domingo, diciembre 23, 2007

“Soy leyenda” combatiendo la soledad

El director de la correctita “Constantine” -adaptación del cómic Hellblazer- ha sido el encargado de realizar una nueva adaptación de la novela “Soy leyenda”, escrita en el año 1954 por el fascinante escritor Richard Matheson.
Existen otras dos versiones de la misma, una de 1964 con Vincent Price de protagonista y la otra de 1971 con el pétreo Charlton Heston rifle en mano (algo con lo que seguro disfrutaba plenamente xD) . En mi blog “Amazing Movies” teneis un breve apunte sobre el tema, por lo que no me extenderé más aquí.


Por este proyecto han pasado directores como James Cameron, Guillermo Del Toro o Ridley Scott, este último con muchas posibilidades de llevarse el gato al agua con Schwarzenegger de protagonista, aunque por motivos presupuestarios el proyecto se acabó abandonando.
Años más tarde se le dió un nuevo empuje contando ya con la presencia de Will Smith, pero dirigiendo Michael Bay (sic). Por suerte, tampoco se llevó a cabo.

Hoy ya es una realidad. Y tras unos, por fortuna, escuetos trailers, debo decir que las expectativas -siempre un arma de doble filo- estaban muy altas. Eso quizás haya influido en mi valoración final, que no es tan positiva como esperaba. No en vano, pienso que estamos ante una cinta digna de ser considerada de lo mejorcito del año, lo cual ya es decir mucho dadas las abundantes decepciones sufridas (almenos por mi parte)


Lo primero que me ha soprendido gratamente es el hecho de no encontrarme ante un blockbuster repleto de escenas de acción y pirotecnia para lucimiento de su estrella protagonista, algo que sí era la versión del 71 con Heston. Versión, por cierto, con la que comparte ciertos rasgos, quizás demasiados como para considerar ésta una nueva adaptación y no un remake.

Por otro lado, y pese a las licencias que se haya tomado a la hora de adaptar la novela, hay que decir que sí conserva el espíritu de esa, y que por lo menos se toma la delicadeza de mostrarnos la psique del protagonista y profundizar en esa sensación de soledad e impotencia que le invade.

El cine y la literatura son lenguajes muy distintos, y siempre es dificil mantener la fidelidad para con la obra adaptada. Para bien y/o para mal, siempre se toman ciertas libertades, pues la traslación de un medio a otro no tiene por que ser literal al 100%, siempre que por el camino no se deje lo más importante: el alma del libro. Respetando unas bases, uno puede disfrutar con lo que le ofrecen ambos formatos, aunque las decepciones se cuentan por mayoría.


Como ya sabreis, la película cuenta la historia de Robert Neville (Will Smith), el último hombre vivo sobre la faz de la tierra tras una pandemia bactereológica que ha devastado el planeta y que ha convertido a la raza humana en una especie de zombies nocturnos deseosos de sangre (los aquí llamados “cazadores de sombras”)
Neville, un brillante científico, es inmune al virus y por tanto, un superviviente de la catástrofe. Transcurre el día a día sobreviviendo en las desiertas calles de Nueva York, ante el acecho constante de los infectados. Su única compañía es una estimable pastor alemán a la que cuida con esmero y cariño.
El día sirve a Neville para desplazarse por la ciudad en busca de provisiones, para investigar las zonas donde abundan los infectados y también para tratar de encontrar una cura para el virus usando su propia sangre.
La noche es todo lo contrario. Los infectados salen de sus escondrijos en busca de sangre fresca y Neville se refugia en su casa, acondicionada a modo de bunker para evitar que esas sanguijuelas penetren en ella.


La primera hora de la película es prodigiosa; un extenso prólogo que Lawrence maneja con acierto evitando el bostezo del espectador.
Se nos muestra al protagonista en su rutina díaria, lo que nos permite conocer sus virtudes, sus defectos, sus temores, sus esperanzas, etc. Eso nos permite empatizar con él, de manera que la angustia que éste siente, se transmite con facilidad en nosotros, los observadores. Además, la visión de la desierta y desoladora ciudad de Nueva York enfatiza aún más esa agobiante soledad que el personaje sufre.
Es también de agradecer ciertos toques de humor que nos ayudan a sobrellevar el ritmo pausado (que no pesado) de la película. Además, Lawrence se permite introducir algunos quiños para nuestra complicidad, aunque esta vez encaminados a un sector del público más amplio y no tanto al cinéfilo, como suele ser costumbre.
Algunos de esos guiños son más sútiles que otros. Precisamente los que no lo son, a veces resultan demasiado reiterativos, con lo que, si bien no molestan, si se me antojan prescindibles (especialmente lo de Shrek)

En última instancia, también aparece metida con calzador la filosofía de Bob Marley, que sinceramente carece de importancia, ya que la historia es suficientemente potente como para valerse por sí misma sin necesidad de añadidos extras. Eso sí, su música (la de Bob Marley) ameniza la velada con un buen rollito muy en contraposición con el ambiente apocalíptico de la cinta, lo cual es bastante simpático.

A lo largo del film, Lawrence utiliza el explotado recurso de los flashbacks para contarnos el pasado de nuestro protagonista y también para explicarnos el origen de la pandemia. Estos flashbacks, a modo de recuerdos de Neville, están tratados con bastante cuidado, espaciados en el tiempo y no son muy extensos, por lo que no se hacen pesados y fluyen bien con el resto de la historia.


La segunda parte de la película, aproxidamanete su media hora final, sigue ya un poco los convencionalismos del cine comercial, aunque tampoco en exceso, como cabría esperar. Vamos, que no estamos ante un “Resident Evil”, así que los que esperen ver a Smith acribillando a infectados a diestro y siniestro se van a llevar un tremendo chasco. La película de Lawrence es más cercana a la reciente “28 Semanas Despúes” que a la saga de la Jovivich (gracias a Dios)

El final es quizás un tanto apresurado y se apoya en los cánones del blockbuster, con lo que aún respetando el final de la novela de Matheson, la forma es bien distinta. Tampoco tengo nada que objetar al respeto, pero a mi parecer, se pierde impacto emotivo en favor de impacto visual (cosas de Hollywood)

Algo que parece ser tema de discusión son los efectos especiales del film, particularmente en lo que se refiere a los infectados.
Habiéndose estrenado este año cintas como “Transformers” o la secuela los Piratas del Caribe, ambas con FX increíbles (con alto presupuesto, claro), pues la verdad es que el CGI de “Soy leyenda” deja bastante que desear, algo raro siendo obra del sr. Patrick Tatopoulos, responsable de dar vida a los robots de “Yo, Robot” o a los aliens de “Independece Day”, por citar dos de Smith. Más grave si lo comparamos con uno de sus más recientes creaciones, “Silent Hill”.

Si bien yo hubiera optado más por seguir la linea de “The Descent”, es decir, maquillar a actores que hagan de monstruitos. Para un servidor, no hay nada que dé más mal rollo que un buen maquillaje, antes que un ser creado por ordenador.
Esta especie de Gollums de metro ochenta que aparecen en la película restan credibilidad a muchas secuencias, que no son lo terroríficas que debieran ser. Quizás me tachen de chapado a la antigua, pero prefiero a alguien o algo (animatronic, muñeco) que físicamente esté ahí -si la técnica lo permite- antes que unos seres (no del todo bien) digitalizados. Por lo menos, para las escenas cuerpo a cuerpo hubiera quedado muchísimo mejor.


Personalmente puedo pasar por alto el tema del CGI, pues más molesto y anticlimático me resulta esa especie de panfleto religioso que hace acto de presencia en el tramo final (SPOILER -justo cuando aparecen los otros supervivientes- FIN SPOILER).
En la versión de Heston estaba mucho más potenciado que aquí, pero igualmente sobra porque rompe un poco el carácter científico que imponía la cinta. Vamos, que de habérselo ahorrado, pues mucho mejor.

La personalidad y carisma de Smith son suficientes para soportar el peso de la película, de hecho SPOILER – la introducción de los citados nuevos personajes son los que debilitan la historia, que aunque ya estaban en la novela, aquí están mal metidos y mofidicados, si la memoria no me falla– FIN SPOILER.

Smith es un actor que ha evolucionado considerablemente y que se ha convertido en una gran baza comercial. Sus indiscutibles cualidades interpretativas y el ganado favor de crítica y público le permiten compaginar películas con vistas comerciales con películas más personales, algunas de las cuales le han reportado una nominación al Oscar, como por ejemplo “Ali” de Michael Mann, película que supuso todo en reto a nivel físico (ganó 20 kilos de peso para el papel) como mental.
Atrás queda en el tiempo el televisivo Príncipe de Bel-Air que algunos aún pretenen hacernos recordar sólo para desmerecer el trabajo del actor.


Concluyendo. Nos encontramos con un más que decente film que no alcanza el calificativo de películón porque el guión no da más de sí. Partiendo de la novela que parte, la verdad es que podría haber sido mucho mejor de lo que es, así que al final me queda esa ligera sensación de insatisfacción.

A los que esperen acción a raudales, les aviso que no van por ahí los tiros. Aunque sujeto a la condición de blockbuster, “Soy leyenda” es más un película de ciencia-ficción apocalíptica con tintes dramáticos (y terror ligero), que no un vehículo para la espectacularidad y los fuegos aritificiales gratuitos del amigo Smith. Iendo avisados, es posible que la película guste más.



Lo mejor: la hora inicial; Will Smith, “Sam” la pastor alemán (que creo que son dos perros diferentes)

Lo peor: el halo religioso del final; el conglomerado de guiños; el CGI de los infectados


Valoración: Correcta

domingo, diciembre 16, 2007

“Arma Fatal”, comedia letal

Los responsables de la descacharrante “Shaun of the Dead” -traducida/bautizada ineptamente en España como “Zombies Party”- son los mismos de la película que nos ocupa.
Por un lado tenemos al director y guionista Edgar Wright, curtido en esto de la comedia gracias a varios sketches para la Paramount Comedy y diversas series de televisión (Asylum, Spaced). Y por el otro lado, tenemos al actor y también guionista Simon Pegg.

La unión de ambos ha dado como resultado dos de las mejores comedias paródicas de los últimos años. En el 2004 y con “Shaun of the Dead” consiguieron un gran e inesperado éxito en taquilla, y este año han vuelto a la carga con una película que se mofa del cine de acción; más concretamente de las buddy movies.
Para ello, Simon Pegg vuelve a encabezar el reparto acompañado de Nick Frost, formando así una pareja protagonista bien compenetrada, algo indispensable para llevar a buen puerto esta nueva gamberrada.


La trama gira entorno a un superpolicía londinense, Nicholas Angel (Simon Pegg), que debido a su impecable efectividad en su trabajo deja en evidencia al resto de sus compañeros. Por ese motivo, sus jefes deciden quitárselo de encima y mandarlo a un pequeño y pacífico pueblecito de las afueras llamado Sandford, en el que nunca ocurre nada.

A su llegada, a Angel le asignan un nuevo compañero, el patoso pero bonachón Danny Butterman (Nick Frost), hijo del jefe de policía Frank Butterman. Juntos empiezan a impartir justicia en las tranquilas calles de Sandford, lo que se traduce en buscar patos perdidos o arrestar a los que mean en la calle.
Sin embargo, la apacible monotonia del pueblo se ve rota por un terrible accidente de tráfico, o como Angel prefiero llamarlo, una colisión. A este suceso le siguen otros extraños accidentes mortales que incitan a nuestro protagonista a creer que ahí huele a gato encerrado y que tantas muertes sólo pueden tener una explicación: un asesino anda suelto.

Por supuesto no hay nadie que crea la, a priori, absurda teoría de Angel, ya que en el pueblo nunca ha ocurrido nada parecido. El jefe de policía y sus nuevos compañeros creen que todo se debe a la desmedida profesionalidad y ansia justiciera del propio Angel. No obstante, él no parará hasta esclarecer el asunto, con o sin su ayuda.


La película se desarrolla en base a una investigación criminal que mezcla géneros como el suspense y el terror y que usa sus tópicos para satirizar todas las situaciones que se van sucediendo.
Angel estudia el comportamiento de sus simpáticos vecinos e intenta averiguar que es lo que está ocurriendo. Su carácter choca con el resto de los agentes y resulta diametralmente opuesto al de su compañero Butterman, un tipo que sueña con ser uno de esos polis que salen en las películas de acción que colecciona en casa.

Como ya he dicho anteriomente, la química entre ambos es esencial y no hay duda que congenian de tal manera que hacen de sus escenas compartidas las mejores de la película.
Ellos se convierten en la típica pareja de policías que al principio apenas se tratan y que luego se convierten en grandes colegas. Esta relación se lleva al extremo del tópico, llegando incluso a antojársenos como una bizarra relación platónica, lo que no hace sino augmentar la hilaridad cómica de su amistad.

¿Pero que es de una cinta de acción sin un buen villano? Más bien poca cosa. Por ese motivo tenemos a un recuperado Timothy Dalton que disimula sus pérfidas intenciones bajo el amigable rostro del propietario del supermercado. No os creais que os desvelo algo importante, ya que en muy poco tiempo toda la trama gira entorno a él, convirtiéndose en el máximo sospechoso de nuestro héroe.
Dalton, recordado más bien por interpretar en dos ocasiones al famoso agente 007 (papel que rechazó varias veces hasta que al final acabó aceptándolo e interpretándolo dignamente, pese a lo que digan otros) cumple aquí a la perfección con su rol. Su pasividad con los nefastos hechos que ocurren en el pueblo y ciertas coincidencias no deja indiferente a Angel, y poco a poco éste va atando los cabos sueltos que le implican con los asesinatos.


Los citados asesinatos son simplemente una gozada para el buen amante del gore. Al igual que en su anterior película, Wright nos muestra sin censura ni contemplaciones toda la sangre que puede salir de un cuerpo humano. Litros y litros de ese rojizo liquidillo recubren suelos y estucan paredes, y el espectador se siente como en un película de terror mezcla “Scream” y “Braindead”. Apuñalamientos, achazados, desmembramientos o aplastamientos...toda muerte es posible en “Arma Fatal”

Pero ojo, ninguna muerte es gratuita, pues todo se rige por un elaborado guión que nisiquiera los propios guionistas se toman en serio (esto lo entendereis al final, cuando se destape el misterio).
Se burla tanto del cine de terror como del de suspense con un excelente humor negro típicamente inglés. Incluso debido a ese carácter anglosajón que destila la película (obvio, siendo inglesa), no dudan tampoco en autoparodiarse. Pero más alocado resulta todo cuando el cine palomitero hace acto de presencia.
Wright, ávido consumidor del cine de acción de los 70 y 80, no sólo nombra aquellas películas a las que parodia, sino que encima tiene la hilarante desfachatez de utilizar, en algunas secuencias, los movimientos de cámara del mismísmo Michael Bay! Ahí la comicidad con el espectador alcanza el punto más álgido.


Pese a ser considera exclusivamente una parodia, un servidor considera que la cinta de Wright y Pegg es a su vez también un discreto homenaje a ese género tan maltrado por la crítica y por algunos nefastos directores. Tengamos en cuenta que el propio Wright gusta de este cine, por lo que no todo será pitorreo. De hecho, firma una de las mejores y más divertidas secuencias de acción del año.
La traca final emula los emblemáticos tiroteos del más puro western que bien podrían recordarnos a los de Leone, Peckinpah, Ford o cualquiera de aquellos grandes artesanos de ese polvoriento género. Unos minutos de acción realmente frenéticos y en consonancia con el propio ritmo acelerado del film (esto último, muy a lo Guy Ritchie).

El broche de oro lo pone el duelo final entre nuestro héroe y el malo maloso con una pelea a lo Godilla vs Gamera. Tremendo guiño al cine japonés.


Las dos horas que dura se pasan rápido y de forma muy amena, aunque una reducción de metraje no le hubiera ido mal para agilizar el ritmo y la trama.
La mezcla de géneros está homogeneizada a la perfección. Algunos gags son más gamberrillos que otros. Unos son más inteligentes y mordaces, mientras que otros más absurdos y payasos. Todos, igualmente complacientes.

Pegg y Frost están que se salen, aunque las voces del doblaje español son todo un desacierto. Así que si teneis la oportunidad, no dudeis en verla en V.O.S. (para mí ya es tarde).

Esta SÍ es la comedia del año.
No hay chistes soeces, no se sueltan tacos constantemente para hacer reír al personal y no se nombra el órgano másculino cada 20 segundos para arrancarte una carcajada. Humor inteligente y satírico, como debe ser. Una parodia que nada tiene que ver con las películas de los hermanos Zucker (con las que también me he reído en tiempos ya lejanos) ni con esas aberraciones putrefactas como “Epic Movie” y demás memeces. Y ya quisiera Judd Apatow (Lío Embarazoso) hacerme reír con tanta sutileza y efectividad como la que demuestran tener Wright y Pegg.


Lo mejor: el tándem Edgar Wright y Simon Pegg en el guión; la química entre los protas; el gore; la acertada combinación de géneros y su correspondiente parodia;

Lo peor: El título en español; el doblaje.


Valoración personal: Buena

jueves, diciembre 13, 2007

“Beowulf”, épica digital

No es la primera vez que se adapta para la gran pantalla el poema épico de Beowulf, pero sí es la primera vez que podemos decir que se ha hecho algo decente con él.

Otras de las versiones realizadas hasta la fecha -que un servidor conozca- son “Beowulf & Grendel”, un film canadiense cuyo Grendel (el monstruo a abatir por Beowulf) está más cercano al hombre de cromagnon que no a una feroz criatura destroza-hombres; y la esperpéntica “Beowulf”, protagonizada por un albino Christopher Lambert en plan techno-medieval y que yo aconsejaría no ver jamás de los jamases (ni Uwe Boll la hubiera hecho peor)

A la hora de llevar a cabo esta nueva versión del poema, el director Robert Zemeckis (Regreso al Futuro, Náufrago) se ha decantado por utilizar la técnica de “captura de movimiento”, una tecnología digital que ya uso para Polar Express y que aquí se percibe bastante mejorada.

Muchos se preguntan si se hubiera podido rodar sin utilizar CGI, y la respuesta obviamente es un sí. Eso no quita el hecho de que se pueda innovar en el campo de la animación y de vez en cuando se pueda disfrutar de películas de este tipo. Y digo de vez en cuando, porque me mostraría muy reticente a que esto crease escuela y acabara sustituyendo a los actores de verdad, ya que como esos no hay nada.
Por otra parte, este film cuenta con secuencias vertiginosas, con planos imposibles y piruetas antigravitatorias, con lo cual, de haberla hecho en acción real, hubiera habido que cambiar mucho el concepto del film. Sin ir más lejos, la secuencia en la que Beowulf se cepilla a unos monstruos marinos, se habría tenido que eliminar (o hacerla muchísimo menos bestia). Y el duelo entre el héroe y la bestia hubiera tenido que ser mucho más realista y menos fantasioso de lo que es en la cinta de Zemeckis.

Por lo tanto, en el aspecto técnico, “Beowulf” es todo un derroche visual. Impactante, atrevida y agradecidamente violenta se nos muestra la última película de Zemeckis, un director poco dado a este tipo de géneros, algo que en cierta manera se nota.
Se capta la esencia del personaje y la leyenda del mismo se masca en cada fotograma, pero el resultado no acaba de ser todo lo contundente que cabría esperar. Hay garra, pero falta alma.

En parte, la técnica empleada juega como un arma de doble filo. En lo bueno, nos brinda un espectáculo visual lleno de fuerza y magnetismo, con el que el espectador disfruta plenamente; pero en lo malo, le resta fondo a la obra y enseguida explicaré el por qué.


Zemeckis se ha encargado de dotar al film no sólo de acción y de un inusual toque de humor, sinó también de una profundidad que cale en el espectador, especialmente tocando el tema de la debilidad humana, de las tentaciones, la infidelidad, la responsabilidad para con nuestras acciones, la corruptividad que crea el poder, la avaricia innata del hombre, etc. El problema es que estos monigotes que aparentan ser humanos, no transmiten la emotividad que la historia profesa. Y eso en cierta manera es un obstáculo para zambullirse de lleno en lo que se nos está contando. O almenos es lo que a mí me ha sucedido.

Cuesta un poco conectar con unos personajes tan hieráticos. De Polar Express a Beowulf ha habido un gran paso evolutivo, pero en lo que respecta a la expresión facial, aún hay un largo camino que recorrer. Esa carencia se disimula mejor en los personajes masculinos gracias a al parafernalia que decora sus rostros (léase barbas, bigotes, arrugas...), pero en los personajes femeninos, tan finos e impolutos, no se puede ocultar. El personaje que encarna Angelina Jolie, gracias a sus facciones (esos inchados labios!), resulta un poco más creíble, en parte también porque tampoco debe expresar emociones muy complicadas (básicamente dedica sus escenas al estimulante arte de la seducción). Pero en las demás féminas, su expresivad es equivalente a la de una muñeca de porcelana.
La emoción mejor captada es la de la rabia/el enfado, algo de lo que nuestro héroe hace gala en algunos momentos.

Tema a parte y no demasiado importante, es el parecido del personaje con el actor/actriz que se ha prestado a darle cuerpo.

Por un lado tenemos al víril, valiente y egocéntrico héroe Beowulf, al que “encarna” Ray Winstone. Ni que decir que a este buen hombre le han brindado un atlético y fornizo cuerpo que no tiene. Prueba de ello es la foto que acompaña este texto. Agradecemos la mejora, por supuesto xD

La malvada madre de Grendel luce un cuerpazo de escándalo, bañado en oro y que ya quisiera tener la cada vez más esquelética Angelina Jolie (a su favor, decir que una vez lo tuvo)
Por cierto, comentar que está un poco fuera de lugar que el personaje simule llevar unos zapatos de tacón de aguja cientos de años antes que este calzado se inventara. Imagino que querían darle un toque sexy, pero verla desnuda ya me parece a mí suficientemente sexy, pudiéndose ahorrar ese pequeño y más bien absurdo detalle.


El Rey Hrothgar es el que más se parece a su homónimo, el actor Anthony Hopkins. Y Unferth, por su gestualidad, también nos recuerda bastante al propio John Malkovich.

Ahora bien, la Reina Wealhtheow y Robin Wright Penn se parecen lo que un huevo a una castaña. Pero bueno, tampoco nos pondremos quiquillosos...


En lo referente al ritmo de la película, decir que se sobrelleva bastante bien, aunque a veces la cosa se puede hacer un poco más pesada (no mucho tampoco). El problema no es la falta de acción, la cual considero que es la justa, sino su distribución.

El principio es impactante, justo cuando entra en escena Grendel. Un poco más tarde, tenemos su enfrentamiento con Beowulf. Pero no es hasta el final cuando volvemos a disfrutar de una secuencia de acción.
La película se desequilibra bastante en ese aspecto, flojeando en el reparto entre escenas de transición, las de desarrollo de la historia y las de puro divertimento. De tratarse de una película de poco más de una hora, quizás no habría sido un problema, pero hablando de casi dos horas de película, la cosa se resiente un poco.
Eso no quita que la película sí sea entretenida, pero entre eso y la carencia emotiva, al final uno termina con una vaga sensación a que podía haber dado mucho más de sí. Además, a pesar de un largo metraje, la historia parece montada apresuradamente queriendo abarcar el poema al completo (quizás hubiese sido mejor optar por dividirlo)

El resultado final no desmerece en absoluto, pero resulta un tanto decepcionante, sobretodo por el nivel al que Zemeckis nos tiene acostumbrados.


Sí quisiera destacar la excelente banda sonora de un nuevamente inspirado Alan Silvestri, compositor que ya ha trabajado otras tantas veces con Robert Zemeckis.
Aquí nos deleita con unos temas cargados de brío y contundencia, con cantos gregorianos muy acordes con los momentos “de subidón” del film. El tema principal contiene sonidos electrónicos un tanto desorientadores, pero al final encajan a la perfección con el tono de la película.
Silvestri crea también otras piezas más dulces y evocadoras que sirven para suavizar la rudeza épica del resto de composicones.
Realmente considero que es una de las mejores bandas sonoras del año junto a la de Stardust. Año por cierto, que poco a dado de sí en este aspecto.


Termino diciendo que a pesar de ser una película de animación, “Beowulf” no es una película para llevar a los peques de la casa. En ella hay violencia y una carga sexual importante, por lo que no sería la opción más recomendable para ellos xD



Lo mejor:
las espectaculares secuencias de acción; que lo visual no esté por encima del peso de la propia historia; la B.S.O.

Lo peor: la frialdad de los personajes; un ritmo un tanto desigual; el aspecto de Grendel (no me acaba de convencer, quizás esperando ver otra cosa)


Valoración personal: Correcta

domingo, diciembre 09, 2007

Amazing Movies, mi nuevo blog

Como bien reza el título del post, he creado un nuevo blog que gustosamente os presento aquí.

Dado que en él me centraré exclusivamente al cine fantástico y de ciencia-ficción, pensé que Amazing Movies ( traducción: "Películas alucinantes/asombrosas") sería un título adecuado. Por una parte, porque define claramente a qué películas voy a dedicarme, y segundo porque evoca al título que tenían esas antiguas publicaciones pulp centradas en difundir relatos de ciencia-ficción: las "Amazing Stories" (aunque llegaron a surgir otras revistas de misma temática, claro)

De momento en el blog podreis encontrar una breve presentación del proyecto, para que sepais exactamente de que os hablare en él, y la primera reseña publicada.

Intentaré dedicarme a él tanto o más como a “Diario de una mente perturbada”.
Tendré activos los dos blogs. Puede que alguna crítica, si coincide con los géneros citados, se encuentre publicada en ambos.


He aprovechado el puente de la Constitución por gozar de tiempo suficiente para dedicarme a dicha tarea. Aunque ha habido poca actividad en los comentarios (imagino que algunos habreis disfrutado de unas mini-vacaciones xD), no he querido descuidar este mi humilde blog, así que he compaginado el trabajo de uno y de otro.

Sólo me quedaba presentarlo en público, y que mejor lugar que aquí, donde ya gozo de unos pocos pero fieles y estimables lectores.
Espero de momento que le echeis un vistazo, pero sin el compromiso de tener que visitarlo con frecuencia, ya que eso dependerá de si el tema os atrae o no. A diferencia de éste blog, ahí me centraré en unos géneros en particular, por lo que si no son de vuestro interés, pues tampoco tendrá mucho sentido que lo visiteis a menudo xD


Espero no obstante, que este nuevo proyecto dure tanto o más como lo está durando éste, algo que por otro lado, nunca llegué a imaginar.

Como ya dije en mi aniversario, agradezco mucho que compartais conmigo estas charlas cinéfilas, y con “Amazing Movies” ojalá ocurra lo mismo y podamos tener otro agradable lugar de encuentro.

Así que sin más dilaciones, aquí os dejo el enlace:

Amazing Movies

Espero que la primera impresión sea buena. De no ser así, teneis permiso para mentirme vílmente xDDD


Saludos y muchas gracias por la atención que me dedicais ;)

viernes, diciembre 07, 2007

“Hitman”, un frío y duro asesino?¿

Ésta es la enésima adaptación a la gran pantalla de un famoso videojuego, y como ya suele ser habitual en estos casos, el resultado es bastante mediocre.

Aquellos que han jugado al juego -Hitman: Codename 47- se dividen entre los que la han disfrutado y los que la crucifican por no ser fiel a éste. Por mi parte y dado que no juego a videojuegos, la juzgaré simplemente como la película de acción que es, y como tal, lo que puedo adelantar es que a parte de ser un insulto a la inteligencia del espectador, a duras penas me ha entretenido.

En el género de acción existen películas que son inteligentes, como “El últimatum de Bourne”, y luego están las que pretenden serlo o aparentarlo. Es en este útlimo grupo en el cual deberíamos incluir la película de Xavier Gens.

Su mayor defecto es tener un guión que no tiene ni pies ni cabeza, mal contado y que no es que tenga agujeros en la trama, es que lo suyo son unos socabones de proporciones descomunales.
Eso ocurre cuando realmente no tienes una base con la que contar, porque un videojuego de acción o tiene una breve sinopsis de presentación o una historia simplona y poco pulida que solo sirve para otorgarle algo de sentido al juego. Eso no es suficiente a la hora de contar una película que debe, en sus 100 minutos de metraje, contarte algo interesante que te enganche de principio a fin.
Lo que en el juego supondrá horas y horas de evasión a base de tiroteos a diestro y siniestro, aquí se traduce en forma de pésima trama con un poquito de acción entre diálogo y diálogo, y algunos desnudos gratuitos para goce de los hormonales adolescentes (y los no tan adolescentes)

Explosiones, disparos, muertes a tutiplén, sangre estucando paredes y tías macizas luciendo palmito es básicamente lo que ofrece “Hitman”, y es precisamente lo único que a los poco o nada exigentes contentará. El resto, mejor abstenerse.


Con una película de acción no voy a pedir un guión que sea la leche. Es más, me conformo con una historia simplona que me permita hora y media de evasión sin pensar mucho. Lo malo es que esta película pretende ser más inteligente de lo que es, y eso es forzar mucho la complacencia del espectador.

Tenemos al Agente 47 (Timothy Olyphant), que es un ser creado a partir de los genes de los peores y más despiadados asesinos que pueblan la faz de la Tierra. Cuando esto ya nos suena descabellado, es que la cosa no va a deparar algo mejor. Mostrándonos permisivos (es el legado del videojuego, no hay más remedio que aceptarlo), podemos pasar ese detalle por alto y seguir con el visionado sin que nos afecte demasiado.
Lo peor es que el Agente 47 es traicionado sin saber muy bien por qué, por su propia agencia, de la que no sabemos absolutamente nada. Se ve metido en una trampa mortal que lo convierte de cazador a presa en un santiamén.
A 47 le ayuda un antiguo compañero de “la agencia”, que suponemos que le debe una. Éste le da algunas pistas a seguir, y estas pistas lo llevan hasta una joven y hermosa prostituta (últimamente las féminas de estas películas no tienen otra profesión). Juntos intentarán resolver el misterio y a fin de cuentas, salvarse de una muerte segura.

El Agente 47 va de un sitio a otro, cepillándose a unos y a otros. Cómo los encuentra a todos? Pues no lo sabemos, porque este buen hombre no se detiene a hacer preguntas, ya que es más bien de gatillofácil. Lo que si sabemos es que es tan eficiente con las armas, que de haberlo mandado a Irak, el conflicto se hubiera resuelto en 24 horas y le hubiera sobrado una para echarse una siestecita.

Eso no supone un agravio, ya que en el cine de acción, que un sólo hombre mate a decenas en un periquete, es algo habitual y para nada molesto. Lo que pasa es que las escenas de acción tampoco son como para tirar cohetes, y eso hace mella.

No responsabilizo a Gens de lo desastrosa que es su película, porque a fin de cuentas cumple su cometido de director mecenas al que lo único que se le puede reprochar es el repetitivo uso de la cámara lenta y darle poca espectacularidad a las secuencias más relevantes del film.
Aquí el verdadero culpable de este despropósito es el guionista Skip Woods, que a parte de tener nombre de detergente, pretende montarse un guión profundo e ingenioso y lo único que consigue es hacerse un lío monumental con una trama que cojea a cada paso que da, con personajes poco retratados y una resolución final realmente descafeinada.

No ayuda tampoco que el rotagonismo recaiga en Olyphant, un actor sin el mínimo atisbo de carisma suficiente para afrontar como es debido el personaje. Su cara de palo contrasta bastante bien con la dureza del Agente 47, pero eso no es suficiente para empatizar con él.
Un servidor no acaba de comprender como a un actor tan soso com Olyphant se le están regalando papeles de tanto peso (recordemos que ha sido recientemente el enemigo de Bruce Willis en La Jungla 4 y ya sabeis mi opinión al respecto)

La chica que lo acompaña, la modelo Olga Kurylenko, no puede hacer gran cosa como co-protagonista, ya que se limita a aparecer más tiempo desnuda que vestida, poniendo calentorro al Agente 47 (y al espectador) y soltando algún que otro triste discurso sobre lo dura que ha sido su vida. A pesar de ello, no se defiende mal ante la cámara, lo cual siendo modelo y no actriz, es un milagro que se da contadas veces.

Dougray Scott tiene la misma variedad de registros que ya mostraba de villano en la secuela de Missión Imposible, es decir, nula. Ceño fruncido y mandíbula apretada es lo poco que ofrece Scott.

Así que el mejor de la función es, como ya cabría esperar, Robert Knepper, quizás el mejor villano televisivo de la última década. Pese a contar con menos minutos de lo deseado, logra comerse con patatas al resto del reparto.
Me pregunto por qué no le dan a Knepper un buen papel en alguna gran película, en vez de seguir apostando por tipos como Olyphant, que deberían ser meros secundarios o simplemente quedarse en la pequeña pantalla (se dice de él que está muy bien en la serie “Deadwood”, pero yo ya empiezo a dudarlo)

Detalle a mencionar es que la banda sonora de la película es descaradamente similar a la de la antes nombrada “El últimatum de Bourne”. A esto que cada cual juzgue si es mera coincidencia o no.


En resumen, una película de acción prescindible y sólo apta para los que crean que las películas de Steven Seagal son lo mejor que se puede encontrar en el videoclub de la esquina.


Lo mejor: Robert Knepper

Lo peor: Todo lo demás


Valoración personal: Mala

miércoles, diciembre 05, 2007

“Habitación sin salida”, nunca cojas un desvío

Entre zombies, remakes de clásicos del terror y secuelas de Saw, lo más normal es que una película poco publicitada como “Habitación sin salida” pase sin pena ni gloria por taquilla. Y así ha sido.

Como reclamo, lo mejor que tenía era la presencia de Kate Beckinsale, el rostro más conocido de todo el reparto. Tampoco ha ayudado mucho que la película suene a ya vista. Claro que eso ya podríamos decirlo del 95% de las películas que se proyectan en las salas.

Taquilla a parte, la verdad es que la cinta de Nimród Antal, pese a no ser muy original, por lo menos si cumple con su objetivo primordial, que no es otro que entretener al espectador durante su escasa hora y media de duración. Y como yo digo a veces, si es breve, pues dos veces bueno.


La historia empieza con David (Luke Wilson) y Amy Fox (Kate Beckinsale), una pareja en plena crisis matrimonial que tras tomar un desvío por la interestatal, perderse por el camino y finalmente estropeárseles el coche, deciden pasar la noche en un roñoso motel de carretera.
Hasta aquí, no hay ni un sólo atisbo de originalidad, y aunque la cosa se hace bastante lenta durante el prólogo, por lo menos nos deja claro el tipo de relación que mantienen los protagonistas, que ya es algo.
Tras ser atendidos por el extravagante recepcionsita (¿¿habrá alguno normal y cuerdo en USA??) llegan a su habitación/cuchutril, donde poco hay que hacer salvo dormir o ver la tele.
La cuestión es que pronto se darán cuenta que son vigilados con cámaras ocultas y que sus observadores no tienen precisamente buenas intenciones para con ellos (de no ser así, no tendríamos película)

Todo lo que sigue es ver a la asustada pareja intentando huir de sus perseguidores para salvar la vida.


Cuando la acción empieza, ya no para hasta el final, con lo cual y gracias a su breve metraje, el film mantiene el ritmo sin decaer. Eso, añadido a un conseguido dominio del suspense, logra que el espectador se meta de lleno en la acción y sienta un poco la misma tensión que siente la pareja protagonista.

Dado que la película se desarrolla en muy pocos espacios, la sensación de claustrofobía estámás o menos garantizada, aunque a veces parece que a los protas se lo ponen muy fácil para campar a sus anchas por todo el motel. Van de aquí para allá, y parece que los malos son o muy tontos o muy lentos (yo diría que ambas cosas)

Aunque no hay secuencias demasiado impactantes, la película mantiene el tipo manejando el suspense con acierto, ahorrándose sustos baratos cuando no tocan y subidas de volumen rebienta-tímpanos. Tampoco espereis mucha sangre, porque aquí impera más la sensación de angustia que no la casquería, algo que yo personalmente agradezco. Si quiero sangre, pues ya me pongo una película gore y tan contento.

Los actores cumplen con su cometido, especialmente el malo de la función, Frank Whaley.
Beckinsale sabe correr, llorar y poner cara de asustada, que es básicamente lo que se le pide. Wilson, pese a considerarlo un actor negado, también se puede decir que está correcto, aunque sigue pareciéndome demasiado sosainas para el papel. Un actor más expresivo me hubiera resultado más creíble en según que situaciones. Quizás donde está mejor sea en sus riñas conyugales.


La trama es simplona y se ahorra explicaciones. Así que poco se sabe de los pertubados que los acosan, salvo que disfrutan haciendo lo que hacen y que además se llevan su dinerillo (de alguna manera hay que costearse el motel). Claro que para mayores aclaraciones, siempre pueden perfectamente encasquetarnos una secuela y problema resuelto (para ellos)

Lo que si me parece un gran desacierto es el final, que se antoja muy poco creíble y rompe con el tono que llevaba la película. Pero por lo menos no es de esos giros finales tan absurdos y sin venir a cuento que tan a menudo los guionistas nos cuelan intentando sorprendernos. Más que sorprendernos, lo que hacen es fastidiarnos.


Concluyendo: Poco original y mayormente predecible, pero se deja ver sin problemas, entreteniendo y angustiando a partes iguales. No es una gran película y muy probablemente se olvidará con la misma facilidad con la que se ve, pero dado que sus pretensiones no son altas, mi exigencia tampoco lo es.
Una propuesta factible para una aburrida tarde de sábado. No le pidáis más.


Lo mejor: que apueste por el suspense y no la sangre; los títulos de crédito.

Lo peor:
el final.


Valoración personal:
Correcta

martes, diciembre 04, 2007

Limahl - "Never Ending Story" (B.S.O. La Historia Interminable)

Si algunos andabais faltos de nostalgía, no os preocupeis, que aquí un humilde servidor os hará de nuevo soltar la lagrimita con una buena ración de recuerdos.

Para mi segunda entrega de “Canciones de cine” he viajado atrás en el tiempo, de nuevo a los 80, para rescatar un maravilloso tema de una no menos maravillosa película.

Quien no recuerda con cariño “La historia interminable”?
A quien, al hacerlo, no se le empieza a reproducir la canción de la película en la cabeza? A mí desde luego que sí. A saber cuantas veces la habré tarareado de pequeño...

Por sí la memoria os falla, teneis como siempre al final del post el videclip correspondiente a la canción, que incluye por supuesto escenas de la película. Ya sabeis que los 80 eran a menudo un tanto -o muy- horteras, así que evitaré hacer cualquier comentario respecto al look del cantante. Una imagen vale más que mil palabras.


La película:

Corría el año 1984 y el encargado de adaptar la novela de Michael Ende fue el ahora conocido Wolgang Petersen (Troya, La Tormenta Perfecta) en su última película realizada en su tierra natal -Alemania- antes de dar el gran salto a la industria Hollywoodiense con la muy recomendable “Enemigo Mío” (de lo mejorcito de su filmografía)

La novela de Ende es muy extensa y la película solamente se centró en la primera mitad de ésta, más teniendo en cuenta que su duración superaba escasamente la hora y media y que eso de rodar películas de tres horas era algo poco habitual por aquel entonces (gracias a Dios)
No en vano, ya en la década de los noventa, a la película le siguieron un par de inferiores secuelas: una siguiendo la historia de la novela y dirigida por George Miller (de lo peorcito de su filmografía, aunque puede seguir contentando a algunos) y la otra pasando olímpicamente de ésta y contando una historia nueva (mejor ni la veais)


A pesar de que la primera parte fue un gran éxito y que a día de hoy sigue considerándose una de las mejores películas fantásticas de la historia del cine, Ende -el autor de la novela- no quedó satisfecho con el resultado y renegó de ella.
Eso es entendible si uno se ha leído la novela, pues se puede dar cuenta de las innumerables diferencias que existen entre ambas.
Obviando eso, la película sigue siendo un excelente divertimento para toda la familia y muy especialmente para los peques de la casa. Una película emocionante, mágica, tierna... y a veces triste. Y es que a quién no se le ha puesto un nudo en la gargante o se le han humedecido los ojos cuando Artax queda atrapado en el barro? Si no os ha ocurrido es que no teneis sentimientos!


Para el recuerdo siempre quedarán otras grandes joyitas del género que nacieron también en los ochenta y de la mano del maestro Jim Henson y sus fantásticas -nunca mejor dicho- marionetas. Me refiero, como ya sabreis, a “Cristal oscuro” (simplemente una obra de arte) y “Dentro del laberinto” con David Bowie luciendo modelistos y peinados (para variar) y una jovencita Jennifer Connelly robándonos el corazón.

Jim Henson a parte, mencionar también a esa gran olvidada que es “El Dragón del Lago de Fuego”, a la que, en mi opinión, le fallaba su inadecuado protagonista, Peter McNicol.

Tema a parte son las cintas de Terry Gilliam (“Los ladrones del tiempo” o “Las aventuras del Barón Munchausen”, dos clásicos) o la entretenidísima “Willow”.

Aunque también hubo lugar para decepciones tales como “Legend” de Ridley Scott (visualmente portentosa pero argumentalmente funesta), hay que decir que a algunos directores de hoy en día no les iría mal echarle un ojo a estas películas y así aprender como se debe hacer un buen producto de fantasía para los críos.

La falta de medios de antaño se suplía por ingestas cantidades de ingenio, pasión, profesionalidad y cariño hacía el trabajo que se estaba haciendo, sin perder el equilibrio que debe existir siempre entre arte y negocio.


La canción:
Never Ending Story” fue compuesta por Giorgo Moroder y Christopher Hamill, o como se hizo conocer artísticamente, Limahl, que si os fijais es un anagrama de su apellido.

Limahl había sido el vocalista del grupo “Kaajagoogoo”(producido por Nick Rhodes de... los Duran Duran!!), con el que alcanzó cierta popularidad gracias al tema “Too Shy”, que fue Nº 1 en Gran Bretaña.
Pronto llegó el éxito y con ello también las disputas entre los miembros de la banda, lo que propició la marcha de Limahl y por consiguiente el inicio de su carrera en solitario.

El tema que nos ocupa fue compuesto expresamente para la película y entró directamente al Top Five de las listas inglesas. Todo un acierto, con un ritmo muy pegadizo y demostrando que una canción synth-pop podía combinar perfectamente con una película de temática fantástica. (recordemos que la música de sonidos electrónicos se reservaba casi siempre a películas de ciencia-ficción)

Tras el éxito alcanzado con dicha canción, Limahl siguió colaborando con Moroder en su siguiente disco, pero ya nada fue lo mismo. Durante la década de los noventa sacó un par de discos más, uno de los cuales era el pertinente “Greatest Hits”. Luego poco más se supo de él, salvo la típica gira “remember” que lo volvió a unir, en el 2004, con el resto de ex-componentes de “Kajagoogoo”.

Por cierto, que el grupo heavy Dragonland hizo una versión del “Never Ending Story” y que podeis oír aquí . Personalmente, me quedo con la original.


Ya para terminar, si alguno tiene curiosidad por saber que fue de los protagonistas de la película, aquí os dejo un breve resumen:

Bastian-Brett Oliver: de la fantasía de “La historia interminable” se pasó a la ciencia-ficción juvenil de “D.A.R.Y.L.” y la menos infantil pero más tierna, “Cocoon” (secuela incluida). Poco más se supo de él, y la verdad es que no lo hacía nada mal. Quizás mejor así, no vaya a ser que hubiera acabado alchólico o drogadicto como otros “niños prodigio”.

Atreyu-Noah Hathaway: Pasó por series de tv, por la serie B fantástica y como no, por el doblaje de animación. Luego dejó la interpretación para dedicarse a las motos y a las artes marciales.

La Emperatriz Infantil-Tami Stronach: La película de Petersen fue la única vez que tuvimos la oportunidad de ver su hermoso rostro en pantalla. Del cine se pasó a la danza, disciplina que aprendió desde muy pequeña.


Y esto es todo, que no es poco. Sé que me enrollo como una persiana, pero las cosas o se hacen bien o no se hacen.

Disfrutad de esta canción.


Limahl - Neverending Story
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sábado, diciembre 01, 2007

Shoot 'Em Up, zanahorias letales

Antes de realizar la crítica, vaya por delante que un servidor ha visionado la película con la predisposición adecuada, sabiendo perfectamente que clase de producto iba a presenciar y el nivel de indulgencia y exigencia que debía tener. A pesar de ello, me ha sido muy difícil disfrutar plenamente de una película tan vacía y calamitosa.


Shoot' Em Up” es, a pesar de su reconocida autoparodia, el tipo de película de acción que no se debe hacer,; y es a su vez, el ejemplo perfecto de la degeneración a la que ha llegado el género. Mientras unos cuantos (John McTiernan, Richard Donner, James Cameron, Renny Harlin en sus inicios, John Badham, entre otros) se esforzaban en mantener el género de acción a un buen nivel, digno de no ser marginado y sí recordado, otros ahora han echado por tierra todos esos esfuerzos con películas vacías rebosantes de pirotecnia. Traducción, carne de videoclub tan inofensiva como barata.

La pregunta que yo me hago siempre es: ¿vale todo con el propósito de entretener? Y mi respuesta es siempre la misma: Definitivamente NO.
No me conformo con una sucesión de tiros y más tiros sin la mínima consistencia. Que sea una película de acción y que, como mayor y única virtud, no me aburra, no es motivo suficiente para que me deje atrapar por el vacuo espectáculo.

Nadie pide un guión de Oscar, pero si algo que se sostenga mínimamente durante todo el metraje y que no sea a base de tiros la única forma por la que debamos prestarle atención a todo lo que se va sucediendo. En ese aspecto, la película de Michael Davis es un fiasco, porque su guión se cae por su propio peso. Un guión escrito con los pies, plagado de incongruencias y resoluciones que atentan a al inteligencia del espectador (la deducción de Smith sobre donde vivía la madre del bebé es para mear y no echar gota)


La historia trata sobre un misterioso pistolero, el Sr. Smith (Clive Owen), que deberá proteger a un bebé de sus perseguidores, unos criminales sin escrúpulos capitaneados por Paul Giamatti, que desean acabar con la vida del susodicho y de todo el que se interponga a ello. Para llevar a cabo su tarea, Smith contará con la ayuda de una bella prostituta (Monica Bellucci).

Esta es más o menos la sinopsis y también el resumen de la película. Bueno, más que resumen, esto es la película. Todo lo demás es, como ya he comentado anteriormente, una sucesión de tiros y más tiros que empieza desde el primer minuto y acaba en el último.


La película se ríe de sí misma constantemente y eso es lo que nos permite digerirla con mayor facilidad. La misma facilidad con la que luego la olvidaremos, dicho sea de paso.
Para autoparodiarse, no duda en usar un humor negro muy agradecido y sin el cual probablemente acabariamos hastiados con tanto tiroteo y descarga de adrenalina. Es el humor pues, una baza que el director aprovecha para endosarnos, entre chiste y chiste -o durante-, un montón de escenas de acción surrealistas e inverosímiles con piruetas a diestro y siniestro que harán las delicias de muchos y que horrorizarán a otros tantos. Claro que más que una sucesión de escenas, podríamos decir que “Shoot 'Em Up” es una secuencia de acción alargada a hora y media.

El héroe en cuestión -o antihéroe, mejor dicho- es un tipo duro durísimo, poco hablador y muy hábil con las armas y cualquier cosa que le pueda servir para matar. Hasta una zanahoria se puede convertir en un arma mortal en sus manos.
Recuerda un poco al Eastwood de los westerns de Leone, donde además pocas veces conocíamos el pasado del sujeto, lo que al fin y al cabo, poco importaba.
Si alguien cree que la comparación es un razonamiento mío sacado de la manga, que eche un vistazo al trailer oficial de la película y se dará cuenta que es puro Leone. Así pues, Davis bebe un poco de Leone a lo largo de la película y con dicho trailer se permite directamente homenajearlo.

En este caso, del héroe no sabemos absolutamente nada hasta casi el final, cuando se nos desvela torpemente (metido con calzador, vaya) toda la información referente a Smith. Hacía falta? Pues no. De desvelarse, se podría haber hecho mejor? Seguramente sí, aunque no se yo en que estaría pensando el guionista/director (ah sí, estaría pensando en el próximo tiroteo)


Clive Owen encarna al Sr. Smith con chulería, garra y por que no decirlo, también bastante inexpresividad. De todas formas, como héroe de acción aún le falta bastante carisma (está lejos de ser un Bruce Willis o un Mel Gibson)

Paul Giamatti está totalmente pasado de rosca, hasta el punto de que por momentos llega a resultar ridículo. De todas formas, esa histrionidad encaja perfectamente con la pasividad de Smith/Owen, así que tampoco molesta mucho si uno se lo toma a guasa.

Luego tenemos a Monica Bellucci como la prostituta que acompaña al héroe a desgana al principio y por convicción luego.
Ignoro si la belleza y sensualidad de la señora Bellucci me nubla la razón, pero siempre he pensado que tiene potencial como actriz y que sólo falta que lo demuestre. Pero de momento, ella sigue empeñada en llevarme la contraria y una vez más vuelve a ser la “chica florero” de turno. Esta vez, debo señalar que incluso su interpretación como mero decorado me parece muy poco convincente.

Y mención especial al bebé que protege Smith, que muestra una asombrosa resistencia a todo tipo de golpes y zarandeos. ¿Por cierto, de dónde sacará OJO SPOILER Smith ese bebé robot? Eso no era un muñeco de cualquier juguetería, eso era un animatronic de última generación! FIN SPOILER


En fin, una película que dudo que vaya a disponer de un lugar privilegiado en el cine de acción.
Hay que tomársela a puro cachondeo y reirse con ella (si podeis)
Es honesta en sus pretensiones y no engaña a nadie, así que si eres capaz de disfrutar de la acción por la acción, sin sentido alguno, y cuanto más inverosímil y absurda mejor, pues sin duda está es tu película.
Aquel que sea un poquito más exigente y guste de la acción más cercana a un Bourne o a un Casino Royale (véase mi caso), debe mantenerse alejado de esta película.

Por mi parte y aún con el chip correcto, no me ha entusiasmado en absoluto, aunque tampoco me ha horrorizado hasta el punto de dejarla a medio ver. Creo que como autoparodia funciona, pero que como disfrutable película de acción no, porque la sensación de vacío que me queda después de su visionado es inmensa. Así que sopesando los pros y los contras, creo que la nota más adecuada sería un Regular (lo mismo me sucedió con "Crank", que ni fu ni fa)

Hay películas que se han autoparodiado de forma más ingeniosa y divertida, sin llegar a extremos tan desproporcionados. Sírvame como ejemplo la infravalorada y reivindicable “El último gran héroe” o la mismísima “Mentiras arriesgadas” (vaya, los dos de Chuache)



Lo mejor:
el humor negro que destila; sus excelentes créditos finales; Monica Bellucci (por su cuerpo); la escena del cartel luminoso.

Lo peor: su desmesura en todos los aspectos; un guión pésimo; Monica Bellucci (por su interpretación); la secuencia del paracaídas.

Valoración personal: Regular

jueves, noviembre 22, 2007

“Adiós, pequeña, adiós” ¿el fín justifica los medios?

Nos encontramos ante el debut tras las cámara del casi siempre mediocre -como actor- Ben Affleck. Digo “casi” más que nada por su correcta interpretación en “Hollywoodland”, aunque tampoco lo suficientemente buena como para hacerlo merecedor de la Copa Volpi que le otorgaron (cuanto menos, discutible)

De buenas a primeras, con esa información, uno puede mostrarse receloso e incluso puede que los prejuicios le asalten como mosquitos a la luz, pero es de buen espectador el conceder una oportunidad antes de prejuzgar, y si luego resulta que es tan petardo dirigiendo como actuando, pues aquí está un servidor para, muy cómodamente, ponerlo a caldo.
No obstante, tendrá que ser en otra ocasión, pues esta vez hay que reconocerle su sorprendente e igualmente satisfactorio trabajo en las labores de dirección, con una película que ha suscitado una injusta -por no decir absurda o estúpida- polémica por sus más bien pocas similitudes con el “show mediático/caso Madeleine”. Y son pocas porque más allá de que la película se centre en la investigación del secuestro de una niña pequeña (también rubia), en lo demás no tienen absolutamente nada que ver.


Se ha llegado a tildar la película de “oportunista”, cuando hace más de una año que se empezó su rodaje y cuando se basa en una novela anterior a dichos hechos.
Como ya suele ser habitual, los medios de comunicación desconocen tres cuartos de la información que deberían conocer, por lo que siempre resulta poco o nada interesante la promoción de una película vía noticiarios. Como anécdota, aún recuerdo cuando un periodista de informativos afirmaba que “El Orfanato” estaba producida por Benicio Del Toro (el actor), en vez de Guillermo Del Toro (el director). Pero lo más grave es que este periodista era de la misma cadena que producía la película! Si es que... jejej


Anécdotas a parte, “Adiós, pequeña, adiós” no es una película comercial ni tampoco está protagonizada por grandes estrellas Hollywoodienses, por lo que no es raro que aparte de las polémicas suscitadas, la película haya pasado más bien sin pena ni gloria por nuestras carteleras. Otro motivo añadido puede ser el hecho que con su trailer, la hayan vendido como el drama que realmente no es. Cierto es que tiene tintes dramáticos en los que, obviamente, se sustenta la historia y sus personajes, pero no por ello es un drama al uso, sino un thriller. Thriller con una carga dramática que fluye sin pesar en el espectador, quien se mantiene intrigado durante toda la película para esclarecer los hechos que en ella acontecen.


Affleck dirije con sobriedad, desarrollando la trama pausadamente y con cautela, mostrando interés en sus personajes principales (y secundarios) y en su evolución a medida que avanza el caso.
La película planea y posteriormente profundiza sobre la condición moral que cada ser humano tiene (o deja de tener, que también) y que irremediablemente afecta a todas nuestras acciones. Los personajes aquí presentados están sujetos a ella como cualquier otro, y esa moralidad dictaminará sus actos, ya sea para bien o para mal, por convicción o por imposición.


Aunque lo parezca, Ben Affleck no es tonto, y aparte de enchufar a su hermanito, se ha rodeado de un buen par de actorazos como son Morgan Freeman y Ed Harris, cuya sola presencia ya llena la pantalla, otorgando además un prestigio añadido al film que gracias a Dios no resulta meramente postizo, como si ocurre en otros casos (especiamente con los proyectos de dudosa calidad en los que a menudo se mete Freeman)

Ed Harris borda su papel, creando un personaje que pasa de carnos mal a caernos bien, y luego otra vez mal y luego...bueno, luego que cada uno juzgue.
Estoy seguro que en manos de otro actor, de la excelencia se hubiera pasado a la sobreactuación, fina linea que las separa y que muchos cruzan con demasiada -fea- costumbre.

Por su parte, la pareja protagonista formada por Casey Affleck y Michelle Monaghan cumple con su cometido con correctas interpretaciones acordes con su rol. Me ha extrañado que Affleck resultara convincente, sobreotodo y a pesar de no mover un sólo músculo de su cara en toda la película (una fugaz y casi inperceptible sonrisa es la única mueca distintiva que se llega a apreciar). No sé si la inexpresividad es cosa de familia o es que iba con el perosnaje, pero el caso es que no me ha molestado en exceso, que es lo cuenta.


La película, como ya he dicho antes, se desarrolla de forma pausada, pero eso no es un problema porque siempre hay algo que contar y la trama da los suficientes giros argumentales en muy poco tiempo como para que uno esté al tanto de lo que va a suceder luego. Eso sí, recomiendo estar muy atento y quedarse con los nombres de los personajes, porque sino más de uno va a tener que echar mano del rebobinado.
Hay un punto de inflexión a mitad de la película que aunque se nos antoje chocante y en cierto modo rompa el ritmo del film, rápidamente se torna como el inicio de ese “todo” que oculta el argumento.

Se le puede achacar eso sí, una correctitud y pulcredad en algunos diálogos que en ciertos momentos hacen que no parezca que la historia se desarrolla en unos suburbios. No digo que haya que ir soltando tacos a diestro y siniestro, pero si evitar la exaltación de unos elucubrantes diálogos por medio de sabias palabras bien escritas antes que por lo que nos quieren decir con ella. No se si me explico, pero a veces las formas no son más importantes que lo que realmente se está diciendo.
También la chulería del protagonista que en ciertos momentos ostenta, se nos puede antojar poco creible, por mucho revólver que lleve encima y por mucho que se haya críado en el barrio. Tenerlos bien puestos no significa que puedas chulear a unos tíos grandotes cuando tu chica está ahí y también puede recibir.


Salvo estas pequeñeces sin importancia, no temo afirmar que se trata de una notable película, que invita a reflexionar e incluso a reflexionar sobre ella misma.
La historia es tan buena (que no original) que quizás pensemos que en manos de otro director se hubiera convertido en una obra maestra, pero hay que ser justos y entender que con el talento se nace, pero con la experiencia no. Esto lo digo porque la novela en la que se basa la película es del mismo escritor que escribió “Mystic River”y que el tito Eastwood posteriormente adaptó con magníficos resultados. Vengo a referirme a que Affleck no es Eastwood, y quizás a la película le falte esa contundencia que el primero sabe imprimir de forma natural y para nada tramposa ni artificiosa (algo que otros sí hacen, como Paul Haggis con “Crash”)

Vamos, que un servidor tiene la esperanza de que Ben Affleck permanezca a este lado de la cámara y no del otro, así por un lado nos ahorramos sus penosas y mayormente sosas interpretaciones; y por el otro, ganamos en buen cine, que de eso andamos faltos en estos tiempos que corren.

Adiós, pequeña adiós”, es una película pausada que no lenta, áspera que no fría, cruda que no letal, recomendada sólo para aquellos libres de prejuicios y dispuestos a debatir sobre la correcta o incorrecta moralidad del hombre (y la mujer, claro) ante según que situaciones.

Sin destripar nada, en los últimos minutos pienso que el progonista, a pesar de actuar según sus convicciones y así evitar una deuda que le podría pesar toda la vida, al final acaba arrastrando otra deuda no sé si peor, pero si más directa.


Lo mejor: una dirección libre de efectismos, llevada a cabo con sobriedad y tenacidad; Ed Harris, su final.

Lo peor: la polémica que ha suscitado a su alrededor; la desconcertante inexpresividad de Casey Affleck.

Valoración personal: Buena

martes, noviembre 20, 2007

“Lío Embarazoso”, humor troglodita

Lío Embarazoso” es una película que se ha estrenado en España -no sin retraso-, después de cosechar un notable éxito en su tierra natal, con favorables críticas no sólo de público, sino también de la “crítica especializada”. De hecho, se la ha llegado a calificar como “la película más hilarante del año”.
Por lo que a mi respecta, no sólo el calificativo me parece exagerado, sino que además considero que la película no funciona como tal, es decir, como comedia, por los motivos que continuación expondré.

Lo primero y muy importante, es apuntar que la película se acerca más al melodrama de telefilme que a la comedia propiamente dicha. De hecho, podriamos decir que básicamente la primera media hora es la que pertenece a la comedia, mientras que el resto se muestra más como el citado melodrama pero con toques de humor de temática mayoritariamente sexual, que supuestamente nos harán reír a carcajadas (¬_¬)

Pero primero, situémonos en el contexto de la historia, para poder analizar mejor donde falla ésta. Y para ello, nada mejor que una breve sinopsis.

Ben Stone es un tipo vago, yonki, desempleado y sexualmente tan salido como inactivo. Un día tiene la gran suerte de conocer en una discoteca a Allison Scott, una joven y atractiva periodista de futuro profesional muy prometedor. La noche en la que se conocen se emborrachan y acaban acostándose sin usar preservativo, con la consecuencia de que 8 semanas más tarde ella se dará cuenta de que está embarazada de él.
Dado que Allison no quiere afrontar la situación sola, decirle darle una oportunidad a Ben para llevar el tema del embarazo con la responsabilidad que le toca, es decir, la de padre de la criatura.


Hasta que el espectador tiene conocimiento del embarazo, la película, como ya he comentado, se mueve dentro del género cómico. Eso sí, entiéndase por cómico el humor más chabacanero, retrograda y vulgar que uno se pueda echar a la cara.
A lo largo de la película, el director utiliza, en su mayoría, el humor de tono sexual para hacer reír al espectador. Eso es, hacer continuas referenicas hacia lo que al hombre le cuelga entre las piernas, hacia la masturbación, hacia los senos de la mujer y demás memeces típicas de este tipo de humor, que muy probablemente haga partirse de risa a los que aún se encuentran en la edad del pavo (están en su derecho), pero que a un servidor no le producen la más leve sonrisa.
Humor sexista que bien podemos encontrar en programas como “Escenas de matrimonio” que emite Telecirco a la hora de la cena, pero elevados a la máxima potencia. Vaya, que cuanto más guarro suene el chiste y más machista -o feminista- sea, pues mejor que mejor.

El abuso de típicos tópicos es también uno de los puntos flacos de la historia, puesto que en vez de aportar algo nuevo al género, decide explotar lo que ya se ha visto en repetidas ocasiones.
Tenemos al protagonista, que es el típico feo patoso de gran corazón; la protagonista, típica maciza sentimentaloide de clase acomodada y a su hermana la arpía (con marido calzonazos incluído), y por no faltar, no faltan el grupete de amigos del prota, que básicamente son una panda de descerebrados que se pasan el día drogándose y pensando en sexo (o en apuestas estúpidas), y que en un alarde originalidad, el director y también guionista del film, las hará contonearse a base posturas obscenas para provocar de nuevo la carcajada sentre los asistentes.

El problema, más que nada, es que a pesar de usar estos tópicos, Apattow tampoco consigue hacerme reír, porque no sabe sacarle jugo a los diálogos, que se tornan casi siempre demasiados extensos y fundamentalmente obvios.
Tampoco ayuda que el comportamiento de los personajes no acabe de resultar demasiado creíble, y en consecuencia, tampoco lo sea la historia. No es suficiente motivo que Ben sea un buen tío simpaticón, para que una mujer supuestamente inteligente, le dé una oportunidad como padre (y como pareja) Tampoco es creible que cuando éste cambia de forma de actuar, consiga un trabajo y un apartamento en menos que canta un gallo (por favor, que desvele el secreto a los probes milueristas españoles..y a los que no llegan ni a milueristas). ¿Será que en USA el precio de la vivienda está por los suelos? ¿O los sueldos están por las nubes?

Hay también personajes de aparición fugaç que están metidos con calzador y que no aportan absolutamente nada a la trama. Es el caso, pues, de los padres de ambos protagonistas. Son utilizados básicamente como cameos, de manera que un servidor de sé cuenta de como los años y los kilos han agravado el aspecto del director/actor/guionista Harold Ramis (Egon Splenger en “Los Cazafantasmas” xD) o lo bien que se conserva Joanna Kerns (la mamá de Kirk Cameron en “Los Problemas Crecen”). Para otra cosa, no creo que estén.

Pero Apattow no tiene suficiente con los cameos, así que decide meter infinidad de referencias a otras películas, a modo de guiños, para ganarse el beneplácito del cinéfilo empedernido. El problema es que los guiños son utilizados frecuentemente por que sí, sin venir muy a cuento (aunque a veces sí), de manera forzada (otras no tanto) o simplemente sin resultar graciosos, más allà de los recuerdos que a uno le puedan traer.
Esto no es suficente para complacer al cinéfilo, así que la complicidad se pierde si el resto de la película no interesa lo más mínimo. Y digo no interesa, porque cosas que deberían resolverse en uno o dos actos, se resuelven en tres o cuatro, con lo cual la película se alarga hasta la extenuidad, con una falta de ritmo agonizante y percibible hacia la mitad del film, y cuya máxima consecuencia es hacer mella en la paciencia del espectador, que a falta de buenos chistes y de humor inteligente, por lo menos desea que no le aburren con demasiado metraje ni con historias paralelas muy poco trabajadas (véase la relación matrimonial de la hermana de la prota, que bien se podría haber suprimido y a la que se le ha dado más cancha de lo debido)


Por otra lado, está la moralina tan típica americana que abunda en este tipo de productos y que en esta película apesta por los cuatro costados. Las moralejas de aceptar a los demás por lo que son en su interior y no en su exterior; de las responsabilidades que debemos asumir; de lo importante que es el amor y en general, todas esas cosas que cuando las sepamos una vez termine la película, nos harán ser más felices y mejores personas...sinceramente, a mi me cansa. Sobretodo porque aquí se muestra en exceso, en casi todas las escenas clave de la película.

Todo esto, si viene con buen humor, pues aún se puede soportar, pero si el aburrimiento hace presencia, a uno el aguante se le acaba agotando. Y es que me pregunto una vez más si las discusiones que mantenienen los protas en algún momento de la película (la del coche o la de la consulta del médico) a alguien le resultan ya no digo graciosas, sino verosímiles. A mí desde luego, no.


La perla de todo esto llega al final, cuando el director, desprovisto de cualquier tipo de sutileza o elegancia, decide mostrarnos de forma explícita el parto de la muchacha con no uno, sino dos primeros planos seguidos de la vagina de ésta, mientras está iniciando el parto. Por supuesto, un servidor no se va escandalizar ante dicha visión, pero realmente me pregunto si era necesario ser así de explícito o bien podía sido má singenioso y en mayor medida, más cómicosy menos zafio. Resulta que uno de los amigos presencia ese momento del parto y acaba un tanto afectado, así que por si alguno aún dudaba de si los niños venían de París traidos por una cigüeña o no, pues Apattow, ni corto ni perezoso, decide mostrárnoslo. Lo raro es que en las escenas de sexo que aparecen la película -bastante surrealistas, por cierto-, el director no nos muestre el miembro que tantas veces nombra en su forma más cotidiana (ya sabeis, empieza por “p” y acaba por “a”)


En definitiva, una comedia que a mí, iendo a contracorriente para no perder la costumbre, me ha parecido pésima por los motivos aquí descritos y que se resumen en muy pocas palabras: aburrida y sin gracia.
El éxito de este tipo de películas (o las American Pie de turno, otras que tal...), viene a decirnos que el humor inteligente ha muerto y que este es el futuro de la comedia. Quizás soy un poco fatalista, ya que siempre nos quedará el irónico humor inglés y las siempre agradables comedias francesas de Veber y compañía.
Conste que no soy un puritano, ni muchos menos, y que el humor gamberro me gusta (si es bueno), pero es que con esta película sólo me he reído una vez y aún me pregunto, independientemente de que realmente se me haya hecho larga y aburrida, si es cosa mía o la gente es de risa fácil.

“Lío embarazoso” es además la visión de pareja de un guionista que parece que muy poco sabe sobre las mujeres, de las cuales me gustaria saber la opinión que tienen acerca de esta película y de otras de temática similar, cuya visión se me antoja bastante sexista y arcaica como para disfrutarla en pareja (en un grupo de amigos mixto)


Lo mejor: la correcta actuación de los actores, tanto él (Seth Rogen) como ella (Katherine Heigl)

Lo peor: Todo lo demás: lo inverosímil de las situaciones/historia; el humor casposo; el excesivo metraje (más de dos horas para una comedia!!); los abundantes tópicos; la moralina barata, etc, etc.


Valoración personal: Mala

miércoles, noviembre 14, 2007

Piccolo ya tiene rostro!

Aquello que muchos temíamos y otros deseaban, ya es una realidad: La adaptación al cine en carne y hueso de la miiiiítica serie “Dragon Ball” ya está en marcha y con vistas de estreno entre el 2009 y el 2010, aunque la huelga de guionistas puede que acelere el proceso (mal) y decidan tenerla para...el próximo año!
Ya se sabe que las prisas son malas consejeras..

Tras anunciarse que el encargado de dirigirla sería James Wong (responsable de la aceptable “Destino Final” y la aberrante “El único”) y que contaría un presupuesto de unos 100 millones de dólares (una bírria teniendo en cuenta las millonadas que se gastan en otros blocksbusters), las últimas noticias informan sobre quiénes encarnarán a los carismáticos personajes de Son Goku y Piccolo (aka Cor Petit)

El joven actor Justin Chatwin, que ha apareció en el remake de “La guerra de los mundos” haciendo el papel de hijo de Tom Cruise, será Son Goku. Y el malvado -y luego indispensable y fiel amigo- Piccolo, tendrá el rostro de James Marsters, quien ya encarnó a un villano (Spike) en la serie “Buffy Cazavampiros”, conviertiéndose éste en el mejor personaje de la serie durante sus devaluadas últimas temporadas, momento en el que adquirió mucho más protagonismo (y único motivo por el que yo seguí viendo la serie hasta el final, a pesar de lo penosa y cansina que se estaba volviendo)


Un servidor se muestra bastante escéptico ante tal proyecto y numerosos son los motivos.
Uno de los principales es la dificultad que tiene el adaptar un manga como DB, que a priori se me antoja muy pero que muy difícil. Mi convicción siempre ha sido adaptarlo utilizando animación 3D (CGI, vamos), lo que permitiría mantener la fisonomía de los personajes intacta, además de que las posibilidades que ofrece dicha técnica son mucho mayores que unos cables y 4 trucajes de ordenador.
En personajes reales, lo más cerca que se ha estado de una pelea tipo DB es en la trilogía Matrix, y tampoco es que me sirva de consuelo (demasiado artificial)

Otro temor apunta a todas y cada una de las libertades que se van a tomar a la hora de adaptarlo. De hecho, se ha llegado a decir -pudiendo ser un bulo- que Goku podría ser un estudiante universitario con habilidades en la lucha. Yo a eso le llamo pasarse la historia por el forro, y en ese tema van a tener una enorme legión de fans en contra (incluyéndome a mí)

El director tampoco me inspira mucha confianza, pues tiene en su haber una de cal y otra de arena (y lo bueno, tampoco es como para saltar de alegría). Luego teniendo en cuenta que el presupuesto para blockbusters suele rondar entre los 150 y 250 millones, a uno se le antojan insuficientes tan solo 100 millones para adaptar una serie de tales magnitudes (Transformers costó 150 y cosas como Spiderman 3 o la tercera parte de Piratas del Caribe costaron 300 y 200, respectivamente -cifras aprox.-)

En fin...muchas contrariedades y muchas dudas albergadas en mi interior en referencia a esta adaptación. De momento, los nombres elegidos para encarnar a dichos personajes no me desagradan en absoluto. Es más, Marsters creo que podría clavar perfectamente el papel de Piccolo, ya que además encuentro ciertos paralelismos con su Spike de la serie antes mencionada. Aunque eso sí, a Chatwin no le iría mal ponerse un poco en forma, porque es más bien tirando a enclenque xD

No me enrollaré más, ya que el motivo del post, más que informar sobre dicha noticia (eso ya se puede encontrar en cualquier blog especializado en cine), era mostrar como podría ser la caracterización de Marsters como Piccolo.
Sin tener ni la más remota idea de como piensan convertir al actor en el “todopoderoso” namekiano y si van a respetar o no la imagen que todos conocemos, un servidor ha querido hacerse una idea aproximada mediante retoque fotográfico.
Así que echando mano de mi amigo el Photoshop y fusionando un par de imágenes que se pueden encontrar fácilmente navegando por la red, he realizado un fotomontaje, que aunque no sea la leche, espero sirva para hacerse una idea xDD
No es que haya invertido el tiempo necesario en su creación (ojalá), y siendo uno quiquilloso se le pueden encontrar los fallos sin problemas..pero oye, la intención es lo que cuenta. Así que espero que os guste :)


*Hace años ya sonó la adaptación de la serie y por internet empezó a correr la imagen de Piccolo que he utilizado para el montaje. No se si sería un fake o llegó a ser material de pre-producción, pero a mi me ha venido de perlas :D


Saludos ;)

domingo, noviembre 11, 2007

"Stardust" el cuento de hadas prometido

Antes de adentrarnos en la crítica, vaya por delante que un servidor no ha leído la obra en la que se basa la película, con lo cual, y aunque esto no fuera así, mi opinión viene dada una y exclusivamente por las virtudes y defectos que la película tenga en sí misma.
Creo que es muy importante saber diferenciar un medio de otro y que para nada se muestran y expresan de igual forma, por lo que compararlos siempre resulta un tanto farragoso.
La fidelidad mayor o menor hacia una novela puede constituir una mejor o peor película, inclinándose tanto hacia un lado como hacia el otro, es decir, ya siendo más o menos fiel. No siempre la máxima fidelidad a la obra escrita asegura una buena película.


La cinta que nos ocupa se basa en la novela de Neil Gaiman que DC Comics publicó en 4 volúmenes allá por el 1997 a modo de cómic y que un año más tarde se editó en formato libro, pasando a ser una de las novelas más vendidas y mejor valoradas del año.
La película ha sido trasladada al cine de la mano del director Matthew Vaughn, siendo éste su segundo largometraje tras la recomendable “Layer Cake”.

La película nos cuenta la historia del inocente -y algo torpe- joven Tristan (Charlie Cox), que para conquistar el corazón de su amada Victoria (Sienna Miller), promete a ésta ir en busca de una estrella caída del cielo. Dicho cometido le llevará a cruzar los misteriosos muros que delimitan su pueblo y tras los que se esconde un mundo mágico que jamás llegó a imaginar (toma ya que bonito me ha quedado eso xD)
La primera sorpresa con la que Tristan topará, será comprobar como la citada estrella se ha convertido en una hermosa dama de nombre Yvaine (Claire Danes). Si esto ya supone una importante complicación, el hecho de que una malvada bruja (Michelle Pfeiffer) y un codicioso príncipe (Mark Strong) vayan también tras ella, no le facilitará nada las cosas.

En su camino, Tristan se cruzará con unicornios, piratas que surcan los cielos, decrépitas brujas, etc.


“Stardust” es, en lineas generales, un agradable y efectivo entretenimiento que hace disfrutar a los espectadores mostrándoles un mundo de fantasía cargado de aventuras, hechizos, amor, humor (muy inglés) e incluso una cierta y agradecida poesía, que en última instancia magnifica unos diálogos siempre cuidados e ingeniosos.
La película transcurre a buen ritmo desde que una voz en off nos introduce en la historia hasta que los títulos de crédito inundan la pantalla.
Los personajes se nos presentan uno por uno, tomándose el tiempo justo para que el espectador los identifique y categorice sin problemas, algo que resulta mucho más fácil teniendo en cuenta que son arquetipos de sobras conocidos (brujas, príncipes, valientes héroes, damiselas en peligro, fantasmas...)
En ese aspecto no es que la película ofrezca muchas novedades (tampoco se las pedíamos), pero consigue desarrollarse con soltura gracias a algunos giros inesperados -y esperados- en la trama y sobretodo al cúmulo de personajes que la inundan, todos importantes y claves para que cada uno de las piezas que conforman la historia encajen a la perfección en los minutos finales.

Otra gran baza de la película es sin duda su acertado reparto, que aúna estrellas consagradas como Robert De Niro o mi adorada musa Michell Pfeiffer, con actores más jóvenes pero no menos talentosos, como el protagonista Charlie Cox (visto en “Casanova”), que aporta al personaje ese toque honesto y amigable que hace que empatices fácilmente con él.
También hay un buen elenco de secundarios (Rick Gervais, Jason Flemyng) que ayudan a tejer bien el argumento.
Y como no, tampoco faltarán bellos rostros como los de Sienna Miller o Claire Danes, que serán las damas por los que nuestro héroe luchará (primero por una, luego por la otra)
E incluso tenemos la oportunidad de ver al veteranísimo Peter O'Toole, que siempre aporta calidad al producto, aunque en este caso su aparición sea más breve de lo deseado.

Profundizando un poco más en el elenco, decir que la espléndidamente hermosa Pfeiffer crea con facilidad y sin histrionismos -tan típicos de estos papeles- el personaje de la pérfida bruja Lamia como si lo hubiera interpretado otras muchas veces.
Lamia pretende apoderarse del corazón de la estrella para conseguir de nuevo la juventud, y a lo largo del film vemos su lado más málevolo y su lado más picarón. Ni que decir que Pfeiffer cumple sobradamente con el papel en todo momento.
Por su lado, De Niro, alejado cada vez más de esos papeles de duro mafiso, encarna a un caza rayos que instruirá a Tristan en el arte de la espada, para que así pueda batirse en duelo sin perecer en el intento. Su personaje oculta un secreto que por supuesto no desvelaré aquí, pero sí hay que decir que protagoniza uno de los momentos más hilarantes y bizarros de la película, y por consiguiente, de los más divertidos y por el cual ya merece pagar la entrada del cine.
Los que estén muy apegados al De Niro mafioso quizás lo encuentren ridículo, pero el que sepa apreciar las virtudes de un carismático actor como él, agradecerá que por una vez nos haga reír sin recurrir a la ya cansina y gastada autoparodia que tanto ha explotado en el ocaso de su carrera con olvidables productos como “Una terpia peligrosa” o “Showtime”.

Claire Danes - la estrella caída Yvaine-, nunca me ha gustado como actriz, encontrándola casi siempre demasiado sosa. Esta vez mejora bastante y se involucra con mayor habilidad que en otros papeles. Su intepretación pues, me parece correcta, aunque quizás hubiera preferido a otra actriz en su lugar.

Charlie Cox, como ya he dicho, se defiende muy bien afrontando el peso de su personaje, y el resto del reparto cumple cada uno con su cometido dentro de la función.


Tema a parte son los efectos especiales, que por una vez están al servicio de la historia y en ningún caso para ocultar las carencias de un superfluo guión (sirva como ejemplo de esto último, las secuelas de Piratas del Caribe o Transformers)
Visualmente no es que sean la repera, pero tienen ese toque mágico -nunca mejor dicho- que hace que se vean con agrado, aunque sin llegar a fascinar. También hay que reconocer que se usan puntualmente y cuando toca, y no de relleno como podría haber llegado a ocurrir.

La ambientación, como ya sucede en este tipo de películas, está lograda. Quizás lo que se eche de menos es una visión más atractiva de ese mundo mágico que está al otro lado del muro, que por lo general, no es que sea muy impresionante. Vamos, que salvo por algún castillo, guarida o barco volador, todo lo demás resulta bastante normalito, por decirlo de alguna manera. Eso sí, los paisajes son realmente bellos y es dificil no percatarse de ello.

Tampoco hay momento álgidos o cumbre en la película que se queden grabados a fuego en la memoria. No hay lugar para grandes duelos ni apoteósicas batallas, motivo por el cual muchos tildan la película de aburrida. Este no es mi caso, ya que creo que la acción es la que debe haber y que está dosificada con buen tino. Otra cosa es que algunos esperasen dragones, monstruos o batallas al estilo “El señor de los anillos” o similares. Y es que “Stardust” es un encantador cuento de hadas que engancha al espectador por su honestidad y por la facilidad con la que ofrece un buen entretenimiento jugando con elementos ya conocidos (y manidos)
Se nota pues, que el proyecto se ha abordado con afecto, lo que recuerda en cierta manera esas viejas producciones de antaño como “La princesa prometida” (con la que ya se le ha comparado), que con comedidas pretensiones pero mucha ilusión, se llevaban a buen puerto y aún hoy día permanecen en la memoria del espectador y del buen cinéfilo.
Claro que esta película cuenta además con un presupuesto más holgado (65 millones, para ser exactos) y un precedente en forma de novela que ya aseguran cierto éxito. Éxito que está cosechando entre el público y la crítica española, pero que no se ha visto reflejado en la taquilla estadounidense. Una lástima, la verdad.


Así pues, aquellos que gusteis del cine fantástico y esteis ya cansados de infatiloides producciones con niños repelentes como protagonistas, aparatosos efectos especiales y basados en best sellers de cuyo autor no habeis oído hablar en la vida, quizás encontreis en “Stardust” la reconciliación con el género.
Por lo menos ese ha sido mi caso.

Una encantadora película con la que disfrutar en familia, con los amigos o la pareja (o sólo, si así se tercia), repleta de buenos sentimientos y un humor, en mayor medida, políticamente correcto.

Lo mejor: Michelle Pfeiffer como la malvada bruja; la impagable secuencia de De Niro; la sencillez y efectividad del producto; que sus 130 minutos no se hagan pesados y resulten siempre amenos.

Lo peor: Su injusto fracaso en EE.UU.; algunas momentos cogidos un poco con pinzas (como la aparición del unicornio)


Valoración personal: Buena