viernes, febrero 27, 2009

"Ghost Town", en compañía de fantasmas


En nuestro país, seguramente sean muy pocos los que conozcan al cómico Ricky Gervais, pero en el Reino Unido es toda una celebridad gracias a dos exitosas series de televisión: The Office, que tiene su propia versión americana con Steve Carrell a la cabeza, y Extras, que versa sobre un aspirante actor que intenta, sin mucha suerte, convertirse en uno de los grandes de la interpretación.

Habiendo ganado dos Premios Emmy, tres Globos de oro y tres Premios BAFTA, no es de extrañar que Hollywood haya querido tener un cómico de calidad entre sus filas, y después de pequeños papeles en películas como “Noche en el museo” o la magnífica “Stardust”, por fin le ha llegado a Gervais su primer papel protagonista en esta comedia romántica/fantástica del guionista –y a veces director- David Koepp.

"Ghost Town, bautizada aquí con el espantoso título de “¡Me ha caído el muerto!”, trata sobre un dentista antipático y amargado, Bertram Pincus (Ricky Gervais), que tras morir durante unos breves minutos en una rutinaria intervención médica, adquiere la habilidad de ver a los muertos; los cuáles, ante tal milagro, no dudarán lo más mínimo en pedirle ayuda.
Si ya de por sí Pincus es antisocial con los vivos, qué decir de su trato con los muertos… Pues tratará de ignorarlos por completo pese a la insistencia de los mismos a que les ayude a resolver sus cuentas pendientes para poder así encontrar la luz. El más insistente y listo de todos ellos será el arrogante Frank Herlihy (Greg Kinnear), quién a base de chantaje conseguirá que el dentista le preste su ayuda. La misión: evitar que su viuda esposa (Tea Leoni) acabe casándose con un tipo que no le conviene.

A regañadientes, Pincus tratará de romper esa relación, pero por el camino ocurrirán cosas inesperadas que cambiarán su estilo de vida (por si ver a los muertos no fuera ya suficiente cambio)"


Tras casi dos décadas enteras dedicado a los thrillers, al terror y a la ciencia-ficción, Koepp vuelve a la comedia escribiendo y dirigiendo esta particular cinta que mezcla varios géneros sin que estos chirríen o se estorben unos a otros, lo cual ya es todo un logro.

Aunque el componente fantástico –poder ver a los muertos- no sea muy original, el planteamiento en el que se usa por lo menos si resulta atrayente a la par que convincente. Y es que la gran virtud de la cinta radica en construir una comedia romántica con pinceladas de drama pasando por lugares comunes del género y aún así, resultando ser agradable de principio a fin, divertida en ocasiones y emocionalmente intensa en momentos muy puntuales.

Quizás el referente más cercano al film sea la serie “Entre fantasmas”, pero si le quitamos la insoportable ñoñería y la prominente delantera de Jennifer Love Hewitt (eso es lo único que echaremos de menos), y luego la añadimos un poco de humor y una pizca de sentimentalismo, tenemos como resultado Ghost Town. Si además el reparto goza de buena salud interpretativa, la fórmula difícilmente falle, siempre y cuando uno sepa perdonarle esa escasa originalidad y sus inevitables topicazos.

Gervais tiene la oportunidad de demostrar sus aptitudes en un papel hecho a medida, y lo hace sin histrionismos, componiendo un personaje solitario, aburrido de la vida y de la gente, que verá como su rutina diaria da un vuelco de 180º tras cruzar brevemente el umbral que separa el mundo de los vivos del de los muertos. Un tipo afligido que deberá prestar ayuda a un fantasma que le hará la vida imposible si no le echa una mano con su terrenal cuenta pendiente.



Ese fantasma tocapelotas no es otro que el siempre eficiente Greg Kinnear, que vuelve a su habitual papel de arrogante caradura que tan bien suele encarnar. En cierto modo, su personaje es algo así como la mala conciencia de Pincus, y el que sin pretenderlo, le hará empezar a preocuparse por los demás y no sólo por él mismo. De este modo, SPOILER -- ese don de ver a los muertos, que en un principio supone una maldición para el solitario dentista, finalmente se convertirá en ese pequeño empujoncito que nuestro protagonista necesitaba para abandonar su triste y aislada existencia --FIN SPOILER.

Por su parte, Tea Leoni es la mujer a conquistar, papel que cumple con suma corrección y del que poco hay que decir más allá de reflejar a un personaje femenino autosuficiente, con las ideas claras y apasionado por su trabajo.

Jugando con el elemento fantástico, Koepp ofrece situaciones que en otras películas resultarían melodramáticas y que aquí se convierten mayormente en cómicas, apoyándose sobre todo en el buen hacer de la pareja formada por Gervais y Kinnear, y arropándolos con un variopinto grupo de “secundarios fantasmales” que aportan su granito de arena a la simpática trama.

Es de agradecer que la parte romántica, aunque tópica, no resulte empalagosa, y que los pocos momentos dramáticos, aunque bastante ligeros, sean enternecedores (especialmente si el espectador se ha involucrado en la historia)

Sin ser ninguna genialidad, “Ghost Town” consigue dejar un buen sabor de boca. No se llevará Oscars ni Globos de Oro, ni tampoco arrasará en taquilla (seguramente haga lo contrario, pasar inadvertida), pero es perfecta para pasar la tarde en compañía de una amable historia salpicada de humor, buenos sentimientos y un ajustado toque dramático que aparece sólo cuando toca.

Recomendada para los que no soportan las comedias románticas de Matthew McConaughey ni las payasadas de Rob Schneider, Will Ferrell y compañía.


Lo mejor: el planteamiento de la historia; los golpes de humor; el reparto en general.

Lo peor: cae en los habituales tópicos de las comedias románticas.



Valoración personal: Buena

jueves, febrero 19, 2009

"The Wrestler (El luchador)", oda a un perdedor


Después de la denostada “La fuente de la vida”, su anterior trabajo (con tal disparidad de opiniones, yo aún no me he atrevido a verla), Aronosfky aparca su megalomanía y nos trae un trabajo mucho más sincero y menos pretencioso. Este cambio de intenciones se ha visto recompensado con un buen puñado de halagos, tres importantes galardones (dos Globo de Oro al Mejor actor de drama (Mickey Rourke) y mejor canción; y un León de Oro a la Mejor película) y un par de nominaciones al Oscar. La casi unanimidad por parte de público y crítica con su nueva película no tiene nada que ver con su “fuente”, y es que con este tipo de directores apenas existe el término medio: o lo ponen a caer de un burro o le lamen las posaderas hasta desgastárselas.

En The Wrestler nos cuenta la historia de Randy "The Ram" Robinson (Mickey Rourke), un luchador profesional de wrestling venido a menos.
Randy fue, durante los 80, una gran estrella del cuadrilátero, pero su éxito ya es cosa del pasado y ahora malvive en baratos espectáculos de tercera categoría, con un cuerpo hastiado por los golpes y un corazón roto por la falta de orgullo y de cariño (que poético me ha quedado eso). Ante tal panorama y viendo que pese al aprecio de sus fans y compañeros, su carrera está acabada, Randy decide poner un poco en orden su vida personal.

Lo primero que hará será acercarse de nuevo a la hija -Evan Rachel Wood-de la que años atrás se desentendió, y lo segundo, abandonar su soledad amorosa conquistando a Stephanie (Marisa Tomei), una stripear que le hace tilín. Del éxito o el fracaso de estos dos objetivos depende el resto de su vida.

Rodada con un estilo casi documental, algo que sin duda le otorga un mayor realismo (aunque no necesariamente la hace mejor película), Aronofsky nos introduce en la vida de Randy, un luchador profesional que atraviesa uno de los peores momentos de su vida. Su carrera ha quedado reducida a peleas teatrales de tercera categoría y a vivir de la fama de antaño, algo que si bien no le satisface del todo, es lo poco o lo único que le queda. Pero tras abandonar los cuadriláteros, su lucha se convierte en otra. Ahora le toca hacer frente a un rival mucho más duro: el destino. Un destino que viene marcado por los errores y las malas decisiones tomadas en el pasado, y que ahora Randy intentará remendar.

Randy buscará la redención, el perdón de una hija y el amor de una mujer, pero nada de todo esto será fácil de conseguir, y el camino hacia el éxito será mucho más severo y amargo que el que una vez recorrió de ring en ring.

La primera parte de la película nos muestra la decadencia del personaje, su constante sufrimiento por una insatisfactoria carrera profesional y por una vida triste y solitaria. Nos enseña lo sencillo que es conseguir la gloria y lo complicado que es mantenerse en ella.

Las encarnizadas peleas en el cuadrilátero le ponen a uno la carne de gallina. Un acercamiento realista y sin contemplaciones a este tipo de entretenimiento, pasando por lo bueno, la camadería entre los luchadores, y lo malo, la severidad de los combates y sus posteriores consecuencias a nivel físico y psíquico. Y nuestro Randy se encuentra en el punto más agotador y autodestructivo de su trabajo, consumiendo todo tipo de fármacos para mantenerse en pie, bebiendo alcohol para olvidar las penas y suspirando por una vida que no alcanza ni a golpes.


Por tanto, lo que tenemos delante es la historia de un perdedor que busca la salvación, y Aranofsky, junto a Rourke, lo hacen de una forma lo suficientemente intimista y comedida como para conmovernos sin necesidad de recurrir a la lágrima fácil ni a adornados diálogos. Pero no todo aquí son virtudes y hay que resaltar también sus desaciertos, que los tiene.

Para empezar, la “no-relación” con su hija no está ni bien explicada ni bien desarrollada. Si Randy apenas conoce a su hija, el espectador aún sabe menos de ella. Ni el por qué concreto del abandono (algunos dirán que no importa y que se puede deducir, pero para mí sí es importante para entender la situación), ni dónde está su madre (muerta, seguramente) ni como es esa hija, cuyos únicos detalles personales que conocemos es que estudia y vive en una casa con otra chica (SPOILER --¿motivo suficiente para sospechar de su lesbianismo? --FIN SPOILER). La relación entre padre e hija se toca de forma muy superficial, como mero añadido para mostrarnos a un Randy aún más dolido en base a esa falta de correspondencia parental. Tampoco el proceder de esta hija resulta demasiado creíble, pasando del “te ignoro” al “te quiero”, y finalmente al “te odio” con una facilidad pasmosa (consejo para los malos padres: si abandonaste a tu hija hace años, regálale un bonito abrigo y vendrá a ti de nuevo)

Tampoco el personaje de Stephanie, la streaper interpretada por una muy competente Marisa Tomei, tiene el peso que merece en la trama. Su personaje deambula con convicción por la pantalla pero causando un vago interés, debido a que Aronosfky parece más preocupado en mostrarnos su desnudo cuerpo (¡y qué cuerpo, señores!) antes que sus sentimientos, de ahí que al final esa relación amorosa no sea tan significativa como sus autores pretenden hacernos creer. Y aunque siempre es de agradecer disfrutar de las gracias de una madurita belleza como la de la señorita Tomei, considero que es una actriz que vale para mucho más que para lucir palmito, y de ahí que su Stephanie debiera tener una relevancia en la historia mucho más sólida que la que aquí se nos muestra. A mi juicio pues, buena interpretación pero flojo personaje.

Mucho mejor tratado está Randy, afligido y desgarrador cuasi en todo momento, pero entrañable y jovial cuando toca. Un Randy apoyado sobre todo en el buen hacer de Mickey Rourke, cuyo papel le viene como anillo al dedo. Y es que los paralelismos entre Randy "The Ram" Robinson, el luchador, y Mickey “cara de plastilina” Rourke, el actor, no son fruto de la coincidencia. El descenso a los infiernos es de sobras conocido por el actor, así que su personaje apenas entraña dificultades para él. No por ello vamos a restarle méritos, y mucho menos demostrando una enorme capacidad de transmitir emociones pese a lo demacrado que está su rostro.

Este trabajo al servicio de Aronosfky ha sido todo un regalo divino y Rourke ha sabido aprovecharlo para salir de esa pozo sin fondo en el que se encontraba desde hace años, y aunque recientes papeles en otras películas ya auguraban un renacer del actor, no ha sido hasta la llegada de “El luchador” cuando realmente se confirma el buen estado de forma que presenta. Y no es que haya sido siempre un crack de la interpretación (afirmar eso ahora sería un acto de hipocresía), pero no es menos cierto que ha sabido defenderse ante la cámara en más de una y dos ocasiones, y ”Manhattan Sur” o “El corazón del ángel” son buena muestra de ello.

A título personal, lo peor del visionado de “The Wrestler” podría ser esa sensación constante de “deja vu”; de esto ya me lo han contado otras veces. Sin ir más lejos, ahí tenemos a "Rocky Balboa", aunque aquella era un canto a la esperanza y ésta es todo lo contrario (y tener Sly delante y detrás de la cámara invitaba injustamente al menosprecio por parte de un sector de la crítica)
Eso convierte su visionado en tópico (papá se perdió los cumpleaños de su querida hijita… y si hubiera sido hijo seguramente se hubiera perdido todos los partidos de béisbol, por decir algo) y bastante predecible, claro que a día de hoy eso mismo podría decirse de otras tantas películas (la originalidad en el Hollywood de hoy día brilla por su ausencia). Aronofsky intenta solventar ese defecto con un final más o menos abierto en el que deja el desenlace en manos de la imaginación del espectador, y digo más o menos porque en general todos vemos en él la misma conclusión.

Por tanto, “The Wrestler”, sin contarnos nada nuevo, ofrece una correctísima película que tiene su alma sobre todo en su actor principal y en su modo casi documental de relatarnos la historia, es decir, que lo poco novedoso que nos cuenta por lo menos lo sabe contar bien. Muchos verán en ella una gran película, y libres son de hacerlo, pero yo me quedo con el potro italiano (no se llevó tantas alabanzas y mucho menos premios, pero considero que no dista mucho de la sencillez y honestidad de la que aquí hace gala Aronosfky y su luchador)


Lo mejor: Mickey Rourke

Lo peor: los personajes -que no sus actrices- secundarios; demasiados tópicos.


Valoración personal: Correcta

jueves, febrero 12, 2009

"Slumdog Millionaire", una historia de amor y supervivencia


De nuevo, tenemos aquí a otra de esas candidatas a arrasar en la edición de los Oscars de este año. Ganadora de 7 premios BAFTA, 4 Globos de Oro entre los que se incluyen el de mejor película, director y guión, y 10 nominaciones a los citados Oscars, convierten a “Slumdog Millionaire” en la directa competidora de “El curioso caso de Benjamin Button” y la única con serias posibilidades de arrebatarle la estatuilla en las categorías reinas.

Hacía mucho tiempo que Danny Boyle, su director, no conseguía el clamor popular de crítica y público. Más o menos desde la genial “Trainspotting, y de eso hace ya más de 10 años, que no es poco. De hecho, podría decirse que este es su mejor trabajo desde aquella, algo que se agradece después de tanto producto decepcionante (con lo buena que estaba siendo “Sunshine” y se la cargó con un tramo final a lo cutre-slasher)


La historia que aquí se nos presenta, más o menos la conocéis todos. Jamal Malik (Dev Patel), es un adolescente de clase baja de Bombay que un día se presenta a la versión hindú del concurso "¿Quieres ser millonario?". Este acontecimiento cambiará por completo su vida y nos permitirá a nosotros, los espectadores, conocer más de su pasado y de cómo llegó hasta allí.


Esta escueta sinopsis es más que suficiente para tomar la decisión de ver o no ver esta película. Contar más de su trama sería adentrarse en el peligroso terreno del spoiler, así que todo aquello que comente acerca de la misma, lo haré con la debida señalización (siempre que lo considere oportuno). Y es que cuanto menos sepáis, más os sorprenderá esta película.

Para empezar, la premisa argumental de la cinta es toda una rareza, y puede que sea el motivo por el que algunos, atacados por la curiosidad, decidan echarle un vistazo. A la vez, también puede ser el motivo por el cual suscite un vago interés entre otros espectadores, aunque tanto premio y tanto elogio, seguro que convencerán a más un escéptico.

Para despejar dudas, toda la parte del concurso es más bien una ingeniosa fórmula que sirve al director para contarnos la dura vida de Jamal y los suyos (familia, amigos…). Un recurso narrativo que paso a paso nos adentra en el pasado del muchacho, conociendo poco a poco sus penurias y esa dificultad de crecer en un lugar atroz para la población más pobre del país. Todas experiencias que sufre y también disfruta Jamal son la base que conforma la trama y lo que, imagino, ha cautivado a la crítica.


Pero “Slumdog Millonaire” no es un duro drama al estilo “Ciudad de Dios (peliculón donde los haya y a mi gusto, mucho mejor que ésta), sino una película mucho más contemplativa en cuanto a géneros. Hay en ella un poco de comedia, de suspense, de romance y finalmente, de drama, siendo esto último lo más arrebatador de todo. Pero lejos de mostrar la pobreza y la crueldad de la vida en su forma más desgarradora, lo que Boyle y su guionista han pretendido, además de mostrar una viva realidad que muchos occidentales desconocemos, es dejar un pequeño lugar para la esperanza. Y eso es lo que al fin y al cabo termina dejándonos un buen sabor de boca.

SPOILER-- Jamal y su hermano se quedan huérfanos desde bien pequeños. Tras la muerte de su madre, deben sobrevivir en un lugar hostil que no siente compasión por los más desfavorecidos. Los dos hermanos subsisten como pueden, ingeniándoselas para conseguir dinero y comida. A veces es robando sin contemplaciones, otras es tomando el pelo a los turistas, y otras tantas es trabajando en un McDonald’s por un mísero sueldo. Pero pese a vivir lo mismo, la personalidad de ambos muchachos condiciona su destino, y mientras que uno, Jamal, intenta ir por el buen camino, el otro, Samil, cae en la codicia a cualquier precio y el puro egoísmo. A ninguno de los dos se les puede recriminar su forma de vivir, pero sí algunas decisiones que puedan cambiar no sólo su futuro sino el de quienes les rodean -- FIN SPOILER


La película goza de un buen desarrollo a modo de flashbacks que cada vez nos adentra más en la historia, y que a medida que pasan los minutos nos hace sentir una mayor empatía por el personaje, sobre todo en aquellos sucesos que poco a poco van complicando el tema amoroso de Jamal con el personaje de Latika (interpretada por Freida Pinto, todo un bellezón)

Para que quede más claro, cada pregunta que el presentador del show televisivo lanza a al joven, recibe una respuesta a modo de flashback que nos descubre el por qué Jamal es capaz de conocer esa respuesta, y a su vez, es la forma con la que su vida, su pasado, se van colando en la película. Y como ya he comentado antes, este es el recurso que mejor sabe utilizar Boyle para desarrollar toda la trama. Los recursos menos favorecedores son algunos efectismos visuales que le dan un aire más comercial a la propuesta, llegando por momentos a antojársenos incluso demasiado videocliperos. Eso sin contar el bienintencionado pero un tanto edulcorado “happy end”, que le resta algunos puntos al resultado final SPOILER-- que Jamal consiga a su chica es de recibo, pero que gane el concurso es demasiado complaciente con el espectador. Debería haber perdido el dinero –nunca supo la respuesta- y haber ganado lo que su corazón siempre ha deseado: a Latika, el amor de su vida. Pero claro, eso ya es una opinión muy personal-- FIN SPOILER


Otro punto en contra es su verosimilitud para con el concurso, que de vez en cuando se cae por su propio peso. El modo en el que Jamal conoce alguna de las respuestas del concurso es un tanto forzada (SPOILER --la de los objetos que sostiene el Dios Rama, por ejemplo -- FIN SPOILER) e incluso el nivel de dificultad de las preguntas se podría considerar de tipo medio y no alto. Esto último podría justificarse del siguiente modo: teniendo en cuenta que las últimas preguntas responden más a la cultura popular americana y europea que a la india, un hindú no tendría porque saberlas, y ahí radicaría esa mayor dificultad en responderlas correctamente. Peeero… SPOILER-- que la pregunta que le va a hacer ganar 20 millones de rupias sea sobre los mosqueteros, famoso libro donde los haya -aquí y en Lima- y que encima él lo estudió en la escuela, sea la pregunta final… resulta poco creíble, aunque era obvia su utilización dada la importancia que tiene ese concepto al principio de la película. Vamos, que por muy bonito y sorprendente que quede, no deja de estar metido con calzador para conseguir ese desenlace tan adecuado --FIN SPOILER

En contraposición a esto, tenemos un rodaje ubicado en chabolas de verdad, un acercamiento a la india pobre muy realista (o así lo parece), unas interpretaciones de todo el reparto muy convincentes (desde los chavales más pequeñajos hasta los adolescentes), una música autóctona acorde con lo que se nos muestra, y una bonita historia de amor y de supervivencia con la que es difícil no sentir algún tipo de empatía. Todo ello hace que la película se vea con agrado y sin aburrir ningún momento.

Slumdog Millionaire no está exenta de fallos y de algún que otro efectismo bien disimulado, pero es su sencillez lo que la hace brillar. No hay grandes alardes de ningún tipo en ningún aspecto, pero precisamente convence por su moderación. No se vislumbra en ella un afán de conseguir premios a toca teja, como sí lo parece con otras propuestas más presuntuosas y oscarizables. Y es por ello que Boyle y todo su equipo están recibiendo tanto reconocimiento.

No es una gran película –no para mí- pero sí es digna de ver y recomendar.


P.D.: El homenaje al cine made in Bollywood de los créditos finales no viene muy a cuento e incluso yo diría que sobra, pero tiene la suficiente gracia para que no moleste.


Lo mejor: su sencillez; el modo de relatar la historia.

Lo peor: algún recurso efectista y forzado para terminar de redondear la historia.


Valoración personal: Correcta.

domingo, febrero 01, 2009

“El curioso caso de Benjamin Button”, viviendo hacia atrás


Lo último del siempre interesante David Fincher, es una de las cintas más esperadas del 2009 y una de las firmes candidatas a llevarse alguna que otra estatuilla en los Oscars. A mi modo de ver, esto es, en parte, una especie de compensación por ningunear su anterior obra, la notable “Zodiac”, en los Oscars del pasado año.

Las expectativas con su nuevo trabajo están bastante altas, tanto por su inusual historia (un hombre que nace viejo y rejuvenece a medida que se hace adulto) como por su reparto, que vuelve a unir a Brad Pitt y Cate Blanchett tras la aclamada “Babel”.

Estas expectativas pueden verse cumplidas, como en el caso de muchos espectadores que ya han podido disfrutar de ella, o verse transformadas en una ligera decepción, como ha sido mi caso. Pero vayamos por partes.

La historia se basa en una relato corto de F. Scott Fitzgerald y trata sobre un hombre, Benjamin Button (Pitt), que nace con el envejecido aspecto de un señor de 80 años (aquejado de las mismas dolencias que se puedan tener a esa edad como ceguera y/o sordera, artrosis, etc.) y que va rejuveneciendo a medida que pasan los años.

Abandonado por su padre nada más nacer, Button es criado en un asilo de ancianos, haciendo amistad con los residentes e intentando tener una vida lo más normal posible, dentro de las circunstancias. Y es que salvo la particularidad de su extraña enfermedad, su vida será como la de cualquier otro hombre de la época, conociendo a distintas personas a lo largo de los años, entablando inolvidables amistades, viviendo amores y desamores, y participando de un modo u otro en la II Guerra Mundial.

Daisy (Blanchett), su primer amor des de bien pequeño, será el eje sobre el cuál gire su vida y la que en parte, marque su destino y su forma de vivir.


Basándose en un relato corto, quizás algunos se pregunten si realmente la historia da para las casi tres horas que dura la película. Pues la respuesta es sí, ya que contar los 80 años de vida de un hombre es algo que difícilmente se pueda hacer en mucho menos tiempo. Por suerte para los menos pacientes, la narración que imprime Fincher es bastante ágil, de modo que esas dos horas y cuarenta y cinco minutos no nos parecen tanto. Aunque eso no evita que haya ciertos altibajos, especialmente pasada la primera hora.

La particular enfermedad de Benjamin Button es sin duda uno de los mayores atractivos de la cinta, aunque llega un momento en que ese aspecto distintivo no es más que una característica añadida –y el gran hándicap- al verdadero centro de la trama: la imposible historia de amor entre su personaje y el de Daisy. Y es que a parte de ese elemento fantástico, lo que tenemos delante es un drama romántico en toda regla.


Mucho se ha hablado de las similitudes que guarda “The Curious Case of Benjamin Button" con “Forrest Gump, y no es para menos, teniendo en cuenta que el responsable del libreto es Eric Roth, guionista de la magnífica cinta de Zemeckis. De todas formas, esos parecidos son puntuales, quizás debido a una pequeña falta de imaginación del autor, a un autoplagio inconsciente o quién sabe, puede que a un ligero homenaje con serias intenciones de conseguir el mismo éxito cara a la taquilla y a la crítica. Pero lo que sí es cierto, es que esas similitudes son tan triviales que poco importan, puesto que el film de Fincher tiene su propia complejidad y su propia esencia, incomparables a ninguna otra cinta que un servidor haya visto. También bebe un poco de Big Fish de Burton, por lo menos en lo que se refiere al modo de contar la historia (a través de un familiar moribundo, voz en off e intercalando pasado y presente a base de flashbacks)

Considero que la historia, en todos sus aspectos, es francamente buena, desde el elemento puramente fantástico hasta la relación amorosa de los protagonistas.
Ponerse en la piel de Button es algo difícil, pues ver como las personas que comparten tu vida envejecen y mueren mientras tu les dices adiós haciendo exactamente lo contrario, tiene que ser algo muy duro. Y las complicaciones que contrae a la hora de mantener una relación de pareja estable, ya debe ser el colmo. Y es ahí, en parte, dónde residen tanto virtudes como defectos.

Por un lado, hay un interés máximo en ver cómo va rejuveneciendo Button, cómo se adapta a esos cambios y de qué manera estos afectan a su vida diaria, y sobre todo, a su relación con Daisy. Lo malo, y eso es algo muy subjetivo que seguramente otros no compartan, es que le falta cierta emotividad (que no sentimentalismo lacrimógeno, no confundamos) para que esa historia nos llegue al alma. Aún después de su visionado, sigo sin saber qué es exactamente lo que le falta a la película de Fincher, pero pese a gustarme lo que he visto, apenas me ha emocionado/conmovido como sí lo han hechos otras películas mucho más sencillas que ésta. Conmigo, ese ha sido su mayor problema y el motivo por el que me cuesta mucho tildarla de “obra maestra” -palabras mayores que concedo a muy pocas películas-, como muchos otros sí han hecho (cuestión de gustos, supongo)

En el apartado técnico, una merecedora ovación a Digital Domain, los responsables de los efectos especiales, y por tanto, de hacer creíble un joven Benjamin Button con aspecto de 80, y a la inversa. Después de su imperceptible e increíble trabajo en “Zodiac” (aunque no lo creáis, hay escenas casi completamente digitales, y lo mejor es que no nos damos ni cuenta), vuelven a repetir con Fincher para digitalizar por completo el rostro de Brad Pitt y trasladarlo al menudito cuerpo de otro actor que representa a Button.
El resultado es impecable, tanto que más bien parece maquillaje + trucaje infográfico. Por tanto, el viejo Benjamin Button del principio y el joven del final son, de cuello para arriba, digitales. Así que además del trabajo de captura de movimiento, la interpretación de Pitt queda reducida a toda la fase intermedia, dónde sí aparece convenientemente maquillado como un hombre ya mayor, y sin maquillaje, cuando aparece tal cual es en realidad (un atractivo y bien conservado hombre de más de 40 años)


La ambientación está también muy conseguida, desde lo que acontece en Nueva Orleans hasta lo relacionado con la parte más bélica y aventurera de la trama. La banda sonora es agradable, aunque no muy destacable, pues tampoco se usa para dar mayor énfasis a las imágenes sino simplemente para acompañarlas.

Respecto a las interpretaciones, Brad Pitt está simplemente correcto, pero lejos de sus mejores registros (su nominación al Oscar me parece exagerada, pudiendo estar en su lugar Di Caprio por “Revolutionary Road”). De hecho, en algunos momentos se me antoja demasiado frío e incluso insensible. Todo lo contrario a Cate Blanchett, que está de sobresaliente de principio a fin. Ambos se ven acompañados por un solvente reparto de secundarios: Jason Fleminng, Julia Ormond, Taraji P. Henson o incluso Elias Koteas en un papel menor.

En resumen, “El curioso caso de Benjamin Button” es una interesante y meritoria película que tiene todo de su parte (buen director, buen reparto e inmejorable historia) para encandilar a muchos espectadores, aunque de seguro aburrirá a otros tantos. A un tercer grupo, del que inevitablemente formo parte, les gustará pero no les maravillará (¿ausencia de empatía con los personajes?, ¿expectativas traicioneras?... a saber)


Olvidad las críticas más y menos entusiastas. Vedla y juzgad por vosotros mismos.


Lo mejor: que pese a su duración, no aburra; los efectos especiales; Cate Blanchett

Lo peor: no haber conectado con los personajes.


Valoración personal: Correcta

sábado, enero 24, 2009

“Valkiria”, si hay posibilidad de que algo salga mal, saldrá mal (Ley de Murphy)


Con más de un mes de retraso, por fin el 30 de Enero se estrena en nuestros cines “Valkiria”, una película que no ha ganado para disgustos a lo largo de su gestación. Extras heridos durante el rodaje (que luego reclamaron una abultada indemnización), un sabotaje que destruyó los negativos de algunas escenas rodadas y el veto del gobierno alemán hacia Cruise por considerar que el actor estadounidense podría aprovechar el rodaje de la película para hacer apología de la cienciología, son algunos de los obstáculos con los que se ha encontrado Bryan Singer a la hora de llevar a cabo este ambicioso proyecto.

Problemas a parte, la cinta partía con serias posibilidades de convertirse en una de las candidatas a optar por una estatuilla en los Oscars de este año (ya se sabe que el “basado en hechos reales” tira mucho a los académicos), pero el parecer la cosa no ha cuajado del todo bien entre la crítica. Así que una vez más, Tom Cruise ve como se le escapa una nominación a dichos premios, si bien hay que decir que esta vez ni su actuación ni la película en si misma merecen tal consideración. Y ahora veremos, a mi juicio, el por qué.


La historia que nos relata “Valkiria” trata sobre el complot del 20 de julio de 1944 llevado a cabo por varios oficiales de las fuerzas armadas alemanas, con el fin de asesinar al dictador Adolf Hitler y terminar de una vez por todas con el régimen nazi que muchos compatriotas no compartían y/o detestaban. El coronel Claus von Stauffenberg (Tom Cruise) fue uno de sus principales artífices, pero desgraciadamente su meticuloso plan resultó fallido (eso ya lo sabréis), y las consecuencias para todos los responsables de la operación no fue otra que el fusilamiento por traición (práctica “muy de moda” en aquellos tiempos de dictadura)

El título hace referencia a la llamada Operación Valquiria, un plan orquestado por el gobierno nazi para contrarrestar cualquier posible sublevación civil que perjudicara al régimen, y que Stauffenberg pretendía (re)utilizar en su propio beneficio para restablecer el orden en el país tras el asesinato del Führer.


Dentro del cine bélico, la Segunda Guerra Mundial es uno de los temas más sobados que existen, más cuando se centra exclusivamente en el nazismo y/o el holocausto. Sin embargo, siempre hay “nuevas” historias que contar y por ello, a un servidor, dicha temática le fascina.
Con el complot del 20 de Julio contra Hitler, Singer y Christopher McQuarrie (el mismo dueto que nos encandiló con “Sospechosos habituales”) tenían un material entre manos con el suficiente potencial para hacer un buen peliculón, o en todo caso, una buena película. Por desgracia y pese a tener un guión bien milimetrado y, según tengo entendido, fiel a la realidad, la película se queda a medio gas, ofreciendo al espectador una trama interesante y bien narrada, pero falta de emoción e intensidad, dos factores que elevarían su calidad por encima de la media.

La trama se desarrolla con rapidez, en el sentido de que pronto sabemos quiénes serán todos los oficiales y demás implicados en el complot, cómo se irán conociendo y de qué manera irán urdiendo el meticuloso plan contra el Führer. Una vez conocidos estos implicados, el resto de la película va sobre ruedas, centrándose directamente en la preparación del plan: cómo acabarán con la vida del dictador y qué papel jugará cada uno de ellos. En ese aspecto, la dirección de Singer es sobria y eficaz, con un ritmo pausado pero no pesado (aunque no dudo que algunos espectadores se puedan aburrir) y reflejando con detalle las funciones burocráticas y militares del Estado Alemán, recordando en cierta manera a “La solución final/ Conspiracy”, un notable telefilm sobre el Holocausto (en el que curiosamente también participaba Kenneth Branagh)


Así pues, en dónde falla Singer es en el suspense. Cuando el film empieza a coger fuerza, es decir, cuando el complot empieza a llevarse a cabo, la tensión debería ser máxima. Una tensión de la de morderse las uñas sin parar (aunque ya sepamos como acabará). Pero parece que a Singer le cuesta despegarse de la sobriedad de la primera hora, y no consigue ofrecer la intensidad suficiente para que esos momentos se nos hagan verdaderamente angustiosos (o por lo menos conmigo no lo consiguió). La inusitada inexpresividad de Tom Cruise en estos momentos tampoco ayuda demasiado a implicarnos en la acción.

Por el contrario y en su beneficio, la escenificación del complot es realista, sin efectismos baratos y dando mucha más importancia al acto en sí mismo que a los personajes. Pero como ya digo, esa solvencia se ve lastrada por una notable carencia de emoción en todo lo que acontece. Se percibe cierta frialdad a la hora de narrar los hechos, y en parte, el comentado distanciamiento para con los personajes desemboca en una menor implicación emocional del espectador, que observa con atención pero sin entusiasmo el desarrollo de los acontecimientos (si en el momento de las ejecuciones, nuestra sensibilidad no está a flor de piel, es que algo falla)

En el apartado técnico, nada que objetar. Una buena fotografía, una notable ambientación y unos resolutivos efectos especiales tanto para recrear las escenas de guerra (que son pocas) como para dar credibilidad al mutilado Stauffenberg/Cruise.


El reparto es, en líneas generales, solvente. Y aunque de buenas a primeras, una de las grandes bazas de la cinta era su repartazo, hay que decir que muchos de esos nombres que lo conforman tiene una presencia en pantalla más bien escasa, como es el caso de un discreto Kenneth Branagh o una desaprovechadísima Carice van Houten, la cual eso sí, con pocos minutos logra transmitirnos toda su tristeza.

Las interpretaciones más destacables son las de Bill Nighy, Tom Wilkinson y el alemán Christian Berkel; por encima de un Tom Cruise más contenido de lo habitual, algo que quizás aquí juega más en su contra que a su favor. Y que conste que considero a Cruise un buen actor -aunque a veces opte por el histrionismo- bastante menospreciado por sus lamentables “espectáculos” en la vida pública. Pero francamente, aquí peca en exceso de hierático e imperturbable.

Por tanto, “Valkiria” es una película demasiado correcta, en el sentido que no hay nada que la haga especial o destacable, más allá de la atractiva -y amarga- historia que nos relata. Teniendo en cuenta que cuando Singer se aleja de los superhéroes nos regala verdaderas joyitas como la ya citada “Sospechosos habituales” o la menos conocida “Verano de corrupción”, era de esperar que su último trabajo estuviera a un mejor nivel del mostrado. No es una mala película, ni mucho menos (realista, concisa y bien ambientada), pero sí bastante decepcionante para los que somos más exigentes (falta de emoción e intensidad), con una historia, el complot del 20 de Julio, que podía haber dado mucho más de sí.


Lo mejor: el realismo con el que se tratan los acontecimientos; los secundarios.

Lo peor: la falta de intensidad en el suspense y la carencia de emoción.


Valoración personal: Correcta

martes, enero 20, 2009

“Transporter 3”, más de lo mismo, pero peor


Después de varios papeles como secundario en producciones británicas y estadounidenses, en el 2002 le llegó a Jason Statham la oportunidad de protagonizar una película francesa llamada “Transporter”, una entretenida cinta de acción de tantas que lleva prefabricando Luc Besson en los últimos años. El film en cuestión pretendía convertir a este musculado “actor” en un nuevo héroe del cine de acción moderno, y en cierto modo, consiguió su propósito. Aunque de forma irregular, Statham ha ido protagonizando más –y en algunos casos, mejores- producciones de este género que sus directos competidores (Vin Diesel o Dwayne “The Rock” Johnson)

No es de extrañar pues, que una de sus trabajos más bien recibidos (la citada Transporter) fuera a convertirse a una saga que intentara cubrir ese hueco de cine acción que faltaba en esta década. Así es como tres años más tarde llegó su primera y espantosa secuela, que pese a repetir con director y guionistas, se alejaba bastante de su predecesora, aumentando y exagerando las dosis de acción hasta límites tan inverosímiles como insultantes.

Ahora nos llega la tercera entrega con nuevo director, Olivier Megaton (nos ahorraremos el chiste) y nueva chica florero, Natalya Rudakova, pero con la misma fórmula de siempre.

En esta ocasión, Frank Martin (Jason Statham) se ve obligado, bajo amenazas, a realizar una misteriosa entrega. Con su habitual vehículo de transporte -el Audi A8- y sus normas de siempre, Frank deberá transportar dos voluminosas bolsas y a una joven ucraniana, Valentina (Natalya Rudakova), desde Marsella hasta Odessa. Sin embargo, esta vez su cliente se asegurará de una forma un tanto peculiar de que Frank cumpla con su misión pase lo que pase: un sofisticado brazalete atado a su muñeca le impedirá alejarse del vehículo más de 20 metros; de hacerlo, el brazalete estallará y por tanto, él volará en pedazos (algo parecido a aquella película de Rutger Hauer titulada “Peligrosamente unidos/Deadlock”, pero cambiando el collar por una pulsera)

De nuevo, el guión vuelve a ser lo de menos. Cuatro líneas y un macguffin (la susodicha carga), le sirven a Besson para desencadenar toda la acción, es decir, todos los obstáculos que Frank Martin deberá ir superando para cumplir con la entrega. En ese sentido, sería injusto criticar Transporter 3 por su escaso argumento, siempre y cuando el resto cumpliese con su objetivo. Y en este caso, debo decir que no lo cumple.

En primer lugar, las secuencias de acción están, a mi gusto (recalco lo de a mi gusto), por debajo de las de las anteriores entregas. Eso no sería demasiado grave si no fuera porque además están pesimamente rodadas (que no planificadas). Al Sr. Megaton le gusta marear y aturdir al espectador con secuencias de acción excesivamente aceleradas y espasmódicas que apenas nos dejan entender lo que en ellas ocurre (la antítesis a Timur Bekmambetov, para entendernos). Este recurso podría funcionar en escenas de transición, como ocurría en la primera entrega de “Blade”, pero para secuencias de acción al completo se convierte en todo hándicap, impidiéndonos disfrutar de ellas y haciendo su visionado bastante irritante (para que luego digan de Michael Bay…)


Con las peleas cuerpo a cuerpo ocurre exactamente lo mismo. En ellas, Statham tiene la oportunidad de lucirse no sólo en el combate sino también mostrando musculitos y tableta de chocolate. Si encima el especialista en artes marciales es Corey Yuen, uno de los mejores y más prolíficos en su campo, todo viene rodado para nuestro disfrute. Desgraciadamente, el director vuelve a fastidiarla mareando la cámara y acelerando las imágenes de tal manera que las peleas se vuelven francamente insatisfactorias.

Por tanto, pese a tener tipos que planifican de forma decente las peleas y las secuencias de acción (que aquí tampoco son demasiado espectaculares, salvo la última del tren, que sería la más destacable), Megaton lo arruina todo con un montaje confuso. Y si eso falla en una cinta de acción, apaga y vámonos.

También hay que destacar algunas momentos de transición de la trama que se alargan en exceso y que ralentizan el ritmo de la película (la escena del “striptease” de Statham o la de la gasolinera) haciendo de su visionado algo farragoso, más cuando la trama en sí ni tan siquiera da para los 100 minutos que dura todo.

Y ya para colmo, la partenaire femenina de Statham se hace repelente e insoportable hacia la mitad de la película, que es cuando empieza a entablar conversación con su personaje. Su caprichosa y apática actitud te saca de quicio en más de una ocasión, deseando que en cualquier momento Frank la eche del coche y prosiga su camino sin su molesta compañía. Lástima que eso no ocurra y que por el contrario los guionistas decidan sacarse de la manga una precipitada historia de amor que no viene muy a cuento.


Una vez aclarados los puntos negativos, toca hablar de lo mejor de la película, y eso tiene nombre y apellido: Robert Knepper (el genial "T-Bag" de Prison Break), que aquí ejerce la función de villano de turno. De todas formas y pese a las aptitudes del actor, tampoco se le permite a éste lucirse demasiado, no vaya a ser que se coma con patatas la inexpresividad del héroe protagonista (inexpresividad que aquí, todo sea dicho, tiene su razón de ser dado el temperamento de Frank Martin). Punto positivo también para François Berléand, quién pone de nuevo la nota de humor a la historia.


Por tanto y contra todo pronóstico, lo que iba a ser una simple pero amena cinta de acción sin demasiadas pretensiones se convierte en una caótica sucesión de escenas de acción imposibles de disfrutar, con una trama interesante pero demasiado estirada. Su mérito reside en que las fantasmadas no sean tantas ni tan escandalosas como las de la segunda entrega, pero de poco sirve si ni tan siquiera está a la altura de la Transporter original (la única verdaderamente disfrutable de las tres)

Dicho esto, no dudo lo más mínimo que Transporter 3 encontrará su público, pero a mí ya no me la cuelan otra vez.


Lo mejor: Robert Knepper y François Berléand


Lo peor: las ininteligibles escenas de acción; que aburra por momentos.


Valoración personal: Mala

jueves, enero 15, 2009

"Traidor", entre la espada y la pared


En los últimos años nos están llegando con frecuencia películas que tratan el tema de la guerra de Irak o, de forma más genérica, el terrorismo islámico. “Expediente Anwar” o la más reciente, “Red de mentiras”, son claros ejemplos de esta nueva vertiente hollywoodiense. Algunas de estas películas no pueden ocultar cierto tufillo patriotero yanqui, mientras que otras intentan mostrar el conflicto de un modo más parcial, aunque no siempre lo consiguen.
Traidor” es un cinta que pretende mostrarnos la manera que tienen ambos bandos de luchar por sus intereses y/o ideales, poniendo en peligro, en la mayoría de ocasiones, la vida de personas inocentes.

La cinta se estrenó a finales de verano en USA, pero a nosotros nos llegará el 23 de este mes de Enero (siempre y cuando no les dé por volver a cambiar la fecha de estreno)


Roy Clayton (Guy Pearce) es un agente del FBI encargado de desmantelar organizaciones terroristas. Su actual investigación se centra en Samir Horn (Don Cheadle), un musulmán que proporciona explosivos a los comandos, y que ahora parece haber sido reclutado por Omar (Saïd Taghmaoui), un extremista islámico que está preparando una serie de inminentes ataques en EE.UU.

Samir es un hombre religioso que aún no ha encontrado un bando o una causa por la que luchar. La proposición de Omar a unirse a su grupo para luchar contra el imperio americano termina seduciéndolo hasta el punto de convertirse en su máximo proveedor de explosivos, y en mayor medida, en el cerebro de la operación.
Clyaton seguirá la pista de Samir muy de cerca, intentando adelantarse a los pasos del comando terrorista para evitar una nueva masacre en suelo estadounidense.


Esta escueta sinopsis es más que suficiente para ponernos en situación y para no desvelar demasiados datos de la trama. De todas formas, teniendo en cuenta el título de la cinta y la sinopsis ofrecida por filmaffinity, no descubro nada si digo que ---SPOILER el personaje de Samir es un agente de la CIA infiltrado ---FIN SPOILER. Eso es algo que además se intuye desde la primera aparición de Samir/Cheadle en pantalla, siendo posteriormente revelada su identidad hacia la mitad de la película.

Mediante el personaje de Samir somos testigos, desde dentro, del funcionamiento del comando terrorista. Sus motivaciones, sus convicciones religiosas, su sacrificio, etc. Mientras que en la otra cara de la moneda tenemos los agentes de FBI y la CIA, cuyas acciones a veces no se distancian demasiado de su enemigo, poniendo en riesgo la vida de unas pocas personas para salvar la de muchas otras. Y es que al igual que en una partida de ajedrez, ambos jugadores ponen en juego a sus peones, planean una estrategia y sacrifican a estos para poder matar al Rey.


Jeffrey Nachmanoff escribe y dirige este thriller sin demasiadas florituras porque la historia no las necesita (ni impactantes planos, ni espectaculares tiroteos ni una bella fotografía). Su dirección es sobria y pausada –que no lenta y ni mucho menos aburrida- sobre todo durante su primera hora. Luego la cinta se vuelve más frenética, aunque también mucho más predecible en cuanto al devenir de la trama.

Pese a que gran parte de la historia nos la sabemos de antemano, Nachmanoff consigue llevarla a cabo con un buen suspense, apoyado sobre todo en las interpretaciones de su sólido reparto y en algún que otro giro argumental (la mayoría predecibles y alguno que otro inesperado)

Quizás uno de los puntos flacos de la historia sea tener a Roy Clayton, el personaje interpretado por Pearce, en un muy segundo plano, de manera que el esperado cara a cara entre Cheadle y Pearce no se produce, centrándose la película sobre todo en los quehaceres del primero, mientras que el otro no es más que una pieza del juego cuya importancia se ve bastante menguada incluso en la resolución final. Dicha resolución además, podría antojársenos un tanto inverosímil en algunos aspectos ----SPOILER por ejemplo, ¿de dónde sacó Samir el e-mail personal del agente Clayton para advertirle del ataque terrorista?, ¿realmente en el autobús viajaban única y exclusivamente terroristas? ----FIN SPOILER

Pese a ciertos errores de verosimilitud y unos personajes no del todo desarrollados, “Traidor” resulta ser un thriller eficiente en sus pretensiones, aunque algunos (inevitables) discursitos patrióticos estén de más. Don Cheadle lleva todo el peso de la historia sobre sus hombros y en su correctísima labor reside gran parte de los méritos de la cinta. Si bien sería aún más destacable el trabajo de Saïd Taghmaoui como Omar, el terrorista que entabla amistad con Samir.



Lo mejor: el reparto; el conseguido suspense.

Lo peor: ciertas inverosimilitudes hacia el tramo final.


Valoración personal: Correcta

jueves, enero 08, 2009

"I'm Back"


El día de hoy es el primero que paso ante el ordenador tras unos insoportables, duros e interminables días postrado en la cama con más de 39 grados de fiebre (últimos días navideños que hubiese querido disfrutar en compañía de mi familia y no de mantas y medicamentos).
Al postear una vez a la semana, mis blogs no se han visto afectados en exceso, aunque como habréis podido comprobar, me ha sido imposible corresponder vuestros comentarios y mucho menos pasarme por los blogs que tenéis la mayoría de mis lectores.

Aún estoy recuperándome, pero almenos ya puedo levantarme de la cama y prestar una parte de mi tiempo a mis quehaceres habituales. Entre ellos, ha tocado ponerme al día tanto de las actualizaciones de mis compañeros bloggers como de las últimas noticias cinematográficas. Una vez conseguido esto, habrá que volver poco a poco y en la medida de lo posible, a la rutina bloguera habitual (el poco cine que he visto ha sido el que han echado en tv estos días, con lo cual necesito una ración de cine de calidad -y de mi gusto- bien urgente)

Ahora mismo no tengo muchas fuerzas para "reactivarme" con los blogs, y antes que hacerlo rápido y mal, prefiero esperar unos días más y volver con las pilas bien cargadas. Por tanto, en breve volveré con más reseñas y más artículos para "Amazing Movies" y "Diario de una mente perturbada", así que no os alejéis demasiado.


Saludos ;)

miércoles, diciembre 31, 2008

Lo Mejor y Peor del 2008

Llegados ya al último día del año, toca hacer un poco de balance y juzgar como ha ido el 2008, cinematográficamente hablando.

Como ya viene siendo la tónica habitual en los últimos tiempos, las decepciones o las películas que no cumplen mis expectativas suelen ganar por goleada a las que realmente me satisfacen.
Por lo menos, este año ha sido mejor que el deprimente 2007, si bien algunas de las películas que me han gustado han sido de años anteriores y que aquí se han estrenado con retraso (a veces, mucho retraso)

Han habido algunas sorpresas positivas y también negativas. Apuestas seguras como Pixar o Tim Burton no me han fallado, mientras que el último Bond ha supuesto, para mí, la mayor decepción del año.

Por supuesto, sobra decir que esta lista es totalmente subjetiva, y tan válida y criticable como la de cualquier otro. Con algunas películas habrá discrepancias, y con otras coincideremos; al fin y al cabo, cada uno tiene sus propios gustos y su propia opinión.










Musicales: Across the Universe / Mamma Mía / Swenney Todd

Westerns: El tren de las 3.10 / Enfrentados

Superhéroes: The Dark Knight / El increíble Hulk / Hellboy, el ejército dorado / Iron Man (este año no hay que lamentar ningún bodrio)

Thrillers: La noche es nuestra / Antes que el diablo sepa que has muerto / Tropa de Élite

Animación: WALL-E / Kung Fu Panda

Acción: John Rambo / Venganza

Ci-Fi: Death Race / Outlander

Terror: La Niebla de Stephen King (soberbia y para mí, la película del año)

Romántico: Definitivamente, quizás (después de "Love Actually", la mejor comedia romántica que he visto en años)

Aventuras: Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal











10.000 / Aliens vs Predator 2 / Babylon A.D. / La conspiración del pánico
Max Payne / Quantum of Solace / El rey de la montaña
Una noche para morir / Wanted


Ni fu ni fa
:

30 días de oscuridad / Aparecidos / Cuatro vidas / Dueños de la calle
El Incidente / El último voto / En el punto de mira / Escondidos en Brujas
Hancock / Interview / Jumper Juno / La Momia 3 / Mongol
Reflejos / The Dead Girl / Transsiberian / Tropic Thunder


Nota: No figuran todos los estrenos que he visto.

miércoles, diciembre 24, 2008

Pliskeen os desea Felices Fiestas!


Aunque no soy muy entusiasta de estas fechas navideñas, hay que ser fiel a las tradiciones, así que...

Felices Fiestas a todos y próspero año nuevo!

Espero que todos los lectores de Amazing Movies y Diario de una mente perturbada paséis unas buenas fiestas en compañía de vuestros seres más queridos. Que disfrutéis de estos últimos días del año y que entréis con buen pie en el 2009, que esperemos sea mejor -en todos los sentidos- que éste que ya termina.

Espero que os traigan muchos regalos... y si no es así, por lo menos hincharos a turrón todo lo que podáis xD

El año que viene un servidor seguirá trayendo muchas más reseñas y artículos especiales para seguir llenando ese pequeño hueco cinéfilo en la blogosfera. No faltéis!


Saludos ;)

sábado, diciembre 20, 2008

“Protegidos por su enemigo”, no odiarás... al vecino


Pese a que en sus inicios prometía ser un director a tener en cuenta dentro del mundillo hollywoodiense, Neil LaBute ha pasado de dirigir películas independientes alabadas por la crítica, a dirigir productos de fácil consumo para el gran público. Tiene el “honor” además, de haber sido el responsable una de las cintas más vilipendiadas –que ya es decir- de la reciente filmografía de Nicolas Cage, The Wicker Man (remake de un film británico de 1973).

Su nuevo trabajo parte de una premisa bastante sobada, como es la del típico psicópata/zumbado que hará la vida imposible a sus vecinos, papel que esta vez recae en el siempre efectivo Samuel L. Jackson. Y como telón de fondo, tenemos los devastadores incendios que asolaron California en octubre de 2007.

Chris y Lisa Mattson son una joven pareja que acaba de mudarse a la casa de sus sueños, en las afueras de California. Su llegada al vecindario no es del todo bien recibida por su vecino, el agente de policía y padre de dos hijos, Abel Turner. Sus primeros encontronazos no pasarán de ser meros malentendidos o problemas vecinales de lo más corrientes. Sin embargo y sin motivo aparente, pronto serán acosados de forma abusiva por Turner, que tratará por todos los medios de hacerles la vida imposible. Las diferencias entre ellos irán en aumento a medida que pasen los días, siendo las consecuencias de su mala relación mucho más graves de lo esperado.


De repente, un extraño” con Michael Keaton amargando la existencia de la parejita formada por Melanie Griffith y Matthew Modine, o “Bajo Presión”, con un violento y perturbado Charlie Sheen atemorizando a una inocente Mare Winningham, son claros ejemplos de lo perjudicial que puede llegar a ser tener a un chalado por vecino. Todo ello llevado, por supuesto, hasta el extremo. De todas formas, quién más quién menos se ha visto involucrado en algún follón vecinal (que si la música está muy alta, que si estas no son horas de hacer ruido, que si esto o lo otro…)

Si en el caso de “Bajo Presión”, el hándicap con el que se topaba la protagonista era que el vecino puñetero era un bombero condecorado, aquí la pareja de amargados en cuestión deberá lidiar con un agente de la policía con el que legalmente no tendrán ninguna posibilidad de enfrentarse.

Samuel L. Jackson interpreta a un sobreprotector, ultra conservador y racista agente de la policía que no verá con buenos ojos a sus nuevos vecinos, motivo por el cual decidirá hacer de su estancia un infierno. Quizás así consiga que se marchen y se recupere la –supuestamente alterada- normalidad en el barrio.


Chris (Patrick Wilson) será el primero en sospechar de la bondad de su vecino, tras recibir, por parte del mismo, una serie de impertinencias y amenazas poco agradables. Pese a sus fracasados intentos por resolver de forma pacífica sus diferencias, al final optará por darle a Turner parte de su propia medicina. A partir de ese momento, el conflicto se agravará considerablemente, afectando sobremanera también la relación matrimonial entre Chris y Lisa (Kerry Washington).

Las relacionales entre personas de distinta raza (los aún hoy día conflictivos matrimonios interraciales) y el abuso de autoridad de los agentes de la ley, son algunos de los temas que trata la cinta mediante un clímax de tensión que se acrecenta y agravia a medida que los Mattson y Turner van “intimando”.

Autodenominándose protector del vecindario y repartiendo justicia a su manera, Turner abusa del poder que le otorga la placa para hacer lo que le venga en gana. Esta actitud sólo es percibida por aquellos que sufren su acoso, mientras que para los demás (amigos y compañeros de trabajo) es un americano ejemplar. Claro que su propia familia también es víctima de sus malas pulgas, si bien a estos no les queda otro remedio que aguantarle.

Lisa y sobretodo Chris, no están dispuestos a que Turner les fastidie un día sí y otro también. Mientras que ella prefiere resignarse y mudarse a otro lugar, Chris intentará pagarle con la misma moneda. Si hay algo peor que ser acosado sin motivo por tu vecino, es darle a éste más motivos para que seas su blanco favorito.

Si bien el argumento del film de LaBute es, a día de hoy, más propio de un telefilm de sobremesa que de un estreno para cines , la cinta gana ciertos puntos gracias a su competente reparto; en especial Jackson, que hace suya la película. Pero como era de esperar, la trama es de lo más predecible, por lo que apenas se distancia de otros films de misma temática.


La tensión entre los protagonistas avanza de forma ascendente a lo largo del metraje, siendo cada vez peores las puyas entre unos y otros, terminando todo en un trágico desenlace en el que los acosados salen victoriosos y el acosador recibe su merecido (aquí, si acaso, con una resolución final que se va de madre para hacerse más impactante y calamitosa cara al espectador). Por tanto, nada nuevo bajo el sol.

La dirección de LaBute es de lo más convencional, por lo que gran parte del mérito de que la cinta se haga medianamente entretenida es del reparto. Tampoco los guionistas cargan del todo las tintas con los temas tratados, con lo que al final la parte de denuncia es más bien light en beneficio del puro suspense (que tampoco es para echar cohetes). También la duración –casi dos horas- se antoja excesiva para lo poco que tienen que contarnos.

Protegidos por su enemigo” es un thriller del montón, que se ve con la misma facilidad con la que se olvida. Así que coincidiendo el mismo fin de semana en cartelera con Eastwood y Carrey, probablemente sea mejor gastarse los euros en ellos -Eastwood es una apuesta segura-y dejar ésta para un futuro visionado vía videoclub, si eso.


Lo mejor: Samuel L. Jackson.

Lo peor: predecible y tópica; es más de lo mismo pero con reparto conocido.


Valoración personal: Correcta

miércoles, diciembre 17, 2008

¡Genial homenaje a John McClane!



Die Hard”, o como la conocimos aquí en España, “La Jungla de Cristal” (título apropiado sólo para esta primera entrega), es el indiscutible buque insignia del cine de acción moderno. Con el gran John McTiernan detrás de la cámara y un impagable Bruce Willis delante, la película se convirtió en todo un éxito comercial, propiciando así la aparición de tres secuelas más, la última de las cuales nos llegó el pasado 2007.

Las cuatro películas conforman, a gusto de un servidor, la mejor saga del cine de acción de todos los tiempos.

Cada cual tendrá sus preferidas –yo me quedo con las de McTiernan (1ª y 3ª)-, pero de lo que no hay duda es que se trata de una tetralogía bastante equilibrada pese al bailoteo de directores y guionistas. Quien más quien menos se lo ha pasado en grande con alguna/s de las entregas, gracias a su ritmo trepidante, a unas historias sencillas pero efectivas y, sobretodo, al grandísimo personaje de John McClane, el policía más descarado y aguafiestas -las de los malos- que ha tenido el género.

Pues bien, resulta que el otro día dí con un videoclip de un grupo llamado Guyz Nite, que realiza un divertido homenaje musical a toda la saga, desde la primera hasta la última, utilizando el título original como estribillo, y donde no podía faltar, por supuesto, esa mítica frase que todos ya conocemos (y que deberíamos llevar tatuada en el pecho, ya!):

“Yippie-ki-yay, motherfucker”.

La canción apareció antes de estrenarse la cuarta entrega, por lo que notareis que en la misma nos habla de lo que hará –futuro- McClane en ella, y no de lo hizo –pasado-, como ocurre con las anteriores entregas. Curiosamente, el video fue retirado de Youtube por violar derechos de autor, pero tras la efusiva demanda de los usuarios, el tema volvió a ser colgado (los productores vieron en él un filón publicitario previo al estreno de la cuarta parte), siendo uno de los videos más vistos del momento. Según tengo entendido, los cinco miembros de la banda que creó este genial homenaje fueron invitados a la premiere de la película.

Así que aunque lleve ya un año circulando por Internet y yo lo haya descubierto ahora (uno que siempre llega tarde a los sitios), he decidido compartirlo con todos vosotros, especialmente con los fans de McClane. El montaje está repleto de grandes momentos y la canción además, mola (pegadiza, cuanto menos).

De regalo, es dejo un enlace a otro tema que el mismo grupo hizo para homenajear a Alien y Depredador, y ya que estamos, también su MySpace, por si tenéis curiosidad por saber algo más de la banda.

Guyz Nite – “Requiem”

MySpace Guyz Nite


martes, diciembre 16, 2008

"Premio Symbelmine"



Si hace unos días era el compañero blogger Machete de Grindhouse quién me otorgaba el "Premio Symbelmine" por mi blog "Amazing Movies", ahora es Joan de Almas Oscuras quién lo hace por mi labor en este humilde blog. Muchísimas gracias Joan!

Estos premios simbólicos, junto a los constantes e imprescindibles comentarios de los lectores, son los que a un servidor le permiten seguir a bordo de estos dos blogs con el mismo entusiasmo del primer día.

Para seguir la cadena hay que otorgar al premio a otros 7 blogs que uno considere dignos de merecerlo. Los afortunados no difieren demasiado de los que ya he nombrado en Amazing Movies, así que esta vez me limitaré a añadir otros tres blogs que también sigo con sumo interés:

Grindhouse

Totally Unrated

Theraphy of Terror


Saludos :)

domingo, diciembre 14, 2008

"Aparecidos", buenas ideas, resultado fallido


Después de varios guiones para cine y televisión (suyo es el script de Sexykiller) y de dirigir el corto Carne de Neón (parte 1, parte 2), Paco Cabezas debuta en la pantalla grande con este largometraje de terror sobrenatural, o por lo menos así nos lo han vendido.

Parte de la promoción de la película ha consistido en un video en el que se muestra a una serie de actores y actrices españoles/as visionando, atemorizados, la película del director. Gritos, sobresaltos y votes que casi les sacan de la butaca (véase un exagerado Alejo Sauras) para una película que pretende dejarnos clavados en nuestros asientos. Pues nada más lejos de la realidad, porque tras el visionado de la misma, uno tiene claro que el susodicho vídeo es puro teatro (o eso, o estaban viendo otra película)


Los protagonistas de esta historia son Malena (Ruth Díaz) y Pablo (Javier Pereira), dos hermanos que viajan hasta Argentina para resolver un asunto familiar. Una vez allí, una insólita aparición les permite encontrar un diario en el que se relatan unos crímenes cometidos veinte años atrás. Alojados en un motel de carretera, y tras leer algunas de las estremecedoras páginas del diario, Malena y Pablo son testigos de extraños ruidos y gritos en la habitación de al lado. Temiendo estar viviendo los mismos hechos acontecidos hace veinte años, los dos hermanos huyen asustados del lugar. Desgraciadamente para ellos, esos ruidos y las terribles visiones les acompañarán durante todo el viaje, y sólo descubriendo el misterio que encierra el diario, lograrán volver a sus apacibles vidas de antes.

Aparecidos” es más un thriller sobrenatural que una película de puro terror fantasmal. De ahí que el video promocional de la película se me antoje una farsa y una tomadura de pelo publicitaria para atraer al público a las salas. Y es que difícilmente la película nos produzca grandes sustos como los que ahí se observan, e incluso los momentos donde debería haber mayor tensión, ésta prácticamente brilla por su ausencia.

La película empieza de forma anacrónica, mostrándonos en este caso, parte del final de la película, dándole al espectador una información desconcertante que tomará significado a medida que avance el metraje. Tras esto, llega la presentación de los personajes protagonistas, esbozando brevemente sus personalidades y el estado en el que se encuentra su relación fraternal (unos hermanos que, sin ir más lejos, recuerdan sobremanera a los de Jeepers Creepers)

Una vez hecho el hallazgo –encontrar y leer el libro- las visiones fantasmales se van sucediendo ante los ojos atónitos de Malena y Pablo. Poco a poco los dos hermanos van conociendo más datos sobre el terrible asesinato en el que, veinte años atrás, un hombre mató a toda una familia y escondió sus cuerpos en distintos lugares. Esos mismos lugares son los que recorren Malena y Pablo, reviviendo así la terrible matanza perpetrada en el pasado y sintiendo la impotencia de no poder hacer nada para evitarla.

No es muy difícil empezar a atar cabos enseguida y saber no sólo de qué va la historia sino también como va a continuar (sobre todo gracias al flashback inicial), y más o menos a la mitad de la película uno ya empieza a olerse el por qué de todo el asunto, quién era el asesino, quienes las víctimas y lo que es peor, cuál será el desenlace. Y es que cuando uno ha visto tantas y tantas películas de terror, la capacidad de sorprenderse es cada vez menor, y más en un subgénero tan sobado como es el de los fantasmas (cansino y repetitivo a más no poder). Por eso sorprende que el director/guionista se atreva a criticar, en un momento de la película, los slashers teens tan típicamente americanos, cuando él mismo termina cayendo en algunos de los tópicos habituales de la temática fantasmal, destacando entre ellos un final tan intencionadamente conmovedor como típico.


De todas formas y pese a ser una cinta bastante previsible, no podemos negar que sí resulta interesante a la hora de mezclar el tema sobrenatural con hechos reales de la dictadura argentina. De ahí que además de ser un producto de entretenimiento (objetivo que consigue a medias), se ofrezca también cierta denuncia social respecto a los miles y miles de muertos y desaparecidos que dejó el mandato del dictador Augusto Pinochet.

Sin embargo, la idea está mejor pensada que escrita, cayendo a veces en la incoherencia o mostrando, por parte de los personajes, reacciones forzadas o deducciones inverosímiles (cuatro ruidos en la habitación contigua del motel ya les basta a los protagonistas para relacionarlos con los hechos relatados en el libro; o un espejo simplemente roto por una esquina hace que uno de ellos lo descuelgue, mire detrás, lo raje y encuentre algo allí escondido)

El ritmo se tambalea especialmente durante la primera hora, con algunos puntos muertos que más que incertidumbre, lo que provocan es directamente el bostezo. Por suerte, esa pesadez desaparece en los últimos tres cuartos de hora, momento en el que la película toma un pequeño impulso que sabe aguantar con firmeza hasta el final.

Las interpretaciones de la pareja protagonista son pasables la mayor parte de la película, chirriando éstas sólo cuando toca dar una mayor carga dramática a sus personajes, momento en el que la sobreactuación hace acto de presencia. No ayuda demasiado tampoco que a ratos hablen en susurros, haciendo sus diálogos imperceptibles al oído humano, algo que se acrecienta más en el caso de Ruth Díaz, a la que ya de por sí le cuesta bastante vocalizar. Bien sea por ellos o por un sonido nefasto, muchas veces no conseguimos entender lo que están diciendo.

Las escenas más frenéticas, como persecuciones, apariciones fantasmales, etc., resultan insulsas y torpes, algo que podemos perdonar teniendo en cuenta la inexperiencia del director tras la cámara. Lo que no es tan perdonable es que, apoyándose en un material bastante sugestivo, Cabezas termine haciendo un thriller sobrenatural soso y predecible, que si bien mejora hacia el final, no podemos negar que se queda a medio gas en todo lo que en un principio pretendía ofrecer. El suspense es realmente débil y las supuestas imágenes perturbadoras provocan más bien indiferencia o una inevitable sensación de déjà vu.

Por tanto, sin llegar a ser una película del todo desdeñable, sí deja un sabor agridulce, teniendo en cuenta que el argumento es prometedor pero su ejecución deja mucho que desear. La historia tampoco da para más de hora y media, y de ahí que a veces caiga en el tedio. Otro punto que juega en contra es una publicidad inapropiada, que nos vende un producto de suspense como si de una película terrorífica se tratara. Y por supuesto, el tan manido “Basado en hechos reales” del cartel no es más que otra treta publicitaria que responde única y exclusivamente a la parte histórica de la dictadura argentina.


Lo mejor: la banda sonora.

Lo peor: el casi inexistente suspense; que sea tan predecible.


Valoración personal: Regular