino o el propio Davy Jones, tienen una estupenda factura y ayudan a creerse lo que uno está viendo. Y eso es muy importante si se quiere que el espectador lo viva y lo disfrute.


En cuanto a los actores y sus personajes, decir que el gran Chow Yun-Fat está desaprovechadísimo y su personaje no es lo cruel que podría haber sido. Y es que en un producto de Disney, la crueldad apenas tiene cabida. Incluso es extraño que hayan tenido el valor de ahorcar a un niño nada más empezar la película. Seguro que las madres que trajeron a sus criaturas al cine, estaban poniendo el grito en el cielo. Pero bueno, sigue siendo Disney y en esta película nadie sangra ni aunque le aplasten la nariz. Creo recordar que la única gota de sangre que corre en esta saga, es en la primera parte cuando necesitan de ella para romper la maldición que condena a Barbossa y su tripulación.

Conste que tampoco me parece algo negativo, si bien es un producto familiar y hay que apechugar con ello.


Geoffrey Rush lleva gran parte del peso de la película y eso se agradece, pues el personaje de Sparrow empieza a perder gracia. Lo que en un principio resultaba carismático y gracioso, ahora se torna rídiculo. Sí, se ha ridiculizado el personaje hasta extremos molestos, aunque en la segunda parte era aún más obvio. Eso sí, Depp me parece un actor como la copa de un pino (repásese su filmografía) y aunque él ha co-creado el personaje, creo que está un poco bastante pasado de vueltas.

Keira Nightley, o la morritos como la llamo yo, sigue poniendo los mismo caretos de siempre, luciendo morros y jugando con la lengua sin saber nosotros porque. Pero ahora ha aprendido a luchar como el mejor de los piratas y encima se suelta unos discursitos tipo William Wallace que ya quisieran los políticos en precampaña. Que por qué esos cambios? Pues no sé, será que lo de matar al famoso Sparrow te sube el orgullo.

El sr.Orlando o Tomate Bloom como “cariñosamente” lo nombro yo, sigo siendo un soseras de cuidado, aunque aquí un poquitín menos. Tampoco es para alegrarse, pues se ha vuelto más moñas, con pañuelito en la cabez a incluido y posturitas de calendario Pirelli (véase el final después de los créditos)


Todo los secundarios, incluidos el chino malo de Prison Break, cumplen. Los veteranos, en la misma línea de siempre y acompañando sabiamente a los protas.


Bueno, no penseis que me olvido a Davy Jones. Bill Nighy, quien está debajo de tanto tentáculo, tiene su minuto de gloria sin los 3000 píxel que le cubren la cara. Es poco, pero ya es algo.


A Lord Beckett creo que le falta carácter, que no suerte, porque estar en medio de un barco haciéndose añicos y no rozarle ni una sola astilla, tiene mérito. Tanto, que puede echarse un paseíto por la cubierta hasta desaparecer pasto de las llamas.


Y bueno, mención especial para Keith Richards, que demuestra que lo suyo es tocar la guitarra y no la interpretación. Un rostro inexpresivo y una aparición más bien anecdótica, porque sinceramente, no se nos rebela nada de la relación padre e hijo del clan Sparrow, lo cual hubiera dado mucho juego.

Todo queda en un divertido (?¿?) guiño para contentar a unos cuantos. Un rol más cercano a sus excesos y limitaciones, como el de pirata borrachuzo, le hubiera ido mejor y sin tener que esforzarse (ya debeis saber como se presentaba esta estrella del rock a los rodajes, no?)


Los abordajes, algo fundamental en una película de piratas, estan bien resueltos y en ese aspecto, Verbinski (el director) sabe sacarle todo el partido a los medios con los que cuenta, que no son pocos. También ha resuelto la falta de ritmo de la primera secuela, pero sigue estando a años luz de la estupenda “Piratas del Caribe: La maldición de la Perla Nera”.


Ahora bien, lo que me ha sobrado y mucho es esa especie de boda que se montan Turner, Swann y Barbossa en medio de la batalla. Ni viene a cuento, ni tiene la más mínima gracia y además ¿quien es Barbossa para casarles?? En fin, cosas absurdas que los guionistas, a mi entender, se podrían haber ahorrado.


Con todo ello (lo bueno y lo malo), “Piratas del Caribe: En el fin del mundo” nos distrae a todos y de seguro que fascina a muchos e irrita a otros tantos. Mejora la segunda parte, pero sigue estando muy por detrás de la primera.

Una trilogía que seguirá teniendo sus detractores, que parte de razón tienen, y sus aduladores, que también tendrán sus buenos motivos. Yo ni con unos ni con otros. Disfruté y mucho con la primera y con el resto he tenido mis más y mis menos.

Por lo menos es lo más aproximado que tenemos a grandes sagas como Indiana Jones o Regreso al futuro, salvando las (grandes) distancias.

También ha rescatado un género que estaba muerto y enterrado, como es el de los piratas. Eso sí, añadiendole el toque fantástico que precisaba.


Sus protas se han llenado las sacas con unos jugosos cheques y la Disney y Bruckheimer no dejarán escapar ese millonario filón que han encontrado. Así que no dudeis que Sparrow volverá con sus locuras, sus brabuconadas y sus mayores ambiciones, en busca de algo que muy seguro nos recordará al Santo Grial que buscaba nuestro viejo amigo Indy.

Rezemos para que no vuelvan ni Elisabeth Swann ni Williams Turner, aunque mucho me temo que tendré que comermelos con patatas, otra vez (con retoño incluido)


Lo mejor: los efectos especiales; la espectacularidad de algunas escenas; supera la anterior; visualmente atractiva y deslumbrante; el humor que gasta.


Lo peor: la emarañada trama entre reiterativos pactos y traiciones que termina por cansar; la ridiculización de Sparrow; la falta de más acción; Keira Nightley.


Valoración personal: 6,5 sobre 10