jueves, noviembre 22, 2007

“Adiós, pequeña, adiós” ¿el fín justifica los medios?

Nos encontramos ante el debut tras las cámara del casi siempre mediocre -como actor- Ben Affleck. Digo “casi” más que nada por su correcta interpretación en “Hollywoodland”, aunque tampoco lo suficientemente buena como para hacerlo merecedor de la Copa Volpi que le otorgaron (cuanto menos, discutible)

De buenas a primeras, con esa información, uno puede mostrarse receloso e incluso puede que los prejuicios le asalten como mosquitos a la luz, pero es de buen espectador el conceder una oportunidad antes de prejuzgar, y si luego resulta que es tan petardo dirigiendo como actuando, pues aquí está un servidor para, muy cómodamente, ponerlo a caldo.
No obstante, tendrá que ser en otra ocasión, pues esta vez hay que reconocerle su sorprendente e igualmente satisfactorio trabajo en las labores de dirección, con una película que ha suscitado una injusta -por no decir absurda o estúpida- polémica por sus más bien pocas similitudes con el “show mediático/caso Madeleine”. Y son pocas porque más allá de que la película se centre en la investigación del secuestro de una niña pequeña (también rubia), en lo demás no tienen absolutamente nada que ver.


Se ha llegado a tildar la película de “oportunista”, cuando hace más de una año que se empezó su rodaje y cuando se basa en una novela anterior a dichos hechos.
Como ya suele ser habitual, los medios de comunicación desconocen tres cuartos de la información que deberían conocer, por lo que siempre resulta poco o nada interesante la promoción de una película vía noticiarios. Como anécdota, aún recuerdo cuando un periodista de informativos afirmaba que “El Orfanato” estaba producida por Benicio Del Toro (el actor), en vez de Guillermo Del Toro (el director). Pero lo más grave es que este periodista era de la misma cadena que producía la película! Si es que... jejej


Anécdotas a parte, “Adiós, pequeña, adiós” no es una película comercial ni tampoco está protagonizada por grandes estrellas Hollywoodienses, por lo que no es raro que aparte de las polémicas suscitadas, la película haya pasado más bien sin pena ni gloria por nuestras carteleras. Otro motivo añadido puede ser el hecho que con su trailer, la hayan vendido como el drama que realmente no es. Cierto es que tiene tintes dramáticos en los que, obviamente, se sustenta la historia y sus personajes, pero no por ello es un drama al uso, sino un thriller. Thriller con una carga dramática que fluye sin pesar en el espectador, quien se mantiene intrigado durante toda la película para esclarecer los hechos que en ella acontecen.


Affleck dirije con sobriedad, desarrollando la trama pausadamente y con cautela, mostrando interés en sus personajes principales (y secundarios) y en su evolución a medida que avanza el caso.
La película planea y posteriormente profundiza sobre la condición moral que cada ser humano tiene (o deja de tener, que también) y que irremediablemente afecta a todas nuestras acciones. Los personajes aquí presentados están sujetos a ella como cualquier otro, y esa moralidad dictaminará sus actos, ya sea para bien o para mal, por convicción o por imposición.


Aunque lo parezca, Ben Affleck no es tonto, y aparte de enchufar a su hermanito, se ha rodeado de un buen par de actorazos como son Morgan Freeman y Ed Harris, cuya sola presencia ya llena la pantalla, otorgando además un prestigio añadido al film que gracias a Dios no resulta meramente postizo, como si ocurre en otros casos (especiamente con los proyectos de dudosa calidad en los que a menudo se mete Freeman)

Ed Harris borda su papel, creando un personaje que pasa de carnos mal a caernos bien, y luego otra vez mal y luego...bueno, luego que cada uno juzgue.
Estoy seguro que en manos de otro actor, de la excelencia se hubiera pasado a la sobreactuación, fina linea que las separa y que muchos cruzan con demasiada -fea- costumbre.

Por su parte, la pareja protagonista formada por Casey Affleck y Michelle Monaghan cumple con su cometido con correctas interpretaciones acordes con su rol. Me ha extrañado que Affleck resultara convincente, sobreotodo y a pesar de no mover un sólo músculo de su cara en toda la película (una fugaz y casi inperceptible sonrisa es la única mueca distintiva que se llega a apreciar). No sé si la inexpresividad es cosa de familia o es que iba con el perosnaje, pero el caso es que no me ha molestado en exceso, que es lo cuenta.


La película, como ya he dicho antes, se desarrolla de forma pausada, pero eso no es un problema porque siempre hay algo que contar y la trama da los suficientes giros argumentales en muy poco tiempo como para que uno esté al tanto de lo que va a suceder luego. Eso sí, recomiendo estar muy atento y quedarse con los nombres de los personajes, porque sino más de uno va a tener que echar mano del rebobinado.
Hay un punto de inflexión a mitad de la película que aunque se nos antoje chocante y en cierto modo rompa el ritmo del film, rápidamente se torna como el inicio de ese “todo” que oculta el argumento.

Se le puede achacar eso sí, una correctitud y pulcredad en algunos diálogos que en ciertos momentos hacen que no parezca que la historia se desarrolla en unos suburbios. No digo que haya que ir soltando tacos a diestro y siniestro, pero si evitar la exaltación de unos elucubrantes diálogos por medio de sabias palabras bien escritas antes que por lo que nos quieren decir con ella. No se si me explico, pero a veces las formas no son más importantes que lo que realmente se está diciendo.
También la chulería del protagonista que en ciertos momentos ostenta, se nos puede antojar poco creible, por mucho revólver que lleve encima y por mucho que se haya críado en el barrio. Tenerlos bien puestos no significa que puedas chulear a unos tíos grandotes cuando tu chica está ahí y también puede recibir.


Salvo estas pequeñeces sin importancia, no temo afirmar que se trata de una notable película, que invita a reflexionar e incluso a reflexionar sobre ella misma.
La historia es tan buena (que no original) que quizás pensemos que en manos de otro director se hubiera convertido en una obra maestra, pero hay que ser justos y entender que con el talento se nace, pero con la experiencia no. Esto lo digo porque la novela en la que se basa la película es del mismo escritor que escribió “Mystic River”y que el tito Eastwood posteriormente adaptó con magníficos resultados. Vengo a referirme a que Affleck no es Eastwood, y quizás a la película le falte esa contundencia que el primero sabe imprimir de forma natural y para nada tramposa ni artificiosa (algo que otros sí hacen, como Paul Haggis con “Crash”)

Vamos, que un servidor tiene la esperanza de que Ben Affleck permanezca a este lado de la cámara y no del otro, así por un lado nos ahorramos sus penosas y mayormente sosas interpretaciones; y por el otro, ganamos en buen cine, que de eso andamos faltos en estos tiempos que corren.

Adiós, pequeña adiós”, es una película pausada que no lenta, áspera que no fría, cruda que no letal, recomendada sólo para aquellos libres de prejuicios y dispuestos a debatir sobre la correcta o incorrecta moralidad del hombre (y la mujer, claro) ante según que situaciones.

Sin destripar nada, en los últimos minutos pienso que el progonista, a pesar de actuar según sus convicciones y así evitar una deuda que le podría pesar toda la vida, al final acaba arrastrando otra deuda no sé si peor, pero si más directa.


Lo mejor: una dirección libre de efectismos, llevada a cabo con sobriedad y tenacidad; Ed Harris, su final.

Lo peor: la polémica que ha suscitado a su alrededor; la desconcertante inexpresividad de Casey Affleck.

Valoración personal: Buena

martes, noviembre 20, 2007

“Lío Embarazoso”, humor troglodita

Lío Embarazoso” es una película que se ha estrenado en España -no sin retraso-, después de cosechar un notable éxito en su tierra natal, con favorables críticas no sólo de público, sino también de la “crítica especializada”. De hecho, se la ha llegado a calificar como “la película más hilarante del año”.
Por lo que a mi respecta, no sólo el calificativo me parece exagerado, sino que además considero que la película no funciona como tal, es decir, como comedia, por los motivos que continuación expondré.

Lo primero y muy importante, es apuntar que la película se acerca más al melodrama de telefilme que a la comedia propiamente dicha. De hecho, podriamos decir que básicamente la primera media hora es la que pertenece a la comedia, mientras que el resto se muestra más como el citado melodrama pero con toques de humor de temática mayoritariamente sexual, que supuestamente nos harán reír a carcajadas (¬_¬)

Pero primero, situémonos en el contexto de la historia, para poder analizar mejor donde falla ésta. Y para ello, nada mejor que una breve sinopsis.

Ben Stone es un tipo vago, yonki, desempleado y sexualmente tan salido como inactivo. Un día tiene la gran suerte de conocer en una discoteca a Allison Scott, una joven y atractiva periodista de futuro profesional muy prometedor. La noche en la que se conocen se emborrachan y acaban acostándose sin usar preservativo, con la consecuencia de que 8 semanas más tarde ella se dará cuenta de que está embarazada de él.
Dado que Allison no quiere afrontar la situación sola, decirle darle una oportunidad a Ben para llevar el tema del embarazo con la responsabilidad que le toca, es decir, la de padre de la criatura.


Hasta que el espectador tiene conocimiento del embarazo, la película, como ya he comentado, se mueve dentro del género cómico. Eso sí, entiéndase por cómico el humor más chabacanero, retrograda y vulgar que uno se pueda echar a la cara.
A lo largo de la película, el director utiliza, en su mayoría, el humor de tono sexual para hacer reír al espectador. Eso es, hacer continuas referenicas hacia lo que al hombre le cuelga entre las piernas, hacia la masturbación, hacia los senos de la mujer y demás memeces típicas de este tipo de humor, que muy probablemente haga partirse de risa a los que aún se encuentran en la edad del pavo (están en su derecho), pero que a un servidor no le producen la más leve sonrisa.
Humor sexista que bien podemos encontrar en programas como “Escenas de matrimonio” que emite Telecirco a la hora de la cena, pero elevados a la máxima potencia. Vaya, que cuanto más guarro suene el chiste y más machista -o feminista- sea, pues mejor que mejor.

El abuso de típicos tópicos es también uno de los puntos flacos de la historia, puesto que en vez de aportar algo nuevo al género, decide explotar lo que ya se ha visto en repetidas ocasiones.
Tenemos al protagonista, que es el típico feo patoso de gran corazón; la protagonista, típica maciza sentimentaloide de clase acomodada y a su hermana la arpía (con marido calzonazos incluído), y por no faltar, no faltan el grupete de amigos del prota, que básicamente son una panda de descerebrados que se pasan el día drogándose y pensando en sexo (o en apuestas estúpidas), y que en un alarde originalidad, el director y también guionista del film, las hará contonearse a base posturas obscenas para provocar de nuevo la carcajada sentre los asistentes.

El problema, más que nada, es que a pesar de usar estos tópicos, Apattow tampoco consigue hacerme reír, porque no sabe sacarle jugo a los diálogos, que se tornan casi siempre demasiados extensos y fundamentalmente obvios.
Tampoco ayuda que el comportamiento de los personajes no acabe de resultar demasiado creíble, y en consecuencia, tampoco lo sea la historia. No es suficiente motivo que Ben sea un buen tío simpaticón, para que una mujer supuestamente inteligente, le dé una oportunidad como padre (y como pareja) Tampoco es creible que cuando éste cambia de forma de actuar, consiga un trabajo y un apartamento en menos que canta un gallo (por favor, que desvele el secreto a los probes milueristas españoles..y a los que no llegan ni a milueristas). ¿Será que en USA el precio de la vivienda está por los suelos? ¿O los sueldos están por las nubes?

Hay también personajes de aparición fugaç que están metidos con calzador y que no aportan absolutamente nada a la trama. Es el caso, pues, de los padres de ambos protagonistas. Son utilizados básicamente como cameos, de manera que un servidor de sé cuenta de como los años y los kilos han agravado el aspecto del director/actor/guionista Harold Ramis (Egon Splenger en “Los Cazafantasmas” xD) o lo bien que se conserva Joanna Kerns (la mamá de Kirk Cameron en “Los Problemas Crecen”). Para otra cosa, no creo que estén.

Pero Apattow no tiene suficiente con los cameos, así que decide meter infinidad de referencias a otras películas, a modo de guiños, para ganarse el beneplácito del cinéfilo empedernido. El problema es que los guiños son utilizados frecuentemente por que sí, sin venir muy a cuento (aunque a veces sí), de manera forzada (otras no tanto) o simplemente sin resultar graciosos, más allà de los recuerdos que a uno le puedan traer.
Esto no es suficente para complacer al cinéfilo, así que la complicidad se pierde si el resto de la película no interesa lo más mínimo. Y digo no interesa, porque cosas que deberían resolverse en uno o dos actos, se resuelven en tres o cuatro, con lo cual la película se alarga hasta la extenuidad, con una falta de ritmo agonizante y percibible hacia la mitad del film, y cuya máxima consecuencia es hacer mella en la paciencia del espectador, que a falta de buenos chistes y de humor inteligente, por lo menos desea que no le aburren con demasiado metraje ni con historias paralelas muy poco trabajadas (véase la relación matrimonial de la hermana de la prota, que bien se podría haber suprimido y a la que se le ha dado más cancha de lo debido)


Por otra lado, está la moralina tan típica americana que abunda en este tipo de productos y que en esta película apesta por los cuatro costados. Las moralejas de aceptar a los demás por lo que son en su interior y no en su exterior; de las responsabilidades que debemos asumir; de lo importante que es el amor y en general, todas esas cosas que cuando las sepamos una vez termine la película, nos harán ser más felices y mejores personas...sinceramente, a mi me cansa. Sobretodo porque aquí se muestra en exceso, en casi todas las escenas clave de la película.

Todo esto, si viene con buen humor, pues aún se puede soportar, pero si el aburrimiento hace presencia, a uno el aguante se le acaba agotando. Y es que me pregunto una vez más si las discusiones que mantenienen los protas en algún momento de la película (la del coche o la de la consulta del médico) a alguien le resultan ya no digo graciosas, sino verosímiles. A mí desde luego, no.


La perla de todo esto llega al final, cuando el director, desprovisto de cualquier tipo de sutileza o elegancia, decide mostrarnos de forma explícita el parto de la muchacha con no uno, sino dos primeros planos seguidos de la vagina de ésta, mientras está iniciando el parto. Por supuesto, un servidor no se va escandalizar ante dicha visión, pero realmente me pregunto si era necesario ser así de explícito o bien podía sido má singenioso y en mayor medida, más cómicosy menos zafio. Resulta que uno de los amigos presencia ese momento del parto y acaba un tanto afectado, así que por si alguno aún dudaba de si los niños venían de París traidos por una cigüeña o no, pues Apattow, ni corto ni perezoso, decide mostrárnoslo. Lo raro es que en las escenas de sexo que aparecen la película -bastante surrealistas, por cierto-, el director no nos muestre el miembro que tantas veces nombra en su forma más cotidiana (ya sabeis, empieza por “p” y acaba por “a”)


En definitiva, una comedia que a mí, iendo a contracorriente para no perder la costumbre, me ha parecido pésima por los motivos aquí descritos y que se resumen en muy pocas palabras: aburrida y sin gracia.
El éxito de este tipo de películas (o las American Pie de turno, otras que tal...), viene a decirnos que el humor inteligente ha muerto y que este es el futuro de la comedia. Quizás soy un poco fatalista, ya que siempre nos quedará el irónico humor inglés y las siempre agradables comedias francesas de Veber y compañía.
Conste que no soy un puritano, ni muchos menos, y que el humor gamberro me gusta (si es bueno), pero es que con esta película sólo me he reído una vez y aún me pregunto, independientemente de que realmente se me haya hecho larga y aburrida, si es cosa mía o la gente es de risa fácil.

“Lío embarazoso” es además la visión de pareja de un guionista que parece que muy poco sabe sobre las mujeres, de las cuales me gustaria saber la opinión que tienen acerca de esta película y de otras de temática similar, cuya visión se me antoja bastante sexista y arcaica como para disfrutarla en pareja (en un grupo de amigos mixto)


Lo mejor: la correcta actuación de los actores, tanto él (Seth Rogen) como ella (Katherine Heigl)

Lo peor: Todo lo demás: lo inverosímil de las situaciones/historia; el humor casposo; el excesivo metraje (más de dos horas para una comedia!!); los abundantes tópicos; la moralina barata, etc, etc.


Valoración personal: Mala

miércoles, noviembre 14, 2007

Piccolo ya tiene rostro!

Aquello que muchos temíamos y otros deseaban, ya es una realidad: La adaptación al cine en carne y hueso de la miiiiítica serie “Dragon Ball” ya está en marcha y con vistas de estreno entre el 2009 y el 2010, aunque la huelga de guionistas puede que acelere el proceso (mal) y decidan tenerla para...el próximo año!
Ya se sabe que las prisas son malas consejeras..

Tras anunciarse que el encargado de dirigirla sería James Wong (responsable de la aceptable “Destino Final” y la aberrante “El único”) y que contaría un presupuesto de unos 100 millones de dólares (una bírria teniendo en cuenta las millonadas que se gastan en otros blocksbusters), las últimas noticias informan sobre quiénes encarnarán a los carismáticos personajes de Son Goku y Piccolo (aka Cor Petit)

El joven actor Justin Chatwin, que ha apareció en el remake de “La guerra de los mundos” haciendo el papel de hijo de Tom Cruise, será Son Goku. Y el malvado -y luego indispensable y fiel amigo- Piccolo, tendrá el rostro de James Marsters, quien ya encarnó a un villano (Spike) en la serie “Buffy Cazavampiros”, conviertiéndose éste en el mejor personaje de la serie durante sus devaluadas últimas temporadas, momento en el que adquirió mucho más protagonismo (y único motivo por el que yo seguí viendo la serie hasta el final, a pesar de lo penosa y cansina que se estaba volviendo)


Un servidor se muestra bastante escéptico ante tal proyecto y numerosos son los motivos.
Uno de los principales es la dificultad que tiene el adaptar un manga como DB, que a priori se me antoja muy pero que muy difícil. Mi convicción siempre ha sido adaptarlo utilizando animación 3D (CGI, vamos), lo que permitiría mantener la fisonomía de los personajes intacta, además de que las posibilidades que ofrece dicha técnica son mucho mayores que unos cables y 4 trucajes de ordenador.
En personajes reales, lo más cerca que se ha estado de una pelea tipo DB es en la trilogía Matrix, y tampoco es que me sirva de consuelo (demasiado artificial)

Otro temor apunta a todas y cada una de las libertades que se van a tomar a la hora de adaptarlo. De hecho, se ha llegado a decir -pudiendo ser un bulo- que Goku podría ser un estudiante universitario con habilidades en la lucha. Yo a eso le llamo pasarse la historia por el forro, y en ese tema van a tener una enorme legión de fans en contra (incluyéndome a mí)

El director tampoco me inspira mucha confianza, pues tiene en su haber una de cal y otra de arena (y lo bueno, tampoco es como para saltar de alegría). Luego teniendo en cuenta que el presupuesto para blockbusters suele rondar entre los 150 y 250 millones, a uno se le antojan insuficientes tan solo 100 millones para adaptar una serie de tales magnitudes (Transformers costó 150 y cosas como Spiderman 3 o la tercera parte de Piratas del Caribe costaron 300 y 200, respectivamente -cifras aprox.-)

En fin...muchas contrariedades y muchas dudas albergadas en mi interior en referencia a esta adaptación. De momento, los nombres elegidos para encarnar a dichos personajes no me desagradan en absoluto. Es más, Marsters creo que podría clavar perfectamente el papel de Piccolo, ya que además encuentro ciertos paralelismos con su Spike de la serie antes mencionada. Aunque eso sí, a Chatwin no le iría mal ponerse un poco en forma, porque es más bien tirando a enclenque xD

No me enrollaré más, ya que el motivo del post, más que informar sobre dicha noticia (eso ya se puede encontrar en cualquier blog especializado en cine), era mostrar como podría ser la caracterización de Marsters como Piccolo.
Sin tener ni la más remota idea de como piensan convertir al actor en el “todopoderoso” namekiano y si van a respetar o no la imagen que todos conocemos, un servidor ha querido hacerse una idea aproximada mediante retoque fotográfico.
Así que echando mano de mi amigo el Photoshop y fusionando un par de imágenes que se pueden encontrar fácilmente navegando por la red, he realizado un fotomontaje, que aunque no sea la leche, espero sirva para hacerse una idea xDD
No es que haya invertido el tiempo necesario en su creación (ojalá), y siendo uno quiquilloso se le pueden encontrar los fallos sin problemas..pero oye, la intención es lo que cuenta. Así que espero que os guste :)


*Hace años ya sonó la adaptación de la serie y por internet empezó a correr la imagen de Piccolo que he utilizado para el montaje. No se si sería un fake o llegó a ser material de pre-producción, pero a mi me ha venido de perlas :D


Saludos ;)

domingo, noviembre 11, 2007

"Stardust" el cuento de hadas prometido

Antes de adentrarnos en la crítica, vaya por delante que un servidor no ha leído la obra en la que se basa la película, con lo cual, y aunque esto no fuera así, mi opinión viene dada una y exclusivamente por las virtudes y defectos que la película tenga en sí misma.
Creo que es muy importante saber diferenciar un medio de otro y que para nada se muestran y expresan de igual forma, por lo que compararlos siempre resulta un tanto farragoso.
La fidelidad mayor o menor hacia una novela puede constituir una mejor o peor película, inclinándose tanto hacia un lado como hacia el otro, es decir, ya siendo más o menos fiel. No siempre la máxima fidelidad a la obra escrita asegura una buena película.


La cinta que nos ocupa se basa en la novela de Neil Gaiman que DC Comics publicó en 4 volúmenes allá por el 1997 a modo de cómic y que un año más tarde se editó en formato libro, pasando a ser una de las novelas más vendidas y mejor valoradas del año.
La película ha sido trasladada al cine de la mano del director Matthew Vaughn, siendo éste su segundo largometraje tras la recomendable “Layer Cake”.

La película nos cuenta la historia del inocente -y algo torpe- joven Tristan (Charlie Cox), que para conquistar el corazón de su amada Victoria (Sienna Miller), promete a ésta ir en busca de una estrella caída del cielo. Dicho cometido le llevará a cruzar los misteriosos muros que delimitan su pueblo y tras los que se esconde un mundo mágico que jamás llegó a imaginar (toma ya que bonito me ha quedado eso xD)
La primera sorpresa con la que Tristan topará, será comprobar como la citada estrella se ha convertido en una hermosa dama de nombre Yvaine (Claire Danes). Si esto ya supone una importante complicación, el hecho de que una malvada bruja (Michelle Pfeiffer) y un codicioso príncipe (Mark Strong) vayan también tras ella, no le facilitará nada las cosas.

En su camino, Tristan se cruzará con unicornios, piratas que surcan los cielos, decrépitas brujas, etc.


“Stardust” es, en lineas generales, un agradable y efectivo entretenimiento que hace disfrutar a los espectadores mostrándoles un mundo de fantasía cargado de aventuras, hechizos, amor, humor (muy inglés) e incluso una cierta y agradecida poesía, que en última instancia magnifica unos diálogos siempre cuidados e ingeniosos.
La película transcurre a buen ritmo desde que una voz en off nos introduce en la historia hasta que los títulos de crédito inundan la pantalla.
Los personajes se nos presentan uno por uno, tomándose el tiempo justo para que el espectador los identifique y categorice sin problemas, algo que resulta mucho más fácil teniendo en cuenta que son arquetipos de sobras conocidos (brujas, príncipes, valientes héroes, damiselas en peligro, fantasmas...)
En ese aspecto no es que la película ofrezca muchas novedades (tampoco se las pedíamos), pero consigue desarrollarse con soltura gracias a algunos giros inesperados -y esperados- en la trama y sobretodo al cúmulo de personajes que la inundan, todos importantes y claves para que cada uno de las piezas que conforman la historia encajen a la perfección en los minutos finales.

Otra gran baza de la película es sin duda su acertado reparto, que aúna estrellas consagradas como Robert De Niro o mi adorada musa Michell Pfeiffer, con actores más jóvenes pero no menos talentosos, como el protagonista Charlie Cox (visto en “Casanova”), que aporta al personaje ese toque honesto y amigable que hace que empatices fácilmente con él.
También hay un buen elenco de secundarios (Rick Gervais, Jason Flemyng) que ayudan a tejer bien el argumento.
Y como no, tampoco faltarán bellos rostros como los de Sienna Miller o Claire Danes, que serán las damas por los que nuestro héroe luchará (primero por una, luego por la otra)
E incluso tenemos la oportunidad de ver al veteranísimo Peter O'Toole, que siempre aporta calidad al producto, aunque en este caso su aparición sea más breve de lo deseado.

Profundizando un poco más en el elenco, decir que la espléndidamente hermosa Pfeiffer crea con facilidad y sin histrionismos -tan típicos de estos papeles- el personaje de la pérfida bruja Lamia como si lo hubiera interpretado otras muchas veces.
Lamia pretende apoderarse del corazón de la estrella para conseguir de nuevo la juventud, y a lo largo del film vemos su lado más málevolo y su lado más picarón. Ni que decir que Pfeiffer cumple sobradamente con el papel en todo momento.
Por su lado, De Niro, alejado cada vez más de esos papeles de duro mafiso, encarna a un caza rayos que instruirá a Tristan en el arte de la espada, para que así pueda batirse en duelo sin perecer en el intento. Su personaje oculta un secreto que por supuesto no desvelaré aquí, pero sí hay que decir que protagoniza uno de los momentos más hilarantes y bizarros de la película, y por consiguiente, de los más divertidos y por el cual ya merece pagar la entrada del cine.
Los que estén muy apegados al De Niro mafioso quizás lo encuentren ridículo, pero el que sepa apreciar las virtudes de un carismático actor como él, agradecerá que por una vez nos haga reír sin recurrir a la ya cansina y gastada autoparodia que tanto ha explotado en el ocaso de su carrera con olvidables productos como “Una terpia peligrosa” o “Showtime”.

Claire Danes - la estrella caída Yvaine-, nunca me ha gustado como actriz, encontrándola casi siempre demasiado sosa. Esta vez mejora bastante y se involucra con mayor habilidad que en otros papeles. Su intepretación pues, me parece correcta, aunque quizás hubiera preferido a otra actriz en su lugar.

Charlie Cox, como ya he dicho, se defiende muy bien afrontando el peso de su personaje, y el resto del reparto cumple cada uno con su cometido dentro de la función.


Tema a parte son los efectos especiales, que por una vez están al servicio de la historia y en ningún caso para ocultar las carencias de un superfluo guión (sirva como ejemplo de esto último, las secuelas de Piratas del Caribe o Transformers)
Visualmente no es que sean la repera, pero tienen ese toque mágico -nunca mejor dicho- que hace que se vean con agrado, aunque sin llegar a fascinar. También hay que reconocer que se usan puntualmente y cuando toca, y no de relleno como podría haber llegado a ocurrir.

La ambientación, como ya sucede en este tipo de películas, está lograda. Quizás lo que se eche de menos es una visión más atractiva de ese mundo mágico que está al otro lado del muro, que por lo general, no es que sea muy impresionante. Vamos, que salvo por algún castillo, guarida o barco volador, todo lo demás resulta bastante normalito, por decirlo de alguna manera. Eso sí, los paisajes son realmente bellos y es dificil no percatarse de ello.

Tampoco hay momento álgidos o cumbre en la película que se queden grabados a fuego en la memoria. No hay lugar para grandes duelos ni apoteósicas batallas, motivo por el cual muchos tildan la película de aburrida. Este no es mi caso, ya que creo que la acción es la que debe haber y que está dosificada con buen tino. Otra cosa es que algunos esperasen dragones, monstruos o batallas al estilo “El señor de los anillos” o similares. Y es que “Stardust” es un encantador cuento de hadas que engancha al espectador por su honestidad y por la facilidad con la que ofrece un buen entretenimiento jugando con elementos ya conocidos (y manidos)
Se nota pues, que el proyecto se ha abordado con afecto, lo que recuerda en cierta manera esas viejas producciones de antaño como “La princesa prometida” (con la que ya se le ha comparado), que con comedidas pretensiones pero mucha ilusión, se llevaban a buen puerto y aún hoy día permanecen en la memoria del espectador y del buen cinéfilo.
Claro que esta película cuenta además con un presupuesto más holgado (65 millones, para ser exactos) y un precedente en forma de novela que ya aseguran cierto éxito. Éxito que está cosechando entre el público y la crítica española, pero que no se ha visto reflejado en la taquilla estadounidense. Una lástima, la verdad.


Así pues, aquellos que gusteis del cine fantástico y esteis ya cansados de infatiloides producciones con niños repelentes como protagonistas, aparatosos efectos especiales y basados en best sellers de cuyo autor no habeis oído hablar en la vida, quizás encontreis en “Stardust” la reconciliación con el género.
Por lo menos ese ha sido mi caso.

Una encantadora película con la que disfrutar en familia, con los amigos o la pareja (o sólo, si así se tercia), repleta de buenos sentimientos y un humor, en mayor medida, políticamente correcto.

Lo mejor: Michelle Pfeiffer como la malvada bruja; la impagable secuencia de De Niro; la sencillez y efectividad del producto; que sus 130 minutos no se hagan pesados y resulten siempre amenos.

Lo peor: Su injusto fracaso en EE.UU.; algunas momentos cogidos un poco con pinzas (como la aparición del unicornio)


Valoración personal: Buena

martes, octubre 30, 2007

Oingo Boingo - “Weird Science”

Lo sé, lo sé, he dejado el blog un poco abandonado. La verdad es que apenas tengo tiempo libre para dedicarlo a dejar mis escritos.

Pero ya estoy aquí, y esta vez no traigo una crítica, si no un post especial :)

Como algunos ya sabreis, colaboro en un destacado blog de cine de la red (TuBlogdeCine), posteando las críticas de aquellos futuros estrenos que tengo la oportunidad de ver en pases de prensa (y que un día después, publico en este mi blog)
Dado que ahora me es imposible acudir a los citados pases, y por no limitar mi aportación exclusivamente a las críticas, un servidor se hará cargo de alguna que otra sección del citado blog.
Una de las secciones de la que me he hecho cargo es la de "Canciones de cine", en la que se hace un repaso a aquellos singles que han aparecido en la banda sonora original de alguna película, y que por un motivo u otro, nos traen gratos recuerdos.

Estos posts los publicaré simultaneamente aquí en mi blog. De esta manera, mato dos pájaros de un tiro, y así evito que a mi propio blog le empiezan a salir telarañas xDD

Intentaré en la medida de lo posible, actualizar el blog con los contenidos habituales (críticas, básicamente).

Una vez hecha la explicación, aquí os dejo el tema que he rescatado esta semana.
Disfrutadlo ;)

Oingo Boingo - “Weird Science”


La canción fue compuesta expresamente para la película de mismo título “Weird Science”, dirigida y escrita (en dos días!!) por el especialista en comedias juveniles John Hugues, artífice -entre otros títulos- de “El club de los cinco” (una de mis películas favoritas), “Dieciseis velas”, con la omnipresente por aquella época, Molly Ringwald (estrella teen por excelencia) o “Todo en un día”, protagonizada por el insoportable e incompetente Matthew Broderick (lo siento, pero es que le tengo mucha tírria..)

En España la película fue bautizada con el resultón título de “La mujer explosiva”, una clara medida/artimaña para atraer al hormonal público adolescente de aquel entonces a las salas de cine (y vaya si funcionó!)

En aquellos tiempos, las comedias juveniles gozaban de muy buena salud, más cuando éstas mezclaban la comedia con lo fantástico, conviertiéndose así en agradables y taquilleros productos comerciales. Buena prueba de ello son películas como “Teen Wolf/De pelo en pecho”, “Regreso al futuro” (ambas con Michael J.Fox a la cabeza) o inclusive “Una pandilla alucinante/The monster Squad”, entre muchas otras.

La película en cuestión se inspiraba claramente y sin ocultarlo -más bien todo lo contrario- en la novela de Frankenstein, haciendo a su vez, claras alusiones a las adaptaciones al cine de la obra de Mary Shelley.
Hugues hizo los cambios pertinentes para actualizar el tema y adaptarlo al público más joven, sustituyendo así al loco y endiosado Dr. Franskenstein, por dos jóvenes pardillos que incapaces de comerse un rosco y gozar de popularidad en el instituto, deciden crear con su ordenador (un Apple Lisa, de ahí el nombre de su creación: Lisa) la mujer perfecta que cumpla con todos sus deseos (imaginaos cuales serían esos deseos...)

Jugando con recortes de revista y un escaner, Gary y Wiatt (que así se llaman los jovenzuelos) crean a su mujer de perfectas medidas y bello rostro.
La casualidad, el destino o la mayor potra de sus insulsas vidas, hace que un relámpago aterrice en su casa y convierta esa mujer en una realidad palpable. Resultado: Una tremendamente exhuberante Kelly LeBrock que ya nos enloqueció un año antes en “La mujer de rojo”, mucho más agradable a la vista que el monstruo de Frankenstein y a la que no le sobraba ni le faltaba ni una sola pieza (quien te ha visto y quien te ve!)

La bautizada Lisa, no sólo era todo un bombón, sinó que además de ser inteligente, poseía extraños poderes, lo que propiciaba surrealistas y muy cómicas situaciones a lo largo del film.
Destacar aquí la presencia del versátil y carismático Bill Paxton (¿ande andará ahora?), haciendo uno papel impagable, siendo su personaje, objetivo directo de los hechizos de Lisa.


Hablando un poco del grupo, decir que “Oingo Boingo” (banda rock/new wave) se dieron a conocer realizando contribuciones para bandas sonoras de diversas películas, además de ofrecer extravagantes conciertos siempre en la víspera de Halloween.
El grupo estaba liderado por nada más y nada menos que Danny Elfman!, tomando el relevo que dejó su hermano Richard Elfman, cuando esté decidió centrarse en la profesión de director de cine.

La banda editó bastantes álbumes, entre los que destaca “Dead Man's Chest” (1985), con el que se dieron a conocer al gran público (sin pasar por la dichosa MTV) y que incluía el tema “Weird Science” del post y el “Just Another Day”, dos de sus singles más famosos y recordados.

Su carrera musical se prolongó hasta 1995, año en el que el grupo se disolvió (cosas de la vida)

El citado album hizo que el Maestro Tim Burton conociera al sr. Elfman, y como ya todos sabreis , éste último se convirtió en el compositor oficial de casi toda la filmografía de este fantástico director, creando partituras que daban vida y envoltura a films como “Beetlejuice”, “Batman”, “Eduardo Manostijeras” o “Pesadilla antes de Navidad”, ésta última, su obra mejor valorada y más apreciaba.

Elfman consiguió, en solitario, labrarse una formidable carrera como compositor, no sólo poniendo música a una gran cantidad de películas (no exclusivamente de Burton, aunque sí a menudo moviéndose en el género fantástico), sinó que además compuso temas para series de televisión como “Los Simpson” o “Historias de la Cripta”.

El tema que realizó con Oingo Boingo, “Weird Science” -cuya traducción sería algo así como “Extraña ciencia”-, sirvió también para el opening de esa especie de secuela/remake que se hizo de la película, en formato de serie televisiva y que aquí en España se tituló como “La chica explosiva”, con una Vanessa Angel no menos tremenda que la LeBrock de antaño (aunque no tan guapa, a mí gusto)

Como ya es habitual, aquí teneis el videoclip del tema en cuestión.
Y sí, ese pelirrojo que pone cara de zumbado es Danny Elfman.

Espero que este single os haya traído tantos recuerdos como a mí al rescatarlo.


Saludos y hasta la próxima entrega, que ya adelanto que también tendrá sabor ochentero.

miércoles, octubre 10, 2007

“Alatriste” un triste y soporífero “corta y pega”

Si hace unos días alababa una película española, hoy voy a hacer exactamente lo contrario. Esta vez le ha tocado el turno a la otra cara de la moneda de nuestro cine español, y sin duda alguna, la que más veces se nos muestra (por desgracia).

Y es que después de haber desperdiciado casi tres horas de mi vida (y que jamás volveré a recuperar), la única venganza que me queda es despacharme a gusto con esta infumable porquería que nos quisieron endosar por película, cuando no es más que un compendio de escenas embutidas en forma de exteno y costoso trailer.

¿Porqué se me ocurriría a mí darle ahora una oportunidad, si no lo hice en su momento? Aixx... iluso de mí.


Como ya cito en el título del post, esto es un “corta y pega” sin sentido. Y es que aglutinar una saga literaria de 5 libros en una sola película es, directamente, un suicidio. Las tramas y subtramas que componen la “epopeya” del personaje principal -el Alatriste que da título al film- están metidas a la fuerza, intentando dar cabida a una multitud de personajes de los que al final poco sabemos y poco nos importan.
Las subtramas que se van colando a lo largo del film entorpecen el desarrollo del argumento principal (eso si es que alguien es capaz de encontrarlo entre tanta macedonia, o mejor dicho, potaje).

Los personajes vienen y van e incluso los que acompañan al protagonista, que no sabemos muy bien quienes son ni como se conocieron, están ahí cuando se supone que toca, y desparacen cuando intuimos que ya no es necesaria su presencia. Y es que de qué se conocen Alatriste y Quevedo? Pues ni idea, pero ahí están, compartiendo charlas y frases rimbombantes dignas de la mejor prosa castellana, pero aburridas y artificales para una película que se basa principalmente en diálagos carentes de interés. Quizás haya que leerse la obra escrita para entender algo de lo que ocurre en esta “película”, ¿pues cuales son las motivaciones de los personajes?, ¿por qué conspiran unos y se traicionan otros?

Y es que hay tantos porqués en la película, y tan aburrido es todo, que poco nos importa, más el saber cuantos minutos quedan para que termine semejante tortura.


Los años pasan y las escenas se suceden como si al montador de la película le hubieran dado un cofre con las susodichas y un orden con el que juntarlas. Escenas de 30 segundos (un hola y un adiós o tan sólo un primer plano de algo) que se intercalan con otras excesivamente largas (la de la obra de teatro, por ejemplo) y que pretenden explicarnos una historia a base de retales. Pedacitos de hechos históricos y ciertos acontecimientos que, se supone, deben guiarnos hacia un fín, pero que nunca sabemos cual es.
¿Hacia dónde se quiere llegar? ¿Porque sucede esto ahora y luego eso otro? Por qué es de día ahora, y en medio minuto ya es de noche y así repetidas veces en un tiempo récord? ¿Por qué ahora brilla el sol, ahora nieva y ahora vuelve a brillar el sol, si tan sólo han pasado 10 minutos de metraje? Parece que cada media hora que pasa nos hayan contado un libro entero zampándose más la mitad de las páginas.

No hubiese sido mejor hacer una trilogía? Sí, ya sé que no se estila mucho en nuestro país, pero desde luego habría sido mejor que esto. O mejor aún, una lujosa miniserie, que para eso si que hay mayor predisposición.
Pero no. Tenían que contarnos todas y cada una de las batallitas de golpe y porrón, saturando al espectador con demasiada información y que encima nunca queda demasiado clara. Incluso citan a pintores de la época cuando uno menos se lo espera, quizás pretendiendo darnos una innecesaria clase de historia.


Y es que se supone que “Alatriste” es una película de aventuras, y la verdad es que de eso poco hay. Las pocas batallas que se suceden están rodadas de forma torpe, sin garra, sin brio ni emoción. Yanez (el director) es incapaz de darle espectacularidad a dichas escenas.
Los duelos y peleas a espadas son repetitivos e insulsos. Un servidor ha visto coreografias de “Xena, la princesa guerrarera” muchos más atractivas y elaboradas que estas. Hasta la reciente (y funesta) “La última legión” gana por goleada en todos los sentidos a esta mediocre imitación de cine de aventuras.

En su favor tiene que no se note el cartón piedra de los decorados, lo cual ya sería el colmo. Claro que a falta de recursos, algunas veces se opta por poner una espesa neblina que envuelva al barco de turno, y así uno se ahorra filmar en exteriores (o llenar un estudio de agua, que para el caso, debe ser igual de molesto y costoso)

Pero no solo en las escenas de acción Yanes demuestra su torpeza y lo grande que le viene el proyecto. Además, la carencia de ritmo de la que hace gala la película, convierta su visionado en algo sumamente tedioso, por lo que si uno pretende contar una historia en dos horas y media, por lo menos que tenga la delicadeza de darle ritmillo al asunto, intercalando acción y escenas de diálogo con más gracia y sobretodo profundizando en los personajes, que con tantos minutos por delante, ya tiene delito no molestarse ni en hacer eso.
El único personaje que está algo más definido es Alatriste, y no porque sepamos mucho de su vida, sinó porque es el que aparece más en la película. Aprovechando que una estrella de fuera ha tenido la decencia de prestarse a tal disparate, el director no duda en sacarle cuantos más planos mejor, y a poder ser, con alguna pose molona y una mirada penetrante que dejen al espectador con ganas de que llegue el Carnaval para poder emular al héroe, ataviados con el pertinente disfraz.

Claro que peor son las supuestas relaciones amorosas que viven los personajes, y digo supuestas porque la emotividad y la química entre los actores brilla por su ausencia. Pero intentado forzar eso, Yanes se jacta metiendo más escenas que pretendan explicar y desarrollar dichas relaciones, pero que a uno se le antonjan metidas con calzador.

El personaje de Iñigo (Unax Ugalde) se encuentra un par de veces con Angélica de Alquézar (Elena Anaya), cuando ambos son unos jovenzuelos. Años más tarde se reencuentran y se aman como si esto fuera “Love Story”. Y uno se pregunta ¿cuando surge todo ese amor?
El amor de Alatriste y su amada lo damos por sabido, ya que se supone que se conocían con anterioridad, por lo que ahí Yanes ya puede pasar olímpicamente de contarnos nada, pues con un par de escenas de cama, la infidelidad de turno y la inevitable reconciliación le bastan para contarnos una historia de amor por la que no sentimos ningún tipo de empatía.
Tan dificil era hacer que algo en esta película consiguiera emocionarnos? Pues parece que sí.


En el plano actoral, debo hacer incapié en la lamentable dicción en el habla de Viggo Mortensen, lo cual dificulta y mucho el creerse al personaje. Su interpretación es forzada y solo se aguanta por su presencia física, que como es habitual llena la pantalla. Una verdadera lástima pagar a un excelente actor extranjero para hacerse pasar por español de pura cepa. No cuela ni de coña, por mucho que el amigo Mortensen se esfuerce (y no dudo que se ha esforzado)

Reprimendas también para el siempre desechable Eduardo Noriega, que ni con mostacho postizo consigue disimular su inexpresividad y falta de entonación en las frases. De cerca le sigue Unax Ugalde, cuyo rostro no cambia en toda la película, pase lo que pase.
Elena Anaya no resulta creíble en su papel, siendo incapaz de dotar al personaje de ese halo misterioso y a la vez seductor que bien se merecía. Eso sí, nos regala un desnudo gratuito que un servidor siempre sabe agradecer.
Tampoco Ariadna Gil da la profundidad que merece la amada de Alatriste.
Y lo que debería ser un imponente y cruel Inquisidor, queda convertido en una blanda y ridícula Blanca Portillo travestida que se hecha cuatro frases y poco más. Portillo es una buena actriz y debieran haberle dado otro personaje y no ese, pues yo sigo viendo a una mujer haciendo de hombre, por mal que le pese a ella.

Pero no todo es malo, pues ahí está Juan Echanove componiendo un estimable Quevedo, demostrando una vez más su veteranía y sus buenas aptitudes. También Eduard Fernandez resulta convincente, pues no se me courre mejor y fiel compañero de aventuras para el valiente Alatriste. Hasta un histriónico y un tanto exagerado Javier Cámara, logra captar la esencia de su personaje.

Por cierto, ¿qué pintaba ahí Pilar López de Ayala? ¿Otorgar notoriedad al ilustre reparto? Porque para lo que sale, bien podrían haber escogido a una actriz desconocida.
Por suerte, siempre nos quedará su Juana La loca para recordarla como se merece.


Y ya para terminar, descatar la buena labor de fotografía y vestuario, y la adecuada banda sonora del siempre eficiente Roque Baños, que si bien se le puede tachar de ser muy poco innovador, por lo menos es de los que mejor cumple con su trabajo, algo que no se puede decir del director, que para más inri, también firma el guión (suponiendo que lo hubiese)


En definitiva, una insensatez. Una película que ni es de aventuras ni es nada. Ni emociona ni entretiene, porque aburre soberamente, conviertiendo así 140 minutos en una tortura de la que solo agradezco no haber pagado ni un solo euro.
Mala hasta decir basta.
Si para innovar en nuestro cine debemos tragarnos semejante estiercol, casi prefiero que se sigan haciendo las películas de siempre (denuncia social, guerra y postguerra, comedias casposas...), que por lo menos saldrán más baratas y no lamentaremos que parte de nuestros impuestos se desperdicien en este tipo de pretenciosas burradas (24 millones!!!Agrrh!!)

Gracias a Dios que ví “El Orfanato” y el buen sabor de boca aún me dura, sino hubiera demandado a Agustín Diaz Yanes por daños y perjuicios xD


Lo mejor: el vestuario, la fotografía y en conjunto, la conseguida atmósfera.

Lo peor: Todo lo demás.

Valoración personal: Mala

miércoles, octubre 03, 2007

"El Orfanato" un mal oculto

Como todos sabreis ya, “El Orfanato” es la película elegida para representar a España en la próxima edición de los Oscars en la categoría de mejor película de habla no inglesa. Sin embargo, no será hasta Enero del próximo año cuando realmente se nos confirme como una de las candidatas para competir en dicha categoria (cruzemos los dedos)
Lo más tranquilizador, por el momento, es su más que buen recimiento en el Festival de Cannes, donde fue aplaudida efusivamente por los asistentes. Pero no será hasta finales de este mes cuando el público español pueda comprobar con sus propios ojos si tantos elogios son merecidos o se trata de pura y desmedida exaltación (no sería la primera vez).
Aquí un servidor, que ha tenido el lujo de verla en un pase de prensa (lo sé, la envidia os corroe) puede decir, desde su humilde opinión, que dicha película merece todos y cada uno de esos aplausos.

Aún sin haber visto las otras candidatas barajadas para representar a España -y con el riesgo que supone dictaminar sin conocimiento de causa- debo decir que teniendo en cuenta que una estaba ahí por dirigirla quien la dirigue (como siempre) y la otra trataba sobre el ya cansino tema de la postguerra (o guerra, tanto da), la elección de la cinta de Juan Antonio Bayona es acertadísima. Una cinta que, pese a formar parte del género de terror/thriller, se encumbra como una película realmentre escalofriante a la par que emotiva.


Pero vayamos por partes, que sino me iré por las ramas.
La sinopsis seguramente os la sepais de memoria, pero nunca esta de más hacer un breve repaso.

Laura (Belén Rueda) se traslada junto a su esposo (Fernando Cayo) e hijo pequeño (Roger Príncep) al orfanato en el que creció de niña, con la intención de hacer de él una residencia para niños discapacitados.
A su llegada, su hijo empieza a dejar volar su imaginación y le cuenta a su madre los nuevos amigos invisibles que está haciendo. Lo que Laura se toma como algo normal en un niño aburrido e ingenuo, pronto se convierte en algo mucho más inquietante.
No tardarán en sucederse extraños acontecimientos relacionados con esos “nuevos amigos”, hasta tal punto que la vida de Laura dará un vuelco totalmente inesperado. Y lo que seguirá, será mucho peor...


Dicho así, suena a la típica película de fantasmas, con lugar encantado y familia sufriendo mucho, mucho. Pues bien, no es que aporte nada nuevo al género (¿o sí?), pero sí se consigue utilizar un argumento trillado para convertirlo en un relato sumamente estremecedor.


Al inicio, el suspense está depositado con cuentagotas para, posteriormente, ir impregnándose en cada fotograma a medida que la trama avanza. De esta manera, consigue que llegados a cierta punto del film, la angustia y el desconsuelo se apoderen férreamente del espectador. Es tanta esa angustia, que yo mismo deseaba que todo acabara lo antes posible para dejar de sufrir y aclarar el misterio de una vez por todas. Y es que no hay duda que la catarsis con el espectador se produce de inmediato y sin poder uno evitarlo. Quizás también, porque parte de lo que se nos cuenta, coincide con sucesos que desgraciadamente ocurren en la vida real (no digo más, para no chafaros nada)

La cuestión es que el ritmo pausado del film (no apto para los que se aburren con facilidad) y sus saltos en el tiempo permiten que vayamos viendo cómo los personajes principales van desarrollándose y cómo van afrontando todo lo que se les echa encima. Eso, por un lado permite que entendamos (y aprobemos) todas y cada de sus acciones/reacciones; y por otra lado, logra que empaticemos con ellos, lo cual es altamente necesario para seguir con interés la película. Aquí nada de modelos de Calvin Klein con encefalograma plano corriendo y gritando, nada de litros de sangre esparcidos por la moqueta, ni charcutería del todo a 100. Aquí lo que importa es que conectemos con los protagonistas, que suframos con ellos y por ellos. Y tanto actores como director, consiguen que eso sea una realidad. Vamos, que la tensión está segurada, así que iros dejando las uñas largas para tener algo que morder ese día.


Pero todo esto no podría funcionar sin un guión sólido como el que uno se encuentra en esta película. Un guión firmado por Sergio G. Sánchez , que no deja ningún cabo sin atar y al que yo personalmente no le he encontrado fisuras de ningún tipo. Además, consigue crear una perfecta mezcla entre el terror y el drama, sin que ninguno de los dos géneros esté por encima del otro, sino más bien compenetrándose para ofrecernos una histora muy emocional con logrados momentos de puro suspense (a mi se me ha puesto la carne de gallina en algunos momentos)

Ese suspense del que os hablo no recurre en ningún momento a los efectismos baratos que tanto abusan otros títulos. La música acompaña, sin entorpecer, y apareciendo cuando toca. Los efectos sonoros no se utilizan para provocar sustos. Si hay que asustarse, que sea por lo que vemos y no porque nos revienten los tímpanos con el Dolby Surround.

La atmósfera está realmente lograda, pero Bayona tiene la delicadeza de no recrease en exceso en ella, haciéndola así partícipe del relato, al igual que el propio orfanato, que se erige como un secundario más, y no el centro de nuestras miradas.
Escenas al aire libre, planos generales, juegos de clarobscuros pero nunca sin perder la visiblidad, cuidados títulos de crédito, elegante trabajo de fotografía, total ausencia de Parkinson en el cámara (gracias a Dios)...pequeñeces que en conjunto, hacen de esta película una de las mejores muestras de terror patrio de...los últimos años? ¿la última década?

Una película que nada tiene que envidiar las producciones que se hacen al otro lado del charco
, y mucho menos de lo último que nos llega.


Mención a parte merece el reparto. Y he aquí que llegados a este punto, no debo sino quitarme el sombrero ante Belén Rueda y su logradísima interpretación. Un papelón, señores, un papelón. Sus miradas, sus gestos y su rostro consiguen trasmitirte todas sus emociones: su pena, su angustia, su furia y un largo etcéra de sentimientos que la actriz logra captar y mostrar con suma naturalidad.
Dan ganas de pegar un salto de la butaca, zambullirse en la pantalla y ayudarla, abrazarla o apoyarla en su lucha interior y contra lo desconocido.

Fernando Cayo logra también una creíble interpretación, siendo el suyo uno de los personajes más escépticos ante todo lo que acontece, aunque no por ello deba causarnos antipatía (nada más lejos de la realidad)

Hasta el pequeño Roger Príncep, consigue que no nos dé ganas de estrangularlo a las primeras de cambio, algo que a mi me pasa con casi todo los niños que salen en las películas, sobretodo si son de terror. Su actuación no se vé forzada ni desentona con el resto (algo que si ocurría con el nefasto niño prota de “El espinazo del diablo”, dirigida por Guillermo Del Toro; aquí ejerciendo de productor)

Y por último, destacar la breve aparición de Géraldine Chaplin, cuyo papel le sienta como un guante; y también la soprendente Montserrat Carulla, una actriz catalana de rostro amigable que aquí, con su caracterización e interpretación, consigue dar mal rollo.
Si acaso, el punto flojo del reparto lo encuentro en Mabel Rivera, que la percibo un poco forzada como psicóloga de la policía. Pero al fin y al cabo, un mal menor.


En resumidas cuentas, estamos ante una estupendo drama sobrenatural, cargado de acertado y sútil suspense y de sentimiento, mucho sentimiento (sin caer en la ñoñería barata y facilona). Sin ir más lejos, sus últimos 20 minutos se me antojan formidables, con un final evocador, aunque quizás no del gusto de todos los presentes.
Contadas veces hago uso de la palabra que escribiré a continuación, y mucho menos con una película española (por no decir nunca), pero debo admitir que he presenciado un PE-LI-CU-LÓN. Y eso lo escribe un tipo que no es precisamente un fiel devoto del cine español.

De todas formas, lo que al final importa es la opinión de cada uno, la que uno mismo tenga es la que verdaderamente cuenta. Así que pronto tendreis la oportunidad de juzgar vosotros mismos si la película merece o no ir a los Oscars y sí por consiguiente, se merece una dorada estatuilla (yo creo que mucho más que la, para mí, sobrevalorada “El laberinto del Fauno”)
Mi humilde y desinteresado consejo es que si podéis, no es la perdáis.

Felicidades Bayona. Chapeau!

Lo mejor: Belén Rueda; la perfecta mezcla entre drama y terror; el logrado suspense libre de efectismos.

Lo peor: Que al fin y al cabo, la base argumental sea tan trillada (lugar encantado, fantasmas, crímenes del pasado... lo de siempre)

Valoración personal: Muy buena

jueves, septiembre 20, 2007

"Disturbia" ¿problemas con el vecino?

Una de las sopresas de lo que llevamos de año en EE.UU. -en lo que a taquilla se refiere- ha sido, sin lugar a dudas, la película que nos ocupa. En sus tres primeras semanas de exhibición al gran público, consiguió mantenerse en el puesto número uno, ya fuese por sus propias virtudes, por la floja competencia de estrenos o por sus descaradas similitudes con el clásico del maestro Hitchcock “La Ventana Indiscreta”, y por consiguiente, la curiosidad de saber si se trataba de una mala copia más o no.


Pronto aterrizará en nuestras pantallas, así que podreis juzgar por vosotros mismos cual es el motivo de su inusitado éxito. Por mi parte, solamente puedo exponer mi humilde opinión, que espero sirva, por lo menos (no pretendo más), para hacerse una idea de lo que la cinta de DJ. Caruso nos ofrece, y no tanto el condicionar la predisposición del posible futuro espectador.


Lo primero que uno debe tratar de evitar a la hora de disponerse a ver la película, y posteriomente, juzgarla, son las obvias comparaciones que suscita para con la obra del rey del suspense. Primeramente porque, analizándola desde la comparativa, “Disturbia” pierde por goleada, con lo que haciendo eso, posiblemente uno ya se prive de poder disfrutarla. Y en segundo lugar, porque la película de Caruso no es tanto un remake, sino una actualización adolescente de sus fundadas bases, pasadas esta vez, por la vía fácil y puramente comercial del producto. Con ello no digo que esta película no deje ser una copia descarada de “La ventana indiscreta”, pero holga decir que tampoco pretende equipararse a ella.


En este caso, el protagonista de la película es el joven Kale (Shia LaBeouf), un adolescente normal y corriente, cuya apacible vida queda truncada tras la fatídica muerte de su padre en un accidente de tráfico. Las consecuencias instantáneas de ese hecho se hacen notar en el cambio radical de la personalidad de Kale, quien, sintiéndose en parte responsable del trágico suceso, se encierra en sí mismo, conviertiéndose en una persona más bien tímida y solitaria.


Kale, tras asestarle un puñetazo a un insensato profesor, es condenado a 3 meses de arresto domiciliario, confinado así entre las asfixiantes paredes de su casa, intentando matar el tiempo a base de videojuegos y tele por cable. Pero toda esa monótona rutina diaria cambiará con la llegada de unos nuevos vecinos al barrio, cuya atractiva hija propiciará los inicios voyeuristas de nuestro prota.


Pero no sólo la vecinita de al lado será objeto de observación, sinó también el resto de sus vecinos, entre los que se incluye el sr. Turner, cuyo extraño comportamiento inquieta a Kale, hasta el punto de sospechar que se trata de un asesino en serie buscado por la policía.


Será a partir de ahí cuando lo que empezó como un simple entretenimiento, se convierta en un adictivo juego para el que posiblemente Kale no esté preparado. Un juego que a medida que avance la trama, se volverá más peligroso. Tanto, que dejará de ser un juego para convertirse en una auténtica pesadilla.


La premisa, si bien no es nada original, por lo menos si resulta interesante. El comienzo, idílico y tópico en sus minutos iniciales, contiene ya una de las secuencias más impactantes de la película. A su vez, constituye también uno de los momentos más dramáticos de la historia. Me estoy refiriéndo, obviamente, al punto de inflexión que cambiará la vida de Kale: la muerte de su padre.


Todo lo que sigue es la adaptación de Kale en su encierro en casa: como pasa el tiempo, como empieza a espiar a sus vecinos y a conocer sus costumbres, rutinas y secretos; como empiezan a aflorar sentimientos -no sólo sexuales- hacia su vecina; y como empieza a obsesionarse con su, en apariencia, sosegado vecino, el sr. Turner.


En mayor medida, podemos considerar la mayor parte de la película como una comedieta adolescente, con las típicas obsesiones de los jovenzuelos de hoy día (haciendo mención, cuanto más mejor, sobre el patrimonio de éstos, tal como una Xbox, I-Tunes o YouTube), mezclando ciertos tintes de suspense (con sus falsos y casi innecesarios sustos), con ese toque de humor juvenil y algunos diálogos, por momentos, superficiales.

Por todo ello podríamos decir, sin temor a equivocarnos, que “Disturbia” es un producto encarado directamente al público más joven, aunque no por ello deba espantar al resto. Trata pues, por todos los medios, que el espectador se sienta, de un modo u otro, identificado con el protagonista y sus amigos. Y es que las películas para adolescentes no siempre tienen que ser las American Pie de turno y sus sucedáneos; ni estos tienen porque ser siempre retratados como unos yonkis con las hormonas disparadas (que haberlos, haylos, por supuesto)


Así pues, el director labra el camino desarrollando las relaciones interpersonales entre los protagonistas (unas más que otras) para, posteriormente, llegar al clímax final del film. Desgraciadamente, la mayoría de los personajes se definen por unos cánones ya preestablecidos, sin mayor profundidad que esa, encontrando así al amigo rarete y gracioso, la vecina maciza, la madre trabajadora pero incapaz de conectar con su hijo (siendo el personaje más flojo y desaprovechado), etc.


Kale, interpretado por un más que convincente LaBeouf, es el personaje más elaborado, consiguiendo la empatía del espectador nada más empezar la función. Es además, quien soporta todo el peso de la película, lo cual tampoco es fácil teniendo en cuenta los pocos espacios en los que se desarrolla ésta.

Su enemigo en este caso, es el misterioso Turner, interpretado modestamente por el versátil David Morse, cuyas apariciones en escena son más bien puntuales pero cargadas de un siempre agradecido y constante desasosiego.

En cierto modo, podriamos incluso decir que ambos personajes comparten ciertos rasgos de personalidad, como pueden ser su timidez, la soledad que los envuelve, sus reservas sociales...


Y poco más que decir para no destriparos nada, aunque tampoco podría desbelar demasiado teniendo en cuenta lo predecible que resulta todo, o casi todo, aunque, y eso sí es muy de agradecer, esté libre de giros finales absurdos y sin venir a cuento, como ya vienen siendo habituales en los thrillers de última generación. Vamos, que por una vez, no toman al espectador por tonto ni se mofan de él.


En resumidas cuentas, un correcto thriller juvenil, de buena factura, pasables interpretaciones (destacando no obstante, la buena labor de LaBeouf, y en última instancia, la de Morse) al que se le pueda achacar el dejar todo la acción para el final, pero que seguramente contará con el favor de los que aún se encuentran en la edad de pavo. Humor, un poquito de intriga e incertidumbre y música modernilla y comercial (salvo algún que otro tema) para poco más de 100 minutos de sencillo y convencional entretenimiento.


¿Será realmente el vecino de Kale un asesino en serie? O será todo producto de su desbordante imaginación y de su aburrimiento?

Si quereis saberlo, la respuesta en vuestro cine más cercano a partir del 21 de septiembre.



Lo mejor: Shia LaBeouf; los últimos 15 minutos.

Lo peor: que toda la acción se deje para el final; que el suspense nunca llegue a atraparnos del todo; los tópicos personajes.


Valoración personal: Correcta

jueves, septiembre 13, 2007

“Los ojos del mal” reformas sangrientas

La película que nos ocupa es ni más ni menos que la típica terror-teen americana, totalmente predecible de cabo a rabo, con un serial-kyller muy feo y muy malo (esta vez, además es muy grande), y con unos jóvenes guapos/as con las hormonas disparadas.

Sabiendo esto, el hecho de que esta película guste o no dependerá en gran parte de la indulgencia de la que disponga el espectador.

“Los ojos del mal”, traducción libre -para variar- de “See No Evil” trata sobre un grupo mixto de jóvenes de un correccional que son enviados a un destartalado hotel con el objetivo de trabajar en su restauración, y ya de paso reformarse un poco y aprender valores tan importantes como el trabajo en equipo, la recompensa por el esfuerzo y ese tipo de cosas que se supone, hará de ellos unos buenos mozos. Sin embargo, cual será su sorpresa que el hotel tiene un inquilino con muy malas pulgas que convertirá su estancia en toda una odisea por la supervivencia.
Y hasta que puedo escribir.

La película cuenta con un inicio bastante intrigante y a priori, prometedor. Desgraciamente, pasados esos primeros minutos, lo que sigue es básicamente lo mismo de siempre, que tantas y tantas veces hemos visto ya en otras cinta del género.

El primer gran error del film nos lo encontramos de cara, intentado hacernos creer que un grupo de chicos y chicas que parecen salidos de un anuncio de Tommy Hilfiger son jóvenes reclusos de un correccional. Que una cosa es que uno tenga imaginación, y la otra es que deba dar por hecho algo tan falto de credibilidad.
Así que la idea de los presos, que por lo menos resultaba agradecida, se hecha por los suelos al primer minuto, ya que poco importa de dónde vengan, cuando lo interesante es a dónde van y cómo van a ir muriendo. Y es eso último lo más atractivo de la cinta y uno de los pocos motivos, sinó el único, por el que uno sigue viéndola.

En este caso, el asesino de turno es un tipo enorme y desquiciado que irá a por cada uno de los jóvenes, hasta acabar con todos. Como ya es habitual, el “cazador” tiene una fuerza sobrehumana, no atiende a razones y además posee una resistencia a los golpes digna de Superman. Uno ya puede pegarle un achazo en la pierna, que el tipo no va ni a cojear.

Otro dato curioso que estropea bastante la trama, es que tan sólo sean dos policías los que custodien a tantos jóvenes. Resulta sorprendente la facilidad con la que estos últimos roban a los maderos desde tabaco hasta móviles. Por lo que uno supone que entra tantos que son, reducir a una mujer madura y un hombre manco, no debería ser tan dificil y menos cuando por regla general, en toda película de terror que se precie, estos maderos suelen ser bastante patanes (algo que luego se demostrará)

Pero bueno, que puede esperar uno de un grupo de chiquillos cuyos únicos propósitos en la vida son drogarse y echar una canita al aire. Y es que para variar, los personajes están estereotipados hasta la médula, por lo que damos gracias a Dios que Dark (?¿?), su director, no se entretenga mucho en las presentaciones y vaya directo el meollo de la cuestión.
Así pues, no hay que esperar demasiado para empezar a ver gore del bueno y algún que otro desnudo integral más o menos gratuito que obviamente no podía faltar, y menos viniendo de un director curtido en el mundo del porno (o eso es lo que dice su ficha)

Otro tanto que se marca el director es la conseguida atmósfera, perturbadora y malsana. No hay duda que un viejo y mugriente hotel se antoja como un perfecto escenario en el que ofrecernos un buen festín de sangre y visceras.
Lástima eso sí, que proviniendo también del mundo del videoclip (ha dirigido videos para Britneys Spears -arrggh!!- y para un montón de raperos -arggh!!-), le dé por realizar rocambolescos movimientos de cámara que, para un video musical deben ser la releche, pero para una película de terror resultan bastante molestos y cansinos. Así que más que traducirla como “Los ojos del mal”, hubiera sido mejor bautizarla como “Mal de ojos”, que es lo que provoca ese efecto alucinógeno. Aunque bueno, pensándolo bien, mejor eso que los cámaras con Parkinson que hoy en día frecuentan los estudios de cine.

Como ya digo, lo mejor de todo son algunas de las muertes que se suceden y la imponente presencia del asesino en serie. Resulta que quién interpreta a la mole es un luchador de lucha libre americana, lo cual se supone que debería ser un reclamo. Esta claro que en un país como España, donde triunfan Gran Hermanos y Salsa Rosas, ese reclamo va a ser minúsculo. Y tampoco es que en los USA haya funcionado mejor.
No obstante, quisiera romper una flecha en favor de este hombre, pues cumple a la perfección con su rol. El tipo no habla (sólo unas palabras hacia el final), sabe matar y su aspecto rezuma terror por todas partes, que es lo que uno le pide a un psycho-killer en condiciones. No va a pasar a los anales de la historia como lo hicieron Jason Vorhees, Michael Myers o Leatherface, pero por lo menos no lleva puesta una máscara que le cubra el rostro y acongoja igual o más. Además, al lado de las mediocres interpretaciones del resto del elenco, la suya es digna de un Oscar.

En resumen, una película de terror prefabricada, de esas que tanto abundan en los videoclubs. Lo mejor que se puede decir de ella es que no aburre en ningún momento, suplantando el inexistente suspense por un gratificante gore y por una atmósfera bastante lograda.

Si sois poco exigentes y os va el gore y los chicos y chicas de calendario, esta es sin duda, vuestra película. Si por el contrario, le pediis a una cinta de terror algo que más que los clichés de siempre, mejor plantearos ver otra.
A mí, de no haberme pillado de buenas, la hubiera calificado de mediocre. Pero como ha logrado entretenerme en los escasos 80 minutos que dura, soy benévolo y le adjudico un -merecido o no- regular.


Lo mejor: algunas muertes y la lograda atmósfera; su escasa duración; el asesino.

Lo peor: los manidos tópicos; la desaprovechada idea de usar presos; las limitadas interpretaciones.

Valoración personal:
Regular

lunes, septiembre 10, 2007

“La Jungla 4.0”, McClane ha vuelto (más o menos)

Han pasado 12 años desde que se vieran por última vez en pantalla grande las hazañas del socarrón detective John McClane (aka el pu*o amo, con perdón de la expresión). Y como ya es habitual en la escasez de ideas de Hollywood, vuelve este mítico personaje del cine de acción para seguir dando caña a los malos malotes de turno y para hacer disfrutar al espectador con su mala uva y su buena puntería.

Aunque en esencia seguimos viendo al McClane de siempre, hay que indicar que su aspecto y en cierta medida, su actitud, han sido un tanto modificadas. Es lo que ahora se denomina como “adaptar a los nuevos tiempos”, o dicho de otra manera, para las nuevas generaciones.
Así pues, el nuevo (entre comillas) McClane es un tipo más serio, que cuida mucho más su aspecto (donde están las camisetas de tirantes?!) y que ya tiene superada su crisis matrimonial, por lo que ya no necesita tirar de alcohol ni aspirinas (eso está muy feo y ya no se lleva...)
Eso sí, mantiene una tibia relación con su hija, que parece que le trae de cabeza.
De todas formas, lleva una vida bastante tranquila y rutinaria, aunque eso no quita que si las cosas se ponen feas (y se pondrán), vuelve a hacer uso de sus métodos expeditivos para afrontar cualquier dificil situación.


Después de desbaratar los planes a unos terroristas en el Nakatomi Plaza, en un aeropuerto de Los Ángeles y en medio de las calles de Nueva York, ahora John McClane deberá salvar a todo un país haciendo frente a unos terroristas informáticos que han sembrado el caos por todas partes.
En su nueva carrera a contrareloj, le ayudará un joven hacker al que en un principio deberá custodiar, y que más tarde pasará a ser su compañero de aventuras.

Poco más hay que comentar sobre la trama, salvo destacar su simpleza en beneficio -y al servicio- de la acción pura y dura.
Así que, como ya es costumbre, haré un repaso comentando lo mejor y peor.



Sin duda, lo más destacable de esta cuarta entrega son sus espectaculares y apabullantes escenas de acción, algo común en toda la saga. No obstante, esta vez y a diferencia de sus predecesoras, las secuencias se tornan un poco bastante inverosímiles, desde terroristas que parecen de goma, un caza en medio de la ciudad (inspirándose en “Mentiras arriesgadas” de James Cameron?), un coche que vuela e impacta en un helicópetero, un McClane más sobrehumano que nunca...

La acción de esta película es más cercana a una “Misión Imposible II” que a una “Jungla de Cristal”. Hay momentos muy surrealistas que siendo permisivos no afectarán a nuestro disfrute, pero que se nos antojarán poco creíbles, y más teniendo en cuenta que McClane/Willis ya está entradito en años y cuesta de creer la pasmosa agilidad con la que resuelve muchos de los entuertos.
Y es que este McClane parece más un super Jack Bauer indestructible que no el detective que antaño tanto sufría y se quejaba.
Por lo menos no ha perdido el sarcasmo y la mala ostia que tanto le caracterizan, y en ello tenemos que agradecer mucho el doblaje español patrio, y más concretamente al señor Ramón Langa (la voz de Willis)
La película ha sido censurada/edulcorada, omitiendo todos y cada uno de los tacos y las frases mal sonantes, además de reducirse notablemente la cantidad de sangre (sobretodo la que cubre el cuerpo de Willis) para atraer a un mayor número de público con una calificación PG13 (apta para mayores de 13 años). Por suerte, aquí en España esto se lo han pasado por el forro (Dios les bendiga) y el doblaje hace justicia al deslenguado personaje al que todos apreciamos.


Eso sí, a este paso, con tanta calificación PG13, acabaremos viendo películas de terror con asesinos armados con zanahorias y películas de acción al estilo “Equipo A”, osease, con mucha munición y pocas bajas. Además, a la práctica, en el cine nadie pide el carnet a los espectadores y entra quien le da la gana. También son los menores quienes inundan las salas con este tipo de películas, como hacía un servidor en sus años mozos. Y es que una cosa es calificar una película como medida de aviso y prevención, y la otra censurarla para conseguir una calificación óptima por cuestiones puramente comerciales.


Aún así, podemos estar contentos porque Wiseman (director de las dos “Underworlds”) dirige con precisión las escenas de acción y sabe imprimir un ritmo trepidante a toda la cinta, haciendo que por un momento olvidemos lo descabellado que resulta el argumento.
Destacamos también la azulada fotografía que impregna todo el film, que si bien se ajusta el tema de la alta tecnología y demás, también se aleja de los tonos cálidos de las anteriores entregas (sobretodo de la tercera) y puede llegar a cansar y resultar innecesaria en algunos pasajes.



En lo que a personajes y actores se refiere, decir que como siempre, Bruce Willis está impecable y no ha perdido un ápice de su carisma y del que su propio personaje hace gala. Gracias a él, el espectador no sólo disfruta con la acción, sinó que se echa unas buenas risas.
Justin Long, el joven hacker, cumple correctamente con su personaje, sin destacar ni desentonar demasiado. Aún estando a años luz de la comicidad entre la pareja Jackson-Willis de “Jungla de Cristal: La Venganza”, por lo menos no cae mal.
Mary Elizabeth Winstead también cumple en el papel de hija, marcando bastante el duro carácter que ya es típico de la familia McClane.
La oriental Maggie Q reparte leña al servicio de los terroristas, siendo la mano derecha y compañera sentimental del malo maloso. Sus habilidades en la lucha cuerpo a cuerpo (y que cuerpo señores) nos brindan algunas de las mejores escenas de la película.
Y ya por último y quizás uno de los puntos débiles de la película, el antagonista protagonizado por un poco inspirado, aunque a fin de cuentas pasable, Timothy Oliphant. Un villano que no está a la altura de los acontecimientos, causando un flojo impacto en el espectador, y más si lo comparamos con el Alan Rickman o el Jeremy Irons de las anteriores entregas.
Los duelos entre éste y McClane saben a poco, por mucho que se esfuercen ambos. Un villano debe ser de nivel, y en este caso se puede decir que no lo es. Pero como ya digo, la culpa no se le puede achacar toda al señor Oliphant, aunque olga decir que ha hecho interpretaciones mejores en papeles de este tipo (véase “Scream 2” o “Diablo, A Man Apart”)

Y bueno, comentar también el cameo director y guionista Kevin Smith, que la verdad es que tiene poca gracia, o dicho de otra forma, probablemente sólo les hará gracia a los fans de éste.


Quisiera hacer incapié también en la más bien desapercibida banda sonora, que esta vez corre a cargo de Marco Beltrami (Resident Evil, Terminator 3, Underworld Evolutions) y no del habitual de toda la saga Michael Kamen. La verdad es que la música es casi inapreciable y poco destacable (salvo en los créditos finales). Por tanto, un punto flaco más, aunque mucho menos importante, claro.

Lo que si se agradece es que las secuencias de acción estén repartidas entre lo digamos, artesanal, y el ordenador. Como dice el propio supervisor de efectos especiales: “La orden de Len era que si una escena de especialistas se podía hacer, prácticamente sin imágenes generadas por ordenador, así es como debía hacerse”. Y yo se lo agradeco, aunque sean exageradas.



En resumidas cuentas, una muy entretenida y disfrutable cinta de acción, dirigida por un eficiente pero flipado Len Wiseman (a lo Michael Bay pero sin travellings), que bien podría haberse llamado “Un poli en apuros”, “Pánico en N.Y.” o “16 Cales II”, en vez de ser la cuarta entrega de una mítica saga con la que poco tiene que ver, salvo por el buen hacer de tito Willis como McClane. Bien podría haber sido una cinta de acción más del actor.
Tratándose de un trabajo de encargo, Wiseman más que adaptarse a la saga, a adaptado ésta a su propio estilo, pero por suerte, alejado de sus “Underworlds”.

Dados los buenos resultados en taquilla y la notable aceptación entre público y crítica, no es de extrañar que tengamos, por lo menos, una quinta entrega a la vuelta de la esquina. En tal caso, pediría fervientemente que regresara John McTiernan en tareas de dirección, que es quien mejor ha sabido sacarle jugo a la saga, siendo las suyas, las mejores entregas de toda la tetralogía.

Lo mejor: Bruce Willis; que las dos horas que dura sean ligeras y amenas; que McClane siga hundiendo la moral del villano con un walkie-talkie xD

Lo peor: las abundantes fantasmadas; un villano decepcionante.


Valoración personal: Buena

domingo, septiembre 09, 2007

“Wolf Creek”, viaje al infierno


Esta es una de esas películas de bajo presupuesto que, inexplicablemente, suelen tardar mucho en llegar a nuestras pantallas, y eso en el mejor de los casos. Lo más frecuente es que no lleguen o que acaben directamente en el videoclub.
Y digo esto porque “Wolf Creek”, de procedencia australiana, data del 2005, y ese mismo año se presentó en Sundance, el reputado festival de cine independiente. La película ha cosechado buenas críticas allí por donde se ha exhibido, aunque quizás algunas de ellas un tanto exageradas.


El debutante Greg McLean (curtido en spots publicitarios y cortometrajes) escribe, dirige y produce este cinta de terror en la que tres jóvenes excursionistas inician un, a priori, apacible viaje por el Parque Nacional de Wolf Creek (Australia). Todo parece ir bien hasta que su coche se avería en mitad de la lluvia, lo que les deja desamparados en medio de la nada. Llegada la noche, aparece un singular habitante de la zona que se ofrece a prestarles ayuda. Sin ninguna otra opción viable en sus manos, aceptan de buen grado la ayuda del desconocido, momento en el que su viaje dará un giro inesperado.
Supongo que os podeis ir imaginando el resto, pues lo contado hasta ahora es la propia sinopsis de la película, con lo que tampoco destripo nada fundamental.


Como ya he comentado antes, el argumento carece de originalidad alguna, recordándonos éste a otras tantas cintas del género como “La Matanza de Texas”, “Las colinas tienen ojos” o la más reciente, sin ser un remake, “Km. 666” (esta última, eso sí, bebe de las otras dos).
Su desarrollo tampoco es que sea muy novedoso, salvo por el hecho de estar filmada con cámara digital, lo que dota al conjunto de un logrado realismo. Por suerte, la credibilidad de lo que acontece no sólo se basa en el uso de la citada cámara digital, sino también en la crudeza de los hechos y en la humanidad de los personajes. Aquí no hay lugar para heroicidades: los jóvenes lo pasan muy mal e intentan sobrevivir como pueden.

El psicópata de turno, pasado un tiempo, no será un villano emblemáticio, pero tiene su gracia, llegando a ser la versión malvada y macabra de Cocodrilo Dundee. Hasta ahí, tampoco es que sea algo nuevo, pero pocas opciones más ofrece el género (monstruos, mutantes, lunáticos...todo muy trillado ya)


Quizás uno de los puntos a favor con los que cuenta la película es el incierto destino que aguarda a los protagonistas. Y es que en un principio, uno más o menos hace su quiniela sobre quién acabará vivo y quién muerto. Sin embargo, podemos agradecer que McLean consiga sorprendernos en ese tema, con lo que, aún siendo una película bastante predecible (como casi todas), por lo menos contamos con la incertidumbre de saber quién logrará salvar el pellejo y quién no.

Como punto en contra, se le puede achacar el largo tiempo que tarda en arrancar, pues no es hasta el minuto 50 cuando realmente la película empieza alcanzar los momentos de verdadera tensión. Por lo menos, aunque esa primera hora sea bastante intrascedente y tenga diálogos insustanciales, el clímax está igualmente conseguido, palpándose ya una cierta inquietud que desembocará en los horribles acontecimientos posteriores. También sirve para presentarnos y conocer al trío protagonista, que sin causarnos demasiada simpatía, por lo menos no son los anormales de la típica terror-teen americana de rápido consumo. Eso sí, beben, y se drogan como se supone que hacen todos los jóvenes (faltaría más...). Conste que todo está realizado con bastante naturalidad, algo que quizás se deba a la inexperiencia de los propios actores.


Si hay algo que diferencia notablemente “Wolf Creek” de otras películas, es su terror insinuado más que explícito, destacando tan sólo algunos momentos puntuales de gore, que son bastante digeribles.
Aquí el horror no es ni tan macabro ni tan vomitivo como las Hostel y Saw de turno. No se usan efectismos baratos como las típicas subidas de volumen y la sangre corre en su justa medida.


Ya para terminar, decir que el final (que por supuesto no voy a contar) es abrupto y rompe totalmente el clima de toda la película. Se hecha en falta un cierre más contundente y redondo. Imagino que el director habrá querido sacarle partido a lo de “basada en hechos reales” con un final menos tópico, pero por desgracia, más tosco e insatisfacotorio.


En definitiva, una película que no aporta nada nuevo al género salvo su cuidado realismo (gracias también a una adecuada fotografía) y una marcada y sugerente tensión que consigue engancharte a la película sin abusos de ningún tipo.

Si esperas litros de sangre, salvajadas, desnudos gratuitos y demás topicazos, probablemente te aburras, sobretodo la primera mitad de la película.
Si por el contrario, eres capaz de disfrutar con el terror sugerido y del clímax de una cinta de terror como las de antes, seguramente quedes satisfecho.

Habrá que seguirle la pista al tal McLean, pues con un proyecto mejor y con más recursos, puede ser otro de esos nombres a tener en cuenta dentro del cine de terror actual.



Lo mejor: que se tome la moelstia de desarrollar el carácter de los personajes; su realismo; el clímax de tensión de casi toda la cinta.

Lo peor: que tarde tanto en arrancar; un final ciertamente descuidado; los incesantes lloriqueos de una de las protagonistas.

Valoración personal: Correcta

martes, septiembre 04, 2007

Los Mejores Remakes de la Historia, Parte 2

He aquí una segunda tanda de remakes, esta vez de corte histórico y que seguramente muchos de vosotros, en algún momento u otro, habeis visto. Tres grandes clásicos de la historia del cine, algunos de ellos habituales en emisiones televisivas de Semana Santa xD
Puede que algunos de ellos no supierais que eran remakes, pues la original pertenece al cine mudo y pocos (incluyéndome a mí) la habrán visto.


Cleopatra 1963 - Joseph L. Mankiewicz

Grandiosa y magnífica película del maestro Mankiewicz, que ya tenía experiencia en el tema con su adaptación de “Julio César” de Shakespeare (a parte de una excelente filmogafía a sus espaldas).
Una de las películas más ilustres, sino la que más, del llamado “cine espectacular” de la época, o lo que hoy en día entendemos por grandes superproducciones.

Su rodaje no estuvo exento de problemas, siendo además Mankiewicz el encargado de llevar las riendas del proyecto tras el abandono (o despido) de Rouben Mamoulian.
Un gran trabajo detrás y delante de la cámara (bellísima Elisabeth Taylor como la susodicha Clepoatra), escenas espectaculares y un gran trabajo de vestuario (que le valió el Oscar de ese año) hacen de “Cleopatra” una de las películas más emblemáticas del género (y de la historia del cine en general)

A parte de algunas versiones mudas, la historia de la reina de Egipto fue llevada antes a la gran pantalla por otro especialista, Cecil B. DeMille. Dicha cinta, también era una superproducción y también obtuvo un gran éxito.


¿Sabías que...se pensó en estrenar la película en dos partes independientes de tres horas de duración cada una y que tras desechar la idea, la obra original tuvo varios recortes en el metraje?
El proyecto acabó en un principio en 243 minutos aprox., pero ese número se iría reduciendo en sucesivos estrenos, llegando a los 220 para la versión que vimos en España y los 190 en pases para televisión.



Ben-Hur 1959 – William Wyler

Otra majestuosa obra cinematográfica, una de las mejores película de todos los tiempos, protagonizada por el polifacético Charlton Heston en uno de los papeles más importantes y reconocidos de su carrera (se llevó el Oscar al Mejor Actor). Hablando de carrera...La carrera de cuadrigas es ya una de las secuencias míticas de la historia del cine.

Un servidor considera esta versión moderna como un remake, aunque bien podriamos considerarla también como otra adaptación (con mayores recursos técnicos) de la novela de Lewis Wallace.
La anterior adaptación data del 1926 (aunque también existe una versión de 1907) y fue drigida por Fred Niblo. Es considerada la película muda más espectacular jamás rodada y muchos expertos apuntan a que no tiene nada que envidiarle a la versión sonora de Wyler. Es más, en la versión de 1959 se eliminan algunos personajes de la novela.


¿Sabías que...Rock Hudson (uno de mis actores predilectos) fue propuesto para el papel de Ben-Hur?
Hay en la película ciertas reminiscencias sobre la relación homosexual que mantenían Ben-Hur y Mesala, aunque Charlton Heston intentó frenarlas. Hubiera sido, cuanto menos curioso, que Hudson hubiera hecho dicho papel, a tenor de su homosexualidad (que siempre procuró mantener oculta, dicho sea de paso)



Los Diez Mandamientos – 1956 – Cecil B. De Mille

De Mille nos relataba la epopeya biblíca de Moisés como un gran entretenimiento, haciendo de la historia y la religión, puro espectáculo. Unión perfecta entre melodrama y tremendos efectos especiales, que a día de hoy siguen maravillándonos a muchos cinéfilos empedernidos (y remarco lo de cinéfilo, porque no soy para nada religioso). De hecho, el único Oscar que se llevó la película fue en materia de efectos especiales. Pero ahí está el cara a cara entre Charlton Heston y Yul Brenner (los dos musculados y atractivos, eso sí) para demostrar que la cinta era mucho más que unos vistosos efectos visuales.

Lo curioso en este caso, es que De Mille fue el encargado de llevar a cabo este remake, siendo también el autor de la cinta original de 1923. Así pues, el talento de este director quedaba demostrado tanto en la versión muda como en la versión sonora.


¿Sabías que...los decorados se construyeron en Egipto?
Con un presupuesto de uno de 13 millones (hoy en día, una nimiedad), se construyeron impresionantes decorados de cartón-piedra para ambientar la película con el máximo realismo posible.



Y hasta aquí esta pequeña revisión de clásicos remakes.
De las tres cintas, puedo decir que la que más veces he visto es, sin duda, Ben-Hur. Y a pesar del extenso metraje de todas ellas, para mí ninguna se hace aburrida. Obviamente, algunas ahora ya no me seducen tanto, como es el caso de “Los diez mandamientos”, pero “Ben-Hur”, junto a “Espartaco”, son mis dos peplums preferidos.

Espero que os haya gustado esta tanda. Y disculpad mi efusividad, pero en materia de clásicos no puedo contenerme :)


La próxima revisión de remakes, será sobre películas de acción.



Saludos