martes, enero 29, 2008

"Monstruoso", pánico en la gran manzana

Mucho revuelo ha causado el nuevo proyecto del idolatrado J.J.Abrahms. Rumores, fakes y un inteligente marketing viral han hecho que “Cloverfield” -mejor nombrarla por su título original- esté en boca de todos.

Los americanos ya han podido comprobar por sí mismos si todo ese misterio era para tanto o no, pero los españoles no lo podrán averiguar hasta el 1 de Febrero, día en el que el monstruo se paseará por nuestras pantallas.

Por mi parte intentaré no desevelaros demasiados datos de la película para que podais acudir al cine lo más “vírgenes” posibles, ya que es ahí donde uno debe llevarse las sopresas -buenas o malas- y no frente al ordenador.


Para empezar os tranquilizaré diciendo que el monstruo SÍ se llega a ver pefectamente. De hecho, hay un buen primer plano hacia el final de la película en el que podreis verle bien de cerca los afilados dientes que posee.

No os voy a contar que aspecto tiene el bicharraco, aunque ya circulan por internet algunas imágenes, a modo de ilustraciones, del susodicho (si los más ansiosos lo deseais, en los comentarios os dejaré el link). Es mejor no desvelar nada ya que es un factor clave no saber como es para que a lo largo de la película uno se mantenga intrigado y ansioso por descubrirlo. Sí os puedo decir que no se parece a un dinosaurio como el Godzilla de Emmerich, por si alguno temía eso.

De todas formas, aquí la historia se centra mucho más en los personajes que sufren el ataque que no en el atacante en sí. Cierto es que hay escenas en la que apreciamos al monstruo destruyendo edificios o siendo atacado insistentemente por los militares, pero realmente lo que importa es ver, de forma subjetiva, como viven los ciudadanos esa destructiva invasión.


Con un prólogo inicial de unos 20-25 minutos aprox. el director Matt Reeves (elejido por el propio Abrahms) nos presenta a los personajes para que podamos conocer quienes son y como son, y que vínculo les une entre ellos (amistoso, familiar, amoroso...). Pasados esos minutos iniciales empieza la acción, por lo que tampoco hay tiempo suficiente para desarrollar perfectamente sus personalidades. No en vano, con esos minutos tenemos suficiente para empatizar o no con ellos, para entender sus reacciones ante lo que les está sucediendo y sobretodo para meternos en su piel.

Y es que a lo largo de hora y media les acompañaremos en una intensa carrera por la supervivencia, siendo testigos de lo mismo que ellos ven y sabiendo lo poco que ellos saben sobre lo que está sucediendo.

Precisamente el origen del monstruo o su inesperada aparición seguirán siendo una incógnita sin resolver para el espectador, puesto que ahí es donde reside parte del suspense del film. Poco importa de dónde viene la bestia o el porque esta allí. Lo que realmente importa es lo que está sucediendo en ese preciso instante y cómo nuestros protagonistas intentan, por todos los medios, sobrevivir al caos desatado. Así que no espereis aquí ningún discursito solemne de algún científico o algo por el estilo. Teneis 90 minutos para idear vuestras propias hipotesis (si no lo habeis hecho ya)

Quizás algún día conozcamos más cosas sobre el acontecimiento en sí en la rumoreada secuela. Secuela que por otra parte estaría, como muy pocas veces, justificada. Siempre y cuando se parta desde otro punto de vista del ataque, algo perfectamente factible. Por el momento, habrá que contentarse con lo que tenemos aquí.


Técnicamente la película está bien realizada. Los efectos especiales no son la leche, pero cumplen. No es que haya un festín de pirotecnia, por lo que las secuencicas más impactantes están bastante conseguidas dentro de lo que el presupuesto permite (extraños 30 milloncecos para ser un blockbuster)


La filmación es mucho más agradecida para nuestros ojos que otras de similar índole como “REC”, en la que Plaza y Balagueró abusaban, en mi opinión, de desenfocados, escenas oscuras y demás efectismos para causar tensión. A diferencia de la gran mayoría, a mí eso me tocaba bastante la moral.

Aquí la cámara se agita constantemente pero los movimientos parecen mucho más estudiados, dejándonos ver más cómodamente algunas escenas y en otras impidiéndolo de forma menos grotesca que la anteriomente citada (hay escenas oscuras, pero están mejor resueltas). De hecho, poniéndonos muy tiquismiquis, podríamos hasta decir que la filmación es demasiado profesional como para estar hecha por un aficionado sumido en medio de una catástrofe. Pero eso ya que cada uno lo valore como desee.


El reparto es semidesconocido para el gran público y eso ayuda a hacerlo todo más creíble. Algunos de los actores seguramente os suenen por haber aparecido en series de tv.

Personalmente no le voy a poner pegas a sus actuaciones, aunque sí puede que haya algún personaje que resulte un tanto desquiciante, como el propio cámara, que es el típico amigo bocazas que no se calla ni debajo el agua. Aunque hay que decir también que algunos simpáticos toques de humor vienen por su parte.


La música aparece sólo en los créditos finales. Y es que en la vida real no nos envuelve ninguna banda sonora. Así que bien empleada es esa ausencia. Además con los imprescindibles efectos sonoros hay más que suficiente.


En definitiva, una película recomendable porque cumple con dos objetivos primordiales. El primero, ser entretenida; y el segundo, ser realmente angustiosa.

Pero más allá de estar filmada en primera persona y centrarse más en los protagonistas que en el propio monstruo, sigue siendo una película de “monstruito machaca-ciudades” como cualquier otra. Precisamente por el segundo motivo (centrarse en los protas) muchos se podrán sentir decepcionados o hasta estafados, sobretodo teniendo en cuenta la campaña publicitaria que se ha hecho y que hacía presagiar que lo que veríamos sería algo bestial (en lo que a destrucción metropolitana se refiere)


Francamente, para mí ha estado bastante bien, pero no me ha parecido un peliculón. Así que al tanto con las altas espectativas porque os pueden jugar una mala pasada (o no...)

Para los fans de Abrahams y sus series, hay algún guiño que otro para vuestro regocijo.


Ah! Y el monstruo no viene sólo...

Hasta aquí puedo escribir.



Lo mejor:
la angustia que se vive.


Lo peor:
sabe a poco después de tanto bombo.


Valoración perosnal:
Correcta

domingo, enero 27, 2008

“Halloween El Origen”, vuelve el hombre del saco

A estas alturas supongo que quién más quién menos ya habrá visto esta cinta, pero como dice el dicho, “más vale tarde que nunca”.

Es conocida mi admiración por John Carpenter y su obra, con lo cual mi exigencia para con este innecesario -como siempre- remake era bastante alta.
No he visto ninguna de las anteriores películas de Rob Zombie, con lo cual tampoco tenía ningún tipo de expectativa, aunque si tenía muy claro que superar o igualar la cinta del “maestro” sería algo rematadamente imposible.

Si hay algo que hace que “La noche de Halloween” de Carpenter soporte el paso del tiempo es, entre otras muchas cosas, el logrado suspense que se respira durante toda la cinta.
Pues bien, este suspense no aparece ni por asomo en la versión de Zombie. Su Michael Myers ni inquieta ni aterroriza (por muy grandote que éste sea) y eso en parte es debido a la total ausencia de ambigüedad y misticismo que rodeaba al personaje en la película original.

Para empezar, lo que tenemos delante es en parte remake y en parte precuela, algo que la mayoría ya sabrá. También la mayoría que la ha visto coincide en que la parte de precuela es la mejor. No es que yo no esté de acuerdo, pero es tan breve y tópica que tampoco se puede decir que sea lo mejor (con ello estaríamos alabando tan sólo treinta minutos de casi dos horas de película, lo cual tampoco me parece justo)

En mi opinión ambas partes están más o menos al mismo nivel, pero la diferencia reside que en que la segunda la hemos visto demasiadas veces como para que llegue a causarnos algún tipo de impresión e interés, mientras que la primera, teniendo a un Myers jovencito, puede causar un mayor impacto. Además en esos primeros minutos Zombie nos cuenta algo, mientras que el resto del film es tan sólo una sucesión de muertes y más muertes, a cual más sangrienta.

La parte de precuela es un arma de doble filo. Por un lado nos explica algo que tampoco necesitabamos saber, pues Carpenter con un excelente planosecuencia subjetivo al inicio de su película hacia maravillas para retratar la infancia de un deshumanizado Myers.
Aquí tenemos al futuro asesino sufriendo acoso escolar y viviendo en un entorno familiar abominable para cualquier niño de su edad.
El joven ya se nos muestra un tanto antisocial, lo cual es lógico. También apreciamos ciertas actitudes macabras que configuran la personalidad de psicópata asesino que lleva dentro.
Conocemos a su madre, una stripper; a su hermana mayor, una adolescente promiscua; a su padrastro, un alcohólico. Con semejante panorama no es de extrañar que la azotea de Myers no cavile muy bien.

Aunque todo esto resulta tópico, Zombie consigue por lo menos rodarlo de forma efectiva, mostrando lo que debe cuando debe y sobretodo profundizando un poco en la relación que Myers mantiene con el Dr. Loomis y con el resto de sus familiares.

El lado negativo de todo esto es que la esencia sobrenatural de Myers se pierde por completo. Humanizarlo, darle motivos para matar (al menos al principio, porque luego no los tiene) y conferirle un pasado traumático es lo que aniquila por completo el aura mística del personaje creado por Carpenter. Su presencia no nos inquita tanto ni nos resulta tan atemorizadora. Saber qué rosotro se oculta detrás de esa inexpresiva máscara ya no tiene ningún misterio para nosotros y eso le quita su gracia.

Lo que desconocíamos de Myers -y lo poco que sabíamos por palabras- era básico. Aquí todo eso se echa por tierra. Se pierde la esencia del Michael Myers que tanto temíamos. Y es que darle un origen al monstruo no siempre es la mejor solución.

Es loable que el director lo haya incluído en su remake, distanciándose así de hacer simplemente un copiar y pegar como hacen muchos otros. Pero también es un desafortunado riesgo que ya corrieron las secuelas, aunque en esas la explicación era directamente sobrenatural. Y es que claro, oír a Loomis hablar de Myers como si fuera la encarnación del Mal ya carece de sentido e importancia.


Centrándonos en la parte de remake, no hay nada en ella que no hayamos visto ya.
El director demuestra una incapacidad alarmante para crear el mínimo suspense y para compensarlo hace que los asesinatos sean lo más sangrientos posibles.
Desgraciadamente dichos asesinatos son bastante simplones y fácilmente olvidables. Hasta en “Halloween H20” las muertes estaban más elaboradas (no es que yo sea un sádico, pero a una película de terror mil veces vista habría que pedirle un poquito de innovación en ese tema). También es aquí donde Carpenter gana por goleada a Zombie, ya que ese conseguía una planos con la cámara realmente inquietantes, mientras que la filmación del director/cantante es de lo más plana y rígida. Tan sólo hay una secuencia que merezca ser recordada por tener una mejor planificación: aquella en la que Laurie Strode esta escondida en el techo.


Es de agradecer que se haya mantenido el tema principal compuesto por Carpenter para la banda sonora, pero el problema es que está realmente desaprovechado. A Carpenter le servía para enfatizar el suspense y dinamitar esa sensación de desasosiego, pero como de esto no hay ni rastro en este remake, Zombie nos lo encasqueta cuando le viene en gana. No es que moleste, todo lo contrario, pero digamos que ya no tiene una finalidad concreta más allá de acusar a nuestra nostalgia.

Lo que son las canciones que componen la B.S.O. son de mi gusto, especialmente la versión, a modo de guiño, del “Mr. Sandman”.

En la película se aprecia también la presencia de algunos actores habituales del género, como son Udo Kier, Brad Dourif (casi irreconocible), Danny Trejo o Dee Wallace-Stone, que llevaba un tiempo bastante desaparecida. Además aparece Danielle Harris, que ya había participado en la cuarta y quinta entrega de la saga (en un papel bien distinto, eso sí)

Por lo demás, destacaría la actuación de Malcolm McDowell como el Dr. Loomis y Sheri Moon (la esposa de Zombie) como la madre de Myers, ya que el resto están simplemente pasables. La nueva Laurie Strode, por mucho que se empeñe Zombie en hacerla gritar durante todo el tramo final de la cinta, no conseguirá ni de lejos el status de scream queen alcanzado por Jamie Lee Curtis.

Dicho esto, se podría decir que la buena reputación que precede a Rob Zombie como director de género aquí no queda muy bien plasmada. Ejemplos de como hacer un excelente remake tenemos dos de recientes: “Amanecer de los muertos” de Zack Snyder y “Las colinas tienen ojos” de Alexandre Aja. El remake/precuela de Zombie queda por debajo de estos, equiparándose más al de “La matanza de Texas” de Marcus Nispel.

No deja de ser un remake correcto que en manos de algún mecenas cualquiera probablemente hubiera sido un desastre, pero que en manos de Zombie se traduce en un slasher bastante decente y mejor que cualquiera de las anteriores secuelas hechas hasta la fecha, pero obviamente a años luz de la original de Carpenter, con la que no resiste las comparaciones.

Entretenida en todo momento para carente del suspense necesario para ser una buena cinta de terror.

Recomendada especilamente a aquellos que no hayan visto “La noche de Halloween” de John Carpenter.


Lo mejor: los guiños; que tenga un final cerrado (gracias!)

Lo peor: el nulo suspense


Valoración personal: Correcta

lunes, enero 21, 2008

“La Criatura Perfecta” una nueva raza

Esta coproducción anglo-neozelandesa es una nueva vuelta de tuerca al tema vampírico, y en ella se mezclan las constantes de este (maltratado) subgénero junto con elementos de ciencia-ficción.

Nos encontramos ante unos hipotéticos años 60 -con el aspecto de los años 30- en el que humanos y vampiros conviven en pefecta armonía. Pero esta armonía corre el peligro de quebrarse cuando uno de estos vampiros empieza a matar humanos indiscriminadamente.
Para capturarlo, una brigada de policía humana contará con la ayuda de un vampiro que conoce a la bestia perfectamente, pues no es otro que su hermano.


La premisa es original y atractiva, especialmente lo primero teniendo en cuenta que surge de la mente de su guionista y director Glenn Standring y no de un libro, cómic o videojuego, como suele ser habitual.

En esto mundo creado por Standring los vampiros son el resultado de los experimentos de un alquimista del siglo XV que pretendía erradicar la peste y otras enfermedades de la época. La alteración en el ADN humano da origen a esta nueva raza de seres que, además, traerán la cura a la humanidad. Pero para evitar que algunos humanos incrédulos los aniquilen, el alquimista decide crear una especie de Hermandad en la que estos puedan vivir en paz.

Pasados 300 años, momento en el que se desarrolla la historia “La criatura perfecta”, los humanos y los vampiros han aprendido a convivir juntos, ayudándose mutuamente. Los primeros proporcionan el alimento necesario para que los segundos puedan subsistir, es decir, sangre; y éstos les ayudan a erradicar las enfermadades. Precisamente, para que no surgan nuevos brotes o nuevos virus, se prohibe toda experimentación genética.

Sin embargo, ese resistente equilibrio se ve amenazado cuando un hermano -así se denomina a los vampiros- empieza a cazar humanos sin razón alguna. Su nombre es Edgard y sus motivaciones no son otras que crear una nueva raza de vampiros que someta a la raza humana.


Edgard experimentaba en secreto con ADN para que su raza puediera procrear de nuevo, pues en estos últimos 300 años no ha nacido ningún vampiro más. En vez de eso, lo único que consigue es crear una nueva mutación que convierte al vampiro en una bestia ávida de sangre. Edgard es, además, el portador de este nuevo virus y no dudará en espacirlo por toda la ciudad.

Su hermano Silus (Dougray Scott), un respetado miembro de la Hermandad, intentará darle caza en solitario, pero tras los nulos resultados, finalmente colaborará con la policía, intentando ambos mantener en secreto la misión para que no cunda el pánico y no se rompa la tregua entre ambas razas.

Entre los miembros de la policía destaca Lilly (Saffron Burrows), que entablará una relación especial con Silus.


Lo más destacable de esta particular cinta es, pese al aparentemente limitado presupuesto, su ambientación. Ese aire retro-futurista (muy similar a ese joya que es “Dark City”) con un toque sombrío y decandente (al estilo “Blade Runner”) dotan a la película de un halo misterioso que se adhiere perfectamente a la historia que se nos cuenta.
El problema es que dicha historia, por muy interesante que nos pueda resultar, va perdiendo fuelle a medida que avanza la trama y eso es problema de un guión poco consistente, que además dota a los personajes de una frialdad que aleja al espectador de cualquier posible empatía con ellos.

Todo se desarrolla como a trompicones, como si a la película le faltara metraje desechado en alguna sala de montaje. Tampoco ayuda que el director no sepa imprimirle algo más de ritmo y unidad al asunto.
Sobre lo primero, podemos decir que la película se hace un tanto lenta y empalagosa, pese a que no dura más de hora y media. Y en lo segundo, parece que Standring no acaba de decidirse por un tipo de filmación en concreto, ya que pasa de secuencias hiperveloces a otras a cámara lenta tipo “Matrix”, como lo del tiempo bala que tan de moda puso la cinta de los Wachowski (aunque ya aparecía en la citada “Dark City”, película de la cuál los hermanitos copiaron muchísimo)


Aunque haya coherencia en los acontecimientos y tiempo suficiente para poder desarrollarlos (tampoco es que sea muy complicada la trama), algunos temas quedan un tanto descolgados.
Los sentimientos de Silus hacia Lilly tienen un peso importante, pero no están lo suficientemente bien explicados como para que podamos comprender las acciones y reacciones de los personajes. Por decirlo de otra manera, el amor y la correspondencia del mismo se me antojan muy repentinos y funcionan más como macguffin que no otra cosa, es decir, una manera de propiciar y justificar los posteriores actos del enemigo de turno.

Las escenas de acción también están rodadas con muy poco brío y por momentos hasta torpes (la pelea final entre Silus y Edgard no podría ser menos insatisfactoria)

Tampoco las interpretaciones del reparto ayudan demasiado ya que parece que no estén muy por la labor.

Saffron Barrows no está muy inspirada y eso impide cogerle cariño, algo básico si va a ser la protagonista y nuestra heroína.

Dougray Scott se muestra hierático durante toda la película, algo ya habitual en el actor, pero que aquí se acentua hasta el extremo. Desde luego, su personaje pedía una mayor expresividad para dotarlo de esa humanidad que el guión clama a gritos pero que Scott no transmite ni a ostias.

Ni Leo Gregory como loco vampiro cuativa en exceso. Al principio promete bastante, pero luego su aura maligna se diluye como gotas de agua en un charco de sangre.

Quizás el más apañado sea Scott Wills, el compañero de Lilly. Aunque su personaje está más visto que el tebeo, por lo menos el actor le da cierta credibilidad.


Si cogiésemos una coctelera y mezclaramos en ella un poco “Underworld”, “Van Helsing”, “Ultravioleta” y “Matrix”, tendriamos como resultado “La criatura perfecta”, una película interesante pero fallida, en donde su director presta más atención a lo visual que a lo argumental y cuyos personajes no calan en el espectador.

De todas formas, es muy probable que encuentre entre el público un pequeño séquito de fans que la encumbren al estatus de obra de culto, por aquello de estrenarse con retraso (se supone que es del 2004 y no del 2006), pasar desapercibida en taquilla y aportar una idea fresca a un tema -el de los vampiros- que en estos últimos años no ha dado más que bodrios del calibre de “Blade Trinity”, “Van Helsing” o la infecta “Drácula 2001”.


Aunque finalmente no sea una película lograda, tampoco se puede decir que sea un bodrio ni que su visionado suponga una pérdida de tiempo absoluta, o almenos no lo ha sido para un servidor.
La verdad es que la historia prometía y quizás con otro reparto y un director más competente hubieramos tenido una buena película de vampiros, que falta nos hace (a la espera estoy que llegue “30 días de oscuridad”...)

Por el momento queda como una curiosidad entre tanto remake, secuela y refrito de historias ya conocidas y mil veces vistas. A falta de originalidad en Hollywood, bienvenido sea un poco de aire fresco en la cartelera, aunque sea más una peli de videoclub y aunque luego los resultados no sean del todo satisfactorios (peor hubiera sido con Uwe Boll tras la cámara)


Lo mejor: una historia atractiva; la ambientación.

Lo peor: un ritmo torpe; el reparto (especialmente Dougray Scott)


Valoración personal: Regular

lunes, enero 14, 2008

Los Crímenes de Oxford, la lógica del asesino

Díficil tarea la mía reseñaros una película de la es mejor no saber demasiado antes de verla. Por ello y evitando masacraros a spoilers (eso lo dejaremos para los comentarios), trataré de dejaros mi impresión sobre ella, sin desvelar detalles importantes e intentando que acudais a ella sabiendo qué tipo de película tendreis delante.

Lo primero a indicar es algo que ya se presuponía con tan sólo echarle un ojo al trailer. Y es que con esta película Alex De La Iglesia da un giro de 180 grados a su carrera, aparcando así su toque gamberro y su humor negro en beneficio de un trama policial mucho más seria y compleja que en anteriores de sus trabajos.

En materia de guión sigue colaborando con Jorge Guerricaechevarria, con el que ha co-escrito casi todas sus películas. Pero esta vez son ellos mismos los encargados de guionizar la novela, pues recordemos que en “Perdita Durango”, su primera adaptación, el guión corrió a cargo de David Trueba.
Por ello, es de agradecer que en materia de escritura y dirección, De La Iglesia haya optado por obrar al servicio de la novela y no al revés (eso último, algo que otros directores sí hacen y no siempre para bien)

En este caso, la historia es producto de la imaginación del escritor argentino Guillermo Martínez, que elabora una intriga policial en la que un profesor de Oxford y un joven estudiante andan tras la pista de un asesino en serie bastante curioso. Aparentemente, la única forma de atraparlo es descubriendo, mediante códigos matématicos, el patrón que éste sigue.


El profesor Arthur Seldom (John Hurt) y el joven Martin (Elijah Wood) conforman una pareja sujeta a las directrices del maestro y el pupilo. De esta forma, Seldom ejercerá de instructor para el joven y éste, consciente tanto de sus limitaciones como de sus demostradas capacidades intelectuales, intentará superar al maestro a la vez que aprenderá de él.

Esta claro que el ego de uno desbordará al otro, de modo que la sumisión y la admiración tales hacia un maestro seguirán una constante muy variable a lo largo de la película. O bien retará al maestro, o bien aceptará sus irrefutables teorías, todo en función de qué hechos acontezcan.

Como si se tratara de una versión actualizada de Sherlock Homes y su indispensable y estimable compañero el Dr. Watson, Seldom y Martin siguen las pistas que el asesino les deja a modo de acertijos. Acertijos que se basan en teorías matématicas, simbolismos y demás cosas de las que no todos seremos unos expertos pero que igualmente tampoco son un impedimento para seguir la trama (gracias a Dios, porque yo soy más de letras)

De hecho y por decirlo de alguna manera, la parafernalia matemática/filosófica que inunda la película y la cuál es el sustento de la misma, no es más que una cortina de humo para lo que realmente esconde el enigma que aquí se nos presenta. No hay que dejarse marear por tanto número y tanto símbolo, pues la cosa es mucho más sencilla y natural de lo que pueda parecer.


En todo momento se juega al despiste no sólo con el espectador, sinó con los protas. No desvelaré mucho, pero hay que estar atento a cada conversación, pues ningún diálogo es banal (aunque algunos pecan de demasiada pomposidad).
Hay que estar atento a cada plano, que por muy poco trascendente que parezca, en él hay una clave que luego servirá para encajar las piezas del puzzle. Y sobretodo, tened en cuenta que un cruce de miradas o un gesto puede ser mucho más revelador que algunas de las propias conversaciones.

Es por eso que aunque la película se alargue a las casi dos horas, su visionado no resulta aburrido, pues en todo momento nos obliga a permanecer atentos a lo que en ella está pasando. Aunque sí hay que apuntar que el suspense, bastante ligero, fluye mejor en algunos momentos que en otros, y con unos personajes mejor que con otros.


Cuál partida de ajedrez, cada personaje tiene su cometido. Tendremos pues desde las piezas que ejecutan toda el plan hasta los meros peones que son un elemento más para que todo funcione con la perfección de un reloj suizo.

A la intriga que rodea los personajes de Martin y Seldom hay que añadirle una pizca de romance que atañe al primero de ellos y que lo implica sentimentalmente con Lorna, el personaje que interpreta Leonor Watling. Ni que decir que cuando esta -a mí gusto- atractiva muchacha hace acto de presencia uno no puede ya razonar con claridad. Sin ir más lejos, a parte de cumplir de sobras con el papel (y el acento), también nos regala un desnudo gratuito tan innecesario como, de seguro, agradecido por un sector del público (atentos a como cocina esta moza unos espaguettis...). Es lo que podriamos llamar “un desnudo a lo Paz Vega”.


Cada personaje, por muy poca que sea su presencia, tiene importancia en la trama. De algún modo u otro, todos tienen algo que les vincula al caso, ya sea de forma directa o indirecta. También es cierto que algún que otro personaje, como ya he dicho antes, juega un poco al despiste, así que ojito de quién sospechais, porque las sorpresas pueden ser mayores o menores dependiendo de vuestra perpicacia. No más decir que en una frase pronunciada en la película -y que también aparece en el trailer- está implícita toda la esencia de la misma.

Es una lástima que al final, muy al estilo Hollywoodiense (mal!), De La Iglesia opte por dárnoslo todo masticado. Así que si hay algo en lo que os habeis perdido, tranquilos que al final del film los propios protagonistas nos lo cuentan todo (incluso con los ya indispensables flashbacks).

Supongo que de esta manera, todos y sin excepción, saldrán satisfechos de la sala. Unos por entender lo que se les escapó y otros por confirmar sus sospechas (o algunas de ellas)

La verdad es que yo prefiero que las cosas queden un poco en manos del espectador. Que pueda comerse el tarro a la salida del cine, que le dé vueltas a la historia o que pueda debatir ciertos puntos con otras personas para aclararlos. Por decirlo de otra manera, que las cosas se dejen claras de forma más sútil y no tan evidente, que quizás eso le quite cierta gracia al asunto.
Claro que viendo como algunos resuelven los thrillers, casi mejor así que quedarse con cara tonto cuando se encienden las luces.


Todo el enigma a resolver se basa básicamente en causalidades, aunque hay unas pocas casualidades menos probables que damos por hecho para no ponerle demasiadas pegas al guión. Lo que interesa es que almenos no nos tomen por cazurros, y aunque no tengamos ni idea de matemáticas y simbolismos (ahí es donde el autor de la novela nos vacila un poco), por lo menos que le demos caña al cerebro con un fín.

En el pano actoral, todos cumplen en mayor o menor medida.

A John Hurt siempre es un placer verle actuar, haga el papel que haga.

A Elijah Wood le va a costar trabajo desquitarse del personaje de Frodo y no porque le falten ganas, sino porque ese le ofreció una popularidad que a día de hoy, para bien o para mal, le sigue pesando. No dudo que tarde o temprano y con el empeño mostrado y la diversidad de proyectos en los que se mete, acabe siendo conocido por su nombre y no por “el que hizo de Frodo en ESDLA”.

Leonor Watling, como ya he comentado antes, cumple con un papel que tampoco permite más. No deslumbra (salvo en lo físico), pero es mejor que algunas compatriotas que han cruzado el charco.

Julie Cox, la otra chica de la película, tiene un personaje con una personalidad más elaborada y eso le da más cancha. De todas formas, no deja de ser otra pieza más del entramado, ya que toda la atención gira en torno a Hurt y Wood.

El punto más cómico, a parte de algunos diálogos entre los demás personajes, viene de la mano de Jim Carter, el inspector de policía que no entiende un carajo de lo que Seldom y Martin debaten.

Y por último cito a Burn Gorman,que hace de rarito/desquiciado, y ciertamente lo clava.


Por lo demás, un thriller interesante, pero no fascinante. Tanto número y símbolo puede aturdir a algunos. A otros, tan poca acción y tanto diálago petulante en dos horas puede llegar a aburrirles. Y a mí, alguna ínfulas grandilocuentes que el autor de la novela -doctorado en matemáticas- plasma en la historia me indigestan un poquito.
De todas formas, puede gustar si las expectativas no están por las nubes.

Estamos ante un paso abismal en la carrera del director, por lo que quizás lo suyo hubiera sido una evolución más gradual. De sus gamberradas pasamos al thriller puro y duro, y además con una novela con mucha abstracción científica. No en vano, dirije con pulso y sabe mantener bien el misterio a lo largo de todo el metraje.
Dirección funcional, sin excesos pero con menos impacto del esperado.

Recomendada sobretodo a matemáticos (que perderán el tiempo descifrando códigos), a los que gusteis de los thrillers de misterio sin giro final absurdo y a los fans de Leonor Watling (por aquello de verla en cueros). A los seguidores de Alex De La Iglesia, si sois permisivos con el cambio de registro, mejor que mejor.


Lo mejor: una trama atractiva y un guión competente; John Hurt

Lo peor: pretende aparentar una excelencia que una dirección funcional no puede ofrecer; algunos diálogos grandilocuentes; le falta garra.


Valoración personal: Correcta

domingo, enero 06, 2008

“American Gangster”, el rey de Harlem

Que mejor que empezar el 2008 que con una muestra de buen cine. Para ello, aquí os traigo la que es, de seguro, una de las mejores películas del -bastante pobre- 2007.


El film, dirigido por el irrregular Ridley Scott, nos cuenta la historia de dos hombres que viven en dos mundos muy distintos pero que a su vez comparten una ética similar.
Por un lado, tenemos a Frank Lucas, un reciente capo de la droga que se está convirtiendo en el amo de las calles de Harlem gracias a una heroína de primera calidad vendida a un bajo precio.
Y por el otro, al rudo Richie Roberts, un honrado policía decidido a acabar con el tráfico de drogas.


Como ya sucede en este tipo de películas, la figura del malechor, aquí Frank Lucas (Denzel Washington), se idealiza de tal forma que el público pueda empatizar con él sin mera carga de conciencia (no olvidemos que se trata de un narco y un asesino que existió de verdad)

Lucas se nos presenta como un hombre tranquilo, paciente, inteligente, familiar y religioso, pero que cuando hay que imponer orden, no se priva de nada. Lo veremos matar a sangre fría o golpear a componentes de su propia familia (primos, hermanos..)

Tras la muerte de uno de los mafiosos negros de la ciudad, del que Lucas era chófer, el mundo del tráfico de drogas sigue su curso sin apenas cambios trascendentales. Lucas, a quien dicho mafioso suponía más que un jefe, un mentor, decide montar su propio negocio. Para ello, cuenta con la colaboración de algunos militares norteamericanos destinados a Vietnam para que le traigan la heroína que ahí se vende (y con la que los propios militares se colocan).
Dicha heroína es de alta calidad y Lucas sabe que vendiendo un producto mejor a un precio más bajo, no tendrá rival en el mercado. No tarda pues en adueñarse de las calles y erigirse como el mayor y mejor distribuidor de heroína de la ciudad.
Quienes antes le ignoraban y consideraban un mero principiante, ahora pugnan por convertirse en sus socios. Otros no pretenderán otra cosa que acabar con él, pues les supone una competencia que les arruina


Fran Lucas es un traficante extraño entre los traficantes. Su presencia cuidada y a priori, apacible, difiere bastante de los de su misma condición. No es ni mejor ni peor que ellos, pero sí se rije por unos códigos de conducta que respeta y pretende hacer respetar, y eso ya le diferencia del resto. Tampoco le importa el equilibrio del mercado de la droga, pues sabe que se está haciendo de oro y que gracias a ello no sólo su estatus ha subido como la espuma, sino que además puede darle una vida mejor a su familia.


No hay duda que el personaje de Lucas es el más mimado de la película y que Denzel Washington lo encarna como si hubiera nacido para ello. El actor tiene la oportunidad de alejarse de esos papeles de buen policía que tanto le han caracterizado en los últimos años, para mostrarnos con soltura las dos caras de un mafioso del Harlem de los 70.
No dudo pues que este papel le confiera una nominación al Oscar, aunque dudo vaya a llevárselo. No porque no lo merezca o hayan otros mejores que él (que probablemente sí), sino porque ya sabemos como son los de la academia, que otorgan muchas de las estatuillas para redimir errores del pasado... y con Washington ya cumplieron hace unos años. Véase sinó también el Oscar de Scorsese por “Infiltrados”, habiendo habido otras tantas veces que se lo mereció mucho más y se quedó en ascuas.


Nominaciones a parte, también tenemos a otro buen actor como es Russell Crowe, que por tercera vez se pone a las órdenes de Scott. Su papel es el de Richie, un policía con otro código ético que le impide quebrantar la ley para su propio beneficio. Ni siquiera por un compañero.
Su honradez en su trabajo le reporta recelo y muchas veces desprecio por parte del resto de agentes que, a diferencia de él, tienen una gran facilidad para dejarse corromper.

Pero no nos engañemos, pues Richie tampoco es el hombre del año. Tampoco su vida personal es mejor que la profesional. Es un padre descuidado que desatiende a su hijo, además de un mujeriego. Intuímos pues, la infidelidad como causa de divorcio entre él y su desesperada esposa (la bella Carla Gugino)


Ambos actores sólo se ven las caras hacia el final de película, por lo que el resto de metraje constituye la evolución de los personajes por separado, su trayectoría en los suburbios, la forma de desenvolverse en su oficio, etc.

Tanto Richie como Lucas son dos tipos que no encajan en sus respectivos mundos, pero son buenos haciendo lo que hacen. Uno, porque ha aprendido del mejor maestro, y el otro...el otro no lo sabemos. De hecho, sabemos más bien poco de Richie, algo que encierta manera nos distancia de su personaje, aunque si bien es cierto que la personalidad está lo suficientemente dibujaba como para saber cuál es el papel que irá jugando en todo momento.


Es curiosa como la caída de Frank Lucas se sucede cuando éste, traicionando sus propias normas para complacer a su esposa, decide llevar puesto un ostentoso (y hortera) abrigo que ésta le regala y que lleva puesto durante el visionado de un combate de boxeo. Y es que en un momento de la película, Lucas le dice a uno de sus hermanos (interpretado por Chiwetel Ejiofor) que "El que viste más destacado en la sala siempre es el más débil".
Maldita ironía que dicho abrigo suponga el inicio de su declive. Acudir a la cita con un cartelito colgando del cuello que pusiera “Soy Frank Lucas, el gran capo de Harlem” hubiera tenido las mismas consecuencias.


El corrosivo mundo de la droga y la época en la que la historia se desarrolla está perfecamente plasmado en el film (antención a las escenas dónde aparecen los drogadictos o los pisos donde se envolsa la heroína).
Scott maneja el cotarro con bastante pulcredad y de forma tan funcional como efectiva. Hay secuencias con brío, aunque en general a la película le falta la fuerza y garra que sí han tenido otros buenos ejemplos del género. Y es que Scott tampoco es que sea un Coppola o un Scorsese (ni un De Palma en sus buenos tiempos), pero tampoco importa demasiado, pues al fin y al cabo la película, sin ser lo grande que pudiera haber sido en manos de los citados, sí se me antoja una más que digna propuesta que merece un lugar privilegiado dentro del (sub)género de “mafias”.

Su largo metraje no molesta en absoluto, pues se hace entretenida de principio a fin, aunque hayan algunas subtramas que no interesan demasiado y que se resuelven de forma una tanto súbita, “americanizada” y de dudoda fidelidad con la realidad (véase la secuencia del juzgado por la custodia del hijo de Richie).
En cuanto a eso último, la fidelidad con los hechos reales en los que se basa, siempre se puede poner en duda como con cualquier otra película. Sabemos de sobra como (re)interprentan los americanos esos hechos reales. Y es que, queramos o no, el cine es un medio para cautivarnos y quizás de otra manera que no fuese edulcorando y abrillantando la historia, sería más dificil conectar con lo que se nos está contando. De todas formas, tampoco hay artificios que puedan llegar a molestarnos, ya que en ese aspecto, Scott y el guionista han sido bastante cuidadosos.


Quizás la parte final en la que los dos protagonistas parecen confraternizar, está un poco cogida por los pelos, o dicho de otra forma, no lo suficientemente desarrollada para resultar más convincente (con ello no pongo en duda la veracidad de los hechos).
A fin de cuentas, la historia que nos cuenta Scott nos la sabemos casi de memoria, ya que no deja de ser bastante tópica (ascenso y descenso de un mafioso). No por ello desmerece, aunque como es obvio, la comparación con otras películas le resta puntos.


Si os gustan este tipo de películas, creo que saldreis satisfechos. Y sí admirais el trabajo de sus dos actores protagonistas, de seguro pasareis un buen rato.

Mención especial también a algunos secundarios como el antes mencionado Ejiofor, Jon Polito, un estupendo Josh Brolin como poli corrupto (este hombre se está labrando un buena carrera, que nunca es tarde) o un recuperado -del pozo de los caídos- Armand Assante. Hasta Cuba Gooding Jr., que después de ganar un Oscar al mejor actor secundario por “Jerry Maguire” ha hecho más basura que no otra cosa, hace un papel correcto (aunque breve).

Si acaso, el único fallo que encuentro en el reparto es la chica que representa la mujer de Frank Lucas; bastante sosa y a mi gusto (esto es muy personal), no especialmente guapa para interpretar a una ex-Miss (de Puerto Rico, en este caso)


Lo mejor: Denzel Washington; la ambientación; la visión de los dos mundos y el desarrollo de los personajes.

Lo peor: que suene a ya visto.


Valoración personal: Buena

lunes, diciembre 31, 2007

Despidiendo el año

Bueno, este sí que es ya el último post del 2007.

Os deseo a todos un Feliz Año Nuevo. Que paseis una noche a lo grande y que entreis con buen pie en este 2008 que ya se acerca.

Gracias todos por visitar este humilde blog, por vuestras charlas y por vuestra fidelidad.

Esperemos que este 2008 venga cargado de buen cine, más actrices y menos chicas floreros, menos remakes y más ideas originales, más terror del bueno y menos casquería barata, más...bueno..etc, etc (esto sería un no parar xD)

Os dejo con la canción de Mecano "Un año más", ideal para este día que termina. A falta del videoclip en condiciones, pues os pongo un actuación en tv, que para el caso ya sirve :)

Y lo dicho...

Una mente perturbada os desea un Feliz Año Nuevo!!


Saludos ;)



Un recuerdo para los que se fueron

No es mi intención poneros tristones el último día del año, pero creo que este post era necesario. No podíamos despedirnos de este 2007 que acaba sin rendir un pequeño homenaje a aquellos actores, actrices y directores de cine (de aquí y del otro lado del charco) que este año nos dejaron.

Para el recuerdo siempre nos quedarán sus películas -y series de tv-, que perdurarán por siempre en nuestra memoria cinéfila.

Ya me conoceis y sabeis que cuando me pongo a escribir me extiendo como el que más. Pero esta vez y como dice el dicho “una imagen vale más que mil palabras”, así que os dejo junto a la foto de cada uno, un pequeño video tributo (de los que he podido encontrar), mucho más expresivo y directo que cualquiera de las palabras que un humilde servidor pudiera brindarles.

Por descontado, cuento con vuestros valiosos comentarios para completar esta pequeña contribución a su memoria. Y si me he dejado a alguien, que podría ser, pues también lo adjuntais en vuestro mensaje.

Por mi parte esto es todo.

Bien hallados estén en la eternidad de los cielos y que sus obras perduren en el tiempo.


Robert Altaman – director"Sólo he hecho el cine que he querido hacer"

Ingmar Bergman – director, guionista y escritor
“Envejecer es como escalar una gran montaña; mientras se sube las fuerzas disminuyen, pero la
mirada es más libre, la vista más amplia y serena.”

Ivonne De Carlo - actriz


Fernando Fernán Gomez – director, escritor, guionista, actor
“El cine es un vehículo de expresión, pero no estoy muy seguro de que sea un arte.”

Deborah Kerr - actriz


Emma Penella - actriz


Carlo Ponti - productor

Carmen Rossi - actriz

Floyd “Red Crow” Westerman – cantante, activista y actor



Jane Wyman
- actriz


Lo Mejor y Peor del 2007



Este ha sido para mí un año de decepciones y alguna que otra agradecida sorpresa.
Entre las decepciones se encuentran básicamente casi todos los blockbusters que pretendían hacerme disfrutar como enano pero que al final o no me han gustado o se han quedado a medio gas.

El blockbuster que ha cumplido con mis altas expectativas ha sido, sin duda alguna, “300” de Zack Snyder. No es una obra maestra ni dicha calificación me serviría para hablar de ésta u otra película estrenada este año (y mucho me temo que tampoco de años recientes), pero sí me pareció un excelente entretenemiento. Lo pasé en grande viendo la película y sus dos horas y media me pasaron volando.
Habrá a quienes les gustó y a quienes no, pero más allá de sobrevalorarla o infravolarla (que de todo hay), yo me quedo con la satisfacción de que conmigo sí cumplió.


De otras no esperaba mucho, es más, me temía lo peor, como en el caso de “La Jungla 4.0”. Por suerte mis temores se disiparon al verla, y aunque no estuviera a la altura de sus predecesoras (las de McTiernan), sí seguía ofreciendo un respetable cine de acción (aunque con sus admisibles fantasmadas...)

El ultimátum de Bourne” supuso también una sorpresa, pues tampoco he sido un férreo seguidor de la saga (la primera me pareció correctita, no más). De ella además guardo un grato recuerdo por verla en el que fue mi primer pase de premsa y por consiguiente, mi primera crítica para Tu Blog de Cine.

El Orfanato” también me sorprendió, más por su contenido dramático que por ser una cinta de terror bien facturada. Además, no me considero un devoto del cine español (por razones obvias)

Stardust” fue otra grata sorpresa, quizás la mayor de este año. Una buena película fantástica con el sabor de las de antaño. Y con mi adorada Michelle Pfeiffer, todo un lujo para un servidor.

Hay otras que sabía que me gustarían sí o sí y no me han decepcionado. Entre ellas se encuentran “Zodiac” (pese a su muy excesiva y un tanto plomiza duración), “Promesas del Este” (excelente), “Rocky Balboa” (Sly aún en pie de guerra), “The Prestige”(el Nolan que me gusta) y “Hot Fuzz” (la comedia del año, para mí)

28 semanas después” rompío la regla de “segundas partes nunca fueron buenas”, un dicho por otra parte, cierto al 95%.

Adiós, Pequeña, Adiós” demostraba que pese a ser un pésimo actor, Ben Affleck podía funcionar como director. En este film tuvo un buen libro como base. Habrá que ver de que es capaz en un futuro (su semioculta faceta de guionista puede que le ayude)

Apocalypto”, pese a tener un guión que cabría en la servilleta de un bar, supuso de nuevo otra buena película (puro espectáculo más que una clase de historia) del no menos bueno como actor Mel Gibson, que pronto volverá a ponerse delante de las cámaras (o eso dicen)


Por contra, De Niro, tras su muy buen debut como director con “Una historia del Bronx”, realizó un cuidado y laborioso trabajo con “El buen pastor”, pero demasiado frío y pretencioso.

Dos películas de acción como “Ases Calientes” y “Shoot' Em Up” se pasaron de sureralistas y descabelladas. Me fue imposible disfrutarlas como esperaba.

Eastwood bien por “Cartas de Iwo Jima”, pero flojo con “Banderas de Nuestros Padres”.

Con “Sunshine” Boyle mandó al traste una estupenda space opera con un tramo final a lo psychokiller inadecuado y sinceramente, molesto.

La gran virtud de “Beowulf” fue su técnica digital (espectacular), pero también su mayor defecto (incapaz de transmitir emociones)

A “Soy leyenda” le faltó un final acorde con el resto de la película para redondearla, pero acabó siendo demasiado “made in Hollywood”, es decir, pirotécnico, esperanzador y con posibilidad de secuela.

Y luego están las películas cuyo visionado fue un letal suplicio para mí, como “Hitman”, “Lío Embarazoso” o “The Host”. Otras simplemente me parecieron malas, mientras que el resto (las regulares) me sirvieron como rápido y olvidable entretenimiento.

Y aún me han quedado muchas por ver y de las que hablar, pero temo ya que se quedan para el próximo año (más las que vendrán)

Y ahora, ¿cuáles son vuestras decepciones y vuestras sorpresas? ¿que os ha encantado y que os ha horrorizado?


Espero vuestras valoraciones :)

Y no os alejeis mucho de aquí, que hoy habrán un par de posts más para terminar el año.


Saludos ;)

domingo, diciembre 30, 2007

“1408”, una hora en el infierno

Son numerosas ya las películas que adaptan relatos del prolífico Stephen King, algunas de ellas llevadas a cabo con más acierto que otras.

En el campo del terror, donde más se ha prodigado el escritor -pese a tocar géneros como el drama o el fantástico- es donde el resultado es más dispar. Podemos encontrar pues, excelentes muestras del género como la famosísima “El resplandor” o “Misery” (ésta última, de mis preferidas), o las más pobres/mediocres -para quien esto escribe- como “Cementerio viviente” o “El cazador de sueños”.

En el drama (fantástico o no), la cosa parece que funciona mucho mejor y el resultado suele ser siempre más satisfactorio. Véase sino esas dos joyas como “Cadena perpetua” y la “La milla verde”, ambas del mismo director, Frank Darabont; pasando por las muy recomendables “Eclipse Total” y “Cuenta conmigo”.


Como buena muestra de terror psicológico/suspense tenemos “Verano de corrupción”, de lo mejorcito en la breve filmografía del director Bryan Singer. Y en el lado opuesto, la un tanto decepcionante “La ventana secreta”.


Este año tenían que llegarnos un par de adaptaciones de King, pero debido a la incomprensible política de las distribuidoras españolas, para una de ellas, The Mist, aún tendremos que esperar un tiempo indeterminado (debió estrenarse en Noviembre...)

La otra se estrenó hace unas semanas y es la que nos ocupa en este post.


1408” está basada en un relato corto del autor y tiene por protagonista a Mike Enslin (John Cusack), un escritor (vaya una novedad!) de novelas de temática sobrenatural que se dedica a desacreditar los fenómenos paranormales de lugares supuestamente encantados. Su futuro nuevo libro le lleva al Hotel Dolphin de Nueva York en el que se dice que la habitación 1408 está maldita, pues en ella han muerto decenas de personas, bien por suicidio bien por causas -aparentemente- naturales.

Enslin, escéptico y chulesco como el sólo, se empeña en pasar la noche en dicha habitación, pese a las insistentes advertencias del encargado del hotel. Obviamente, Enslin se sale con la suya y una vez entre en la habitación, todo su escepticismo dará un vuelco de 360 grados.


Lo primero a destacar de la película es la más que aceptable labor del actor protagonista, el siempre genial John Cusack, que mantiene el solito todo el peso de la misma. Y es que aunque aparezca el careto de Samuel L. Jackson en el cartel, su aparición resulta más bien anecdótica (unos minutos al inicio y una breve escena al final).

Cusack, que igual te vale para una comedia como para un drama, plasma perfectamente esa actitud chulesca del personaje que luego cambia radicalmente una vez transcurridos 40 minutos de metraje, momento en el que éste empieza ya a sufrir las torturas psicológicas de la demoníaca habitación.

El sufrimiento al que está sometido el protagonista se palpa en el rostro de Cusack, que a medida que avanza la película se aprecia más desencajado. La histeria es más poderosa que la cordura con la que una vez entró en la habitación. Poco a poco, Enslin empezará a perder la percepción de lo que es real y lo que no.


La verdad es que el cambio en la personalidad de Enslin se me antoja un tanto brusco, ya que con un par de sustitos ya empieza a entrarle miedo, pese a repetirse a sí mismo que todo se debe a un montaje. Vamos, que para lo escéptico que era, no tarda mucho en acongojarse ante tanto fenómeno extraño. Claro que probablemente cualquiera de nosotros hubiera tardado aún menos xDD (yo ni hubiera entrado en la habitación, más después de leer el informe de las víctimas...)

Imagino que lo suyo responde al intento de agilizar un poco el ritmo y empezar a ver como Enslin las pasa canutas, momento en el que empieza un despliegue visual y de sustos mayormente gratuitos para que el espectador no quite ojo de la pantalla.

Si bien el prólogo sirve para presentarnos con calma al personaje, el resto es puro derroche de medios para hacer del terror algo visualmente impactante. Podriamos decir que el suspense y agradecido terror psicológico que se respira, dura alrededor de la hora incial, y la media hora restante es simplemente una sucesión de efectos especiales que no aportan nada al desarrollo de la trama pero sí hacen la película más vistosa.

En lo que atañe a esos FX, me alegra encontrar con un uso moderado del ordenador. La utilización de los efectos digitales está hecho con cabeza, combinándose sabiamente con los trucajes más artesanales. Así, si la habitación tiene que inundarse de agua, pues que sea de agua real. Y si tiene que hacerse añicos, pues que sea de verdad, para que yo y cualquier otro espectador se lo crea. Teniendo en cuenta el presupuesto (25 millones de dólares), estoy seguro que un abuso de efectos digitales hubiera cantado mucho y le hubiera hecho perder credibilidad a los hechos que acontecen.



Los fénomenos que se van sucediendo en el tramo final del film, son tanto un punto a favor como un punto en contra en la historia. Por el lado bueno, tenemos unos cuantos sustos bastante efectivos, como por ejemplo SPOILER la secuencia en que Enslin se ve a sí mismo en la ventana de enfrente. Sencilla pero a la vez estremecedora FIN SPOILER.
Pero por otro lado, otros más que sustos son tópicos del género que aquí por supuesto no podían faltar, como apariciones espectrales o paredes que sangran. Lo primero tiene su lógica dentro del argumento, además de que en un momento dado también propinan un buen (y fácil) susto al espectador; lo otro no tiene más razón de ser que puro efectismo.

Por ello, podemos decir que en parte suponen algo bueno porque ayudan a crear esa angustia que nos tiene en vilo durante un tiempo, pero en lo malo, digamos que resulta un tanto reiterativo y no hace avanzar la trama, sino más bien todo lo contrario, la estanca . Una tortura tras otra sin más motivo que el espectáculo visual.


Esto último viene dado por el hecho de basarse en un relato corto y no en una novela, por lo que da la sensación de que se ha querido estirar demasiado el chicle, es decir, alargar una historia que no da más de sí.
La duración, pese a no ser extensa, si es larga para lo que se nos cuenta, y bien hubiera servido para un buen capítulo más de “Creepshow”, pero no tanto para un largometraje.

De todas maneras, no aburre en ningún momento y el director es capaz de manejar la historia con buen pulso, controlando el suspense y haciendo el ritmo llevadero hasta un final un tanto “happy” para mi gusto, pero que no sé por que, me provocó escalofríos (esa mirada de Cusack...)


En resumen, estamos ante una película interesante, bien hecha y bien interpretada, aunque con un guión no del todo consistente porque pretende estirar demasiado algo que da sólo para 45 minutos aprox...

En estos tiempos que corren se agradece el terror psicológico ante tanta casquería malsana de Saws y sucedáneos, así que ante todo, es una propuesta bienvenida y digna para pasar el rato. El director maneja el cotarro con impersonal eficiencia y el actor otorga la credibilidad que se le pide. Con todo ello, no es una película redonda, pero cumple muy por encima de la media (que tampoco es muy alta, dicho sea de paso)

Por cierto, siempre he pensado que si existe el infierno, podría ser algo tal que esto. Una especie de Hotel de ilimatadas habitaciones en el que cada uno de sus huéspedes vive y revive eternamente la peor de sus pesadillas.
A qué da mal rollo? Pues ya sabeis... a portarse bien ;)


Lo mejor:
John Cusack; la historia, que sin ser novedosa, si es atractiva; el suspense inicial.

Lo peor: La presencia de Samuel L. Jackson para tan poco papel; la carencia de un final más pesimista que sí se rodó pero se descartó (SPOILER en él, Enslin moría y la grabadora con la voz de su hija la encontraba su mujer FIN SPOILER)


Valoración personal: Correcta

lunes, diciembre 24, 2007

Mis películas navideñas

En estas fechas y como ya es habitual, en los cines de todo el mundo se proyectan películas navideñas, al igual que ocurre en televisión (además de los programas especiales)

Recuerdo que de niño, cada Navidad tenía una cita frente al televisor con “Sólo en casa”, película navideña infantil (y diferente) por excelencia, por lo menos por aquellos años.

La cinta era obra del productor, guionista y director John Hugues, todo un especialista en comedias.
La película del jovencísimo Macauly Culkin tuvo mucho éxito comercial, lo que originó un par de secuelas más. Una, repitiendo de nuevo Culkin, los ladrones (unos geniales Joe Pesci y Daniel Stern) y Chris Columbus detrás de las cámaras; éste último un director competente en estas lindes, por lo que la saga seguía mateniendo el tipo. Ya con la tercera llegó la desgracia, con un niño repelente y unos ladrones rídiculos.


Hugues, entre otras muchas otras comedias juveniles, también dedicó un par más de sus guiones a la Navidad, de forma un tanto diferente. Para ello contó con humoristas de la talla de John Candy (me encantaba este hombre), Steve Martin (jamás me hizo gracia) y Chevy Chase (bueno..ni fu ni fa).

Con Chase quizás hizo su peor película. Se titulaba “¡Socorro, ya es Navidad!” y se centraba en las peripecias de una familia tipicamente americana que pasaba unas navidades un tanto desastrosas. La película seguía la estela de esa especie de saga que creó el propio Hugues con “Locas vacaciones de una familia americana” (la primera y la mejor) y “Las vacaciones europeas de una chiflada familia americana” (toma ya pedazo de títulos en español)
La verdad es que la película tenía sus momentos y en aquella época, siendo yo pequeño, pues me hacia gracia. Hoy día, lo dudo mucho.


A Steve Martin y a John Candy los reunió en “Mejor solo que mal acompañado”, una película en la que el primero era un publicista que se las veía negras para llegar a casa por Acción de Gracias, y el segundo era el terrible y no deseado compañero de viaje. Ni que decir que Martin, pese a estar correcto, no le hacía sombra al bueno de Candy.


Siguiendo con la comedia navideña, encontramos otro título destacado de aquellos años y también con uno de los grandes cómicos de esa y siguientes décadas, el siempre genial Bill Murray.

La película no es otra que “Los fantasmas atacan al jefe” (título original “Srooged”), una vuelta de tuerca al clásico cuento navideño de Dickens, con mucho humor, efectos especiales, música a cargo de Danny Elfman y en la dirección todo un buen artesano, Richard Donner.
Esta es, sin lugar a dudas, mi película navideña preferida. Desde que conseguí hacerme con ella, se ha convertido en una revisión indispensable por estas fechas.


Comedias a parte, existen para mi dos clásicos indiscutibles ya enfocados a la típica moralina azucarada de esta época, donde los buenos sentimientos y el espíritu de la Navidad son el fundamento de las mismas. Estos dos clásicos de todos los tiempos son “Qué bello es vivir” de Frank Capra y “De ilusión también se vive” traducción bastante estrambótica de “Miracle on 34th Street”.


La película de Capra es una maravilla. Jamás se ha hecho una película igual (y dudo que se haga). Las interpretaciones son magníficas, especialmente la de James Stewart.
Es una de esas películas que te deja una huella imborrable. Una película que cuenta muchas más cosas que lo del simple espíritu navideño. Te habla de la importancia de la vida y de las personas con la que la compartes. Es especial, commovedora y perdura en el tiempo con el mismo brillo del primer día.




Miracle on 34th Street” -vamos a llamarla así- es otra estimable película. Yo que soy muy de Papá Noel (Santa Claus, vaya), más que de los Reyes Magos, aunque ya sé que es más tradición americana que nuestra. Por si compensa, diré que no como en McDonald's y que la Coca-Cola no entra en mi dieta xDD
A lo que vamos. La película la ví de muy pequeño y me gustó mucho, sobretodo por la ternura que desprende el abuelete protagonista (Edmund Gwenn), que ya al final poco importa sí es o no el verdadero Santa Claus o un abuelo enajenado, porque de todas formas se ha ganado nuestro cariño (y el de los protagonistas, claro)

En el 94 se hizo un remake de esta cinta, al que en España bautizaron como “Milagro en la ciudad”, acercándose un poco más al título original pero por segunda vez pasándose por el forro la traducción literal.
La verdad es que ni la presencia de Richard Attenboroguh como Santa Claus lograba salvar la cinta de la mediocridad. La niña protagonista es la que dos años más tarde aparecería en “Matilda”, y no siento decir que soy de los pocos que detestaba esa película xD


Y ya por último no podemos olvidarnos de la fantástica “Pesadilla antes de Navidad”, ese cuento góthico navideño obra de la prodigiosa imaginación del maestro Tim Burton.
La película la dirigió Henry Sleick, pero éste quedó totalmente eclipsado por Burton. Tres años más tarde, Selick dirigiría la menos brillante pero muy estimable “James y el melocotón gigante“, otra fábula en stop-motion.


Y luego... existe otra película que me marcó mucho, pero por motivos muy distintos.
Era una película francesa de terror llamada “Game over: Se acabó el juego”. Trataba sobre un psicopata asesino que el día de Nochebuena se cuela en una casa disfrazado de Papá Noel e intenta matar al niño y el abuelo que viven en ella. Recuerdo haberla visto de madrugada. Algunas escenas me vienen a la cabeza, aunque del abuelo ni me acuerdo.
Ignoro cuantos años tendría cuando lo ví, quizás 6 o 7, pero me marcó. Una cinta un tanto macabra para un niño de mi edad, pero como siempre he sentido pasión por el cine, pues no me estaba de ver todo lo que pudiera (aunque fuera a escondidas de mis padres xD)



Y ahora, ¿cuáles son vuestras películas navideñas?

Me gustaría saber cuales os han marcado más, cuales os gustan y si quereis, cuales detestais.
Puede que coincidamos o puede que no. De lo que no hay duda es que por televisión habremos visto tropecientas veces las mismas películas. De hecho, hay películas No Navideñas que las echaban en tv por estas fechas, como “La historia interminable” o “Mary Poppins” (adoro Mary Poppins!). Pero he preferido no incuirlas y ceñirme al contexto.

Mientras os lo pensais, os dejo una de las canciones que aparecen en “Pesadilla antes de Navidad” para vuestro disfrute y el mío, y con ella aprovecho para desearos unas muy Felices Fiestas y un Próspero Año Nuevo. Que paseis estos días lo mejor posible (anque sea en familia xDD) y esperemos que el año que viene venga cargadito de buen cine. Si no es así, aquí estaremos para quejarnos.


Feliz Navidad a todos!!