miércoles, diciembre 05, 2007

“Habitación sin salida”, nunca cojas un desvío

Entre zombies, remakes de clásicos del terror y secuelas de Saw, lo más normal es que una película poco publicitada como “Habitación sin salida” pase sin pena ni gloria por taquilla. Y así ha sido.

Como reclamo, lo mejor que tenía era la presencia de Kate Beckinsale, el rostro más conocido de todo el reparto. Tampoco ha ayudado mucho que la película suene a ya vista. Claro que eso ya podríamos decirlo del 95% de las películas que se proyectan en las salas.

Taquilla a parte, la verdad es que la cinta de Nimród Antal, pese a no ser muy original, por lo menos si cumple con su objetivo primordial, que no es otro que entretener al espectador durante su escasa hora y media de duración. Y como yo digo a veces, si es breve, pues dos veces bueno.


La historia empieza con David (Luke Wilson) y Amy Fox (Kate Beckinsale), una pareja en plena crisis matrimonial que tras tomar un desvío por la interestatal, perderse por el camino y finalmente estropeárseles el coche, deciden pasar la noche en un roñoso motel de carretera.
Hasta aquí, no hay ni un sólo atisbo de originalidad, y aunque la cosa se hace bastante lenta durante el prólogo, por lo menos nos deja claro el tipo de relación que mantienen los protagonistas, que ya es algo.
Tras ser atendidos por el extravagante recepcionsita (¿¿habrá alguno normal y cuerdo en USA??) llegan a su habitación/cuchutril, donde poco hay que hacer salvo dormir o ver la tele.
La cuestión es que pronto se darán cuenta que son vigilados con cámaras ocultas y que sus observadores no tienen precisamente buenas intenciones para con ellos (de no ser así, no tendríamos película)

Todo lo que sigue es ver a la asustada pareja intentando huir de sus perseguidores para salvar la vida.


Cuando la acción empieza, ya no para hasta el final, con lo cual y gracias a su breve metraje, el film mantiene el ritmo sin decaer. Eso, añadido a un conseguido dominio del suspense, logra que el espectador se meta de lleno en la acción y sienta un poco la misma tensión que siente la pareja protagonista.

Dado que la película se desarrolla en muy pocos espacios, la sensación de claustrofobía estámás o menos garantizada, aunque a veces parece que a los protas se lo ponen muy fácil para campar a sus anchas por todo el motel. Van de aquí para allá, y parece que los malos son o muy tontos o muy lentos (yo diría que ambas cosas)

Aunque no hay secuencias demasiado impactantes, la película mantiene el tipo manejando el suspense con acierto, ahorrándose sustos baratos cuando no tocan y subidas de volumen rebienta-tímpanos. Tampoco espereis mucha sangre, porque aquí impera más la sensación de angustia que no la casquería, algo que yo personalmente agradezco. Si quiero sangre, pues ya me pongo una película gore y tan contento.

Los actores cumplen con su cometido, especialmente el malo de la función, Frank Whaley.
Beckinsale sabe correr, llorar y poner cara de asustada, que es básicamente lo que se le pide. Wilson, pese a considerarlo un actor negado, también se puede decir que está correcto, aunque sigue pareciéndome demasiado sosainas para el papel. Un actor más expresivo me hubiera resultado más creíble en según que situaciones. Quizás donde está mejor sea en sus riñas conyugales.


La trama es simplona y se ahorra explicaciones. Así que poco se sabe de los pertubados que los acosan, salvo que disfrutan haciendo lo que hacen y que además se llevan su dinerillo (de alguna manera hay que costearse el motel). Claro que para mayores aclaraciones, siempre pueden perfectamente encasquetarnos una secuela y problema resuelto (para ellos)

Lo que si me parece un gran desacierto es el final, que se antoja muy poco creíble y rompe con el tono que llevaba la película. Pero por lo menos no es de esos giros finales tan absurdos y sin venir a cuento que tan a menudo los guionistas nos cuelan intentando sorprendernos. Más que sorprendernos, lo que hacen es fastidiarnos.


Concluyendo: Poco original y mayormente predecible, pero se deja ver sin problemas, entreteniendo y angustiando a partes iguales. No es una gran película y muy probablemente se olvidará con la misma facilidad con la que se ve, pero dado que sus pretensiones no son altas, mi exigencia tampoco lo es.
Una propuesta factible para una aburrida tarde de sábado. No le pidáis más.


Lo mejor: que apueste por el suspense y no la sangre; los títulos de crédito.

Lo peor:
el final.


Valoración personal:
Correcta

2 comentarios:

Selden dijo...

Yo ví el tráiler y la verdad es que no me llamó la atención. Tal vez para ver tranquilamente en casa con unas palomitas estaría bien, pero pagar una entrada de cine....buf.
Saludos!

Pliskeen (David Ribet) dijo...

A mi una entrada de cine me cuesta 7,20 euros. Sinceramente, la película no lo vale.

Ideal para alquilerla :)

Saludos ;)