
Hacía mucho tiempo que Danny Boyle, su director, no conseguía el clamor popular de crítica y público. Más o menos desde la genial “Trainspotting”, y de eso hace ya más de 10 años, que no es poco. De hecho, podría decirse que este es su mejor trabajo desde aquella, algo que se agradece después de tanto producto decepcionante (con lo buena que estaba siendo “Sunshine” y se la cargó con un tramo final a lo cutre-slasher)
La historia que aquí se nos presenta, más o menos la conocéis todos. Jamal Malik (Dev Patel), es un adolescente de clase baja de Bombay que un día se presenta a la versión hindú del concurso "¿Quieres ser millonario?". Este acontecimiento cambiará por completo su vida y nos permitirá a nosotros, los espectadores, conocer más de su pasado y de cómo llegó hasta allí.
Esta escueta sinopsis es más que suficiente para tomar la decisión de ver o no ver esta película. Contar más de su trama sería adentrarse en el peligroso terreno del spoiler, así que todo aquello que comente acerca de la misma, lo haré con la debida señalización (siempre que lo considere oportuno). Y es que cuanto menos sepáis, más os sorprenderá esta película.
Para empezar, la premisa argumental de la cinta es toda una rareza, y puede que sea el motivo por el que algunos, atacados por la curiosidad, decidan echarle un vistazo. A la vez, también puede ser el motivo por el cual suscite un vago interés entre otros espectadores, aunque tanto premio y tanto elogio, seguro que convencerán a más un escéptico.
Para despejar dudas, toda la parte del concurso es más bien una ingeniosa fórmula que sirve al director para contarnos la dura vida de Jamal y los suyos (familia, amigos…). Un recurso narrativo que paso a paso nos adentra en el pasado del muchacho, conociendo poco a poco sus penurias y esa dificultad de crecer en un lugar atroz para la población más pobre del país. Todas experiencias que sufre y también disfruta Jamal son la base que conforma la trama y lo que, imagino, ha cautivado a la crítica.

Pero “Slumdog Millonaire” no es un duro drama al estilo “Ciudad de Dios” (peliculón donde los haya y a mi gusto, mucho mejor que ésta), sino una película mucho más contemplativa en cuanto a géneros. Hay en ella un poco de comedia, de suspense, de romance y finalmente, de drama, siendo esto último lo más arrebatador de todo. Pero lejos de mostrar la pobreza y la crueldad de la vida en su forma más desgarradora, lo que Boyle y su guionista han pretendido, además de mostrar una viva realidad que muchos occidentales desconocemos, es dejar un pequeño lugar para la esperanza. Y eso es lo que al fin y al cabo termina dejándonos un buen sabor de boca.
SPOILER-- Jamal y su hermano se quedan huérfanos desde bien pequeños. Tras la muerte de su madre, deben sobrevivir en un lugar hostil que no siente compasión por los más desfavorecidos. Los dos hermanos subsisten como pueden, ingeniándoselas para conseguir dinero y comida. A veces es robando sin contemplaciones, otras es tomando el pelo a los turistas, y otras tantas es trabajando en un McDonald’s por un mísero sueldo. Pero pese a vivir lo mismo, la personalidad de ambos muchachos condiciona su destino, y mientras que uno, Jamal, intenta ir por el buen camino, el otro, Samil, cae en la codicia a cualquier precio y el puro egoísmo. A ninguno de los dos se les puede recriminar su forma de vivir, pero sí algunas decisiones que puedan cambiar no sólo su futuro sino el de quienes les rodean -- FIN SPOILER
La película goza de un buen desarrollo a modo de flashbacks que cada vez nos adentra más en la historia, y que a medida que pasan los minutos nos hace sentir una mayor empatía por el personaje, sobre todo en aquellos sucesos que poco a poco van complicando el tema amoroso de Jamal con el personaje de Latika (interpretada por Freida Pinto, todo un bellezón)
Para que quede más claro, cada pregunta que el presentador del show televisivo lanza a al joven, recibe una respuesta a modo de flashback que nos descubre el por qué Jamal es capaz de conocer esa respuesta, y a su vez, es la forma con la que su vida, su pasado, se van colando en la película. Y como ya he comentado antes, este es el recurso que mejor sabe utilizar Boyle para desarrollar toda la trama. Los recursos menos favorecedores son algunos efectismos visuales que le dan un aire más comercial a la propuesta, llegando por momentos a antojársenos incluso demasiado videocliperos. Eso sin contar el bienintencionado pero un tanto edulcorado “happy end”, que le resta algunos puntos al resultado final SPOILER-- que Jamal consiga a su chica es de recibo, pero que gane el concurso es demasiado complaciente con el espectador. Debería haber perdido el dinero –nunca supo la respuesta- y haber ganado lo que su corazón siempre ha deseado: a Latika, el amor de su vida. Pero claro, eso ya es una opinión muy personal-- FIN SPOILER

Otro punto en contra es su verosimilitud para con el concurso, que de vez en cuando se cae por su propio peso. El modo en el que Jamal conoce alguna de las respuestas del concurso es un tanto forzada (SPOILER --la de los objetos que sostiene el Dios Rama, por ejemplo -- FIN SPOILER) e incluso el nivel de dificultad de las preguntas se podría considerar de tipo medio y no alto. Esto último podría justificarse del siguiente modo: teniendo en cuenta que las últimas preguntas responden más a la cultura popular americana y europea que a la india, un hindú no tendría porque saberlas, y ahí radicaría esa mayor dificultad en responderlas correctamente. Peeero… SPOILER-- que la pregunta que le va a hacer ganar 20 millones de rupias sea sobre los mosqueteros, famoso libro donde los haya -aquí y en Lima- y que encima él lo estudió en la escuela, sea la pregunta final… resulta poco creíble, aunque era obvia su utilización dada la importancia que tiene ese concepto al principio de la película. Vamos, que por muy bonito y sorprendente que quede, no deja de estar metido con calzador para conseguir ese desenlace tan adecuado --FIN SPOILER
En contraposición a esto, tenemos un rodaje ubicado en chabolas de verdad, un acercamiento a la india pobre muy realista (o así lo parece), unas interpretaciones de todo el reparto muy convincentes (desde los chavales más pequeñajos hasta los adolescentes), una música autóctona acorde con lo que se nos muestra, y una bonita historia de amor y de supervivencia con la que es difícil no sentir algún tipo de empatía. Todo ello hace que la película se vea con agrado y sin aburrir ningún momento.
Slumdog Millionaire no está exenta de fallos y de algún que otro efectismo bien disimulado, pero es su sencillez lo que la hace brillar. No hay grandes alardes de ningún tipo en ningún aspecto, pero precisamente convence por su moderación. No se vislumbra en ella un afán de conseguir premios a toca teja, como sí lo parece con otras propuestas más presuntuosas y oscarizables. Y es por ello que Boyle y todo su equipo están recibiendo tanto reconocimiento.
No es una gran película –no para mí- pero sí es digna de ver y recomendar.
P.D.: El homenaje al cine made in Bollywood de los créditos finales no viene muy a cuento e incluso yo diría que sobra, pero tiene la suficiente gracia para que no moleste.
Lo mejor: su sencillez; el modo de relatar la historia.
Lo peor: algún recurso efectista y forzado para terminar de redondear la historia.
Valoración personal: Correcta.